Me gusta competir en verano. Incluso hacerlo cuando el calor ya se va convirtiendo en un problema. Pensaba en ello cuando me dirigía al coche al terminar la prueba de Fondo de El Valle de Lecrín, bajo un sol inmisericorde ya a las 11 de la mañana. A pesar de que no soy un corredor que rinda bien con el color. Rindo mejor con lluvia y frío. Pero, tal vez, por eso me motiva correr con calor. En plan retador. Por esa asignatura pendiente que supone.
Dicho esto, tengo que decir que el verano es una época en la que entreno bastante. Los días son largos y hay tiempo. Por tanto, en bastantes ocasiones, el calor me ha cogido corriendo a más del las 12 del mediodía, cuando el sol deja de ser amigo para convertirse en un verdugo; o a las 7 de la tarde, horario en el que el astro rey sigue teniendo casi la misma mala leche que a las 12.
Y es que correr por esos caminos secos, esos pedregales entre olivos en los que tan sólo se escuchan las chicharras, por ese asfalto en el que el calor hace aguas y uno cree ver lagunas, es motivador (el otro día vi mi primera culebra atropellada en la orilla de una carretera). Lógicamente, hay que tomar medidas para no llegar al colapso físico. Y nada mejor que llevar buen material técnico. El mejor, si el bolsillo lo permite. Correr con una gorra técnica -poseo tres-; no correr jamás con el torso desnudo como a tanto insensato veo hacer cuando entreno en estas fechas. Hay que ir provisto de una buena camiseta técnica tipo 'Dry', que tenga la capacidad de despedir el sudor y al mismo tiempo evitar que los rayos del sol penetren a través de ella en la piel. Siempre es preferible correr con camiseta de manga corta, pero si se opta por la de competición -tirantes- más vale llevar una buena protección solar con un buen factor de protección, que dependerá mucho de la piel. Pero de todo, lo más fundamental es la hidratación. Si corremos por una zona en la que sabemos con seguridad que hay agua potable, podremos programar nuestra ruta en función de esos puntos de agua; pero si no es así, nada mejor que portar hidratación. A mí me va bien con una correa de hidratación con dos depósitos. Uno de ellos suele ir repleto de bebida isotónica y el otro de agua y los dejo toda la noche en el congelador e intento calcular cuando es posible beberlos en ruta. En ocasiones, he calculado mal y no he podido beber hasta pasado un buen rato por estar el líquido congelado, por lo que no estaría mal sacarlos con tiempo suficiente del congelador.
Son reglas básicas a las que se les puede añadir otras en función de los circuitos por los que entrenemos. Se pueden elegir unas zapas más transpirables e, incluso, un pañuelo para proteger el cuello tipo trail. Y si la ruta es larga, nada mejor que una mochila de hidratación tipo 'camelbak'. El problema de la hidratación estará superado si competimos ya que habrá suficientes puntos de avituallamiento y no dejarán que nos deshidratemos, lo que es muy relativo en esta fechas de crisis (recuerdo cómo en la prueba del Río Dílar de hace varios años la organización se olvidó de dar agua a la mayoría de los corredores y tuvieron que ser los vecinos residentes por los lugares de paso de la carrera los encargados de suministrarla. Se subía una fuerte pendiente en pleno julio).
Nuevo recorrido |
Pero volviendo a la prueba de El Valle de Lecrín, en Dúrcal, tras ese amplio paréntesis.
Nos han cambiado el recorrido y ha resultado mucho más duro. Han eliminado esa segunda vuelta tortuosa por la vía de servicio y nos han derivado por un terreno más campestre, con carriles de tierra incluidos.
Particularmente, a mí me ha gustado este recorrido. Al menos, me ha gustado más que el anterior. La distancia también ha aumentado un poco y todos los corredores hemos sufrido mucho más tanto por las rampas de esa última parte de la prueba como por el fuerte calor que ha caído sobre el Valle. Es algo que se apreciaba nítidamente en los rostros.
Por último, unas cuantas palabras sobre material. En pocos días me llegará algo novedoso que no he tenido hasta ahora, luego ¿será el principio de una hermosa amistad, como en la película Casablanca? Está por ver. Que por experimentar y seguir avanzando no quede.