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07 octubre 2021

EL MUNDO YA NO LEE (O LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA)

 



De todo lo importante que tiene relación con los procesos mentales, la lectura es, quizá, la actividad que más alimenta las neuronas. Un lector (un lector habitual) debe de tener la habilidad de desarrollar varias destrezas en mínimos intervalos de tiempo. Sumergirse en un mar de letras, que son signos convencionales que nos hemos dados la humanidad en distintos idiomas; además, debe de comprender e imaginar. Y todo eso al mismo tiempo. La información que penetra por los ojos por medio de esos signos convencionales, penetra en las neuronas y estas han de ir buscándole relaciones que permitan al lector comprender lo que lee, casi siempre, transformando en imágenes esa información. Una vez creadas esas imágenes o bien buscadas en los ignotos recodos mentales, el lector debe de comprender e imaginar qué está escribiendo el autor de ese libro que tiene en sus manos. Se trata de un proceso muy complejo que ha necesitado una evolución de miles (sino millones) de años y que continúa en plena expansión.

Pues bien, todo eso lo estamos tirando por la alcantarilla.

Digámoslo muy claro: se está perdiendo el hábito de lectura. La humanidad está perdiendo uno de los hábitos más enriquecedores que nos ha sido dado. Y eso es algo muy dramático. Su lugar lo está ocupando la imagen, pero no una imagen que nos llega a los ojos (y después procesa la mente) de calidad (el buen cine, por ejemplo) sino distorsionada, mediocre y, casi siempre, nociva. Las redes sociales, amigos, tienen gran parte de culpa y ya hay quien dice que Facebook y sus hermanas son responsables de esta involución que está atrapando de manera despiadada a gran parte de la humanidad, sobre todo la población que menos necesita ser atrapada: la gente en formación.

Sí, ya estaba la televisión y su bazofia, pero esta ya había ocupado un lugar concreto. Casi siempre se trataba (o se trata) de espacios concretos de tiempo, excepto, en casos muy radicales de gente que se engancha al televisor todo el día. Sin embargo, las redes sociales las llevamos con nosotros a todas partes en esos aparatos cada vez más chulos y a precios muy ventajosos que llaman smartphones. Un aparato de estos en el bolsillo y una conexión permanente a internet es el mecanismo perfecto para Facebook y sus hermanas, que de esta manera consiguen la adicción que se proponen.

Un servidor era de los que afirmaban que el problema no eran las redes sociales sociales en sí, sino la utilización que se hace de ellas. Ya no estoy tan convencido de esa información y me inclino a pensar que el problema son las redes sociales en sí. De hecho, son cada vez más los dedos acusadores de gente sensata (incluso de gente que ha estado en el interior del sistema de las redes sociales) los que acusa a los fundadores de estas, echándoles en cara que lo que pretenden no es otra cosa que destruir todo lo que funcionaba en este mundo en pos del vil metal y del nocivo negocio. 

Lamentablemente quien paga todo esto es el hábito más noble que la humanidad ha inventado y que no es otro que al que me refería en las primeras líneas: la lectura. 

Hace unos días daba una charla en la Biblioteca Provincial de Granada y lo decía en algún momento: ya no se lee; es más ya no se lee lo que realmente merece la pena leer: los clásicos literarios. Conté una anécdota ilustradora: la dificultad de encontrar un libro (un clásico) escrito a mediados del siglo XX (no tan antiguo) porque ya ninguna editorial quiere reeditarlo al constatar que no tiene ventas, que no tiene salida. Tan solo se editan esos llamados best-seller actuales, muy pobres en cuanto a valor literario.

Porque, que alguien alce la mano y me diga cuántas personas conocen que lean a Sthendal, a Balzac, a Proust, por referirme tan solo a tres clásicos literarios geniales.

Es lamentable, muy lamentable, porque estamos en un momento de la poshistoria en el que, además, cada vez son más los libros que copan la lista de más vendidos ¿escritos? por gente que no escribe y que no tiene nada qué contar, pero sí son muy conocidos por facetas televisivas, deportivas u de otro tipo, casi siempre insignificante o de poco nulo intelectual. Es eso, amigos, lo que está leyendo la gente.

