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22 abril 2013

UNA VISITA A LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS DE 'EL CERRO DE LOS INFANTES' -PINOS PUENTE-


La visita a las muy escasas ruinas de lo que se documenta como  necrópois y -posteriormente- municipium 'ibero-romano' de Ilurco se ha hecho esperar, pero al final se ha producido. 
Era una 'excursión' que le tenía prometida al profesor y escritor granadino José Luis Serrano -autor de Zawí- y que por fin tras diversos aplazamientos hemos podido llevar a cabo este domingo pasado. 
Poca gente que haya nacido en Pinos Puente no conoce, física o a través de testimonio indirecto, lo que guarda el conocido como 'Cerro de los Infantes' (ver mi entrada sobre esta zona), y son muchas las personas que han encontrado monedas, restos de cerámica e incluso algún exvoto íbero que otro. Pero era necesario visitar la zona con cierto conocimiento de lo que podríamos encontrarnos allí, de acuerdo con las prospecciones arqueológicas -pocas e incompletas- que han llevado a cabo arqueólogos en épocas pasadas. 
Probablemente no era la mejor época, porque ha llovido mucho este pasado invierno y en el comienzo de la primavera, de manera que el follaje era inmenso, pero aún así, ambos hemos conseguido ascender a lo conocido como 'corona', lugar en el que se estima podía estar construida la fortaleza militar, el 'oppidum' ibérico, el cual pudo servir para que Roma pusiera allí su impronta en forma de fortaleza  y posteriormente la civilización islámica en forma de alcazaba. Que se sepa, nunca fue fortaleza cristiana. 



Hemos podido ver tenues restos de murallas y unos escalones bien construidos sobre los restos en roca de la misma, que según las inscripciones (1937) debieron ser utilizados por los soldados de la zona republicana durante la Guerra Civil española.



Ya en la meseta que conforma la 'corona' -con unas impresionantes vistas a la Vega y a los Montes Orientales- hemos podido ver lo que se estima una poza grande utilizada para tintar tejidos de posible estructura fenicia, según los expertos. 
En la zona de bajada, en una especie de valle pequeño es posible ver restos de muralla (de posible procedencia íbera), la cual ha sido prácticamente destruida por una antigua construcción vulgar de una vivienda de una sola planta. 


Como comentábamos José Luis y yo, seguramente habría mucho por descubrir si existiera la voluntad de iniciar nuevas prospecciones arqueológicas, algo que es factible que se haga en cualquier momento gracias a que la zona está legalmente protegida y reconocida. 


Desde lo alto de la 'corona' es fácil otear todo el horizonte en un ángulo de 360 grados sin problema alguno, que es el fin que se pretendía cuando se construyó el 'oppidum'. Incluso, sería posible visualizar la probable fortaleza en alto que seguramente presidía la probable antigua ciudad de Ilibiris, junto a la población de Atarfe, dato que podría ser nada relevante para los poblados íberos, ya que éstos extendían su 'soberanía' tan sólo a su población. No había concepto de Estado. 
En los momentos en el que follaje nos llegaba hasta la cintura, no pude evitar pensar en la presencia de la víbora hocicuda, comunes en esta zona (en toda España, excepto en el norte) según los testimonios que siempre he escuchado y que ambos hemos comentado. Además, en primavera comienzan su ciclo de celo y es cuando se ciernen más peligrosas, a pesar de que su veneno, al parecer, no es tan tóxico como el del resto de las víboras. Por suerte no nos hemos topado con ninguna. He preferido alejar ese pensamiento y centrarme en los restos, como es fácil deducir.    

31 marzo 2013

A VECES LA HISTORIA...

