01 octubre 2011

EL CIRCO INSTITUCIONAL

El pasado jueves una noticia en varios medios de comunicación anunciaba que se iba a celebrar en el Congreso de los Diputados un almuerzo -en este país todo, lo bueno y lo malo, se celebra con una comida- para despedir la legislatura a propuesta del Presidente del Congreso, José Bono, que como todos sabemos tiene fama de ir pagando las facturas de su bolsillo.
La noticia, evidentemente, no era bien recibida a tenor de los muchos comentarios sobre la misma, todo ellos en la línea de criticar el escandaloso dispendio de nuestra clase política, mucho más escandaloso en los tiempos actuales de crisis. La gente a través de sus comentarios -anónimos unos, identificados otros- despotricaba sobre la iniciativa. Sin embargo, yo fui más lejos y decidí enviar un correo electrónico al mismo Congreso, iniciativa que secundaron varios compañeros de trabajo cuando les envíe la idea por la tarde.
Mi correo electrónico decía textualmente lo siguiente:

He leído en prensa que ustedes -me imagino que los 350 componentes del Congreso- más el Rey y, probablemente, algún asesor que otro, celebrarán un almuerzo para conmemorar el fin de la legislatura.
Me parece muy bien que celebren lo que quieran, a pesar de que si hubiera un poco de sensatez poco habría que celebrar. No obstante, espero que esta no se la carguen a los presupuestas del Estado sino que la asuman ustedes, al menos, con el importe de sus cuantiosas dietas. Espero una respuesta, por supuesto. Les ruego que les dirijan este correo al Presidente del Congreso y a los portavoces de cada uno de los grupos con representación en la Cámara. Atentamente,

JOSE ANTONIO FLORES VERA

Al día siguiente, recibí una respuesta de la Dirección de Comunicación del Congreso en la que no respondían de manera directa a mi inquietud. Los términos en los que me respondieron fueron textualmente éstos:

Estimado Sr.,
En contestación a su mail le informo que no ha habido un almuerzo de conmemoración de fin de legislatura con todos los componentes de la Cámara, sino que el presidente del Congreso ha ofrecido el miércoles, 28 de septiembre, un almuerzo a los representantes de las altas instituciones del Estado, al que ha acudido Su Majestad el Rey Don Juan Carlos.
Al almuerzo asistieron el presidente del Senado, Javier Rojo; el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala; el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar y el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido.

Enlace a la fotonoticia:

Lógicamente, el gabinete de comunicación del Congreso -mucho más político que periodístico- se agarró al dato de que no serían los 350 Diputados sino que se limitaron a anumerar con exactitud las personalidades que irían a ese almuerzo como queriendo decir que eran los verdaderos padres de la patria y como tal tenían derecho a cualquier cosa, gratis total, además. Lógicamente, no me pareció idónea la respuesta; de hecho, no respondieron al elemento central por el que preguntaba. Así que decidí enviarles otro correo electrónico en estos textuales términos:

En primer lugar, gracias por su atento correo electrónico, pero, como ciudadano que paga puntualmente sus impuestos, sigo sin saber la respuesta.
Lo importante no es si fueron 350 o 7, sino conocer si ese almuerzo se carga a los presupuesto del Estado y el importe del mismo. Curiosamente, se trata de, probablemente, las siete personalidades mejor pagadas del país y sería sensato que predicaran con el ejemplo y asumieran la celebración con su propio sueldo o dietas, tal y como hacemos los españoles que, además, como es el caso de quien suscribe- hemos sufrido un recorte en el sueldo en calidad de empleados públicos, en el mejor de los casos, o se está en el paro como les ocurre a millones de personas.
En pos de la regeneración y transparencia, le ruego envíe copia a cada comensal, representantes de las distintas Instituciones aludidas.
Atentamente,

JOSE ANTONIO FLORES VERA


Ese último correo electrónico aún no ha obtenido respuesta, algo lógico ya que fue enviado el viernes por la tarde. Probablemente no habrá respuesta por lo que la pregunta aún queda en el aire.
Esta pregunta no persigue otra cosa que dejar al sistema con el culo al aire y, al menos, que comprendan que la ciudadanía no es tan tonta ni manipulable como ellos consideran.
Esta es la clase política que tenemos. Este es el sistema que tenemos: un artificio centrado en intereses personales que buscan el beneficio individual enmascarado en una más que hipotética democracia.
Ni más ni menos.

28 septiembre 2011

EL OCASO DE LOS YERNÍSIMOS



Aunque en este caso estemos ante el yernísimo por esencia, porque se trata del yerno del mismo monarca, heredero borbónico de los reinos de España.
Hace ha que el que fuera excelente jugador de balonmano del Barcelona y de la Selección española, bendecido en reales nupcias tras su brillante carrera deportiva, Iñaki Urdangarin; hace ha, decía, que está comprometido con una de las cuestiones judiciales más señeras de los pelotazos patrios, léase, caso Palma Arena, por el que está ya ajusticiado provisionalmente el antiguo ministro de Medio Ambiente de la era Aznar y posterior presidente del Gobierno balear, el infame, Jaume Matas al que se le pidió la mayor fianza económica pedida a un político español: tres millones de €. Además, también está implicado en este descalabro financiero y sospechosamente supuesto enriquecedor de patrimonios encubiertos, el que fuera vicepresidente de la excelsa fundación Nóos y hombre de confianza del yerno del Rey, es decir, el hombre de paja del yernísimo, José Luis Pepote Ballester, que también fue un destacado deportista, no sé de qué disciplina relacionada con el agua.
Está imputado Ballester pero no lo está aún Urdangarín, algo que podría atentar contra el sentido común porque el que era presidente, alma máter y creador de ese instituto volátil no era otro que el ex-jugador de balonmano.
También está conectado con otros jugosos contratos etéreos convenidos con el ex-president del Gobierno valenciano el también infame, Francisco Camps, pero no pudo hacer carrera en el Comité Olímpico Internacional (COI) ni en el Comité Olímpico Español (COE) -al que pretendía presidir- cuando se conoció en el organismo internacional que el entorno"samaranchnista" estaba inmerso en asuntos de comisiones ilegales.
Por lo que han dejado traslucir en el caso Palma Arena se cobraban facturas enormes por jornadas relacionadas con el deporte y el turismo y otro asuntos filantrópicos relacionados con el supuesto objeto del Instituto Nóos, pero al parecer al juez balear, José Castro, no le cuadran las cuentas y ha ordenado a la Fiscalía Anticorrupción del TSJ de Baleares que investigue qué desaguisado se ha podido producir ahí.
Curiosamente cuando el caso Palma Arena comenzó a andar por los procelosos pasillos judiciales de Palma, los Duques de Palma emigraron a Washington porque había no sé qué motivo laboral esperando al Duque y porque sus numerosos retoños debían, como hijos bien, conocer el idioma inglés que es el lenguaje de los negocios. Poco tiempo antes adquirió, junto a la infanta Cristina, una lujosa propiedad en el exclusivo barrio de Pedralbes en Barcelona.
Sin embargo, hay quien ha escrito que las razones migratorias dadas fueron las oficiales, pero que en realidad se debían a que se barruntaba un oscuro futuro judicial y había ansiedad en la Casa Real y consideraron los fontaneros de Zarzuela que la lejanía podía ser un antídoto, aunque al parecer no está surtiendo los efectos deseados.
No olvidemos que esa estancia en Washington está costando una pasta a nosotros, contribuyentes españoles, porque sin que conozcamos cómo y quién paga la estancia, sí está claro que se paga un gran número de personal de seguridad, además, de los asesores que les correspondan en función de la grandeza que representan, sin contar los constantes viajes oficiales que hacen a España y otros países.
No sabemos cómo acabará este asunto judicial, pero los medios de comunicación ven el panorama muy negro para el yerno del Rey. Pero, ojo, que no tiemblen los cimientos y tampoco es necesario que os agarréis a la silla mientras leéis esto, ya que se trata del yerno del Rey y cuando está la Corona de por medio todo quedará impolutamente archivado. Al tiempo. A lo sumo, si la cosa pinta muy mal, se provocará un divorcio como ya ocurrió por otros motivos, con el otro yernísimo y Urdangarín se las tendrá que arreglar en esa terrible caída libre. Así funcionan las monarquías. Así sobreviven.
Ya lo dijo el Tribunal Constitucional en su famosa sentencia sobre el artículo 14 de la Constitución: "iguales entre iguales y desiguales entre desiguales". Una frase genial, sin duda, que aún a mí me tiene cautivado (¿por qué no se me habrá ocurrido a mí, copón?).