Y así nos va. Y así nos va a ir en un futuro no muy lejano. 

13 agosto 2021

¡VAMOS A LA PLAYA!


Sí, estar unos días en la playa está muy bien. Tiene su encanto. Sobre todo poder mirar al mar de noche y descubrir su misterio. Pero todo eso lo afea la masificación. La abundante gente con sus ruidos, su suciedad, sus soeces varias, su vulgaridad. No todo el mundo tiene esos atributos, pero sí demasiada y todos a la vez en gran cantidad. Además, existe un esnobismo social de acudir a la playa que se palpa en lugares de interior, como si quisieran decir los esnob que quien no lo consigue aunque sea durmiendo en una pensión de media muerte o hacinado y por la cara en un piso de un pariente, que se convierte en patera en estas fechas, se trata inmediatamente en un apestado social. Luego llegó el boom de la segunda residencia y todo el mundo quiso tener su pisito o apartamento en la playa porque pasar julio y agosto en la ciudad, en el piso en el que resides todo el año no es más que pertenecer a esa clase desclasada de ciudadanos que no ha sabido sacar unos euros aunque sea arruinándose en una nueva hipoteca para poder comprar un trozo de habitáculo que permita escapar de la calina que emite el alquitrán de las ciudades que no disponen de mar. ¡Ay, las apariencias de riqueza y burguesía! Hay que huir como de la peste de estas ciudades, que tan solo son útiles para vivir el resto del año. Lo glamuroso, lo realmente chulo es irte a tu apartamento de la costa y contar tan solo lo bueno de ello (que lo hay, por supuesto) pero no lo negativo, lo desagradable: las enormes colas en tiendas y restaurantes, normalmente concebidos para una población más normalizada y no masificada, la imposibilidad de plantar la sombrilla en primera línea de playa a no ser que reserves el lugar a las siete de la madrugada y, digo yo, si estás de vacaciones para levantarte a las siete de la mañana qué tipo de vacaciones son estas, suponiendo que el fin de uno sea tostarse en la playa, que es el caso (eso sí, me gusta leer en la playa a partir de las ocho de la tarde, cuando esta se suele quedar quieta y exenta de masificación, que no siempre es así ni a esas horas vespertinas. Además, hay otros muchos inconvenientes que pocos nos cuentan como pueda ser, por ejemplo, las fiestas en pisos aledaños al tuyo, que has pagado no ya con los ahorros sino con otra hipoteca, en ocasiones coetánea a la principal del piso en el que resides. Y si no hay fiestas, que las habrá porque para eso estamos de vacaciones (dicen muchos) y cada vez se respeta menos al prójimo, encontrarás que te pisa en el piso de arriba familias muy numerosas y alborotadoras y las que vienen a visitar parientes descarados cargados también con familias inmensas y alboratadoras, por lo que ese adorado apartamento que te compraste con tus esforzados ahorros se convierte en un verdadero suplicio y que ni tan siquiera está en primera línea de playa porque los que están en primera línea de playa se construyeron en los años setenta y los nuevos ya van por la quinta línea y nos ves ni un centímetro de mar. Comprarte un piso en la playa y no ver un centímetro de mar es, quizá, lo más dramático de todo.
Sí, claro que me gusta el mar, nada es tan estimulante para la mirada y la imaginación, pero está ocupada, sí, totalmente ocupada por la zafiedad y el mal gusto. No quedan apenas paraísos porque los han ocupado las hordas.
Al hilo de lo que decía sobre la opinión que se suele tener de los que nos solemos quedar en las ciudades en julio y agosto, esgrimiré en mi defensa, que pocas cosas más agradables de ver que una ciudad totalmente vacía, sobre todo en la mayoría de los días de agosto. Una ciudad para ti en la que las terrazas de los bares no invaden ni hacen ruido porque, en muchos casos, son inexistentes, donde no hay apenas ruido de niños chillones ni de gente vulgar que da voces o ensucia, donde no hay ruido apenas de vehículos porque, sencillamente,  casi son inexistentes. Sí, podría decir que es el aspecto que más me gusta de la playa, que se pueble de gente para que los pringados, esos que no acuden a la playa por decisión propia casi siempre puedan disfrutar de la ciudad como no es posible hacerlo el resto del año. 



