
16 abril 2013
SOBRE REDES SOCIALES Y LA AFICIÓN DE ESCRIBIR

03 septiembre 2011
MEJOR BUENAS MISIVAS QUE NO DESAGRADABLES MULTAS

Hace unos meses perdí o me robaron –que las dos cosas son posibles- la cartera con todos los documentos, tarjetas, dinero, etc., etc....y, claro, lo primero y más molesto de todo esto es dedicarte un par de horas, inmerso en el cabreo, desazón o frustración, a anular todo lo que pudiera ser sospechoso de uso indebido, es decir, tarjetas de crédito, de centros comerciales, del video-club, en fin, lo típico.
Y viene este triste recuerdo a cuento de la carta que me acaba de enviar, Pere Navarro Olivella, Director General de la Dirección General de Tráfico -con motivo de la entrega del nuevo y modernisímo carné de conducir, tanto que la misma interesante carta advierte que no está ni homologado en la UE- que, probablemente, de manera irónica o socarrona –o de ambas formas-, inicia su misiva impersonal diciéndome: Me complace adjuntarle su nuevo permiso de conducción en sustitución del que pudiera tener anteriormente..
Y, realmente, me ha parecido muy elegante (..en sustitución del que pudiera tener anteriormente) la forma en que el amigo Pere me indica que es probable que tuviera el carne con anterioridad pero que, probablemente, me lo robaron o yo mismo lo perdí o, incluso, deducir que nunca lo tuve, a pesar de que conducía de manera habitual. La verdad, me ha parecido que hay bastante riqueza literaria en su misiva.
Sin duda, mejor buenas misivas que no multas inoportunas.
18 diciembre 2010
LA VIDA JUEGA CON NOSOTROS A LOS DADOS.

13 mayo 2010
ESAS NO SON LAS MEDIDAS A TOMAR (O AL MENOS NO LAS MÁS IMPORTANTES)





15 abril 2010
CASI UNA FÁBULA

04 enero 2010
LA INFLUENCIA DE LA ZAFIEDAD

31 diciembre 2009
BUENOS PROPÓSITOS

06 diciembre 2009
SENSATEZ CON LOS ASUNTOS RELIGIOSOS
29 octubre 2009
PODREDUMBRE QUE MUEVE AL MUNDO
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06 mayo 2009
LA PERCEPCIÓN DE LAS COSAS


07 abril 2009
SEMANA SANTA

18 marzo 2009
VENDER EL ALMA AL DIABLO

El problema de la crisis es que existe demasiada gente que ha perdido su capacidad de asombrarse ante el magno espectáculo que puede ofrecer cada día la existencia.
Lo preciado no es lo perdido en la bolsa o en el laberinto negro de los negocios inmobiliarios sino lo perdido con anterioridad. Y me temo que eso sea ya irrecuperable.
Cuando hace unos cuantos años la única condición que había que aceptar para ser rico era vender tu alma al diablo, fueron muchos los que consideraron que ganaban con el cambio.
Pero una minoría dijo que ese alma no estaba en venta, a medida que los otros muchos, creyéndose favorecidos por el cambio, comenzaron a vender espíritu, mente, ideas, principios y dignidad, todo incluido en un amplio paquete que hacía las delicias del diablo, que por entonces estaba haciendo sus mejores negocios.
Pero más allá de la metáfora está la realidad, siempre más cruel y presente, y conviene llamar a las cosas por su nombre. Veamos.
Observábamos unos años atrás que se miraba con gesto burlón a quien no había aún dado pelotazo alguno. La cigarra humillaba a la hormiga cada día. No contar con ganancias, a más negras mejor, ni saborear el caviar o montar en coches de gran cilindrada no era otra cosa que ser un paria del sistema.
Sólo había tiempo para las grandes cifras, los grandes negocios, los grandes banquetes, tirando de todo ese proceloso mundo, en primer lugar, representantes de la cosa pública y advenedizos de los asuntos privados. En realidad, nadie consideraba que nada pudiera invertirse. Pero se invirtió. Y con ese cambio de signo comenzaron los lamentos.
Y ahora nos encontramos en otra realidad. Una realidad distinta, tal vez más sensata. Será mucha la gente que sufrirá por esta crisis feroz y mucha la que se quedará sin empleo ni recursos. Es la cara más amarga de esta situación. Sin embargo, otras circunstancias mejorarán y la estulticia materialista dejará paso a un mundo más sosegado, honesto y espiritual. Pero claro, habrá mucha gente que habiendo vendido su alma y espíritu ya no puedan recuperarlo: no les queda ni un céntimo en el bolsillo para hacerlo.
Además, resulta que el diablo ha puesto por las nubes lo que compró a precio de saldo.
01 enero 2009
UN AÑO DA PARA MUCHO

