Llevaba tiempo meditando sobre esta entrada, una vez conocido el referéndum en Grecia, que consultaba a los ciudadanos algo no demasiado inteligible pero que, en definitiva, lo que pretendía no era otra cosa de 'politizar' un asunto que muchos quieren ver como harto económico.
Pero es cierto, como viene a decir mi amigo Pepe Maza, que la economía siempre está sujeta al vaivén político. Y así lo han entendido los griegos. Un pueblo antiguo y con oficio en asuntos públicos, cuyo pasado yo admiro porque sentó las bases de la democracia y de la cultura europea y occidental.

Alemania ha hecho de la Unión Monetaria algo a su imagen y semejanza. Un sistema monetario que es un fiel reflejo de sus finanzas. Y una vez conseguido, busca imponerlo en todos los países de la Eurozona a toda costa. Saben que eso no es posible. Que Grecia, España, Portugal, Italia e, incluso, en algunos aspectos Francia, no pueden imponerlo. El resto de los países que tienen el Euro como moneda -la Eurozona se compone de 19 países-, también lo tendrán que imponer, pero por ahora se les deja para una segunda tanda. Lógicamente, los países satélites de Alemania, caso de Austria, las repúblicas checa y eslovaca y algunos otros excomunistas, como el caso de Polonia, se arriman al poder alemán, porque saben que en esa sombra están protegidos. Por tanto, han de ser las potencias más fuertes, como son Francia e Italia, las que no deben ceder a esa especie de trampa. De hecho, en estos días Francia ya se ha dado cuenta del festín alemán y se está posicionando, no digamos abiertamente hacia las tesis griegas, pero si contra las alemanas. Saben que Alemania lo único que pretende es seguir subida en el estatus que le procura los recortes de los demás. Eso ayudará a comprender el mísero papel de Rajoy y del gobierno español en este asunto, muy criticados y con razón por los griegos. Porque lo que lo que consigue el gobierno español siguiendo al dictado las tesis alemanas es perjudicar a nuestro país. Con la política de recortes, la UE -o sea Alemania- está consiguiendo que nuestros países se descabecen por completo que, seguramente, es lo que se pretende. Más impuestos y menores sueldos, menos inversión..., no pueden llevar a otra cosa que al declive de la economía. No se consume, no se crean puestos de trabajo, no hay actividad económica. El añadido es ver cómo nuestros jóvenes, formados en España con el dinero de los impuestos de todos nosotros, son aprovechados, principalmente, por Alemania. No han invertido un euro en su formación, pero sí se aprovechan de sus conocimientos, pagándoles unos sueldos, en muchos casos, menores que los de sus nacionales. Eso lo están posibilitando los gobiernos españoles, desde el potentado González, el del lujo y el placer, hasta el de el 'Marianico el Corto' (este tío no se entera, o bien, se entera demasiado), ya que es algo que no viene de ahora, ya que los ingenieros, médicos, arquitectos o lo que sea que se formen en España con dinero de todos los españoles, deben de devolver esa formación a la sociedad española. Pero, claro, no es algo de lo que sean culpables ellos, sino el gobierno que no hace lo necesario para que las empresas españoles los contraten.
En mi opinión, todo esto no es más que un engaño bien tejido por Alemania, y los países más 'pobres' y con más recortes de la Eurozona deberíamos de dar un puñetazo en la mesa, antes de que sea demasiado tarde. Pero, ¿habrá gobiernos como el griego que sean capaces de hacerlo? Con esto no quiero decir que Grecia haya hecho los deberes. Debe mucho dinero a todo el mundo ya que con las políticas de austeridad no les han dejado crecer, y habrá que preguntarse de quién fue la responsabilidad de dar el visto bueno a sus finanzas a la hora de entrar en la UE. ¿No sería este asunto otro engaño más para propiciar llegar a la situación en la que ahora nos encontramos?
Por tanto, ¿por qué no abrimos los ojos ante tanta impostura y falsedad?