Me gusta la lluvia, en bici,
Me gusta la lluvia, corriendo,
Me gusta la lluvia, andando,
Me gusta la lluvia,
Sencillamente: me gusta la lluvia,
Porque su sola presencia hace soñar,
sin más requisitos que su mera contemplación.
Porque su sola presencia hace soñar,
sin más requisitos que su mera contemplación.
Es curioso que te surjan estos versos justo después de haber atravesado un diluvio con la BTM, perdido en mitad de la nada, en algún lugar de los Montes Orientales, de cuyo nombre puedo acordarme: en un punto entre Los Olivares y Colomera.
No me atreví a detenerme para hacer unas cuantas fotos en plena lluvia por temor a entumecerme, pero sí lo hice nada más escampar, porque la quietud y belleza del paisaje a los pocos minutos de cesar un fuerte aguacero es algo digno de vivirse y fotografiarse:
Poco hacia presagiar que pasada esta tranquila carretera que conduce a la población de Colomera, el cielo se rajaría. Foto de José A. Flores |
A la izquierda, al Sureste, el macizo de Sierra Elvira se erige majestuoso. Pinos Puente, a su falda le debe sumisión y eterno agradecimiento por su desinteresado resguardo. Foto de José A. Flores |