Debo dejar claro desde un primer momento una cosa como aficionado al deporte: que otorguen a un país la organización y celebración de unos juegos olímpicos siempre es una buena cosa. No voy a entrar en dicotomías sobre los puestos de trabajo y todos esos ganchos que esgrimen políticos sin escrúpulos para justificar algo que va a suponer mucho gasto público. Es más, ni tan siquiera me voy a referir al vergonzoso papel de la postiza alcaldesa de Madrid porque, sinceramente, creo que esta persona no merece ni tan siquiera un par de líneas. En lo que voy a entrar es la importancia que ha tenido la situación de este país y la lamentable imagen de la situación política tan salpicada de corrupción (¿O es que pensamos acaso que desde fuera no están asistiendo a nuestro espectáculo?).
Y es que en realidad, la visión que han tenido los acomodados miembros del COI de nuestra situación global no es desacertada. Porque si España, y dentro de ella Madrid, es un país con infraestructuras suficientes para organizar un evento de estas características como ya demostró en Barcelona'92; infraestructuras que funcionan razonablemente bien como son los aeropuertos (¡será por aeropuertos!), los puertos, las vías ferroviarias, las autovías, las comunicaciones digitales, las plazas hoteleras, las instalaciones deportivas y un largo etcétera, por qué motivo los prebostes del COI nos han dejado tirados como a perros.

Cuando conocí la noticia -el lunes, 9 de septiembre-, quiso la casualidad que me encontrara en Madrid y puedo jurar que no vi a nadie por las calles quemándose a lo bonzo por la noticia, lo que demuestra que la desazón ha sido mayúscula entre la clase dirigente, política, deportiva y económica, preocupados tal vez por no haber podido arañar más poder político y económico, pero ha pasado desapercibida para el pueblo llano, que bastante tiene con pagar el recibo de la luz cada mes. Y observando en las caras de los madrileños que esa noticia no les había hecho rasgarse las vestiduras comprendí que el pueblo -que en muchas ocasiones es sabio- ha conectado con el espíritu y las razones del COI. Como escuché en un bar donde tomaba café en el centro de la capital del Estado: 'menos comisiones que se chupan estos pájaros que nos dirigen'.