Existe para casi todos nosotros hechos ordinarios y comunes, asuntos que normalmente están relacionados con el trabajo, estudios o el ritmo de cada día. Pero también existen muchos sucesos extraordinarios, que no deberían pasar, en absoluto, inadvertidos.
Un año puede ser el resumen de los intereses que tenga cada persona. Podría ser la suma de libros leídos, películas vistas, música escuchada, páginas escritas, kilómetros hechos. Incluso, el año en el que cambiamos de vivienda, de coche o de pareja. Un año, ya digo, da para mucho.
Desde hace tiempo no creo en los propósitos para el próximo año. Me he cansado de escuchar a gente que juraba y perjuraba que con el nuevo año dejaría de fumar, y sin embargo, enfrascados en un cotillón o fiesta familiar lo primera que hacían nada más sonar las campanadas, nada más comenzado el año, era fumar compulsivamente. O personas que prometían correr tres veces por semana nada más comenzara el nuevo año, pero se ha presentado la primavera y los ha sorprendido con más michelines y ningún kilómetro en sus piernas. Decididamente, no creo en los propósitos de año nuevo, considero que son muletillas, autoengaños perfectos para asegurarse que nunca se comenzará nada. Los que creemos en los propósitos verdaderos sabemos que no es necesario que comience un nuevo año para hacer lo que queremos hacer.Por tanto, lo importante es contar con propósitos y no dejarlos en cuarentena para que comiencen en una fecha culturalmente simbólica. Algunos no saldrán y otros sí, pero ninguno arranca el 1 de enero, eso seguro.
Un año da para mucho, aprovechémoslo.
OS DESEO UN BUEN AÑO PARA TODOS LOS AMIGOS-AS QUE LEÉIS ESTE BLOG.
29 diciembre 2008
UNA NAVIDAD SIN ALEGRÍA

Existe la pérdida de poder económico, pero por encima de esa pérdida está el miedo. Un miedo indescriptible sobre qué puede pasar el año próximo y el siguiente al próximo. Estando como están las familias endeudadas y los bancos manteniendo el grifo financiero cerrado, el panorama es hartamente desolador.
Ha caído el consumo de manera alarmante y tal vez por eso la ilusión navideña, que ahora está claro, sólo se componía de materialismo obtuso, decía, la ilusión navideña se ha hecho añicos. A tan bajos niveles de profundidad estamos llegando, que agotado el becerro de oro ya no sabemos ver con ojos limpios estas fechas. Nuestros ojos ya sólo son los del "tío Gilito", cambiando el logotipo del euro por el del dólar. Esa es nuestra idea de estas fechas.
Pero hay algo positivo en la crisis -siempre lo hay incluso en las cosas más negativas-: todo parece mucho más humanizado. Se advierte más tranquilidad en las calles, como si los agobios de otros años, hubieran emigrado a otros lugares; los claxon de los coches parecen más apagados y los accesos a las grandes ciudades son menos insufribles. Al mismo tiempo, pareciera que los grandes almacenes se nieguen a entonar sus vulgares villancicos de Navidad y que sus horteros adornos navideños ahora fueran más discretos.

Un buen momento, sin duda, para volver a la mesa camilla, junto al brasero -aunque sea eléctrico- y junto a un buen plato de mantecados de Estepa y una buena botella de anís del Mono o de La Castellana, o ¿por qué no de Rute?, conversar en amistad, en familia, contar las tradiciones, recordar positivamente a quienes no están ya entre nosotros, y si es posible, olvidarnos de esa dinámica en la que estábamos situados, tan fútil, tan vacía.
05 diciembre 2008
ALGO NO ES COMO NOS DICEN EN LA CRISIS