28 julio 2020

¿ESTÁ ALGUIEN GIRANDO LA RUEDA DEL MUNDO A SU ANTOJO?

Teorías de la conspiración asociadas a la pandemia - Periodismo de ...

Ayer hube de acudir a una zona cercana al centro de la ciudad durante un par de horas y tuve sensaciones contradictorias. No visitaba esas calles desde bastante antes del comienzo de la epidemia que aún nos atrapa. 
Por una parte agradecí volver porque afloraron buenos recuerdos vividos en diferentes épocas y por motivos diferentes, pero al mismo tiempo sufrí desazón al comprobar cómo había cambiado todo. No se trataba solo del panorama aún apocalíptico –al que no llego a acostumbrarme– que muestran las mascarillas de toda la gente con la que me crucé –bastante, a pesar de ser julio–, sino por el aluvión de persianas de locales echadas, no por mor de las vacaciones, sino acompañadas del siempre dantesco cartel de se alquila, se vende, se traspasa. Pensaba que eso solo ocurría en una zona mucho más comercial, en una zona del centro más neurálgico de la ciudad, pero no, parece habitual en toda la ciudad, de hecho, parece habitual en todas las ciudades de España, según nos informan.
No sabemos exactamente cuáles serán los resultados económicos de esta pandemia y su consecuente Estado de Alarma, pero a tenor de lo visto, el sector del pequeño comercio los hace evidentes. Es probable que este pequeño comercio ya acusara la crisis que arrastra este país desde que pinchó la burbuja del ladrillo, artificiosamente inflada, y que esto no haya sido más que la puntilla para que se fuera al traste, pero el caso es que, efectivamente, se ha ido al traste. Los locales que parecen haber aguantado más han sido los bares o, tal vez, eran los más numerosos, pero también vi muchos con ese fatídico cartel. 
Es probable que la cosa no pinte tan mal como parece y que lo que haya pasado es que la mayoría del consumo haya derivado hacía el comercio on-line (excepto para el caso de los bares, porque aún no se ha inventado acudir a un bar on-line), al que fuimos obligados los consumidores en parte por mor del confinamiento y al que ya nos hemos acostumbrado y que por eso hemos dado la espalda al comercio físico. Es una posibilidad, pero no creo que pueda ser completamente la única ni mucho menos constatable. Sin embargo, fuere lo que fuere, el panorama que ofrece el pequeño comercio es altamente desolador. 
No obstante, aún estamos en un periodo de letargo debido al verano y las consecuentes vacaciones de la mayoría. La realidad, sobre todo la económica, se conocerá en el próximo otoño, que es cuando se darán los datos reales de despidos reales, de ERTES transformados en ERES, de engrosamiento de las listas del paro de la población activa real, amenazando como lo está el recrudecimiento de los brotes de casos de COVID-19 en casi todos los rincones de España, y por lo tanto, la amenaza cierta y real de una nueva situación, quizá no de confinamiento similar al de los meses de marzo y abril sino a un proceso similar al mes de mayo y junio. Todo es posible mientras no exista un antídoto real contra el virus, que parece podría llegar a finales de año.
O eso o es que alguien anónimo y con mucho poder está girando la rueda del mundo a su antojo. Sí es así, ya no se tratará tan solo de un virus que no extraordinariamente mortal sino más bien que éste ha sido la excusa para seguir girándola. Daría igual que fuera este virus ahora u otro en el futuro porque casi siempre la causa no siempre tiene mucho que ver con los motivos. Como también podría darse un colapso informático provocado y los efectos podrían ser aún más devastadores. Virus hay millones y las posibilidades de boicotear el mecanismo informático hiperconectado es tan viable como provocar un colapso en una autovía en plena operación salida o regreso de vacaciones. Lo importante es saber si ese o esos que mueven la rueda del mundo a su antojo pueden ser controlados o detenidos por los poderes constituyentes o si son estos mismos cómplices o, incluso, responsables de estos giros. 
No lo sabemos y mucho me temo que no lo vamos a saber jamás. 

07 julio 2020

¡ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO!

