Me lo pregunto, porque estoy escribiendo esta entrada el día 6 de septiembre y está programada para el día 12. Por tanto, son seis días cruciales para saber si el Presidente del Gobierno -que como buen gallego nunca sabes si sube o baja si te lo encuentras en el rellano de una escalera- ya ha tomado la decisión. Porque se trata de una decisión crucial, ya que de tomarla, él mismo perderá muchas de sus funciones y su gobierno será dirigido desde la fría Europa. Algo similar a lo que ocurre cuando compramos un piso o un coche y que no llegan a ser nuestros mientras debamos letras al banco. Es más, hay que seguir las reglas que nos fije el banco si queremos conservar estas posesiones. La primera, lógicamente, cumplir con los pagos puntuales; la segunda, no endeudarnos más.
Y si España decide, finalmente, pedir el rescate, tendrá que cumplir con esos pagos puntuales y seguir al pie de la letra las reformas que nos indique Europa. Por tanto, entramos en una nueva etapa. Quizá muy oscura.
Poco sabemos de lo que ocurrirá, porque será algo inédito para España, pero sí sabemos cómo les está yendo a portugueses y griegos. Dicho escatológicamente: como el culo. Ninguno de los dos países levanta cabeza, a pesar de que ya han bajado retribuciones y suprimido extras a los empleados públicos, congelado o bajado pensiones, recortado en educación y sanidad, subido impuestos y miles de cosas más. Pero, claro, con todas esas premisas no crecen y su pobreza cada vez es mayor.
En el caso de España la situación puede ser aún mucho más dramática. En primer lugar, porque somos un país con una economía más poderosa y, por tanto, el efecto de la caída puede ser peor. En segundo lugar, porque tenemos más desempleo proporcional que estos países. En tercer lugar, porque nuestro sistema productivo cada día ser parece más a un país africano que a uno europeo. En cuarto, porque nuestro sistema de Cajas de Ahorro es un verdadero desastre y ha sido un latrocinio. Y con todas esas premisas, sí además, nos imponen más recortes y más subidas de impuestos, la suerte está más que echada.
Últimamente me pregunto que si estos tipos (y tipas) saben lo que se hacen, a pesar de su autosuficiencia cuando estaban en la oposición.