Opino que hay algo que no es como nos dicen en lo referente a la crisis económica. En absoluto negaré que las cosas están adquiriendo un color oscuro y que la hecatombe económica es posible presenciarla ya en los hábitos de consumo (cada día más comercios cierran y cada día nos desayunamos con nuevas quiebras). Nada de eso negaré, al menos, desde la más ramplona visión empírica de la realidad, que no desde la visión conocedora, porque ni tan siquiera los expertos se ponen de acuerdo en lo básico.
Pero dicho esto, vuelvo a insistir que hay algo que no es como nos están contando. Algo que está tapado, opaco aún, como si de un genio encerrado en su lámpara maravillosa se tratara, pugnando por salir e inevitablemente saldrá algún día y no para hacer milagros precisamente.
En pocos meses los medios de comunicación han pasado de abrir con titulares deportivos o políticos a abrir éstos con noticias económicas desastrosas. Y es ahí donde creo que estriba mi incredulidad: en ese machaque diario y sistemático, amenazandonos, asustandonos, a nosotros, sencillos mortales, que sufrimos lo indecible desde el día 20 de cada mes. Se trata de un miedo cuasireligioso, como aquel que proyectaban en el simple, el siervo de la gleba, en el periodo medieval, por parte de sinvergüenzas civiles y religiosos. Ahora que en occidente la religión no asusta, nos asustan con las cifras, cada vez más desastrosas y amenazantes. Y es por eso por lo que decía que hay algo que no me cuadra. Veamos. Si tan mal está la economía, desde hace apenas un año , ¿cómo es posible que dos años atrás todas las vacas fueran gordas? Para responder a esta pregunta se pueden articular dos versiones: 1. Las vacas no estaban tan gordas hace dos o tres años. 2. Las vacas no están tan flacas hoy. Es decir, existiría una verdad a medias o una mentira a medias, que nunca supe si es distinta cosa.
Por eso, desde hace unos días, sospecho que existe todo un mecanismo ideológico, totalmente planeado para prepararnos a afrontar un cambio de ciclo de proporciones bíblicas. Incluso, con timidez se están rescatando algunas teorías marxistas, pero maquilladas por la visión keynesiana de la economía, que son visiones mucho más moderadas y socialdemócratas. Mucho me temo que estemos asistiendo al final de la era capitalista, tal y como la hemos conocido hasta ahora, al fin de un proceso productivo selvático, a un modelo devorador que no nos lleva a ningún sitio, y es posible que se estén articulando nuevas teorías económicas que nos traerán desde disgustos hasta posibles satisfacciones. Si eso no es así, los medios de comunicación no debería entonces delatarse tan descaradamente.
07 noviembre 2008
+ LIBROS + LIBRES

Corría el año 1997 y yo era Concejal de Cultura de Pinos Puente, mi pueblo, así que intenté revitalizar la biblioteca municipal. Cuando llegué al Ayuntamiento ésta se encontraba en el mismo Ayuntamiento y eso me parecía violento para el ciudadano, joven o no, que se dirigiera a la misma a buscar un libro, así que aprovechando que el recinto del Teatro Municipal contaba con un edificio aledaño, no dudé en trasladarla a aquel lugar, mucho más relacionado con la cultura, con el beneplácito de la bibliotecaria, que observando su reacción me hizo comprender que aquel cambio lo esperaba desde hacia años. De manera que fomentamos con ocasión de la nueva biblioteca una semana dedicada al libro, coincidiendo con el día del libro anual. Y el lema que elegí fue el que da título a este entrada el cual venía como reclamo en una colección literaria que estaba en por entonces comprando. Pero, ¿por qué adopté ese lema? Porque ha sido siempre lo que he pensado: si hay un libro cerca siempre me he sentido más libre, en todos los sentidos.
Si las circunstancias concretas del día a día no me ofrecen el elixir de libertad que mi mente exige intento penetrar en el mundo de los libros. O bien visito una librería o adquiero una revista dedicada a la literatura, teniendo siempre como telón de fondo las páginas de algún libro en permanente apertura. Porque nada es igual si nos enfrentamos a un texto. Porque todo está en los libros y nada escapa a ellos. Son la síntesis más perfecta del idilio de la persona con la vida. Un idilio se compone de momentos dulces y amargos como la lectura: exquisito elixir de diversas componentes.
Kafka dijo que si un libro no produce el efecto de un martillazo en la cabeza no se trata de un buen libro. Pero también los hay que producen el efecto de un punzón en el corazón o el agrio sabor de una fruta podrida. Sin embargo, todos esos efectos no producen ningún rechazo en el buen lector, es más, le ayudan a serlo más y mejor.