El individuo asiste desde su terraza favorita a un reguero de mascarillas de todos colores y formas. También lo hace el individuo playero que sonríe ante el desfile de máscaras por el paseo marítimo.
Soy un privilegiado, se dice.
Pero todos lo pueden ser. Todos lo podemos ser.
Es fácil. 

Fase 1 de la desescalada: retomar el contacto social, terrazas ...

Son las dos de la tarde y el mercurio está más cerca de los cuarenta grados Celsius que de los treinta y el individuo apenas puede respirar porque las autoridades le indican que debe de andar con un trozo de tela con filtro adosado a su nariz y su boca, como aquel extraño organismo extraterrestre que se adosó a la cara de uno de los viajeros de la nava interestelar en Allien. Nada más fácil: siéntate en una terraza; despójate de tu ropa, ponte en bañador y túmbate en la arena de la plaza.
Se acabaron las limitaciones y las restricciones. Además estarás cumpliendo con la ley.
Porque así de tonta y de caprichosa, a veces, es la ley, así lo son quienes las hacen. 
Porque no se trata de que estar en una terraza al aire libre rodeado de gente o en una playa rodeado de más gente aún te haga inmune al contagio, nada de eso: es la economía estúpido, como dijo algún político a alguien cuando este cuestionaba algunas cosas.
Sí, es la economía. La que está por encima de la salud, por encima del bien y del mal y de todas las cosas celestiales o infernales.
En Groelandia serán los icebergs, pero aquí son la hostelería y la playita (porque si a playa le quitamos la a y le ponemos ita, queda mucho más ocioso y disfrutable, más cool). 
Así de absurdo a veces es la ley. Así lo somos casi siempre nosotros.
Y ocurre que siempre pasa más o menos igual: a quien cumple, a quien lleva la mascarilla y por descuido se la quita en la calle porque le pica la nariz o se la ha introducido una avispa, podría ser sorprendido por un feraz guardia, mientras el que no la tiene que llevar (por ley) puede aplastar a esa avispa de un plumazo. Y arrascarse la nariz sin violentar la ley a sus anchas. 


14 febrero 2018

LA ABERRACIÓN DE MATAR ANIMALES PARA EL CONSUMO HUMANO.

  No cabe ninguna duda de que el programa de Jordi Évole "Salvados" ha clavado una pica en Flandes en lo referente al maltrato continuado de animales destinados al consumo humano en mataderos y granjas. Sobre todo porque se trata de un asunto que todo el mundo sospecha, pero que poca gente quiere ver. Ver la carne en un plato bien cocinado o, incluso, en la carnicería, no es sinónimo a ver el sufrimiento del animal en esos grises mataderos industriales, por no hablar de su desdichada vida desde que nacen. Por tanto, podríamos hablar de un hito jamás visto en televisión, al menos en la televisión española, siempre tan dada a esconder lo políticamente incorrecto, a no ser que venda. Pero esto no vende. Todo lo contrario. 
 
