Hay que decir que las previsiones de déficit les están saliendo al Estado como el culo. Otra genialidad de Luís de Guindos, el del ático de lujo de Madrid Lógico que así sea. Servidor apenas tiene conocimientos de economía -una aislada asignatura de conceptos básicos en la licenciatura de Derecho y algún libro básico-, pero está claro que si el consumo está por los suelos dado el alto desempleo existente y la rebaja o congelación de la mayoría de las retribuciones, así como la subida de impuestos directos e indirectos, el producto interior bruto sin más remedio se tiene que reducir. Es decir, no hay potencial económico y apenas se produce al no haber un consumo alegre. Para colmo, estos microestados que hemos creado -sin parangón en ningún país del mundo- se han endeudado hasta las cejas y ahora acuden el papá Estado -incluso la independentista Cataluña- a pedir del dinero del Fondo de Líquidez Autonómica; para colmo, los mercados sólo nos compran deuda si les damos magros intereses y como trasfondo de este desolador panorama, la casta política no se baja del burro y sigue manteniendo un sector público sobredimensionado ¿Cómo vamos a crecer?
Sin embargo, estos datos del déficit en el 9%, un punto por encima del máximo previsto, se extraen sin tener en cuenta aún la reciente subida del IVA y el nuevo retroceso en el consumo que ésta provocará. Luego, a final de año será peor.
Un renglón aparte merece la supresión de la paga extra de todas las personas que trabajen para el sector público (unos tres millones), con independencia de su adscripción jurídica. Hagamos unas sencillas cuentas.
Previamente, partamos de la base que la paga extra de Navidad es una paga que, por lo general, tiene un marcado carácter consumista. En otras palabras, es un dinero que la mayoría de las personas destinan a esos gastos extraordinarios que nos provoca la Navidad, el seguro del coche, algún impuesto, los Reyes de los niños y de los mayores, la comida fraternal -que en muchas casos, tanto para empresas como para familias y amigos, es más una declaración de guerra que una comida-..... Luego, si hacemos unas sencillas cuentas y considerando que suele ser de unos 1.000 a 1.100 € de media- llegaremos a la conclusión que la no disposición de ese dinero -que yo calculo, aproximádamente entre 350 y 400 millones de euros-, provocará un serio colapso en el consumo, en perspectiva macroeconómica, y muchos actores productivos que gracias a esa paga hacen su diciembre, se verán avocados a una reducción drástica de sus ventas e ingresos, que les obligará a echar el candado de su establecimiento o despedir personal.
Ocurre que esos 350 a 400 millones -que es posible que sea una cantidad calculada a la baja- se utilizan, como digo, para consumir no para guardarlo en el banco. Es decir, esa paga, por lo general, se evapora antes de que llegue el 15 de enero del siguiente año, y no disponiendo de ella, el ciudadano que trabaja en sector público tendrá que abstenerse del consumo que otros años sí ha podido hacer.
Si en un sentido hipotético, las Administraciones Públicas -que se van ahorrar una pasta no pagando esa paga extra- destinaran el dinero a cuestiones sólidas, tendentes a buscar medidas para salir de la crisis y crear empleo, podría estar hasta justificado, pero mucho me temo que ese dinero que se ahorrarán servirá en la mayoría de los casos para lo mismo de siempre, es decir, el mantenimiento de los privilegios de su casta política (un dato: incluyo a la monarquía en ésta). Al tiempo.