Si necesitara extasiarme con el mundo podría adiestrar el arte de la observación, pero al querer ser participe de ese mundo, de sus excesos, de sus defectos, de sus virtudes, necesito leer historias o pensamientos o poesía. Todo está contenidos en los libros.
Un ejemplo muy vivo de lo manifestado se resume en el acto de adquirir el último libro. Toda esa sensación de libertad que produce buscar y encontrar un autor o una obra concreta, sabiendo que probablemente no la leerás en algún tiempo, pero que se depositará en tus anaqueles a la espera de su turno.
Un acto de libertad que al ser primigenio y personal se convierte en uno de los más auténticos que soy capaz de ejercer a lo largo de un día. Al eliminar estos actos anulamos al ser y su capacidad para seguir siéndolo.
30 octubre 2008
LA FILA

Pensaba que la mayoría de esas personas que esperaban allí pacientemente hacen invariablemente dos cosas todas las mañanas. Primera, no perder ni un minuto para recoger el periódico gratuito - y de ahí la pericia de los repartidores en entregar cientos de ellos en poco rato-. Segundo, ir abriéndose camino a empellones por la calle, en el autobús, o en alguna cola de un organismo oficial. Y sin embargo, allí estaban, pacientes, esperando que les entregaran un bolsa de chicles que probablemente en el mercado no llegué a un euro. Y pensaba también que así somos de ruines al mismo tiempo que borregos. En esas circunstancias quienes estaban en la cola habían derogado toda la prisa que habitualmente llevan por la mañana. Suelen utilizar formas bruscas si el chico o la chica de la cafetería tarda cinco segundos en servirles el café o se violentan con el chófer del autobús de línea si se entretiene con una maniobra que no consideran necesaria, pero tratándose de recibir algo gratuito -de valor nimio- todo se deroga.
Por tanto, hablamos también de borreguismo. Probablemente muchas de esas personas que estaban allí en fila, se detuvieron porque había gente que se detenía. Observaban que entregaban algo gratis y decidieron aguantar. La espera, para ellos, estaba justificada. Otra cuestión distinta es que esos cinco o diez minutos perdidos alguien deba pagarlos a lo largo de la mañana.
24 octubre 2008
LEER, SIEMPRE LEER

Nada es igualable a eso. Contemplar como la tarde se noquea a sí misma entre el agobio de los claxon de los coches y como el trajín ataca directamente al sistema nervioso del individuo, mientras que el claroscuro de la ventana me ofrece la luz suficiente para leer. Porque leer es un ejercicio personal, un acto soberano que se ha de buscar, al tiempo que uno mismo como lector es buscado por esas páginas.
Es curioso. La lucha del hombre, desde siempre, ha sido eliminar tiempo de trabajo para prestárselo al ocio, hasta que el empuje de los tiempos convirtió lo que era para muchos un sueño en realidad. El hombre descansó tras su trabajo y disfrutó de ese ocio. Un tiempo que le fue entregado, alejado de la maldición bíblica del trabajo y que a día de hoy, lamentablemente, se ha dilapidado, con muy honrosas excepciones. Sólo ha hecho falta tirar de la cisterna para hundir en el sumidero años y años de lucha.
Ese ocio entregado, me temo, no se está aprovechando lo suficiente. El hombre - la mujer- vuelve a derrochar ese don tan preciado en programas de televisión sonrojantes, horas y horas de fútbol sin fin, para mayor gloria de incultos multimillonarios con habilidad para golpear un balón, menudencias relacionadas con el día a día o simple pérdida de tiempo, pero no se aprovecha esa gran divisa que es el tiempo disponible, en mi caso, totalmente preciada para dedicársela a la lectura, a escribir o al cine, o a correr, a quienes nos gusta ese deporte. En cambio, genéricamente prima la desesperación, la ansiedad, el aburrimiento o el consumismo atroz que desbaratan las vidas de millones de personas, que de esa manera, se convierten en pieza fácil del sistema.
22 octubre 2008
ALGO VA MAL: RUGE LA UNIVERSIDAD

