06 noviembre 2023

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

 



Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos, procesos ambos que me han llevado años, si entendemos que comienza la cuenta desde el momento en el que se escribe la primera palabra, me he quedado un poco huérfano. Acostumbrado a teclear todos los días (pocos he fallado, y casi siempre por asuntos ajenos a mi voluntad), a lo largo de los últimos meses, y a la espera de que el mecanismo de publicación busque su ritmo y opte por la opción más ventajosa, decía, me sentía huérfano. No obstante, siempre dispongo de proyectos en marcha. De hecho, hay uno muy avanzado de alrededor de 20.000 palabras ya escritas, que versa sobre la visión de alguien que comía carne y luego dejó de comerla. Sin embargo, he decidido dejar  este proyecto, que quiero enfocar como novela (aunque también tendrá algo de ensayo), un poco apartado, para sumergirme en uno de alto riesgo, sobre todo porque exige mucha documentación: se trata de una novela histórica, de la que tenía escritas alrededor de 4.000 palabras y que he decidido retomar. Apasionado como siempre he sido por el pueblo íbero y teniendo muy cerca de mi lugar de nacimiento dos poblados que lo fueron, he decidido que la historia de la novela viaje a antes de la invasión romana, a esos fantásticos y casi desconocidos pueblos que habitaban nuestro solar hispano y que vieron cómo dos potencias de alto nivel, Cártago y Roma, los anexionaron a su civilización en distintos momentos históricos, civilizaciones mucho más potentes militarmente. Como fondo estará la construcción de un puente y, lógicamente, varias historias que contar, buscando las fuentes de estos dos poblados íberos, que no son abundantes, dado que se trataba de un pueblo (en este caso turdetano y bastetano, depende de la opinión de diversos estudiosos), que no dejó apenas nada escrito, todo lo más, las fuentes epigráficas encontradas, casi siempre bajo las ruinas romanas, pero también en convivencia con éstas. De hecho, a día de hoy nadie ha logrado descifrar el idioma y las fuentes escritas del mismo que utilizaban. Es un reto y como tal lo asumiré, sin esperar otra cosa que trabajo y algo de inspiración, si es posible.

20 octubre 2023

SOBRE MI TERCERA NOVELA: MI LUGAR EN ESTOS MUNDOS

 



La que será mi tercera novela escrita -que no publicada: publicada está sólo una: Equis quería correr (Amazon, 2019, en papel y digital)-, de título ya definitivo Mi lugar en estos mundos, ya está muy cercana a conclusión, sin perjuicio de que suelo reescribir con bastante frecuencia mis trabajos con el fin de pulir todo lo posible. 
Se trata de una novela distinta a las otras dos anteriores, si bien siempre está presente la transformación operada por el héroe, en el concepto del personaje principal de una narración. Alguien corriente que comienza una historia de manera casual y no sabe cómo acabará, si bien transformará su existencia o la visión de su mundo. 
Mi lugar en estos mundos, curiosamente, surge de un relato incluido en mi primer libro Conversación en la taberna y 41 relatos (Editorial Luhu, 2015, Editorial Estratega, 2017, Amazon -formato eBook, 2018). Releyendo este relato, titulado un Mensaje desconocido consideré que su final era muy abierto (como muchos de los que escribo y publico) y daba juego para continuar la historia. En principio, consideré que podría alargarse hasta completar una novela corta (en torno a las 35 000-40 000 palabras), pero disfrutaba escribiendo la historia, que se iba multiplicando y de la que surgían personajes por doquier, y acabará con una extensión doblada a la prevista, es decir, unas 80 000 palabras. 
En la segunda reescritura, que es la que estoy culminando en estos días, sigo disfrutando con la historia, y eso es lo importante. 
Daré más detalles más adelante, pero decir que en esta historia se mezclan hechos normales y paranormales, los cuales tendrán como fin que nuestro héroe experimente un cambio profundo y que su visión del mundo (al menos del mundo tal y como lo percibía) cambie en el transcurso de unos pocos meses. Siempre intento en mis novelas y relatos que el lector disfrute de las primeras páginas y que la historia que lee le permita seguir haciéndolo hasta el final, si bien soy consciente que eso es muy difícil conseguirlo en todos los casos. 
Seguiré hablando en próximos post sobre esta obra.

