Mostrando entradas con la etiqueta HUMOR BORBÓNICO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta HUMOR BORBÓNICO. Mostrar todas las entradas

05 junio 2014

LA MUY VERDADERA Y REAL HISTORIA DE LA ABDICACIÓN (HUMOR BORBÓNICO)

Seamos prácticos. Si ya está decidido; si no va ha haber proceso constituyente para iniciar la reforma de la Constitución; si ya el heredero le ha tomado apego al trono sin reinar aún; si ya sueña con más fama, poder y fortuna; si nadie de los que mandan de verdad está dispuesto a mover un dedo para que la cosa cambie, pues seamos prácticos y hagamos como los británicos (aunque estos si que llevan en los genes la monarquía, inseparable del nacimiento como nación; hasta los holligans la defienden, palabra): riámonos y contemos chascarrillos y chistes de esta tropa borbónica, que desde que se alzaron con la corona española -con no demasiadas interrupciones- allá en el año 1700 de la mano de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y que se puso el nombre de Felipe V. Por tanto, ya tenían gana de que el V se convirtiera en VI. Soñaban con ello. 

Última portada de la revista 'El Jueves', censurada
por su grupo editor RBA. Este hecho ha
provocado la dimisión de varios de sus más 
prestigiosos humoristas. Primeras 'víctimas' del nuevo 
rey de todos los españoles, vascones, catalanes
 y demás pueblos patrios.  
Ya antes en la segunda mitad el siglo XVI los 
Borbones ya habían hecho sus pinitos en la Corona de Navarra, pero eso es otra historia. Aunqueo les sirvió bastante para posicionarse. Observaban cómo la Casa Austria se estaba desmoronando con los ineficaces Austrias Menores y aprovecharon bien la ocasión para ocupar el trono español. Listos y oportunistas como pocos. Y así siguen: aferrados al poder y a la riqueza, sin que haya necesidad que sean buenos estadistas, gente seria o ética. Es igual: esto es España. Qué más da. 
Pero no me enrollaré, porque lo yo quiero aquí hoy es contar la verdadera historia de la abdicación de Juan Carlos I. No fue como no lo contaron. Veamos. 

Resulta que estaban en Zarzuela dando una recepción, como un día cualquiera. En esta ocasión se recibía al presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que son tipos muy importantes allí. 
Y este tipo, conocedor de la afición enóloga del rey, le trajo un excelente caldo californiano. Y el rey, no pudiendo esperar, mandó que lo descorcharán. Se sirvió y de forma espontánea -porque nuestro exrey es de sencillo que te cagas- exclamó con esa media lengua que dios le ha dado: '!Qué zdico..¡' Le gustó tanto el vino que no pudo evitar alabar su calidad. 
En la sala estaban los periodistas acreditados por Zarzuela para sus distintos medios. Pero ese día había un becario sustituyendo a uno de ellos que se encontraba mal, no se sabe de qué medio de comunicación. Y como becario que era, por aquello de los nervios y la falta de experiencia en estos menesteres regios, al escuchar esa exclamación del rey, no dudó un segundo en coger su smartphone y tuitear: 'El Rey acaba de decir: ¡Que abdico! Y claro, ya navegando el mensaje por la red a velocidad de vértigo y tratándose de un asunto de Estado, la noticia se extendió como la pólvora hasta acabar en los ordenadores centrales de los medios de comunicación de medio mundo. Y ya nada se pudo hacer.
Así que eso fue todo. Que de malentendidos está repleta la historia de la humanidad. 

     

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...