      Los gobiernos, como es sabido, intentan que este tipo de cosas no se vean en televisión y sería ovbio decir que tampoco lo quiere la industria cárnica. Pero, es más, la mayoría de los consumidores tampoco lo desean, por aquello que es más fácil seguir ignorando que conocer la realidad. Porque de realidad -incluso hiperrrealidad- se trata. Una realidad que por muy escondida esté en la sociedad en esas cuatro frías paredes de los mataderos y las granjas no significa que no exista. Y ningún medio mejor que la televisión para evidenciar que existe y de qué manera. Porque no se ha denunciado tan solo el estado en el que están los cerdos como los de la foto sino la triste realidad de sus días y sus triste final.
       Muchos no hemos necesitado ver estas imágenes para ganar conciencia, de hecho, la mayoría de la gente que es sensible con los animales, vegetariana, vegana o, de alguna manera, muy empática con ellos, no ha querido ver estas terribles imágenes porque suponen un sufrimiento excesivo para ellos, que están concienzados con esa realidad y desean que acabe cuanto antes, pero sí ha habido mucha gente que, tal vez, con menor sensibilidad hacia los animales y empatía, la ha conocido de primera mano. Por tanto, es a esa gente a la que, en realidad, iba dirigido el programa.
        En un mundo cínico y con grandes dosis de monstruosidad como el nuestro no es extraño que exista esta realidad, la cual está muy bien maquillada tanto por la industria cárnica como por la terrible publicad engañosa y los gobiernos. Se trata de un tema económico y solo la economía hará que acabe todo esto. Por su parte, a muchos nos interesa que acabe no por cuestiones económicas sino por cuestiones éticas y morales, porque no es admisible que en un mundo pretendidamente civilizado sigan existiendo estos atentados contra los animales, que deberían ser nuestros compañeros en este viaje que es la vida y no nuestra comida. 
      Años atrás, la nutrición sostenía que la carne era imprescindible para el humano, que sin ella no era posible mantener los órganos vitales ni la vida misma, pero eso siempre ha sido una entelequia que hoy ya está superada. De hecho, muchos que ya somos vegetarianos o veganos seguimos vivos y coleando en este y con los órganos vitales en perfecto estado, a pesar de que nuestra alimentación no se base en productos de origen animal. Lo importante es estar bien informado y saber que todos los nutrientes que necesitamos están en la alimentación de origen vegetal; es más, mucho mejor proporcionada, mejor contenida y de mayor calidad, lo que redundará en una salud más saludable. De todas formas, los tiempos están cambiando y cada vez es menos sostenible el mantenimiento de las granjas industriales, tanto por los perversos efectos para el medio ambiente como por la inviabilidad económica. 
      La solución no sabemos cuándo ni cómo llegará, pero ya está en marcha la llamada carne limpia, elaborada en laboratorios a partir de células madre de los animales que hasta ahora se utilizan como alimento. Es decir, carne de mejor calidad y producción controlada sin necesidad de pasar por la aberración de maltratar de manera continúa y, finalmente, matar de la manera más vomitiva posible a los animales que, no olvidemos, sufren y sienten como nosotros aunque no lo puedan manifestar. 

08 octubre 2017

J.J. BENITEZ. UN AUTOR CONTROVERTIDO PERO VALIENTE.