08 octubre 2023

LA ESENCIA DE LA NOVELA Y ALGUNOS APUNTES SOBRE MI NOVELA DONDE LOS HOMBRES ÍNTEGROS.

 Existen muchos tipos de novela, pero en todas ha de existir un desarrollo argumental y varios personajes. Además, conviene que exista una introducción, un nudo y un desenlace, pero no todo tiene que ser en un orden preciso, porque las hay que a partir del desenlace se cuenta la historia anterior, es decir, la introducción y el nudo. 
Una novela puede ser de muy diverso tipo, desde aventuras hasta fantástica, pasando por la novela realista, psicológica, filosófica, romántica, contemporánea, histórica, policial y un largo etcétera, porque el género siempre se está reinventando. En mi primera novela, Equis quería correr, hay una mezcla de diversos géneros. Siendo contemporánea, penetra en el realismo, en lo psicológico, en lo existencial, en lo romántico, para acabar con un personaje principal (Equis) que comienza de una forma y acaba de otra muy distinta, porque eso es también muy propio de la novela. 
La siguiente, ya acabada, y en fase de pulido y probable publicación, Donde los hombres íntegros, no es fácil de clasificar, pero conecta con la novela de aventuras -en el sentido del trayecto vital del personaje, como ya ocurrió en la anterior, pero también con lo realista, con lo psicológico, con lo existencial y filosófico, con lo histórico, por la parte que le toca, y con lo contemporáneo, porque es la base de la novela: la época actual en la que vivimos. Pero, de todo, me gusta destacar que el personaje que narra en primera persona es alguien que se transforma a lo largo de la historia; una transformación no buscada a nivel consciente, pero sí probablemente a nivel subconsciente, porque en la novela es fundamental que exista una transformación, sobre todo del personaje principal. 
Los personajes que lo acompañan, podrán ayudar o no a esa transformación, que es algo que el lector deberá de averiguar poco a poco a lo largo de argumento, el cual virará en varias ocasiones o contará con subargumentos paralelos u opuestos, para llegar a un final inesperado para todos, incluso para el personaje principal. Es ese camino argumental el que hará que el lector se anime a seguir leyendo hasta el final, como ya ocurrió con mi novela anterior. 
Finalmente, hay una transformación del personaje, que es lo que se busca por lo general en la novela como género, pero esa transformación podrá ser eficaz o fallida, y eso se deja al propio criterio del lector, porque, en mi caso, siempre prefiero dejar los finales, si no abiertos, al menos, no absolutamente cerrados, como ya me solía ocurrir con los relatos.

 