Pinos Puente desde el Cerro de Los Infantes -El pico del Piorno al fondo-. Foto de José A. Flores 
A veces la historia está junto a nosotros. Pero no lo sabemos ver. Lo que ha existido podrá ser importante o no serlo. Podrá haber tenido su impronta o no haberla tenido; pero ha existido y eso es lo importante. 
Siempre me ha interesado la historia. Saber lo que otros antes que nosotros han pensado, construido, dispuesto, creado, creado, pintado, compuesto. O simplemente, saber cómo han vivido. 
Sin embargo, pocas veces nos lo han sabido contar. Como mucho, hemos tenido que aprender largos nombres de reyes o de hechos históricos, nombres vacíos, sin alma. Pero si consigues tocar algún trozo de esa historia o si consigues que un libro o un lugar te penetre en la infrahistoria, alejada de las grandes fechas y datos, las cosas son muy distintas. 
Vienen a cuento estas reflexiones, a raíz de de la lectura de varios artículos sobre los restos arqueológicos protegidos del Cerro de los Infantes, en las inmediaciones de Pinos Puente. Ahora son rocas y tan sólo los expertos o los muy avezados logran encontrar restos íberos y romanos en su solar, pero eso no debe hacer ignorar que es una zona que tuvo una impronta importante en la historia antigua y en épocas posteriores. 
En una visita al Museo Arqueológico de Granada es posible encontrar inscripciones lapidarias aludiendo a familias insignes de la antigua ciudad de Ilurco situada -según numerosos estudios- en el Cerro de los Infantes y que pudo funcionar como 'Oppidum' ibérico; también conocemos que Roma concedió el título de 'Municipium' a esa antigua ciudad íbera, algo que no era común, a no ser que se tratara de una ciudad -además de leal a Roma- con cierta importancia. Está claro que el tiempo lo borra todo y que las piedras del ayer y de hoy se confunden fácilmente. Además, todos los estudiosos coinciden que existe una neblina documental sobre el periodo ibérico, que tan sólo hemos conseguido conocer gracias a escritos de historiadores y geógrafos griegos como son el caso de Polibio -historiador- y Estrabón -geográfo-, principalmente; o historiadores romanos, como es el caso de Tito Livio.
Dibujo del viajero holandés Heylan en el siglo XVII, que puede referirse a una fortificación musulmana, sobre la base de un edificio de origen romano. Fotos del estado actual.

No obstante, no se detuvo ahí la historia, ya que el nombre 'Cerro de los Infantes', que es como se conoce en la zona a este cerro, se debe a los sucesos ocurridos con motivo de lo que se denominó 'El desastre de la Vega de Granada', ya que en este lugar, en el año 1319 y en plena acometida de los Reinos cristianos del norte contra el Reíno Nazarí de Granada, los Infantes Juan de Castilla -hijo de Alfonso X El Sabio- y Pedro de Castilla -hijo de Sancho IV El Bravo-, perdieron la vida a manos del ejército del sultán granadino Ismail I. 

'La historia está en las piedras y en los libros', pensé cuando hace unos días paseaba por esta zona, atento a las piedras por si éstas proferían algunas palabras.             

15 enero 2012

CUANDO EL DEPORTE ES, TAMBIÉN, UN REGALO PARA LA VISTA

Como todo en la vida, en el deporte, lo importante es la acción, la constancia, la aseveración, ponerse en marcha, en definitiva. 
Si en la anterior entrada escribía que había sido cuestión de justicia poética volver a la MTB, nada podía más corroborar esa afirmación que pedalear de nuevo al día siguiente y volver a montar a lomos de ese vehículo de fina estructura que te lleva lejos, por lugares recónditos y, a veces, inaccesibles. 
Interesante esto de la bicicleta. Me lo pareció hace ya lustros cuando mi deporte -compartido con el fútbol- era el ciclismo de carretera. Con este tuve mis mejores sensaciones que tan sólo he recuperado, en ocasiones, con la carrera a pie. Y, seguramente, que en algún lugar de la mente ahí se conservan a pesar de los muchos años sin pedalear. Si no fuera así, no hubiera recuperado esas buenas sensaciones en esta ruta que gráficamente os dejo; una ruta que no es demasiado larga, pero sí intensa y original ya que transcurre gran parte de ella entre olivos y se adentra en cortijos y pequeñas poblaciones como es el caso de Los Olivares -cuyo nombre no podía ser otro-, pedanía de Moclín, no lejos de Pinos Puente. Así que me pareció tan bella, a pesar del día gris y frío que opté por fotografiar con el móvil algunos detalles de la misma. 
Y una idea que repetidamente me aborda: percibo que la bici podría quitarle terreno a correr en este 2012 que recién empieza. De hecho, ya comienzo a mirar en algunas páginas web la posibilidad de mejorar algunas piezas de la Specialized. El tiempo, que como sabemos es gran escultor, lo dirá.