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J.J. Benitez en su estudio. Sigue escribiendo sus libros a máquina, al
parecer.
En nuestro país contamos con un escritor muy peculiar que todos conocemos como J.J. Benitez, un personaje controvertido pero valiente, conocido por sus investigaciones sobre el asunto OVNI y temas paranormales en general. Arrinconado por el "stablishment" literario que no permite que entre en su exclusivo círculo nadie que ose escribir sobre asuntos que no sean "puramente literarios", pero adorado por millones de lectores -sobre todo gracias a su saga Caballo de Troya- en España e Hispanoamérica principalmente (sobre todo en esta región), así como por el sector literario o investigador de este tipo de temas. De ahí que sus apariciones en medios más o menos oficiales no sea muy prolija y el otro día comprendí o creí comprender por qué. Fue invitado a un programa de TV1 (lo vi en Youtube, porque no veo televisión apenas) en el que las entrevistadoras -porque eran todas mujeres, qué curioso, así como las personas del público también lo eran- con motivo de la promoción de su último libro sobre el "Ché" Guevara, titulado "Tenemos a papá", en el que el autor navarro ha investigado durante seis años sobre las últimas horas del guerrillero argentino que fue miembro activo de la Revolución cubana. Me pregunté qué hacía este autor -que es serio y reflexivo, con independencia de que no todo el mundo lo respete- en este tipo de programas. Y esta última pregunta engarza con lo que decía antes con relación a por qué no acude de manera asidua a programas, digamos, de la televisión oficial, aunque sí es posible verlo con mucha frecuencia en canales específicos de YouTube dedicados al misterio y programas de radio muy específicos sobre estas materias. El caso es que la presentadora y el resto de las acompañantes a la mesa -que debían ser, al menos, siete- no hacían más que referirse al mito sexual del guerrillero, pero él no dejaba de referirse a los falsos mitos en torno a sus virtudes y cualidades, de acuerdo con lo que deduce de la investigación emprendida. Así que, a ciertas alturas de la entrevista, en la que no era fácil mantener una línea argumental sostenida (ya sabemos cómo son este tipo de programas), los temas se desvían de un punto a otro y el bueno de J.J. Benitez comienza a sacar su mejor artillería pesada, que consiste en esencia en llevar  la contraria a posturas oficiales; así que dice: "Es que ustedes creen que el 11-M fue cometido por los yihaiddistas". Ante tal afirmación-pregunta, la presentadora le corta radicalmente y cambia de tema. Todo el mundo parece sentirse incómodo ante ello. Él sonríe, quizá acostumbrado a que esto le ocurra con frecuencia, y dice sonriendo, algo así como "¿No me dejas decirlo? Y nada, toda la conversación vuelve de nuevo al libro del "Ché". Y comprendí entonces lo que antes decía acerca de ver a este autor con tan poca frecuencia en televisión, al parecer, por decisión propia casi siempre. 
    Ocurre que estamos en una sociedad mediática muy controlada y carente de libertades. Solo es posible asistir a programas y entrevistas que ya hayan pasado por algún filtro y, a veces, ni así, a no ser que se trate de una bazofia de casar a hijos con fulanas y menesterosas. Nos hemos alejado del espíritu de la libertad de expresión en los medios, por lo que cada vez será más frecuente encontrar masas de espectadores cada vez menos informados y/o manipulados. Por tanto, apaguen la televisión, o bien, seleccionen los muy pocos programas en los que no exista esa censura si es que los encuentran.
    Yo ya lo hice hace mucho tiempo y tan solo acudo a programas, entrevistas y espacios que busco por la red (YouTube, aún, es un medio magnífico), en los que pueda escuchar con total libertad entrevistas puras y sin tapujos hechas a J.J. Benitez u a otros del estilo. Prueben y ya verán cómo cada vez comprenderán con más claridad la enorme manipulación televisiva. 
    Bien, volviendo a este autor, diré que es muy importante que -con independencia de que se sigan o no los temas sobre los que escribe- sigan existiendo existiendo este tipo de autores, los cuales basan sus libros en investigaciones de años. Se podrá estar o no de acuerdo con ellos y hasta es posible que existan kilos de manipulación en sus escritos e investigaciones, pero cuentan con una ventaja para los lectores: hay años de investigación y creen en lo que escriben, entre otras cosas porque han hecho investigaciones de campo. Además, existe una razón de peso para seguir el trabajo de éstos: nos sacan de la oficialidad, de lo establecido, de lo que hay que ver, leer o escuchar. En ese sentido, nadie le podrá negar a este veterano autor -del cual he leído algunos libros y me parece que escribe bastante bien- su ingente trabajo de más de cincuenta libros publicados y los millones de kilómetros recorridos por todo el mundo para escribirlos. Demos algún margen a la imaginación y a lo que parece irreal y descabellado. De lo contrario, la misma realidad acabará por devorarnos.                     

06 octubre 2017

ESTADO, NACIONALISMO Y “MARCA ESPAÑA”

ESTADO, NACIONALISMO Y “MARCA ESPAÑA”


                                                                                        