02 octubre 2023

MIS DOS ÚLTIMAS OBRAS ACABADAS O CASI Y OTRAS REFLEXIONES NECESARIAS

   Se suele referir el escritor de manera habitual a la necesidad que tiene de escribir, que lo necesita como respirar. En realidad, como respirar no se necesita apenas nada, pero es comprensible que a quienes nos gusta escribir tengamos alguna necesidad, aunque fuera remota, de escribir cada día o casi cada día. Es algo que yo, en particular, he ido apreciando con los años; es decir, que me ha ido ocurriendo poco a poco. 
   En mi caso, el placer de escribir cada día si me es posible está por encima de otras muchas cosas de la existencia e, incluso (es algo que observo cada vez más), el hecho de escribir sin estar pensando permanentemente en circunstancias posteriores, como puede ser la publicación y todo ese mecanismo editorial tan estresante y arriesgado. En ese sentido, me siento bastante afortunado. Afortunado por tener esa tendencia a imaginar y escribir historias y penetrar con facilidad en ellas desde la pantalla del ordenador. Sí, eso es un privilegio, que a mi me ofrece muy buenas sensaciones, casi idénticas a las que me ofrece correr, mi otra gran pasión. 
   Y por eso escribo cada (o casi) cada día. Ese suele ser mi rato de soledad que comparto con trotar por los caminos, que también es un rato de soledad placentero. 
    Así que ese cada día da mucho juego para crear historias. Y es de esa manera, que no es nada milagrosa, sino persistente, como he podido acabar mi novela Donde los hombres íntegros, bastante larga, la cual comencé a escribir hace ya muchos años y que luego abandoné centrándome en otros proyectos. Y, también, gracias a esa dedicación ya está prácticamente terminada la primera reescritura de una novela comenzada mucho más tarde: Mi lugar en estos mundos, que es la continuación larguísima de un relato integrado en mi libro Conversación en la taberna y 41 relatos. Y, por qué no decirlo, ya hay esbozos más o menos importantes de tres novelas más y algún que otro proyecto literario de no ficción, lo que da juego para ocupar el tiempo en los próximos tres o cuatro años, siempre que el ritmo de escritura no decaiga y lo permitan los dioses. 
    Pero como decía más arriba, eso no tiene mucho que ver con publicar. Se ve mucho mejor cuando observamos la labor de un pintor. Coge su caballete y se va a la mitad del campo, alejado de la ciudad, y allí se pasa horas, días, semanas, meses, años... Posteriormente, podrá exponer o no esas pinturas, pero no es lo que piensa cuando deja volar su imaginación y sus ojos para posarlos enseguida en su lienzo. Bueno, pues así es como concibo escribir. Y muchos diréis con razón que si la opción no es, necesariamente, publicar, si no se va a compartir con otras personas las historias que inventas, para qué escribir. Bueno, yo lo veo como procesos independientes. Me parece mucho más puro escribir por el placer de escribir, que escribir con el fin exclusivo de publicar. Se aprecia mucho en los textos que lees quién lo hace por un motivo y por otro. Hoy  día, lamentablemente, la opción principal es la segunda. Hay demasiadas prisas por publicar y así sale lo que sale. Publicar un libro es hoy día lo más fácil del mundo si puedes pagarlo. Hay miles de empresas que se dedican a esto sin que les interese lo más mínimo el contenido del libro. Por tanto, cualquiera que garabatee algunas palabras puede publicar un libro. Pero otra cosa distinta, es publicar algo publicable, con independencia de que se publique en editorial tradicional o se autoedite. Al contrario de lo que se cree hay libros publicados con editorial tradicional con mucho menos calidad literaria y de edición que otros publicados mediante autoedición. Cuando ésta es de calidad iguala o supera a una buena edición tradicional, si bien hay que reconocer que todavía existe la idea que autoedita quien no consigue publicar con editorial tradicional. Eso es cierto en parte, pero no hay que olvidar que hay gente que ha regresado a la autoedición desde la edición tradicional y otra que prefiere asumir por su cuenta el proceso de edición de su obra por completo, además de no perder el control sobre ella. Me encuadro bastante en ese grupo, a lo que hay unir que me produce una pereza enorme publicar con una editorial tradicional, donde los problemas siempre crecen. Lo sé porque lo he vivido en una editorial tradicional pequeña y me costaría volver a pasar por ahí. 
    Pero no pretendo irme por las ramas y retomo el asunto de las dos novelas que ya están o casi preparadas para publicar, aunque no sea mi opción prioritaria en este momento. Es normal que cuando comienzas a publicar cometas errores por la precipitación y la emoción de ver tu libro publicado, pero cuando ya llevas varias obras publicadas la opción es esperar todo lo que sea necesario para publicar con garantías y la máxima calidad posible; de lo contrario, nada mejor que dejar la obra en un cajón y esperar que llegue su oportunidad. Como solía referirse Alfred Hitchcock aplicado a las películas: ha nacido muerta. Exacto, hay que intentar evitar que un libro ya nazca muerto. Ya tendrá tiempo de morir por su cuenta con el paso del tiempo (aunque hay libros que siempre están vivos, nunca mueren).
   Por tanto, para no hacer demasiada larga esta entrada, posteriores hablaré de manera más extendida de cada una de estas dos obras que he citado más arriba: Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos. 
   
