Este verano ha sido -está siendo- muy intenso en cuanto a lecturas. Y entre ellas, algunas asignaturas pendientes, esas que sabes que no has de demorar más para sumergirte en sus páginas.
En ese sentido, mucho escuché y leí sobre la calidad de 'Los detectives salvajes' del desaparecido Roberto Bolaño, así que me dije que, a pesar de sus más de seiscientas páginas, era hora de comenzar por la primera.
Cuando me enfrento a un libro o a una película, intento no leer demasiado sobre lo que les ha parecido a otros, por tanto, quienes consideren que leyendo esta entrada se verán influenciados por la futura lectura de esta obra, pueden optar por no continuar leyendo, aunque diré en mi descargo -como ya saben los más antiguos del lugar- que jamás destripo un libro o espoleo el argumento de una película, todo lo más comento y opino sin intentar entrar en argumento alguno -alguno no siempre lo consigo-. Pero eso sí, daré mi opinión.
Y mi opinión sobre 'Los detectives salvajes' es ambigua, porque ambigua es la obra. En principio, hay que decir que escapa a la concepción argumental de lo que entendemos por novela moderna, algo que jamás se ha superado desde 'Madame Bovay'. No encontramos 'En los detectives salvajes' los mismos esquemas y tópicos de una novela moderna. Existe una estructura original, que yo no había leído hasta ahora. Y probablemente en esa estructura tan original radique la fama y aprecio que tiene esta novela tanto en el mundo hispano como en el anglosajón de Estados Unidos.
Ahora bien, hay que decir que a quien guste de la novela bien estructurada, esa que conlleva un encabezado, un cuerpo y una culminación, 'Los detectives..' le sabrá a algo distinto, ya que no se trata de una historia propiamente dicha, sino de muchas historias que penetran en lo más hondo de lo existencial literario si es que se me permite acuñar ese término. Pero esas historias son siempre una. O mejor dicho, historias en una en torno a unos cuantos personajes del mundillo literario de México D.F.
He de decir que no estoy muy seguro de afirmar si me ha gustado o no esta obra de Bolaño. La he disfrutado en ocasiones y en otras no tanto, aunque a decir verdad, no me ha aburrido nunca.
Gente que se mueve por el terreno literario poético de México D.F., y que describe una época y unos paisajes concretos. Vida de poetas y gente bohemia que se prodiga desde la capital mexicana a otras ciudades de distintos países, siguiendo un movimiento poético ficticio denominado 'real visceralismo', cuya creadora en la novela es Cesárea Tinajero, una búsqueda que adquiere elementos surealistas y también muy realistas en ocasiones, pero no estoy seguro de saber en qué dirección nos quiere llevar el escritor chileno.
Supongo que nos quiere mostrar vivencias propias y de su generación, algo muy encorsetado en una época y en unos lugares concretos, pero que difícilmente puede extenderse hacia la universalidad, entre otras cosas, porque se tratan presumiblemente de sus vivencias personales. Por tanto, el sustrato que saqué de la lectura es literario en parte, pero no demasiado más. Eso no significa que no considere interesante la novela, pero me hubiera conformado con menos páginas que me dejaran más tiempo para leer otras cosas que me parecen más interesantes. Por ejemplo, las más de mil páginas de que se compone la trilogía de Torrente Ballester 'Los gozos y las sombras', magna obra a la que estoy ahora dedicando mi tiempo en alternancia con la 'Justicia desahuciada' del expedientado juez del caso Blesa y Banco de Miami, el granadino Elpidio José Silva, que no es que sea una lectura con la que uno disfrute, como se hace con una buena novela, pero que cuenta algo muy turbio de la última turbia realidad española.