26 septiembre 2011

NO HAY TIEMPO PARA EL DEPORTE


Cuando llega el momento de los reconocimientos médicos en mi centro de trabajo, a veces llega el pánico o la decepción o la frustración. En esos días todo el mundo sale algo tocado e, invariablemente, los médicos aconsejan ejercicio, dieta sana y vida sana en general. No estoy rodeado de obesos o dilapidadores de salud pero, sí, en muchos casos la salud deja mucho que desear. Y es, entonces, cuando llegan las inquietudes y las propuestas e intenciones de hacer más ejercicio y vida sana, aunque, lamentablemente ese impulso no dura más de una semana. Y, claro, al año siguiente vuelven las malas noticias, aderezadas además de más alarmismo porque se tiene un año más.
A la semana de iniciar un plan sano, casi todo el mundo vuelve a su rutina diaria y si se andó durante unos días o se nadó e, incluso, -en el menor de los casos- corrió, todo eso pasa pronto al olvido, justificando todo el mundo no tener tiempo para hacer deporte.
Es decir, ¡que no se dispone de media hora diaria y una hora los fines de semana! Esa es una frase preconcebida que cada día me creo menos. Todo el mundo dispone de tiempo para hacer deporte si su motivación es alta y su hábito estable, pero ocurre que siempre se posterga ese rato dedicado al deporte porque se da prioridad hasta a lo más ínfimo, entre lo que se incluye estar haciendo zapping durante más de media hora o lo que es peor, deteniéndose un rato en Tele5.
Se piensa o al menos a mi me lo dicen que los que corremos lo hacemos porque estamos dedicado a ello. Pero no es verdad. Ni estamos dedicados a esto por obligación o profesión alguna, ni nadie nos obliga. Nos obligamos nosotros mismos.
Es más, en ocasiones, -suelo decir- para poder sacar una hora para correr tengo que salir a horas intempestivas o no habituales y renunciar a otras cosas importantes. De hecho, sin ir más lejos, el pasado domingo, sabedor de la complicación de la agenda, corrí durante once kilómetros a las tres de la tarde, no bajando el termómetro de los treinta grados. Pero lo más curioso es que corriera esa distancia en apenas cincuenta minutos, a pesar del fuerte calor. Si yo puedo, todo el mundo puede hacerlo o al menos intentarlo, aunque me temo que eso es mucho pedir.

22 septiembre 2011

HOY HE SIDO OTRO


La majestuosa torre barroca de la Catedral de Guadix (foto debida a Paqui-Roberto)

Hoy en el entrenamiento he sido otro. Marcado aún por esa mediocridad en la Media de Guadix y por el nefasto entrenamiento del pasado martes -sin embargo, el lunes tras la media el entrenamiento fue muy bien-, salí con la sola intención de rodar y, con paciencia -que es una estupenda herramienta para el corredor- esperar a que vayan llegando las buenas sensaciones y los ritmos más rápidos; de hecho, elegí la ruta de Caparacena para hacer esos rodajes que me vayan introduciendo en el buen camino, pero como esto del correr es totalmente impredecible, desde el primer minuto percibí que hoy era otro y que iba liviano y con buenas sensaciones, sin buscarlas. Así que aproveché para hacer un rodaje controlado a un ritmo medio-alto -en torno a los 4'15'' los últimos cuatro kilómetros-, tal y como me aconsejó Alfredo.
Y seguí percibiendo que ese ritmo lo podía llevar con cierta facilidad a pesar de la dificultad del terreno que es algo picado. Incluso, hubo trayectos largos en los que rodaba con facilidad a 4'05'' y así pude continuar hasta completar esos nueve y pico kilómetros que tiene este circuito que suelo hacer con asiduedad. De manera que cuando estiraba y devoraba el obligatorio plátano abrigaba esperanzas de rodar mas rápido en las pruebas que quedan antes de que acabe el año y comenzar con ganas a preparar el Maratón de Madrid que, con muchas posibilidades, volveré a correr, pero aún queda mucho trabajo que hacer.

21 septiembre 2011

WACKEN OPEN AIR: KREATOR

La teutona y veterana banda de Essen, surgida en 1982, tiene un ejército de seguidores en todo el mundo. Y fuí testigo de ello cuando estaban anunciados por estos lares y atrajeron a cientos de fans, los mismos que luego se encolerizaron cuando anunciaron que no actuarían bien porque había surgido algún imprevisto o, sencillamente, porque jamás estuvieron contratados y eran un reclamo del cartel -algo habitual en este mundo metálico- y esa sospecha encolerizó a sus seguidores con más acritud que su no presencia.
Es una banda mítica para algunos que suele cultivar el thrash metal, pero que he de reconocer no está entre mis preferencias a pesar de que el thrash metal es una de mis opciones preferidas en cuanto a ritmos metálicos, pero claro cuando conoces el que cultiva Metallica ya nada es igual, al menos en mi opinión.
Actuaron en el Wacken del 2011 tal y como se puede ver en este vídeo de You Tube.

18 septiembre 2011

IV MEDIA MARATON CIUDAD DE GUADIX (18/9/2011)


Con Mario (que ha vuelto a clavar su buen tiempo del año anterior), minutos antes de la salida.



Cuando el joven camarero del restaurante Ruta del Sur de Purullena me preguntó cómo había quedado no supe que responderle. En algún lugar indeterminado, balbuceé. Posteriormente el joven camarero, con aspecto de corredor, aunque no corría de manera habitual (aunque sí le gustaba correr), probablemente, a modo de excusa comenzó a hablar de la dureza de este terreno.
Podría haber utilizado su propio argumento para, aferrándome a modo de excusa, justificar mi más que discreto crono, pero eso hubiera sido más un argumento mas exculpatorio que veraz y, además, poco podría interesar ese tema al joven camarero que lo único que pretendía era ser amable y de camino conocer algo más de la prueba.
Sí, es dura. La más dura de las cuatro medias maratones que tiene la provincia de Granada, sin duda, acabé confesándole antes de bajar la cabeza y seguir ojeando Ideal mientras tomaba una fresquísima cerveza.
Lo cierto es que no he tardado más, pero tampoco he tardado menos que el año anterior. He clavado el mismo discreto crono, corriendo a una media de cinco minutos el mil (el año pasado la organización me daba 4'59'' el mil), sin que tenga importancia que haya tardado treinta segundos en atravesar la salida ni que la prueba tuviera casi trescientos metros más de los indicados.
El caso es que estoy a un año vista tal como estaba. Mantengo el mismo peso y mantengo ritmos idénticos en pruebas idénticas. Por medio ha estado el Veleta y los test realizados, pero éstos no aportan velocidad aunque sí es posible que resistencia y fuerza, que habrá que intentar hacer explotar.
¿Pero cómo me he visto en cuanto a resistencia y fuerza? No mejor que el año anterior. De hecho, la falta de rodajes largos en el último mes y medio se ha dejado notar desde el kilómetro 17 y coger un ritmo por debajo de 4'30'' sólo ha sido posible en el escaso terreno picado para abajo. En verdad, no esperaba otra cosa, como ya venía observando en los últimos y escasos entrenamientos.
La Media Maratón de Guadix no es una prueba fácil para demostrar que se está en forma, sin lugar a dudas. Su abundante trazado roto, repleto de vaivenes, la dificultad del terreno en los cinco o seis kilómetros antes de llegar a Guadix e, incluso, esas insensatas cuestas antes de la meta, hacen de esta prueba una carrera difícil, mucho menos asequible que la Media Maratón de Granada, por poner un sólo ejemplo.
Como bien me decía Francis Rodriguez Tovar (cuarto en esta prueba), al que agradezco que se asome por aquí de vez en cuando, todo el mundo habla de la subida a Purullena, pero es mucho más dura la segunda parte de la carrera. Es cierto.
Sin embargo, a pesar del mediocre crono, el objetivo personal está más que cumplido, que no es otro que buscar ir afinando de cara a las próximas medias maratones y, principalmente, cerrar la etapa del Veleta que deja algo desgastados los músculos.
Por ahora, el objetivo de acercase a los noventa minutos está algo lejano por lo que el entrenamiento específico de velocidad en las próximas semanas será decisivo para acercarse a ese tiempo.
Sin embargo, a pesar de todo, he vuelto a disfrutar corriendo, que es lo importante.

17 septiembre 2011

UN AÑO MÁS, EN GUADIX



Tras las lógicas dudas iniciales posvacacionales, finalmente este corredor trotará por Guadix y sus alrededores. Sin duda, es una excelente prueba para afinar en las próximas medias de otoño, que vienen raudas y sin descanso.
Sí, es una prueba idónea para ese cometido porque no se trata de una prueba fácil. A lo largo de su trazado hay cuestas -no excesivas- y terreno quebrado y picado. Por tanto, buscar un buen ritmo estable no es tarea fácil en aquel terreno. Además, presumiblemente hará calor, quizá más calor que en años anteriores porque este septiembre intenta ser una copia del pasado agosto.
Muchos ingredientes para estar allí y correr con tranquilidad aunque no sin esfuerzo, que éste siempre hay que hacerlo cuando se trata de correr 21 kms.
Buscaré a ver si es posible la hora y cuarenta minutos, pero no será nada fácil porque estoy poco rodado.