PREPARADO Y "PREPARADA" PARA INICIAR LA RUTA. EL DÍA ES ALGO FRÍO POR LO QUE HAY QUE IR BIEN ABRIGADO.
ESTE SERÁ EL CAMINO QUE VERÉ EN LOS PRIMEROS DIEZ KILÓMETROS. SIEMPRE ME HA GUSTADO RODAR -EN BICI O CORRIENDO- ENTRE OLIVOS. EL CAMINO ES DURO Y ROTO, PERO TIENE MUCHOS ENCANTOS. ADEMÁS, NOS ENCONTRAMOS EN ÉPOCA DE RECOLECTA, POR LO QUE PARECIERA QUE LOS OLIVOS ESTÉN PLETÓRICOS DE FELICIDAD.  

REALMENTE NO SABÍA CON EXACTITUD DÓNDE ME ENCONTRABA, ASÍ QUE TUVE QUE HACER UNA LLAMADA A QUIEN YO SABÍA QUE LO SABÍA. ESTE CORTIJO PERTENECE AL TÉRMINO DE COLOMERA Y SU DUEÑO ME DIJO QUE ESTABA A UNOS CINCO KILÓMETROS DEL PUEBLO Y A UNOS DOS O TRES DE OLIVARES. OPTÉ SEGUIR HASTA OLIVARES.
LAS VISTAS DESDE EL CORTIJO "BERBE BAJO" SON EXCELENTES. SE CONTEMPLA TODO ESE MAR DE OLIVOS QUE MINUTOS ANTES HUBE DE ATRAVESAR.


LOS OLIVARES ES UN PEQUEÑO PUEBLO ENCANTADOR. HUNDIDO EN LA FALDA DE LA SIERRA DE MOCLÍN Y ATRAVESADO POR EL RÍO VELILLOS -TAMBIÉN LLAMADO COLOMERA- ES UN REMANSO DE PAZ Y NATURALEZA. 
UNOS SIETE KILÓMETROS PARA ACABAR ESTA BONITA RUTA.

LA CARRETERA QUE UNE OLIVARES -Y TIENA- CON PINOS PUENTE ES VIEJA CONOCIDA PORQUE POR ELLA SUELO CORRER DE VEZ EN CUANDO. AL FONDO SE DIVISA EL PIORNO Y SIERRA ELVIRA. EN LA FALDA ESTÁ PINOS PUENTE.  

LA ALDEA DE BÚCOR SIEMPRE ES UN REGALO PARA LA VISTA. SU CAPILLA DEMUESTRA QUE EN SU ÉPOCA FUE BASTANTE POBLADA Y ACTIVA. MORADA DE MIS ASCENDIENTES DURANTE BASTANTES AÑOS.  ES LUGAR DE HISTORIA PORQUE ES COLINDANTE AL CERRO DE LOS INFANTES, SOLAR QUE FUERA MORADA DE LA CIUDAD IBERO-ROMANA DE ILURCO.  UN PASADO GLORIOSO DEL QUE POCO SE CONOCE A PESAR DE LOS MUCHOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS ALLÍ ENCONTRADOS.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...