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13 agosto 2012

EL PAPEL DE ESPAÑA EN LONDRES

España, en los diez primeros días de Juegos iba camino de un importante fiasco, pero en esta última semana ha levantando cabeza, a pesar de las decepciones del fútbol, tenis, balonmano, waterpolo y, tal vez, hockey sobre hierba, masculinos, que se ha compensado con las brillantes actuaciones de los equipos de balonmano y waterpolo femeninos. Sin duda, las damas han sido las grandes salvadoras de nuestro honor en esta ocasión, que ya era hora. Y suerte que la selección masculina de baloncesto finalmente ha hecho un partido de oro en la final, a pesar de que se venía tambaleando en las fases eliminatorias. Pero pensemos en exclusiva en el atletismo, el rey de los juegos.
En este deporte el fiasco ha siendo mayúsculo. De hecho, los que seguimos el atletismo todo el año, ya sabíamos que eso iba a ocurrir porque estamos en un país en el que se nos ha olvidado el sufrimiento y el poco dinero que conlleva llegar a la élite. Los niños y niñas, igual que ya no quieren ser príncipes o princesas, tampoco quieren dedicarse a una actividad en la que se entrega más que se recoge. La nobleza del esfuerzo ha dejado de ser importante y se sueña por la billetera, la gloria y muchos menor esfuerzo que a diario nos restriegan los medios de comunicación, personalizados en los Casillas, Cristianos, Iniestas y demás. Porque no olvidemos que hemos sido un país de nuevos ricos y los nuevos ricos tan sólo desean vivir bien y exponerse al esfuerzo lo menos posible. Lógicamente, esto que digo no es más que una exageración con muchos tintes de veracidad, pero la realidad es que el atletismo de élite en España ya no vende y tampoco las autoridades atléticas lo favorecen demasiado porque es muy difícil acceder a una beca ADO y cuando se accede, la cantidad que se obtiene apenas da para entrenar sin tener que dedicarse a otro menester y la pierdes en cuantos te relajas y no das las altas marcas exigidas. En resumen: el atletismo en España no mueve dinero y todo lo que en este decadente país no mueva dinero está abocado a desaparecer. Por eso no desaparecen los políticos y la monarquía, supongo. 
En otros países, el mecanismo profesional del atletismo es muy distinto y ahí están sus resultados. En EEUU y muchos países del antiguo bloque soviético, el esfuerzo y el talento atlético se recompensa de otra manera más generosa, principalmente - en EEUU, básicamente- por el papel de las universidades,  y a los atletas africanos, por su talento natural, se los rifan fuera de sus países y obtienen sumas millonarias en 'meeting' y otras pruebas más o menos oficiosas. Sus marcas les preceden.
Pero en España tener una gran marca tampoco ya es sinónimo de gloria y eso crea mucha incertidumbre y desánimo. Por tanto, si nadie lo remedia en los próximos años, nuestro atletismo seguirá bajando peldaños en la orbe internacional. Costará mucho volver a tener gente en la final de 1500, 5000 ó 10000 y tocar podio en maratón. Pero ojalá me equivoque y tan sólo se trate de una visión desanimada de la realidad actual.   

08 agosto 2012

EL EXTRAORDINARIO CASO DE FÉLIX SÁNCHEZ



Estoy siguiendo con atención las pruebas de atletismo en las Olimpiadas de Londres 2012 y ya casi superada la frustración ante el pésimo papel de la gran mayoría de nuestros atletas olímpicos (pareciera que en España ya no haya ánimo, vocación o talento para dedicarse a la élite atlética, algo a lo que ha contribuido mucho los recortes), me centro en las enormes actuaciones de los mejores atletas del mundo. Pero de entre todos, uno de ellos, me ha llamado la atención de forma poderosa. Se trata del excelente vallista dominicano Félix Sánchez. Y lo ha hecho por la épica, por su capacidad de reinventarse y de resurgir de sus cenizas como un Ave Fénix glorioso. Que haya revalidado el oro tras su triunfo en Atenas 2004 en la difícil y competida prueba de los 400 metros vallas me ha parecido algo extraordinario, a punto como está de cumplir los 35 años (los cumple este mismo mes de agosto). De hecho, su espectacular llanto en la ceremonia de entrega de medallas lo dice todo ¡Cuántas cosas no habrán pasado por la cabeza de este excelente y elegante atleta en esos pocos minutos que dura el himno!
            Lloró por su abuela –que en realidad fue su verdadera madre-, la cual falleció horas antes de competir en Pekín 2008 y, seguramente, lloró por toda esa travesía del desierto que ha debido pasar desde las anteriores olimpiadas hasta ahora, manteniéndose fiel a su país, a pesar de que como muchos de sus compatriotas nació en Nueva York y podría haber optado por representar a USA, algo que intentó en sus inicios, si bien la competencia era mayor. De todas formas, ha estado venciendo durante muchos años a aquellos pudieron ser sus compatriotas rivales
            Lo que me parece más extraordinario de todo, y lo que más me cautiva, es esa capacidad de reinventarse  a la me refería antes. Uno recuerda al Félix Sánchez de principios del año 2000. Un aguerrido y orgulloso joven que se “comía” a los excelentes atletas contemporáneos que poblaban la vuelta a la pista envallada. Ese toque exótico, por representar a un país sin tradición atlética alguna le confiere una especial relevancia, como ocurría con el recordmán de altura, el cubano Sotomayor (2 metros y 45 centímetros es su récord, aún imbatido).  Todos los rivales de Félix Sánchez de entonces han ido desapareciendo de la élite mundial y ahora hay una nueva generación, tales como el norteamericano Michael Tinsley, el puertorriqueño, Javier Culson o el británico David Greene, por citar tan sólo a los que entraron por detrás de él, todos ellos bastante más jóvenes. Pero Félix Sánchez pareciera que no entendiera de etapas ni de pasado y vuelve a imponerse en unas olimpiadas, ocho años después. Es algo mágico. Y Fascinante. Ese es el verdadero espíritu olímpico y es por eso por lo que hay que amar los juegos.            