16 septiembre 2011

LAS BUENAS SENSACIONES REGRESAN DE LAS VACACIONES

Si el pasado jueves corría torpe y con sensación de pesadez y debilidad, en esta mañana de viernes a eso de las nueve horas, cuando aún el sol apenas calentaba, me sentía mucho más ligero y versátil y eso es porque las sensaciones que estoy buscando con paciencia por los caminos y carreteras van llegando poco a poco. 
La vía más rápida para que éstas lleguen es llevar a cabo esas sencillas técnicas que esbocé en la entrada anterior: no forzar, correr sin mirar el tiempo y buscar rutas nuevas, que sean amenas. Y un factor importante y principal: la paciencia. 
En esta mañana de viernes hacía más de diez kilómetros rocosos, rodando entre caminos de olivos; caminos rotos y serpenteantes que tan bien van para procesos recuperatorios. Caminos que ayudan a reforzar las piernas y aclarar los pulmones y, de camino, eliminar esos gramos de más que se adquieren cuando se sale de viaje turístico (ya he comentado en más de una ocasión que cuando estoy fuera no escamoteo un buen filete, la cerveza que se tercie y los postres que me propongan. Pero, eso sí, no tomo copas). 
Y con las buenas sensaciones llegan los nuevos proyectos. Y éstos -junto a lo ya corrido a lo largo del año- serán objeto en breve de una nueva sección en la parte derecha de vuestras pantallas. En el horizonte se barrunta, incluso, alguna maratón.    

15 septiembre 2011

EL CORRER JAMÁS MADURA

Con muchas ganas, pero con poca fuerza, culminé hoy mi ruta de reencuentro, que era algo que ya barruntaba.
Uno que ya lleva algunos años en esto ya sabe que el correr es siempre menor de edad y que apenas madura. Puedes subir al Veleta y hacer varias maratones, pero en algún momento acabas dando pasos torpes y débiles por esos caminos. Se te olvida correr y se te olvida todo lo que has corrido. Es, tal vez, la faceta más desagradecida de nuestro deporte pero también la que nos mantiene más alerta.
Un parón por breve que sea puede convertirse en un serio inconveniente para nuestro ritmo de entrenamiento, no tanto por el breve tiempo transcurrido  sino por el cambio de actitud mental.
Particularmente, cuando ocurre esto, acudo a técnicas que he ido diseñando con los materiales que te dan los kilómetros recorridos. Técnicas sencillas que consisten básicamente en no forzar en absoluto, no mirar el cronómetro y hacer variaciones de ruta para buscar la amenidad. Es decir, alejarse de la apatía que provoca el parón por muy breve que sea.
Somos corredores populares. No debemos olvidarlo.        

14 septiembre 2011

LLEGAR Y DARTE DE BRUCES

Llegar tras haber practicado durante algún tiempo el anticorrer y  darte de bruces con la siempre complicada Media Maratón del Melocotón de Guadix no es tarea fácil de digerir.
No sé que tipo de cosa o causa ocurre con esta prueba que siempre que llega a mí me encuentra totalmente desubicado. Dos años fue por haber regresado de alguna lesión generada en el mes de julio o agosto y otros años, sencillamente, por haber regresado de algún viaje, con algo más de peso, las piernas blandas, el corazón sosegado y la mente distante.
Será el próximo día 18 y hoy es catorce -me levanté pensando que era trece-. Serán, pues, 21 kilómetros, que ni esos he hecho en lo que llevamos de septiembre. 
Esta tarde haré unos cuantos kilómetros por mi apreciada Vega para ver cómo me encuentro y el diecisiete -Alfredo- decidiré si voy a estar o no en Guadix.
¡Qué meses de carreras me esperan!

¿Volveré a atravesar este bonito arco para entrar en la Plaza de las Palomas?      

11 septiembre 2011

RITMO EXCESIVO O PROBABLE "PIQUE"


La misma tarde de la anécdota de los gansos, en los últimos dos kilómetros, cuando rodaba plácidamente por la Vega, disfrutando del rumor de las acequias escuché tras de mí que se aproximaban fuertes pisadas que, en principio, supuso se trataban de caballos. Pero no, cuando miré atrás observé que venían a ritmo muy fuerte cuatro corredores, que de tan exhaustos, al adelantarme, ni siquiera me saludaron, excepto uno que hizo un gesto con la mano. Yo les dije hola en voz alta y tranquila.
Observé que iban tensos por el fuerte ritmo, así que con curiosidad -que no herido en mi orgullo- y con el fin de probar cómo me encontraba decidí salir tras ellos, que en segundos les alcancé.
Uno de ellos, se fue quedando y pronto le adelanté y pronto también me puse a la altura de los dos más fuertes a los que no sólo aguanté el fuerte ritmo sino que opté por encabezar durante pocos segundos ese endiablado grupo. Supuse que ellos iban en dirección a Fuente Vaqueros porque en alguna ocasión me había cruzado con ellos por esa población, mientras que yo en pocos metros doblaría hacía la derecha en dirección a Pinos Puente. Por tanto, mi fuerte ritmo no iba a durar más de cuatrocientos o quinientos metros.
Al ver que me ponía en cabeza ellos intensificaron aún más la marcha y descolgaron a otro corredor de los cuatro que inicialmente iban. Uno de ellos, el cabeza del grupo era el que repartía el bacalao.
Con sorpresa descubría cuando les dejé tras decirles hasta luego que el ritmo que se llevaba estaba en torno a los 3'35'' el mil por lo que supuse que esta gente estaba picada entre ella.
Recordé la cara de algunos de ellos, con los que intercambié algunas palabras en la fuente de Fuente Vaqueros hace algunos meses, indicándome que venían de Atarfe. Pero en aquella ocasión los vi correr a un ritmo normal, por lo que deduje que en esta ocasión iban picados y mal encarados.
Observé su vestimenta y su aspecto y para nada eran indicativos de ser corredores que adoptaran la estética habitual de corredor de fondo -unos iban sin camiseta y otros no llevaban la ropa técnica adecuada-. Desconozco hasta que punto mantuvieron ese ritmo, muy por debajo de los cuatro minutos el mil, pero llegué a la conclusión que se estaban equivocando de estrategia a pesar de que se sintieran fuertes y jóvenes. Allá ellos.

08 septiembre 2011

SOPA DE GANSO



En la tarde del lunes, 5 de septiembre, a eso de las 18,30 hacia la ruta que acabo de bautizar como "ruta de los gansos". Son muchas las rutas que hago por la Vega -todas son diferentes-, la zona del Pantano, Caparacena, Búcor, Tiena, etc., etc., y a todas las bautizo con algún nombre o hecho. A veces se trata de algo que destaca o bien alguna anécdota acaecida, que es lo que contaré en esta entrada.
Hace unos días acababa de leer "El viaje a la Alcarria", de C.J. Cela y de entre todas las cosas que contaba el escritor me quedó grabada una muy surrealista.
Visitaba el escritor gallego Paredes, uno de los pueblos más pequeños de la ruta cuando al entrar en una fonda o pensión un ganso se le abalanzó y sin dudarlo le dio un fuerte mordisco en el culo. Cuando leí esa escena pensé que seguramente se debía a la imaginación del escritor, siempre dado a citar anécdotas escatológicas. Además, me parecía inverosimil que un tranquilo ganso pudiera tener esa actitud tan agresiva. Pero sí, efectivamente, la dueña del establecimiento le advirtió al escritor de la mala uva que gastan estas, aparentemente, plácidas aves.
Uno tiende a pensar que un ganso es inofensivo, probablemente influenciado por la puesta en escena de otras aves parecidas tales como la gallina y el gallo o, incluso, el pato, siempre tan escurridizo y tan pacífico. Pero no, no es exactamente igual un ganso que un pato, y mucho menos que una gallina o un gallo, según me he informado en Internet.
Resulta que cuando un corre con mucha frecuencia es habitual que le ocurran anécdotas, al menos como mero cumplimiento de la ley de probabilidades.
Hasta el momento había sido perseguido por canes -acuérdense los más antiguas del lugar del caniche que casi devora mi talón de Aquiles o de la rata que, involuntariamente, corrió despavorida y asustada durante mucho tiempo conmigo-, pero jamás había sido increpado por ave alguna. Hasta esta tarde. La tarde del lunes 5 de septiembre.
Llevaba casi cuatro kilómetros de ruta entre algún punto de Pinos Puente y el cruce de Fuente Vaqueros, cerca del cruce de Sierra Elvira, cuando al pasar por uno de los muchos cortijos que te encuentras a lo largo del camino de tierra, a lo lejos observo que en mitad del camino dos grandes aves se pavoneaban a lo largo y ancho -poco ancho- del camino. Aprovechaban el fresco de éste, recién regado por el dueño del cortijo y se resistían a salir del mismo. Imaginé que al pasar yo estas aves se echarían a un lado como he contemplado que ha ocurrido cientos de veces con gallinas, gallos, ovejas, cabras e incluso perros. Pero no, estas aves -enormes he de decir, casi un metro de altura calculé- se mantuvieron firmes y encaradas, siendo yo el que tuve que echarme a un lado cuando pasé junto a ellas. No soy un experto en aves, pero no se trataba de gallos, gallinas ni incluso patos. Así que por la osadía que mostraban debían de tratarse de ganso, como he podido comprobar posteriormente. Además he visto cientos de patos en mi vida y éstos alzan pocos centímetros del suelo y es más común verlos en agua. Sin embargo estas aves -como decía, casi tenían un metro de altura y andaban de forma palmípeda, sí, pero al mismo tiempo con buena disposición y dominio del terreno.
Eran dos exactamente iguales, pero una de ellas no sólo no se apartó sino que me hizo cara. Se dirigió hacía mi con actitud agresiva y no pude remediar evocar la imagen que me sugirió la anécdota que contaba Cela en su viaje a la Alcarria. A él le llegó a morder en el culo y a mí también estuvo a punto de hacerlo y sólo el improvisado sprint hizo que el feroz ave desistiera.
Cuando miré hacía atrás el ganso aún me miraba desafiante, disfrutando de su victoria y de su terreno conquistado.
Cuando me alejaba del agresivo animal no puede evitar la película "Sopa de Ganso", de los Hermanos Marx.