Resultado de imagen de MARCA ESPAÑAA actor Dani Rovira le ha caído encima toda la rabia carpetovetónica de este desigual país por decir que “pertenecer a un país donde se celebra la tauromaquia da vergüenza”, opinión que, desde luego, comparto. Ni siquiera ha comentado que le avergüenza ser español, sino uno de los múltiples aspectos de este país, tan lleno de contrastes. No lo sé, probablemente se deba a todo ese sentimiento españolista que se está dando como reacción a la pretendida independencia de Cataluña, pero lo cierto es que se aprecia —sobre todo en las redes sociales y en determinados tertulianos— un ambiente reaccionario, casi como queriendo volver a lo que fue este país antes de los Tercios de Flandes. Es decir, todo lo que suene a antiespañol, sin que necesariamente lo sea, provoca una profunda ira en un determinado sector de la población, que entiende que este tipo de opiniones atentan contra el Estado, confundido la parte con el todo. Sin embargo, no es conveniente confundir una opinión con la afrenta a un sentimiento concreto y mucho menos a una construcción teórica o doctrinal. La definición de lo que significa un estado no es nada fácil, mucho menos lo que significa nacionalismo. Para ejemplo, las dificultades que encuentra la propia Real Academia Española (RAE) cuando intenta concretar el concepto estado. De hecho, hace uso nada menos que de cuatro acepciones. En la quinta establece: “País soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios.” Incluso admite en su octava acepción que: “En ciertos países organizados como federación, cada uno de los territorios autónomos que la componen”.  Y no menos dificultades encuentra cuando intenta enunciar el concepto nacionalismo, a pesar de que para este término tan solo utilice dos acepciones. En la primera concreta que es un “Sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia”. Por su parte en la segunda concluye que se trata de una “Ideología de un pueblo que, afirmando su naturaleza de nación, aspira a constituirse como Estado”.  Como vemos, tan solo dos acepciones, pero harto complejas, mucho más si las ponemos en relación con las dadas para el concepto estado. Es decir, que estamos ante asuntos muy complejos, usados con demasiada frivolidad y ligereza en la mayoría de los casos. Una frivolidad y ligereza que conducen a la incomprensión y animadversión hacia comentarios como los del actor malagueño. Porque si hablamos de estado y nacionalismo, nos estamos refiriendo a construcciones teóricas, a contenidos políticos y jurídicos, los cuales están sujetos a crítica y susceptibles de ser opinados. Decir que a uno le avergüenza de su país una u otra cosa no es más que mostrar una opinión legítima, ya se trate de la tauromaquia o de la corrupción, y nada tendrá que ver eso con un sentimiento de querencia hacia el país en el que se nace o se reside, del cual se valorarán otras virtudes y cosas. Y, por supuesto, mucho menos tendrá que ver con sentirse más o menos español. Pero ocurre que existen determinados conceptos que van muy unidos a la, digamos, “Marca España”, y uno de ellos es la tauromaquia, algo que a estas alturas nadie debería de considerar serio. España es un país muy diverso y dinámico, en el que tienen cabida múltiples manifestaciones y sentimientos, sin que sea acertado adscribir nada en concreto a su pretendida “marca”, que no es más que una construcción política (e, incluso, comercial) interesada, en mi opinión. Porque si fuera válida la tauromaquia como “marca” de España, también deberíamos de admitir la corrupción, por poner tan solo un ejemplo. 
            En ese sentido hay un caso que siempre me llama la atención, como es la vinculación entre el flamenco y tauromaquia, que no es más que otra conexión un tanto maltrecha e interesada, hasta que un buen día aparecen flamencos y cantaores jóvenes como el conocido como “El niño de Elche”, que es un enorme cantaor en opinión de los críticos, con premios en su haber, y al mismo tiempo es totalmente contrario a la tauromaquia y al maltrato animal. Por tanto, cuando nos referimos a arquetipos todo debe de estar en entredicho, concepto que, volviendo de nuevo a la RAE, necesita de cinco acepciones, cada cual más compleja y difícil de interpretar.      


12 junio 2017

CELEBRACIÓN DEL RAMADÁN EN LOS JARDINES DEL TRIUNFO DE GRANADA. UNA REFLEXIÓN..

Resultado de imagen de celebracion ramadan en la plaza del triunfo granadaEn Granada se ha desatado una polémica importante, a mi modo de ver. El ayuntamiento de la ciudad ha cedido un importante espacio público bastante céntrico, Los Jardines del Triunfo, a la comunidad musulmana de Granada, para que celebren la ruptura de su ayuno. La polémica ha actuado en varios frentes: que se ceda un espacio público para le celebración de esta manifestación a los practicantes de esta religión y que se haya hecho en un espacio que cuenta con diferentes esculturas católicas y cristianas. Esto último se ha interpretado como una provocación.
Y, claro, yo tengo mi opinión. En primer lugar, repasemos lo que dice el artículo 16.3. de la Constitución:  Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. A la luz de este artículo, se concluye que el Estado es aconfesional y no debería de mantener ninguna relación con la Iglesia Católica y las demás confesiones, más allá de la cooperación. Pero, ¿es cooperar ofrecer los espacios públicos para manifestaciones religiosas? No sabría qué decir. Se ceden para manifestaciones católicas y muchos podrán considerar que también que se han de ceder para otras religiones.
Ahora bien, desde mi punto de vista laico, se ha de interpretar que la cooperación con la Iglesia Católica parece estar en un primer lugar, si se lee de manera interpretativa este artículo. Y eso es porque nuestra sociedad occidental se fomentó —para bien o para mal, que ahí no entro- en el catolicismo y, por ende, en el cristianismo. Y porque —también opino— nuestra religión occidental hace tiempo dejó de formar parte de los gobiernos democráticos occidentales y de contar con posturas radicales. No es el caso aún de la religión musulmana, toda vez que muchos Estados que así se proclaman no distinguen entre su poder político y su poder religioso, algo similar a lo que ocurría en Occidente siglos atrás. Además, hay también algo preocupante: el fanatismo, que luego conduce al terrorismo, nacido de las mezquitas.
Dicho esto, considero que una religión puede tener igual derecho a utilizar o no utilizar los espacios públicos (derecho con el que soy crítico y discrepo) si se tratara de una religión inocua, es decir, de una religión que sea tan solo lo que la fe de sus seguidores quiere que sea, sin otras manifestaciones. Sin embargo, cuando se trata de una religión intolerante —y a mí me parece que la musulmana lo es por muchos motivos y no solo por la discriminación hacia la mujer—, que solo considera validos sus principios religiosos, siendo muchos de sus practicantes fanáticos y, en algunos casos, terroristas, me parece mucho más preocupante. Y lo de la intolerancia no lo digo yo, lo dicen muchos de sus imanes con sus manifestaciones, toda esa aseveración de acabar con la fe occidental cristiana para imponer la suya.

