13 agosto 2012
EL PAPEL DE ESPAÑA EN LONDRES
08 agosto 2012
EL EXTRAORDINARIO CASO DE FÉLIX SÁNCHEZ
Estoy siguiendo con atención las pruebas de atletismo en las Olimpiadas de Londres 2012 y ya casi superada la frustración ante el pésimo papel de la gran mayoría de nuestros atletas olímpicos (pareciera que en España ya no haya ánimo, vocación o talento para dedicarse a la élite atlética, algo a lo que ha contribuido mucho los recortes), me centro en las enormes actuaciones de los mejores atletas del mundo. Pero de entre todos, uno de ellos, me ha llamado la atención de forma poderosa. Se trata del excelente vallista dominicano Félix Sánchez. Y lo ha hecho por la épica, por su capacidad de reinventarse y de resurgir de sus cenizas como un Ave Fénix glorioso. Que haya revalidado el oro tras su triunfo en Atenas 2004 en la difícil y competida prueba de los 400 metros vallas me ha parecido algo extraordinario, a punto como está de cumplir los 35 años (los cumple este mismo mes de agosto). De hecho, su espectacular llanto en la ceremonia de entrega de medallas lo dice todo ¡Cuántas cosas no habrán pasado por la cabeza de este excelente y elegante atleta en esos pocos minutos que dura el himno!
23 mayo 2010
MURAKAMI EN LA ORILLA (IDEAL 23/5/2010)
Tras leer el libro de Murakami y hacer aquí una crítica, y a pesar de reconocer que el libro bajaba de nivel en su segunda mitad, es tan grata la publicación de este libro y tan común entre nosotros, los corredores, el lenguaje del novelista y corredor japonés, que no pude resistirme a escribir algo sobre la relación entre el correr y el escribir, según me inspiró la obra de Murakami.
Así que decidí enviar un artículo a Ideal, que ha salido publicado hoy domingo.
Si no habéis tenido oportunidad de leerlo, tal y como ha hecho y comunicado mi amigo y Álter, Jesús Lens, os lo pongo en esta entrada, esperando que disfrutéis con él, tanto como yo disfruté escribiéndolo.
El título, como habréis podido comprobar, parafrasea una de las obras más famosa del autor: "Kafka en la orilla".
Os dejo con el artículo:
MURAKAMI EN LA ORILLA
Sabíamos hasta ahora que el novelista japonés escribía de un mundo solitario, onírico y surrealista, algo parecido a lo que identificamos con un mundo interior, que más veces de las necesarias busca las fisuras que le permitan mirar y salir al exterior, por no decir que, en ocasiones, ese mundo interior se escapa sin permiso y busca a plena luz lo que imaginariamente intuye que existe.
Tal vez por eso el escritor japonés corre a diario y participa en maratones al menos una vez al año. Y así nos lo ha contado en su último libro, "De qué hablo cuando hablo de correr", parafraseando la obra de su admirado y traducido Raymond Carver ("De qué hablamos cuando hablamos de amor").
Y quienes gustamos de la obra de Murakami, e igualmente nos subyuga esa tarea física y mental que consiste en calzar unas zapatillas técnicas y acumular kilómetros sin más, esperábamos desde hace tiempo -porque desde hace tiempo lo sabíamos- que el escritor corredor -o viceversa- nos informara desde sus altos palacios literarios de el qué y el cómo del correr literario, que aunque jamás lo haya dicho de esa manera, es la forma de correr que concibe. De hecho, las grandes distancias para Haruki no son más que el ensayo mental y físico que le preparan para adentrarse en las grandes distancias literarias. No parece concebir el hecho de escribir como algo aislado del hecho de correr.
Pero ¿qué nos ha aportado Murakami sobre la literatura y su relación con el correr? Probablemente lo que ya intuíamos cuando leíamos sus obras: que escribir y correr pueden ser mundos ajenos en el mundo real, en el mundo exterior, pero quizá no tanto en el mundo irreal, en el mundo interior. Dos mundos que comparten muchas de esas cosas que se experimentan corriendo o se experimentan escribiendo: lo onírico, lo irreal, lo solitario, la incertidumbre, el miedo, el fracaso. Demasiadas cosas en común para no pensar que en algún momento debieron de partir de un mismo punto; demasiadas cosas para no pensar que son facetas que pueden ir cómodas de la mano aunque no siempre vayan ni parezcan necesitarse.
Está demostrado que un corredor de fondo se adentra en parajes solitarios, que corre en soledad, que se funde con el paisaje y que es probable que su mundo onírico e interior sea el que conduzca sus pasos y que en su trote diario esté escribiendo ya, en su interior, su obra.
El mérito de Murakami es haber captado el sentido de todo esto y haberlo relatado en una novela-ensayo que tenía en mente desde hacía diez años.
18 agosto 2009
DISFRUTANDO CON EL ATLETISMO Y NUESTRO PROYECTO FLORENS
NUEVOS PROYECTOS LITERARIOS YA CONSOLIDADOS
Me refiero a nuevos proyectos literarios ya consolidados, porque por su propia naturaleza un proyecto no es otra cosa que una intención qu...
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