06 septiembre 2011

VUELVEN LAS BUENAS SENSACIONES


El paseo de Fuente Vaqueros en fiestas.

Tras la subida al Veleta, agosto ha concluido con casi cien kilómetros, realizados sin ninguna pretensión de tiempos y esfuerzo. Rodar simplemente e intentar ir recuperando las buenas sensaciones, que siempre se pierden tras un dura prueba.
Sin embargo, a lo largo de estas salidas - diez en total, con una media de diez kilómetros, aproximadamente, en cada una de ellas- he sentido debilidad como ya apunté en algún momento. No me ha costado correr pero sí he percibido esa falta de "punch" necesario tanto en los entrenos como en la competición.
Por suerte agosto no es mes de competición, pero probablemente no hubiera asistido a ninguna de haberla habido.
Las buenas sensaciones siempre llegan, antes o después pero siempre llegan. Y fue precisamente la tarde del día cuatro de septiembre -domingo- cuando en los doce kilómetros de ruta, éstas volvieron a aparecer. En absoluto buscaba un ritmo concreto pero éste oscilaba ente los 4'50'' el mil y los 5' 10'', sintiéndome bien en todo momento. Atravesé Fuente Vaqueros como es costumbre y encontré que el pueblo se encontraba en fiestas. Unas fiestas tradicionales, centradas todas en el paseo que preside una surrealista estatua de Federico García Lorca. Eran las siete de la tarde y no era alta la presencia de gente, pero sí existía sabor festivo. Probablemente algunos pensaran que aquel tipo uniformado que atravesaba el paseo formaba parte de alguna actividad. Atravesé el centro de la población y me dirigí a la larga avenida que une Fuente Vaqueros con Chauchina para desviarme hacía la izquierda por un carril asfaltado entre la Vega y conectar con la carretera de la cual surge el camino que me adentra en Pinos Puente a través del Cortijo de las Cruces.
Fue todo agradable: la temperatura, las sensaciones...Corría ligero y con suavidad, por lo que supe que ya me había reencontrado de nuevo con mis rutas de siempre.

03 septiembre 2011

MEJOR BUENAS MISIVAS QUE NO DESAGRADABLES MULTAS


Hace unos meses perdí o me robaron –que las dos cosas son posibles- la cartera con todos los documentos, tarjetas, dinero, etc., etc....y, claro, lo primero y más molesto de todo esto es dedicarte un par de horas, inmerso en el cabreo, desazón o frustración, a anular todo lo que pudiera ser sospechoso de uso indebido, es decir, tarjetas de crédito, de centros comerciales, del video-club, en fin, lo típico.

Y viene este triste recuerdo a cuento de la carta que me acaba de enviar, Pere Navarro Olivella, Director General de la Dirección General de Tráfico -con motivo de la entrega del nuevo y modernisímo carné de conducir, tanto que la misma interesante carta advierte que no está ni homologado en la UE- que, probablemente, de manera irónica o socarrona –o de ambas formas-, inicia su misiva impersonal diciéndome: Me complace adjuntarle su nuevo permiso de conducción en sustitución del que pudiera tener anteriormente..

Y, realmente, me ha parecido muy elegante (..en sustitución del que pudiera tener anteriormente) la forma en que el amigo Pere me indica que es probable que tuviera el carne con anterioridad pero que, probablemente, me lo robaron o yo mismo lo perdí o, incluso, deducir que nunca lo tuve, a pesar de que conducía de manera habitual. La verdad, me ha parecido que hay bastante riqueza literaria en su misiva.

Sin duda, mejor buenas misivas que no multas inoportunas.

02 septiembre 2011

SIN DUDA, EL MEJOR DE TODOS LOS TIEMPOS



Pocos premios Principes de Asturias del Deporte como el otorgado este año. Hubiera sido lamentable que este cada vez más desprestigiado premio no fuera a esta leyenda viva del fondo.
Del corredor etiope ya escribimos en este espacio y en un artículo de Ideal y poco más se puede añadir. Se supone que este tipo de premios se otorgan al talento deportivo pero también se han de tener en cuenta su proyección social, y Geb en ese aspecto también gana por goleada porque conocida es su implicación social y solidaria en su devastado país.
Lástima que tanga que ver la sonrisa bobalicona y autocomplacida del heredero cuando le entregue este premio al campeón pero, en fin, hasta eso merecerá la pena.

31 agosto 2011

WACKEN OPEN AIR: MOTÖRHEAD

Qué decir de Motörhead, la banda británica que fue fundada el mismo año en que murió el dictador de nuestra piel de toro y más antigua que nuestra Constitución, esa que Angela Merkel ha ordenador reformar, por ser chicos malos y gastar lo que no tenemos.
El bueno de Lemmy es totalmente incombustible y su banda no es una banda, es una institución. A decir de Lemmy, su banda hace un rock and roll puro, pero es innegable que despliegan ritmos metálicos en muchos de sus temas. Pero, es cierto, no se puede considerar una banda metálica aunque sí están en esa clara transición del rock al heavy metal clásico. En fin, que Motörhead pasa por ser una banda única, inclasificable. En términos librescos, podría considerarse un incunable.

29 agosto 2011




Verano, tiempo de lecturas. Leer debe ser un hábito, de lo contrario los días pasan raudos y la lectura escasea. Un hábito que debemos imponernos si nadie lo ha hecho por nosotros en nuestra infancia; y si lo ha hecho, un hábito que no debemos perder. Pero, claro, existe una premisa principal: ha de gustar, porque no a todo el mundo le gusta la lectura -no hablo de cualquier lectura-, en definitiva, esa que te aporta, te enriquece, te emociona, te hace un poco más erudito, y más humilde ante la avalancha de saberes. Por tanto, hay que excluir mucha lectura que nada de eso aporta; es más, embrutece más que otra cosa.

Pero dentro de esa premisa principal, cada uno se ha de diseñar sus gustos lectores. En mi caso particular, frecuento mucho la novela, pero no olvido la historia ni los ensayos e, incluso, de vez en cuando me adentro en algo de poesía, pero, sin embargo, jamás leo teatro, por poner un sólo ejemplo y apenas tengo hábito de leer comics -excepto mi dedicación semanal a la revista satírica El Jueves-, a pesar de que siempre me lo reprocho. Pero veamos ese desorden lector en qué se ha concretado en las últimas fechas:


"Memorias de un preso", de Mario Conde



Me interesaba de este libro, no ya la particular existencia en los últimos años de este ídolo caído de las finanzas españolas, sino ese cambio antropológico sufrido por una de las personalidades más controvertidas de los últimos años en este dolorido Estado. Conocer cómo se interpreta estar en lo más alto y en lo más bajo. Lógicamente, no nos encontramos ante una prosa exquisita, pero sí ante reflexiones y puntos de vista interesantes. En absoluto se puede menospreciar la talla intelectual de este ex-banquero.

"Lanzarote", de Michele Houellebecq



Escrita en el más puro estilo ácido y agrio a que nos tiene acostumbrados el escritos francés, prácticamente afincado en España. Lanzarote no podría pasar la prueba de sátira porque es agria pero existe ironía descarnada y pasiones humanas encontradas.

"Madrid", de Luis Carandell



Nadie mejor que el ya fallecido cronista del Congreso de los Diputados para escribir curiosidades sobre un Madrid que tan bien conocía, a pesar de ser catalán.

Un delicioso librito que para quienes gustamos de la capital de España nos muestra y nos enseña.


"El Castillo de Velillos", de Mariano Martín García y José María Martín Civantos.

El mítico Castillo de Velillos, que según la historia, la arqueología y literatura de guerra, estuvo situado a la salida de Pinos Puente en un paraje que llamamos Cerro de los Infantes. El primero que habló de esta fortaleza fue el monarca nazarí Abd Allah, que en sus memorias se refiere a este enclave construido por el poderoso Rey de Sevilla al-Mu'tamid para intentar tomar el Reino de Granada, allá por el siglo XI.

De este Castillo apenas quedan restos porque es una zona que ha sido muy expoliada, pero se sabe que estaba construido sobre una fortaleza romana, tropas éstas que tomaron la antigua ciudad íbera de Ilurco, allí situada.

He disfrutado con esa pequeña obra a mitad de camino entre la historia y la arqueología. La tenía pendiente.

En este lugar fallecieron el Infante Juan de Castilla, hijo de Alfonso X el Sabio y el Infante Pedro de Castilla, hijo de Sancho IV el Bravo, en su intento de tomar el Reino de Granada al. Eso ocurrió a principios del siglo XIV y desde entonces el cerro es llamado "Cerro de los Infantes".

"La Prueba" de Carmen Gurruchaga.


Me llamó la atención que que esta novela fuera el primer galardón del Premio Abogados de Novela, convocado por el Consejo General de la Abogacía y la Mutualidad de la Abogacía. Una novela entretenida pero también repleta de tópicos que habría que englobar en el concepto de novela negra y novela de abogados, estilo poco frecuente en España. Se lee bien.