Lógicamente, este universitario estaba expresando el sentir mayoritario del ciudadano de a pie, que exentos como estamos de conocimientos de alta política y alta economía contemplamos que los gobiernos apoyan en bloque a poderosos y ni siquiera reparten migajas al ciudadano, verdadero sostenedor de las arcas públicas. De hecho, algo de mala conciencian tendrán los gobiernos -o al menos algunos de sus miembros- cuando consideran que es una inmoralidad que los ejecutivos bancarios cobren las cantidades que cobran para que luego ni tengan que responder de la mala gestión financiera y deba venir el Estado de turno a sostener el agujero que han provocado. Es esa la idea que hay en la calle y eso y algunas cosas más coreaban estos estudiantes en la calle, verdaderamente cabreados. Además ya puestos despotricaban contra el sistema y me ha gustado sobremanera que la bandera que iniciaba la comitiva no fuera de sindicato alguno sino republicana, amplia y hermosa. Y mientras contemplaba esa manifestación y escuchaba esas proclamas no tenía más remedio que pensar, allí cómodamente asomado a la ventana de Gran Vía, que ya era hora que los estudiantes salieran a la calle, que ya estaban pasando cosas excesivas, que ha habido mucho sinvergüenza chupando la sangre al ciudadano, mucho político corrupto, mucho monarca viviendo del cuento, mucho montaje para que sólo vivan unos cuantos a costa de unos muchos.
12 octubre 2008
NADA ES COMO NOS HACEN CREER EN MATERIA DE INMIGRACIÓN

Por motivos no graves, esta tarde acompañaba a un familiar al servicio de urgencias de un hospital. Se trata de uno de esos hospitales concertados que ofrecen una atención pública sobre todo a mutualistas de distintos sectores de la función pública española, principalmente.
Resulta que la médica que atendía el servicio de pediatría era extranjera y su acento -y su aspecto- así lo indicaba. No sabría decir si era inglesa o, tal vez, de la Europa del Este porque no fue con ella con la que tuvimos un contacto directo. Sin embargo, si lo tuvimos con un joven doctor argentino, que con su fuerte acento nos atendía. De manera que comencé a reflexionar sobre algunos aspectos relacionados con la inmigración, que no nos suelen contar nuestros políticos o los agentes sociales y empresariales en los medios de comunicación.
Según el gobierno, hay sectores laborales que no admiten a día de hoy la entrada de inmigrantes (legales, claro), tales como la construcción y otros sectores en crisis. Sin embargo, existen sectores en los que se aconseja sean cubiertos con trabajadores de otros países, principalmente, sectores profesionales como la medicina, algo que constaté esta misma tarde.
Sin embargo -y ahí surgen mis dudas-, cada día aparecen datos sobre la necesidad que tienen algunos facultativos españoles recién salidos de la facultad de emigrar a otros países como Portugal, Inglaterra o Irlanda, entre otros, ante la falta de oportunidades en España, luego ¿qué está pasando realmente ? La conclusión a la que llegaba al salir del hospital no era otra que esos dos doctores extranjeros - uno que nos atendió y la otra que vimos llamando a pacientes- cubren plazas que doctores españoles no quieren cubrir por estar mal pagadas y sobrexplotadas en cuanto a horario -de hecho, al doctor argentino el cansancio le era perceptible-.
La realidad no es como la ofrecen en estadísticas oficiales. La realidad en la calle es otra muy distinta. Nuestros gobernantes -presumo- guardan datos que la población debería conocer y mientras eso no ocurra las diferencias entre esa realidad y la mostrada en papel provocarán una fuerte fractura, que probablemente sea social, principalmente, ahora en tiempos de crisis.
Por otra parte, el paro galopante que está sufriendo España ha provocado el aumento de jornaleros españoles que buscan un salario digno en las vides francesas, al tiempo que se sigue insistiendo que es necesaria mano de obra extranjera en el campo español. Lógicamente sin datos no es posible discutir todo este complejo contrasentido. Por tanto, insisto en la idea de que la mayor obligación que tiene el gobernante español es aclarar a la población algo que le confunde.
Hace poco publicaba en Ideal un artículo referente a la cuestión de la inmigración, a raíz de la propuesta del PSOE, partido en el poder central, de posibilitar en las elecciones municipales de 2.011 que extranjeros de determinados países puedan votar y ser elegidos en estas elecciones (es decir, que tengan la posibilidad de optar al sufragio activo y pasivo), algo que claramente choca con el artículo 13 de la Constitución española, que deberá ser reformado si se sigue apostando por esta medida. Y no sé por qué - y así lo decía en el artículo- sospecho que existe una lazo sólido entre los datos no aportados sobre la inmigración y esa medida de carácter electoralista. De hecho, las nacionalidades elegidas para ese sufragio universal coinciden con las más numerosos en nuestro país (marroquíes y muchos países sudamericanos, al parecer, muy inclinadas hacia el partido en el gobierno). Sí ese lazo existe en la realidad, lógicamente, se tendrá que conocer más tarde o más temprano.
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