    


07 septiembre 2023

NOVELA: DONDE LOS HOMBRES ÍNTEGROS

  Acabo de terminar mi segunda novela, a la que he titulado (título que ya será definitivo, a no ser que un hipotético editor me dé sobradas razones para cambiarlo) Donde los hombres íntegros. Hablaré un poco de esta obra, sin destriparla, por supuesto. 
  Comencé a escribir Donde los hombres íntegros, hace ya mucho tiempo. Comenzaba su recorrido a buen ritmo y se detenía de pronto; y de por medio surgían otros proyectos, algunos de ellos también comenzados y otros totalmente novedosos. A Donde los hombres íntegros se le adelantaron muchos proyectos, incluido el de la novela anterior Equis quería correr, ya publicada. Soy de los que piensan que cada proyecto tiene su tempo y no hay que forzarlo. Así que no lo forcé, dejé que la novela quisiera llamar a la puerta para retomarla. Y eso lo hice no hará muchos meses, si bien ha sido el último agosto cuando he sudado la gota gorda (no solamente dicho en sentido figurado), para acabar de poner el punto y final a la reescritura, tal vez, el último día de este tórrido mes. 
    Realmente una novela nunca deja de escribirse. Siempre que acudas a ella -incluso cuando ya esté leída por los lectores 0 y corregida profesionalmente- habrá algo que quieras cambiar, alguna historia que quieras trastocar, algún personaje que quieras desarrollar algo más... Sin embargo, hay un momento para todo, e igual que el sol ha de dejar paso a la luna y la luna al sol, llegar el momento en el que debes de poner el punto final definitivo y olvidarte del libro escrito. 
    Esta novela surge en una época en la que la corrupción en España ocupaba cada día todas las portadas, si es que no sigue siendo así. Harto de leer tantos casos de corrupción, pensé en la posibilidad de escribir sobre gente que se corrompe por unas causas nobles o bien por motivos alejados de lo meramente material, que siempre me parecido terriblemente vulgar y nada original. A ello uní mi interés por la Revolución francesa. Había leído bastante sobre este periodo que, en mi opinión, cambió la forma de entender el Estado, la Política, la Justicia, la Moral y la Ética. Sabía que los revolucionarios querían ser reconocidos por su incorruptibilidad, competían por ello, pero no siempre fue así. Por tanto, unir casos de corrupción excepcionales con algo que tuviera que ver con la Revolución francesa me pareció una idea buena, así como la de crear una sociedad secreta que surgiera en los albores de esta Revolución, cuyo principal fin fuera estudiar los casos de corrupción para intentar erradicarlos. Y esa idea quería vincularla al mundo del derecho, por lo que decidí que sus principales protagonistas pertenecieran a este mundo; de hecho, Isaac Croser, el principal protagonista es un abogado aún joven que ejerce en la ciudad de Granada, porque quería, también, ubicar el hilo argumental en la ciudad donde resido, porque es una ciudad muy literaria, y que aparecieran en las novela lugares reales que conozco, tanto de la capital como de la provincia. Posteriormente, la novela fue creciendo (hasta llegar a las 108.000 palabras) y fueron apareciendo muchos más personajes principales y secundarios y muchos más lugares geográficos. 
    Por tanto, una vez escrita, debe reposar. En estos momentos está en poder de dos lectores 0 y cuando escrute el mercado editorial, complicadísimo, cada vez más, le buscaré un lugar para que vea la luz. 