Volumen 10 de la "Historia de España", de Historia 16



En mi afanado reto por conocer la Historia de España desde un ámbito académico más que ensayístico, acabo el volumen dedicado al enorme predominio de Castilla. sobre todo a partir del S. XV. Ahora me adentro en el volumen 11 dedicado a los Edificios e Imágenes Medievales, que pinta muy sugerente.

"Viaje a la Alcarría", de C.S. Cela.



Probablemente el libro con el que más he disfrutado en el último año, ahora que visitaré esa desconocida zona de España.

Cela se adentra en una Alcarria del año 1946 y nos relata con maestría un viaje por los pueblos más señeros de esta parte de la provincia de Guadalajara: Brihuega, Pastrana, Cifuentes, Tendillas, Trillo, Sacedón. A ver si me organizo y me da tiempo de verlos todos antes de llegar a Sigüenza. Imprescindible será ver Pastrana, patria chica de la controvertida Princesa de Éboli y Brihuega, pueblo con un enorme pasado histórico.

Y seguidor como soy de la literatura de viajes me he enfrascado ahora en un libro inspirado en el clásico "Viaje de España", del escritor y viajero valenciano Antonio Ponz, una ambiciosa obra de 20 tomos escrita en el último tercio del S. XVIII que retrató una parte importante del patrimonio histórico español -principalmente religioso-, sus gentes y sus costumbres, aunque dejó incompleta porque le sobrevino su fallecimiento.

Esa obra fue una respuesta, digamos, patriótica, a la avalancha de críticas y sarcasmos sobre nuestro país y el lamentable estado de conservación de nuestro patrimonio histórico, por parte de prestigiosos viajeros europeos. Pero no contento, Antonio Ponz, también escribió un obra denominada "Viaje fuera de España", en la que demostraba que en todas partes se cuecen habas y ofrecía gráficas descripciones de cómo estos paises también descuidaban sobremanera su patrimonio histórico.

Lo que fue nuestro patrimonio en aquella época y lo que es ahora nada tiene que ver. La vorágine de la restauración aún no estaba en boga y muy probablemente los monumentos antiguos que hoy contemplamos en todas las ciudades españolas, tal vez, tengan más de artificioso que de real, por no mencionar el patrimonio ya desaparecido o expoliado. Sin embargo, otros muchos monumentos -y sobre todo obras de arte pictórico y escultural- siguen mostrando sus rasgos originales.

De todas formas, los viajeros actuales, aún, somos agraciados por poder contemplar el legado histórico a pesar de la invasión agresiva de nuevas construcciones y vías de comunicación que, con toda seguridad, son los mayores elementos destructivos de ese patrimonio y lo más triste es que detrás de toda esa destrucción se encuentran en la mayoría de los casos quienes tendrían que estar destinados a conservarlo: las administraciones públicas.

27 agosto 2011

Y ESTO, ¿QUIÉN LO PAGA? (IDEAL 26/8/2011)


"EL ELECTOR LO QUE HACE ES FIRMAR UN CHEQUE EN BLANCO A UN DESCONOCIDO, QUE EN MUCHAS OCASIONES CAMINA OSADO HACIA EL PRECIPICIO EN EL QUE NOS DESPEÑA A TODOS"

Con esa frase lanza IDEAL mi artículo en la edición del viernes, 26 de agosto. Siempre me parece oportuno insertar aquí mis artículos porque muchos lectores del blog no han tenido o no tienen acceso a las páginas de Ideal.

Y ESTO ¿QUIÉN LO PAGA?


Afirman que cuando el escritor catalán Josep Pla llegó Nueva York y vio la ciudad de los rascacielos en la noche, luminosa y encendida, preguntó socarrón: ¿y esto, quién lo paga? Sin saberlo el peculiar autor de "El cuaderno gris" estaba poniendo el dedo en la llaga sobre el interrogante que ahora, muchos lustros después, nos estamos haciendo los ciudadanos. Una pregunta que debería de estar en el catecismo ideológico de todo partido político con pretensiones de gobernar.

En España la cultura del endeudamiento y el gasto está muy arraigada, actitud que hubiera continuado sin control si las circunstancias económicas desde hace tres años no fueran tan adversas. Pero cuesta aún comprender que se está llegando a un fin de ciclo económico como aseguran los economistas y que el gasto debe ser cada vez más responsable.

En el ámbito público y con independencia del color político, en nuestro país y en cada una de las tres administraciones públicas territoriales, se han acometido proyectos megalómanos y políticas públicas con escasa lógica y rentabilidad, a no ser que sea la meramente electoral, que es la que posibilita estar en el poder para seguir inventando proyectos ruinosos, una absurda espiral de la que pocos políticos quieren salir una vez dentro. Lo que realmente ha ocurrido es que los representantes electos amparándose en una supuesta mejora de la ciudad, de la calidad de vida de los ciudadanos o de una hipotética creación de empleo y riqueza, actuando en nombre de la administración que dirigen, se han embarcado en gastos que han hipotecado el presupuesto anual durante muchos años y que han tenido que financiar con préstamos bancarios provistos de intereses galopantes.

Una empresa apuesta por una inversión que puede ser rentable o no porque ese es el juego que impera en el mundo empresarial. El empresario arriesga un dinero y probablemente jamás lo recupere. Si ese es el caso, este empresario podría entrar en un proceso de quiebra y necesitar una administración judicial para viabilizar su empresa.

Sin embargo, cuando esas inversiones ruinosas se ejecutan desde la arrogancia y la autorización mal entendida que ofrecen las urnas, las circunstancias son totalmente distintas. El político hace y ejecuta presupuestos basándose –se supone- en un plan de gobierno que, en teoría, debería conocer el votante. También sería lógico que el votante, el ciudadano, conociera las inversiones y políticas públicas más costosas y de esa manera votar en consecuencia. Pero la democracia es imperfecta y no existen esas premisas. Luego, el elector lo que hace es firmar un cheque en blanco a un desconocido, que en muchas ocasiones camina osado hacia el precipicio en el que nos despeña a todos. Así de triste es la democracia representativa.

Uno de los problemas básicos de nuestra democracia es que el político basándose en una elegibilidad amparada por las normas jamás responde de su gestión ruinosa. En la actualidad, en parte debido a la crisis, estamos asistiendo a la quiebra técnica de ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas, siendo probable que, incluso, a la del propio Estado. Esa crisis ha posibilitado que las cuentas no cuadren y que los ingresos no suplan los enormes gastos como sí parecían cuadrar hace no muchos años (aunque en realidad jamás los ingresos han bastado para financiar esos desproporcionados gastos sino que se han ido pagando con deuda pública y prestamos bancarios).

Esas absurdas inversiones, que hubieran llevado a la ruina a cualquier multinacional, al margen de responsabilidades jurídicas que se deduzcan contra el empresario, no tiene similares consecuencias en la actuación del político que un buen día decidió hipotecar el futuro de los ciudadanos a los que, en teoría, representaba. Es más, esa clase de políticos siguen ahí medrando, ocupando cargos de alta alcurnia, sin consecuencias negativas de ningún tipo. Solo se van, dicen, si me echan las urnas, como demócratas convencidos que son.

Obviamente, -con independencia de reivindicaciones indignadas- todo eso tiene que cambiar porque lo que está pidiendo el nuevo orden mundial no es sólo una más clara y austera utilización de los recursos sino un radical cambio en la forma de gobernar las ciudades y los países. Pero ese cambio no operará si se pretende ejecutar desde este mismo modelo económico y político, como tampoco podrá producirse con los mismos actores, que aferrados al poder no quieren comprender que la primera regla que ha de cumplirse es la salida de ellos mismos.


Afirman que cuando el escritor catalán Josep Pla llegó Nueva York y vio la ciudad de los rascacielos en la noche, luminosa y encendida, preguntó socarrón: ¿y esto, quién lo paga? Sin saberlo el peculiar autor de "El cuaderno gris" estaba poniendo el dedo en la llaga sobre el interrogante que ahora, muchos lustros después, nos estamos haciendo los ciudadanos. Una pregunta que debería de estar en el catecismo ideológico de todo partido político con pretensiones de gobernar.

En España la cultura del endeudamiento y el gasto está muy arraigada, actitud que hubiera continuado sin control si las circunstancias económicas desde hace tres años no fueran tan adversas. Pero cuesta aún comprender que se está llegando a un fin de ciclo económico como aseguran los economistas y que el gasto debe ser cada vez más responsable.

En el ámbito público y con independencia del color político, en nuestro país y en cada una de las tres administraciones públicas territoriales, se han acometido proyectos megalómanos y políticas públicas con escasa lógica y rentabilidad, a no ser que sea la meramente electoral, que es la que posibilita estar en el poder para seguir inventando proyectos ruinosos, una absurda espiral de la que pocos políticos quieren salir una vez dentro. Lo que realmente ha ocurrido es que los representantes electos amparándose en una supuesta mejora de la ciudad, de la calidad de vida de los ciudadanos o de una hipotética creación de empleo y riqueza, actuando en nombre de la administración que dirigen, se han embarcado en gastos que han hipotecado el presupuesto anual durante muchos años y que han tenido que financiar con préstamos bancarios provistos de intereses galopantes.