Sí amigos, soy crítico con la religión musulmana y este tipo de actos públicos. Es una religión que me parece medieval en un mundo de derechos conquistados. Una religión que desea eliminar los valores occidentales para imponer los suyos propios. Y eso, se diga como se diga, es una actitud excluyente e intolerante.

04 marzo 2017

UN BONITO CUENTO INFANTIL

Resultado de imagen de dibujo españa sol y playa   Erase una vez un país muy soleado y con bonitas playas y monumentos en el que gobernaba un anciano rechoncho y de pequeña estatura. Este gobernante murió y en su lugar nombró a otro más alto, delgado y joven, pero que con el paso del tiempo también se hizo anciano. A este último lo llamaron rey. Al poco de gobernar, este hombre joven se reunió con otros poderosos del lugar y decidieron comprar una herramienta muy útil a la que llamaron democracia. Era una herramienta nueva en el reino y muy pocos la conocían. Hay quien cuenta que unos años antes de que gobernara ese anciano rechoncho se le vio por aquí, pero no gustó demasiado y fue devuelta cuando aún estaba en garantía. 
   La herramienta que compraron no era nueva, a pesar de que era cara y tuvieron que ir a buscarla a otros países de un lugar grande llamado Europa, los cuales ya la utilizaban con satisfacción. Los súbditos de ese bonito lugar de sol y playas hermosas daban botes de alegría al conocer esa noticia. Pensaban que todo lo que se había hecho mal durante el gobierno del anciano de baja estatura se arreglaría gracias a esta nueva herramienta Pero se ve que la que compraron estaba defectuosa porque al poco comenzó a funcionar muy mal. El hombre joven que fue elegido rey y que luego se convirtió en anciano hizo cosas malas, pero no se supìeron hasta que ya dejó de ser rey y los hombres poderosos -que hacían las leyes y tenían grandes bancos- de aquel bonito lugar juguetearon con esa herramienta a su antojo, a pesar de que cada día funcionaba peor. Los súbditos dijeron a voces en las calles y plazas que había que arreglar la herramienta o bien sustituirla por una nueva, pero los hombres poderosos no hicieron caso porque a ellos les funcionaba bien, dijeron. 
   Entonces, con el paso de los años, esa herramienta comenzó a hacer cosas extrañas y cada vez funcionaba peor, de manera que su mal funcionamiento contagió a todo el mundo y, de pronto, unos hombres que también eran muy poderosos y que hacían juicios a los hombres más malos del reino, comenzaron a comportarse de igual manera y en vez de encerrar en la cárcel a los malos y poderosos (que habían roto esa herramienta, que costó tanto al reino), los dejaban libres.  

NUEVOS PROYECTOS LITERARIOS YA CONSOLIDADOS

  Me refiero a nuevos proyectos literarios ya consolidados, porque por su propia naturaleza un proyecto no es otra cosa que una intención qu...