10 mayo 2023

HUELGA DE LOS FUNCIONARIOS DE JUSTICIA

 


Dicen muchos que contamos con un gobierno que gobierna de espaldas a todo un país. Es normal que lo afirmen los contrarios, pero son cada vez más las voces amigas que también lo dicen a los cuatro vientos. La política a fuerza estar poblada por individuos que pretenden resistir en el poder se ha convertido en algo de difícil clasificación hasta el punto de que no es fácil distinguir política de gobierno, suponiendo que no sean la misma cosa. Pero gobernar debe ser algo más que hacer política. Y ese es el problema.

Dirigir un país no es dirigir un partido porque un país es la suma de un proyecto inacabado de muchos lustros, y muchos de los mecanismos que componen cualquier país tienen vida propia. Por ejemplo, la función pública.

Sabemos que siempre ha sido olvidada por todos los gobiernos, si no discriminada, pero ese olvido no resiste el paso del tiempo como puede resistir un edificio que lleva erguido y sólido siglos. Y eso es así hasta el punto de que esa resistencia ya se ha agotado, precisamente, en este momento, en el que el gobierno es más débil y necesita más apoyos. No hay que descartar que sea por ese motivo, precisamente. 

Y de todos los sectores de la función pública que ya han agotado su modelo y sus normas, además de su sistema retributivo, el judicial es el más permeable, tal vez, porque ha sido siempre el más olvidado o al que los políticos tienen más miedo, al margen de intentar su manipulación. Y, claro, de aquellos barros, estos lodos. 

Comenzaron a protestar con huelga indefinida incluida los antiguos Secretarios de los juzgados, que ahora se denominan de una manera más refinada y elitista: Letrados de la Administración de Justicia (LAJ). Y como la mayoría de esas funciones (lo sé aunque no sea funcionario de ese sector) las llevan a cabo los tres cuerpos que están por debajo, es decir los Gestores Procesales y Administrativos, los Tramitadores Procesales y Administrativos y los Auxiliadores Judiciales (antes denominados Agentes Judiciales), era normal que estos colectivos explotaran porque ya llevaban años intentando contenerse. Y lo han hecho con fuerza, de menos a más. Comenzaron con paros parciales de tres horas en días alternos, continuaron con tres días a la semana de huelga general y partir del 22 de mayo, si el Ministerio de Justicia no mueve ficha, que no parece estar muy interesado en hacerlo, lo harán de manera indefinida. Yo creo que hacen lo correcto. De hecho, a lo que solicitan, que no es otra cosa que se les retribuya por sus verdaderas funciones, que menoscaba aún más una la próximamente en vigor Ley Orgánica de Eficiencia Organizativa, bautizada como LOEO, se les ha sumado el ímpetu que otorga el sentirse despreciados por la sencilla, pero incomprensible, razón de que los líderes de los juzgados unipersonales y colegiados, los jueces y magistrados, han anunciado huelga indefinida desde el 16 de mayo, pero esos sí han sido llamados por la Ministra de Justicia, que es magistrada de profesión, a los que ya ha puesto pasta sobre la mesa. A estos y a los fiscales, siempre tan unidos a quienes imparten justicia en nombre del Rey. O sea, ¡elitismo en pleno partido socialista! Eso ha indignado sobremanera al colectivo y lo veo lógico.

Para colmo los LAJ vuelven a atacar y dicen que quieren todo el dinero que le den a los jueces, que para eso son del mismo grupo, aunque olvidan que pertenecen a otro poder del estado y sus funciones son más livianas. E, incluso, los abogados del turno de oficio, que dicen cobrar poco y tarde. En fin, un gran galimatías que esconde una cosa clara: el anquilosamiento de la Justicia en España, que exige un pacto nacional, como lo pide la sanidad y la educación. Porque una cosa debe estar clara: sin dinero público los grandes pilares del Estado no pueden funcionar.

Pero ya sabemos que España es España y los políticos españoles son políticos españoles. Y eso, que parece y es una redundancia, lo explica todo. 


 


NUEVOS PROYECTOS LITERARIOS YA CONSOLIDADOS

  Me refiero a nuevos proyectos literarios ya consolidados, porque por su propia naturaleza un proyecto no es otra cosa que una intención qu...