Una empresa apuesta por una inversión que puede ser rentable o no porque ese es el juego que impera en el mundo empresarial. El empresario arriesga un dinero y probablemente jamás lo recupere. Si ese es el caso, este empresario podría entrar en un proceso de quiebra y necesitar una administración judicial para viabilizar su empresa.

Sin embargo, cuando esas inversiones ruinosas se ejecutan desde la arrogancia y la autorización mal entendida que ofrecen las urnas, las circunstancias son totalmente distintas. El político hace y ejecuta presupuestos basándose –se supone- en un plan de gobierno que, en teoría, debería conocer el votante. También sería lógico que el votante, el ciudadano, conociera las inversiones y políticas públicas más costosas y de esa manera votar en consecuencia. Pero la democracia es imperfecta y no existen esas premisas. Luego, el elector lo que hace es firmar un cheque en blanco a un desconocido, que en muchas ocasiones camina osado hacia el precipicio en el que nos despeña a todos. Así de triste es la democracia representativa.

Uno de los problemas básicos de nuestra democracia es que el político basándose en una elegibilidad amparada por las normas jamás responde de su gestión ruinosa. En la actualidad, en parte debido a la crisis, estamos asistiendo a la quiebra técnica de ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas, siendo probable que, incluso, a la del propio Estado. Esa crisis ha posibilitado que las cuentas no cuadren y que los ingresos no suplan los enormes gastos como sí parecían cuadrar hace no muchos años (aunque en realidad jamás los ingresos han bastado para financiar esos desproporcionados gastos sino que se han ido pagando con deuda pública y prestamos bancarios).

Esas absurdas inversiones, que hubieran llevado a la ruina a cualquier multinacional, al margen de responsabilidades jurídicas que se deduzcan contra el empresario, no tiene similares consecuencias en la actuación del político que un buen día decidió hipotecar el futuro de los ciudadanos a los que, en teoría, representaba. Es más, esa clase de políticos siguen ahí medrando, ocupando cargos de alta alcurnia, sin consecuencias negativas de ningún tipo. Solo se van, dicen, si me echan las urnas, como demócratas convencidos que son.

Obviamente, -con independencia de reivindicaciones indignadas- todo eso tiene que cambiar porque lo que está pidiendo el nuevo orden mundial no es sólo una más clara y austera utilización de los recursos sino un radical cambio en la forma de gobernar las ciudades y los países. Pero ese cambio no operará si se pretende ejecutar desde este mismo modelo económico y político, como tampoco podrá producirse con los mismos actores, que aferrados al poder no quieren comprender que la primera regla que ha de cumplirse es la salida de ellos mismos.

25 agosto 2011

JOSE YA CONOCE EL PANTANO


Por fin, esta calurosa tarde de jueves, cuando agosto está quemando sus últimas naves y de qué forma, José -del Oliver-, ya conoce una de las rutas más señeras del Pantano de Cubillas, tantas veces referidas y aún pendientes.
Así que esta mediodía, cuando parroquianos y turistas abarrotaban el preciado bar donde mi amigo presta sus servicios desde no se sabe cuántos lustros, y mientras que, con la diligencia acostumbrada, José, me servía una fresquísima cerveza y una tapa de paella, le solté: hoy corro por el pantano, así que no te escapas. Y, efectivamente, a eso de las siete de la tarde iniciábamos una ruta rocosa de doce kilómetros, penetrando por carriles de olivos rompepiernas, secos como mojama y solitarios como un eremita que, efectivamente, es esa la sensación que sientes cuando en el seco estío te ves rodeado de un mar de olivos, dormitando a la espera de su mejor época creadora. Una especie de ruta de campo a través aderezada de lugares de asfalto, sin que ese elemento perturbara un ápice la tranquilidad y quietud de la ruta.
Una fuente de agua en el camino, en Caparacena y cuatro kilómetros finales dificultosos hasta volver de nuevo al Pantano, han completado esa ruta tranquila que Jose y yo hemos hecho a una media aproximada de 5' el mil, un ritmo cómodo que nos ha posibilitado hablar durante todo el trayecto de lo humano y lo divino.
Pero la realidad, como le indicaba a Jose, en mi organismo algo está débil. Sin duda, las secuelas del Veleta que ahora se manifiestan de manera más clara que en los primeros días.
Aunque Jose opina que debo cambiar el "chip", porque a nivel físico me ve bien. Lo ha dicho un experto.

21 agosto 2011

WACKEN OPEN AIR: APOCALYPTICA

Apocalyptica es una banda de Finlandia que tiene ya casi veinte años de vida, conocida como la banda de los chelos. De hecho son músicos de conservatorio. En realidad, se trata del chelo clásico al que ellos le dan ritmos metálicos. Se dice que hacen un estilo de heavy metal sinfónico, repleto de guiños a la música clásica, pero también explotan de vez en cuando con ritmos duros. De hecho, se trata de una banda metalera.
Comenzaron versionando temas de Metallica y otras bandas consagradas, pero cada vez adquieren más personalidad. Su último disco, "7th Symphony", -que adquirí hace casi un año- denota unos conceptos musicales cada vez más propios y definidos, sumando la batería a los chelos, a pesar de que éstos (tres) son los grandes protagonistas. Se supone que es una banda de estudio y arreglos, pero en directo suenan realmente bien a tenor del vídeo que inserto.
En el Wacken de este año gozaron de una magnífica oportunidad de mostrarse ante sus miles de seguidores, acompañando que ya cayera la noche -que no es igual que tocar a las cuatro de la tarde-. A mi me parece un concierto sorprendente:

17 agosto 2011

WACKEN OPEN AIR: SEPULTURA



Hace unos pocos días -entre el 4 y el 8 de agosto- se ha celebrado el festival anual Wacken Open Air, que es una de las citas mundiales más importantes con el Heavy Metal en sus muchos subgéneros y que se celebra en una pequeña localidad así llamada al norte de Alemania. Acuden una media de 70.000 espectadores de todo el mundo y por allí pasa lo mejor del metal mundial. Tienen la virtud de ofrecer sus conciertos completos con gran calidad de imagen y sonido en YouTube. Y, claro, desde esa ventana "asisto" a los conciertos de mis grupos predilectos y descubro e indago en otros no conocidos o menos conocidos. Si no recuerdo mal, por ese festival aún no ha pasado ningún grupo español, ni siquiera Mago de Oz, aunque sí es bastante usual que el grupo madrileño de Metal Folk acuda a los mejores festivales de Folk Metal de Europa.
Por tanto, comenzaré por insertar esos conciertos a modo de entrada en el blog, que es un excelente documento visual y sonoro de los grupos más señeros, interesantes, novedosos, etc., etc.
Comenzaremos por Sepultura, un grupo brasileño fundado allá por 1984 por los controvertidos hermanos Cavalera, que cultivan un Thrash Metal rotundo, con sonidos más "death" que los que cultiva Metallica, tal vez, porque introducen otros elementos sonoros cercanos al Death Metal.
Es un grupo veterano con muchos adeptos que sin llegar a fascinarme como Metallica (aunque no se trata, por supuesto, de idéntico estilo) me gusta la puesta en escena de su música.
Este concierto en el Wacken de este año es particularmente interesante.

15 agosto 2011

BENDITA NORMALIDAD

Cuando hacía los test especializados de cara a la subida al Pico del Veleta, a pesar de que me encontraba a gusto haciéndolos y son muchas las mejoras que he experimentado, no podía evitar pensar en volver a la normalidad una vez acabada esta dura prueba.
Tras seis días sin correr desde el pasado siete de agosto -porque el descanso es tan necesario o más que el propio entrenamiento y la competición-, el sábado por la tarde me iniciaba con una pequeña rutina placentera de nueve kilómetros suaves por la Vega de Pinos Puente y Fuente Vaqueros (que he repetido al día siguiente por Caparacena, algo más duro). No existía propósito de subir el ritmo, pero encontraba las piernas ligeras, descansadas y fuertes, así que la medía bajo de 5' el mil sin que existiera ese propósito previo.
Cuando surcaba esos caminos secos propios de agosto en la Vega, a lo lejos veía el Veleta y, efectivamente, como ya apuntaba en el análisis de Ideal, lo veía con otros ojos. Con ojos de osadía por haberme atrevido a llegar hasta allí, que visto desde la Vega pareciera más la línea que divide el cielo de la tierra. Así que satisfecho y corriendo con muy buenas sensaciones me centré en los arroyos frescos de la Vega en dirección al cruce de Pedro Ruíz -pedanía de Santa Fé-. Fue un reencuentro con la normalidad, tal y como había imaginado. Una sensación de haber hecho los deberes correctamente.
Entrenamientos de este tipo serán los previstos para lo que queda de agosto. Entrenamientos cortos y pocos intensos con la idea de no perder el tono muscular y el ritmo de cara a los medios maratones de otoño, que prometen ser muchos e intensos.
Y para seguir con las buenas sensaciones, si sois amigos de la música fuerte no os perdáis este vídeo que inserto. Es más, poned a tope los altavoces si no es una hora intempestiva. Se trata de "Rise Of Sodom And Gomorrah" de Therion:


11 agosto 2011

DESMITIFICANDO EL VELETA



Con Luis y Jesús, antes de la salida, ilusionados, dispuestos a comerse el Pico como si fuera un merengue.

