Ayer escribía que estaba subyugado con los smartphones chinos. Es cierto, pero es, básicamente, una metáfora.
Cuando leí 'Gomorra' de Roberto Saviano, no pude más que sorprenderme de la forma de operar que tenían los chinos para copiar a los diseñadores y sastres italianos que, como sabemos, tienen un enorme prestigio mundial. Grababan en vídeo todos los pasos necesarios para confeccionar un caro traje de diseño italiano -por ejemplo-. Desde el inicial corte de la tela hasta el bordado más sofisticado, si era necesario. Posteriormente, veían una y otras vez esas imágenes grabadas y acababan por igualar el producto, que luego vendían a precio mucho más bajo. Lógicamente, pronto tuvieron enfrente a las sagas mafiosas del sur de Italia, al comprender éstas que su negocio se podía ir al traste. El armisticio fue fácil: trabajáis para nosotros, aunque no fue nada fácil, toda vez que los chinos también estaban bien organizados.
Pero, en fin, no sólo se limitan a la ropa, como todos sabemos, lo hacen también con los coches, con las motos, con la maquinaria, los electrodomésticos, la informática, la electrónica y ahora lo están haciendo con los smartphones, porque han comprendido que hay mucho negocio en este sector a nivel mundial. Además, están haciendo cara a las grandes marcas como Apple, Sony, Nokia, Motorola, Samsung o LG. De hecho, ayer saltaba la noticia que el gigante norteamericano Motorola ha sido adquirida por Lenovo, una de las compañías informáticas y de comunicaciones más importantes de China. También ha adquirido el sistema de servidores de IBM. Y, lógicamente, eso es mucho más que una promesa de expansión. De hecho, a Lenovo ya se le considera un gigante a nivel mundial.
Hemos de reconocer que aún desconfiamos de los productos 'chinos', si bien cada vez menos. Pero hay que matizar el termino: no es igual decir producto 'chino', que producto 'hecho en China', porque, de hecho, la mayoría de las multinacionales, ya sean del deporte, de la electrónica e, incluso ya de la automoción, fabrican o ensamblan sus productos en China, por aquello de la competitividad, los bajos salarios y el bajo coste laboral y tributario. Es algo cuestionable, pero de esa manera está configurada la oferta y la demanda en un mundo de mecánica capitalista. En mi opinión particular, que las grandes multinacionales fabriquen en China, además de los argumentos dados, tiene el objeto de no ser imitados por los hacendosos y hábiles empresarios de aquel país.
Y de todo eso, China, está sacando buena tajada. De hecho, el poder fabricar en su país los productos más sofisticados de las grandes internacionales está haciendo que imiten cada vez mejor, hasta el punto de superar en muchos casos a las propias grandes marcas. Además, surgen cada vez más marcas volcadas en el I+D del producto.
Por ejemplo, en el sector de los smartphones, ya comienzan a llegar a Europa y a otros continentes marcas de telefonía con cada vez más prestigio comercial, caso del mismo Lenovo, Huawei (que ha conseguido introducir sus teléfonos móviles-fijos en un amplio sector de la Junta de Andalucía, por ejemplo), Xiami -la marca china más prestigiosa en smartphones y que fabrica, probablemente, algunos de los mejores del mundo-, ZTE -que opera con casi todos los operadores de telefonía móvil españoles y de otros países europeos-, HTC -que destaca por la calidad y el alto precio de sus terminales- Cubot, Jiayu, THL, Zopo, One y otras muchas marcas que ahora nos suenan a ídem, pero que en poco tiempo nos sonarán cada vez más, ya que la mayoría de nosotros llevaremos tarde o temprano un teléfono chino en el bolsillo. Por lo pronto, ya hay en torno a los seis mil millones de smartphones chinos repartidos por el mundo. Pero lo realmente fascinante es que esas marcas son cada vez más conocidas por nosotros y muchos usuarios ya las están valorando por encima de las marcas 'sagradas', gracias al menor precio y a la calidad y diseño del producto en sí. Ocurre que quien se atrevió a comprar hace un año un terminal chino de gama alta hace un año, pagó la mitad de lo que vale ahora. De hecho, el modelo más avanzado de HTC, tiene un precio superior a la gama alta de Sony, teniendo su precio casi equiparado al iPhone de más memoria de Apple.
Comentaba ayer que Japón comenzó de similar forma con los coches. Hará unos treinta años, poca gente confiaba en un coche japonés. Mientras tanto, éstos se limitaban a seguir copiando los modelos alemanes, sin inmutarse. Hoy día, un coche japonés es señal de prestigio, calidad y buen precio, que ha arrasado el mercado norteamericano y europeo, que son los paraísos tradicionales de las grandes marcas de coches.
¿Ocurrirá esto con los productos chinos en unos pocos años? ¿Ocurrirá con los smartphones? Estoy convencido que ocurrirá. Ya está ocurriendo.