LA CARA: Subiendo sin demasiado esfuerzo las duras rampas dejado Pinos Genil. LA CRUZ: Andando por el Dornajo, incrédulo y contrariado por los problemas musculares surgidos.


El esforzado corredor, José Antonio Flores, en sus inicios como corredor, compraba y leía con avidez la revista Runner’s, pero no se detenía jamás en las páginas dedicadas a media maratón y maratón –a cualquier maratón-, probablemente por considerar que aquella no era una prueba para él y, tal vez (uno jamás sabrá los recovecos de nuestra alma), por miedo a lo desconocido, por negación a algo que no formaba parte de su entorno.

Correr, sí, pero correr tranquilo, correr distancias cortas, correr contemplativo. Con su ilusión de bajar de 50 minutos en 10 kms., por sus añorados caminos de la Vega le bastaba.

Sin embargo, en esto del correr como en la vida misma, las sorpresas, lo desconocido, lo imprevisto, está a la vuelta de la esquina, mucho más cerca de lo que creemos. Por tanto, si dando el primer paso se comienza a correr, conviene meditar muy en serio si conviene darlo porque una vez dado todo lo demás ya forma parte del destino.

Y el destino quiso que se acabara inscribiendo a una primera media maratón. La de Granada, en octubre de 2005. Ajeno aún a esa barbaridad de 21 kms., y con diez kilos más que hoy y un mayor porcentaje de grasa, la semana anterior a la celebración de la prueba y con el miedo escénico metido en el cuerpo, midió con el coche 21 kms., exactos y se dispuso a correrlos. Los hizo despacio y acabó totalmente derrotado, imbuido al terminar de un miedo escénico aún mayor ante la prueba oficial de la semana siguiente.

Y con esas dudas y temores se presentó en la salida de su primera media maratón, en la que faltando tres kilómetros casi desfalleció. Llegó en 1 hora y 51 minutos, que no estuvo nada más dada la escasa preparación que tenía. Su primera barrita energética –que luego ha utilizado muy poco- no era de la marca Isostar. Se llamaba “Huesitos”, que devoró en el kilómetro 18. Evidentemente, estaba escaso de esa sapiencia correril, como bien dice Alfredo.

A partir de aquel día, comprobó que no sólo leía con delectación los reportajes sobre media maratón sino que se detenía, por curiosidad, a ojear –y hojear- lo que se escribía sobre maratón, aquella barbaridad de prueba, opinión que aún mantiene.

Como ocurría en la excelente obra de Jonathan Swift, Los viajes de Gulliver, todo es relativo y dependerá del contexto y de la situación. En Liliput serás el más grande porque todo lo que te rodea es pequeño; pero en Brobdingnag será al contrario, un ser diminuto que podría ser aplastado por cualquier bebe del país sin apenas esfuerzo. Por tanto, la dualidad pequeño-grande es muy relativa, algo similar a lo que ocurre en el atletismo. Llegas a meta en el mismo tiempo que gente de la que nada sabes y te preguntas: ¿son excelentes corredores porque han llegado a tu par? O por el contrario: ¿son corredores del montón porque han llegado a tu par? Y esas preguntas adquieren una especial relevancia en pruebas dantesca como la de este tipo. Todo, totalmente relativo.

Y uno es grande en sus propósitos de acuerdo y – y no es una redundancia- con sus propios propósitos que para nada tienen que ver con los de los demás. Ahí estriba la grandeza de correr.

Y esos propósitos pueden ser infinitos. De hecho nuestro corredor acabó haciendo su primera maratón tan sólo año y medio después de correr su primera medio maratón.

Por tanto, desmitificó la distancia reina de una forma más sencilla de lo que había previsto y esas páginas dedicadas al maratón de revistas especializadas se convirtieron a sus ojos tan placenteras y normales como las demás que hablaban de correr.

La vida se cuenta por etapas. Por ciclos que se cierran, como tanto gusta referir a su amigo y Álter, Jesús Lens. Superada la etapa del maratón, tenía mitificadas –como nos ocurre a todos- pruebas como la Subida al Pico del Veleta, pero como todo es relativo, no es exactamente lo mismo lo que uno se imagina sobre lo que serán las cosas con lo que son las cosas en realidad. Y se puede asegurar que la imaginación siempre altera la realidad, lo mismo que la memoria deforma los acontecimientos pasados.

Sin embargo, no se inscribió -según cuenta- en la prueba del Veleta para desmitificarla y afrontar el miedo a lo desconocido porque si así fuera a lo largo de su vida hubiera hecho cosas imprevisibles, como por ejemplo, rodear su cuello con aquella serpiente pitón que le ofreció un conocido dueño de una o haber hecho parapente ante la insistencia de otro conocido, que además era monitor de esa disciplina. No, al Veleta se apunté sin reflexión, sí, –acuérdense de su artículo en Ideal sobre la revelación- pero considerando que contaba con la preparación básica para afrontar esta prueba.

Pero la desmitificación de esta prueba, que se basa en acabarla, se consigue sin demasiado esfuerzo; de hecho, en su fuero interno considera que cualquier corredor bien preparado puede acabarla (igual que defiende que cualquier persona puede acabar una maratón), sabiendo que alternará correr con el andar. Ahora bien, si de lo que se trata es de trepar hasta la cima del Pico corriendo, la mitificación aún tiene cierta vigencia, piensa.

09 agosto 2011

XXVII SUBIDA GRANADA-PICO VELETA (7/8/2011)


El muy preciado y prestigioso trofeo.


La noche previa a la prueba había sido corta en sueño. Por lo general –y mucho menos en periodo estival- no es común levantarse un domingo a las cinco de la mañana para ir a correr a las siete. Pero sabedor de que siempre olvido detalles importantes (calcetines, vaselinas, protectores solares...), opté por anticipar la madrugada, a pesar de la escasa costumbre de irme a dormir temprano –he de reconocer que soy más ave nocturna que diurna y leo y escribo por la noche-. Me obligué, pero mandaban los biorritmos y no fue fácil conciliar el sueño. Por tanto, la noche corta y las horas de sueño escasas.

Para aparcar en una zona con no demasiado aparcamiento ¿mejor coche o moto? Pequeña diatriba que hay que solucionar. Para evitar problemas de última hora, moto pues, la cual atraviesa rauda un centro de Granada aún silente y dormido, aspecto que engrandece y singulariza aún más este tipo de carreras, pero curiosamente no me pregunté en ningún momento ¿qué hago aquí?

El ambiente es aún desangelado en la zona de salida, apenas unos cuantos corredores y numeroso personal de la organización trayendo y llevando cosas desde las furgonetas anárquicamente aparcadas al final del Paseo del Salón, en la zona más cercana a Puente Verde. Justo desde allí se inicia la prueba, previas dos vueltas a ese bulevar señero granadino. Sorprendente el nutrido grupo de espectadores -familiares de los corredores los más- que nos animaron a las 7,15 horas, que el horario de salida.

Prudencia decían todos los consejos de foros y relatos vivenciales. Prudencia en todo momento, principalmente –nos decía el ganador de edición de 2005, Oscar Alarcón- en esos primeros 11 kilómetros de falso llano hasta Pinos Genil, que al ser fáciles la tendencia es acelerar. Prudencia y cabeza fría que ya llegarán las puertas del infierno.

Y llegaron. El infierno cada uno lo vive de forma distinta y cada uno es esclavo de su genética, su capacidad mental y física y resultado de su propio entrenamiento. Para muchos las puertas del infierno podrían estar en las mismísimas primeras rampas pasado el pueblo de Pinos Genil, pero para otros, los menos, probablemente no atisben el inframundo hasta bien pasada la zona de los Albergues, en la Hoya de la Mora.

Yo comencé a vislumbrar esas puertas cuando comprendí allá por el avituallamiento sólido del kilómetro 23 que mis abductores –principalmente el derecho, que es mi pierna vaga- se cargaban más de lo aconsejado. Subí tranquilo pero solvente las duras rampas de la antigua carretera de la Sierra y me incorporé a la nueva sin demasiados problemas a pesar de la dureza del recorrido en esa zona de carretera nueva, pero en ese avituallamiento tras comer con delectación unos trozos de melón, sandía y plátano y beber líquido, comprendí que la segunda parte de la carrera para mí ya no iba a ser lo mismo. Antes, a la altura del Hotel El Guerra, Roberto Gil, en mitad de la carretera me ofrecía, a elegir, agua fresquísima o isotónico –creí ver- fresquísimo. Opté por el agua. En ese momento iba bien, y él mismo me asegura en un comentario anterior que no llevaba aspecto de sufrimiento. Pero mis problemas musculares comenzaron unos kilómetros más tarde. Ya dije en el análisis de Ideal que este tipo de factores pertenecen al grupo de los desconocidos. Pero no llegué a percibir tal dolencia como lesión; no, al menos, que me moderara en el esfuerzo.

Para comprender esa aseveración basta con comprobar unos datos: la figurada media maratón la pasé sin demasiada fatiga en 2 horas y 10 minutos y al paso por El Dornajo, tan sólo cuatro kilómetros después, el Forer marcaba 2,42, es decir que empleé en esos duros cuatro kilómetros 32 minutos, o lo que es lo mismo, lo que supone correr cada kilómetro en, aproximadamente, ocho minutos. Dentro de ese intervalo de tiempo, lógicamente, se encontraba los minutos perdidos en el avituallamiento sólido, que no fueron excesivos. Estaba claro que tenía un problema.

Tenía un problema porque faltaban aún los siguientes 25 kilómetros y éstos eran los más duros de la prueba, no sólo por la dificultad orográfica, sino por la altura y la fatiga muscular ya acumulada.

Sin embargo, no me puse nervioso porque mi mente tardó poco en interpretar –al mismo tiempo que olvidar- que la segunda parte de la prueba nada tendría que ver con la primera. Así que con esa premisa inicié corriendo las primeras duras rampas del Dornajo produciéndose lo que ya era una realidad constatable: fuerte dolor y pinchazos en los abductores y una rigidez que daba la sensación fueran a partirse por la mitad. En esas circunstancias, la única opción que tenía era andar rápido. De esa forma, la zona se relajaba y me posibilitaba continuar.

No sabía con exactitud qué pasaría en los siguientes kilómetros, pero sí que subir el Dornajo corriendo iba a ser imposible, pensamiento éste que me produjo desazón porque entrené por allí y sentí muy buenas sensaciones: mi propósito e ilusión era subir esos mortíferos siete kilómetros iniciales corriendo, porque llegado a la zona de las Sabinillas podría buscar una mejor recuperación dada la menor dificultad de ese trayecto, para beber en el avituallamiento situado justo en el cruce que gira hacia la zona de los Albergues e intentar, sí era posible, subir esos pocos kilómetros hasta las puertas de la Hoya. Es lo que había hecho en el entrenamiento hace unas cuántas semanas y es lo que me planteaba hacer en esta prueba. Pero dada mi dolencia muscular –nueva en mi mapa fisiológico de lesiones- eso ya se quedaba en el plano de lo teórico.

La única opción era andar lo más rápido posible y, coyunturalmente, correr hasta que la zona dañada lo permitiera.

No recuerdo en qué punto de la subida al Dornajo apareció Víctor Bernier perfectamente pertrechado en su traje ciclista montando una bicicleta de carretera de aspecto inmejorable. Víctor me acompañó y animó durante varios kilómetros en los cuales le fui explicando mis dolencias. Posteriormente lo vería a falta de dos kilómetros aproximadamente. José Antonio que te veo muy bien, ya estás casi en la meta, me dijo mi paisano de adopción.

Como decía, me dio mucha rabia no poder subir El Dornajo y mucho más apenas arrancarme a correr por la zona de las Sabinillas, que sin saber porqué me parece estéticamente muy atractiva. Justo en ese trazado vi a lo lejos a José del Oliver con cámara en mano esperando mi paso y bromeando me puse a correr para la foto (¿habrá salido la foto?). Por tanto, si sobre el kilómetro treinta y cinco aún tenía ánimo de bromear no debía ser malo mi estado físico. Otra cosa era poder correr.

A partir de ahí, el cada vez más insistente goteo de corredores que iban andando me animó y ya comprendí que hasta el final de la prueba -unos quince kilómetros todavía- el andar rápido se iba a convertir en la "vedette principal". Ya me lo vino a decir Víctor: ahora te enfrentarás con los montañeros. Estos andan que vuelan.

Otro paso para mí simbólico -y psicológico- es el los "chiringuitos" de La Hoya de la Mora, unos metros antes de la barrera que impide el paso de vehículos. Por ahí, quería pasar corriendo y apretar los dientes si el dolor aparecía. En ese momento iba con un corredor jienense e íbamos hablando de entrenamientos y carreras. Le dije que por ahí iba a pasar corriendo y si se animaba. Él no se animó y yo pasé corriendo, pero a esas alturas -por encima de los 2750 metros ya-, el correr y el andar rápido prácticamente ya iban de la mano. De hecho, este corredor jienense llegó a mi altura al minuto de estar yo tomando liquido en el primer avituallamiento de carretera que conduce al Pico del Veleta. Un poco antes, el periodista de Ideal y también corredor, Manolo Pedreira, apostado con su bicicleta junto al Albergue militar me dijo que fuera pensando en el contenido del artículo para Ideal. Y cumplí su deseo en los siguientes kilómetros. Por tanto, si aún podía pensar en un artículo se demostraba una vez más que mi estado general no era malo. El problema, nuevamente, era poder correr.

A partir de ahí, la estampa es típica: corredores andando rápido y algún que otro intentando correr para parar casi enseguida. Ya estábamos a diez kilómetros de la meta.

Diez kilómetros que se hacen interminables. La estampa viene a ser ésta: en casi todo momento ves imponente el pico del Veleta. Lo ves cercano y tienes la sensación que ya lo estás tocando, pero olvidas que estás en alta montaña y que las carreteras en este terreno simulan una colmena: hay que rodear una y otra vez para llegar hasta arriba, complicándose cada vez el terreno. Pensaba más o menos en eso cuando me crucé al gran Daniel, que venía de correr la mini-subida, la "prueba de los niños" como él mismo me comentó con su gracejo habitual. Andó conmigo animándome durante unas decenas de metros.

Entonces fue cuando comencé a comprender la dificultad de andar rápido -o no- en altura y el porqué de la presencia de tanto bastón cuando semanas previas entrené por aquella zona. Definitivamente, correr por allí es casi imposible tras haber superado más de cuarenta kilómetros, pero andar se convierte en una tarea también titánica. Las piernas ya van rotas y el ritmo aeróbico cuenta ya mantenerlo. Son momentos en los que la prueba te abofetea la cara. Y efectivamente, corredores con experiencia montañera, pasaban raudos, tal y como aseveró Víctor. Pero si estaban ya por allí, también demostraban ser buenos corredores.

A falta de cuatro o cinco kilómetros ya no existe lucha interna sobre el correr y el andar. Quien haya realizado esta prueba sabe de lo que estoy hablando. Lo único que ya importa es llegar y, eso sí, dejar fuerzas para entrar en meta corriendo, asunto éste que se convierte una hazaña para muchos corredores. Hay quien ya no puede ni dar una zancada y llega andando y hay quien al llegar cae destrozado al suelo. La meta se encuentra en un desvío de la carretera y transcurre por un terreno muy irregular y pedregoso donde cuesta dar zancadas. Sin embargo, me sorprendí a mi mismo arrancando desde bastante antes del camino, en plena carretera, para doblar a la derecha y penetrar en el camino pedregoso sin problemas físicos, al margen de la afección muscular en los abductores. Llegué fuerte y pletórico y con un sabor agridulce. Dulce por haber culminado la prueba y agrio por no haber podido correr durante más kilómetros.

Pero en estas pruebas, definitivamente, mandan más los factores desconocidos que los conocidos y yo fui víctima de varios de ellos.

Como conclusión final diré que a pocas horas de haber terminado la muy temida y prestigiosa prueba del Veleta mi sensación ahora es más dulce que agria. He comprendido que esta prueba se puede hacer con muchas más garantías si se asume un entrenamiento más largo y sistemático que incluya gimnasio y mucho entrenamiento en altura.

Pero sí he sido sincero en toda la crónica también lo seré en la siguiente aseveración que suena un poco anormal y pretenciosa: no he tenido casi en ningún momento la sensación de sufrimiento infinito -aunque sí sufrimiento, por supuesto- que afirman sufrir muchos corredores. Es cierto que sufrí sobre los kilómetros 23 a 25, no tanto por un bajón de mi estado físico sino por la constatación de que algo no iba bien en mis abductores. Sin embargo, dicho esto, estoy totalmente seguro que el sufrimiento hubiera sido más infinito si no hubiera tenido esos problemas musculares y hubiera corrido muchos más kilómetros.

Asimismo, siguiendo con la racha de sinceridad he de decir, porque así lo entiendo, que acabar esta carrera es muy difícil, que hay que tener una buena base física, que hay que hacerse como corredor para emprender este tipo de pruebas, pero también afirmaré que si se alterna el correr con el andar puede estar al alcance de cualquier que cumpla con esos elementos mínimos. Otra cosa muy distinta es no dejar de correr en todo momento o, incluso, correr hasta el kilómetro cuarenta, algo que es posible conseguir -y me propongo hacerlo- con una preparación más concienzuda y temprana.

Por supuesto, dar la enhorabuena a todo el que ha conseguido llegar a la cima, con independencia del tiempo realizado -en mi caso, 6 horas y 45 minutos-, y agradecer muy sinceramente la excelente disposición de mi compañero de club Esquí-Atletismo Caja Rural, Bernardo de la Torre, -ya "veletero"- por esas cervezas Alhambra especial fresquísimas y esas viandas que nos tenía preparadas en Pradollano, al mismo tiempo que admirar la merecida progresión de mi también compañero de club Fernando Medina por esa progresión en su tercer "Veleta".

Gracias a todos (en el blog y en la vida real) por esos ánimos durante las semanas previas y animaros a que os inscribáis en el Veleta del 2012 donde muy probablemente nos veamos si las circunstancias acompañan.

Y si habéis llegado hasta aquí redoblar mi gratitud dada la extensión -que era necesaria- de esta sentida crónica.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...