23 mayo 2010

MURAKAMI EN LA ORILLA (IDEAL 23/5/2010)


Tras leer el libro de Murakami y hacer aquí una crítica, y a pesar de reconocer que el libro bajaba de nivel en su segunda mitad, es tan grata la publicación de este libro y tan común entre nosotros, los corredores, el lenguaje del novelista y corredor japonés, que no pude resistirme a escribir algo sobre la relación entre el correr y el escribir, según me inspiró la obra de Murakami.

Así que decidí enviar un artículo a Ideal, que ha salido publicado hoy domingo.

Si no habéis tenido oportunidad de leerlo, tal y como ha hecho y comunicado mi amigo y Álter, Jesús Lens, os lo pongo en esta entrada, esperando que disfrutéis con él, tanto como yo disfruté escribiéndolo.

El título, como habréis podido comprobar, parafrasea una de las obras más famosa del autor: "Kafka en la orilla".

Os dejo con el artículo:


MURAKAMI EN LA ORILLA


Sabíamos hasta ahora que el novelista japonés escribía de un mundo solitario, onírico y surrealista, algo parecido a lo que identificamos con un mundo interior, que más veces de las necesarias busca las fisuras que le permitan mirar y salir al exterior, por no decir que, en ocasiones, ese mundo interior se escapa sin permiso y busca a plena luz lo que imaginariamente intuye que existe.

Tal vez por eso el escritor japonés corre a diario y participa en maratones al menos una vez al año. Y así nos lo ha contado en su último libro, "De qué hablo cuando hablo de correr", parafraseando la obra de su admirado y traducido Raymond Carver ("De qué hablamos cuando hablamos de amor").

Y quienes gustamos de la obra de Murakami, e igualmente nos subyuga esa tarea física y mental que consiste en calzar unas zapatillas técnicas y acumular kilómetros sin más, esperábamos desde hace tiempo -porque desde hace tiempo lo sabíamos- que el escritor corredor -o viceversa- nos informara desde sus altos palacios literarios de el qué y el cómo del correr literario, que aunque jamás lo haya dicho de esa manera, es la forma de correr que concibe. De hecho, las grandes distancias para Haruki no son más que el ensayo mental y físico que le preparan para adentrarse en las grandes distancias literarias. No parece concebir el hecho de escribir como algo aislado del hecho de correr.

Pero ¿qué nos ha aportado Murakami sobre la literatura y su relación con el correr? Probablemente lo que ya intuíamos cuando leíamos sus obras: que escribir y correr pueden ser mundos ajenos en el mundo real, en el mundo exterior, pero quizá no tanto en el mundo irreal, en el mundo interior. Dos mundos que comparten muchas de esas cosas que se experimentan corriendo o se experimentan escribiendo: lo onírico, lo irreal, lo solitario, la incertidumbre, el miedo, el fracaso. Demasiadas cosas en común para no pensar que en algún momento debieron de partir de un mismo punto; demasiadas cosas para no pensar que son facetas que pueden ir cómodas de la mano aunque no siempre vayan ni parezcan necesitarse.

Está demostrado que un corredor de fondo se adentra en parajes solitarios, que corre en soledad, que se funde con el paisaje y que es probable que su mundo onírico e interior sea el que conduzca sus pasos y que en su trote diario esté escribiendo ya, en su interior, su obra.

El mérito de Murakami es haber captado el sentido de todo esto y haberlo relatado en una novela-ensayo que tenía en mente desde hacía diez años.

18 agosto 2009

DISFRUTANDO CON EL ATLETISMO Y NUESTRO PROYECTO FLORENS



A quienes nos apasiona el atletismo estamos de enhorabuena. No en vano se están celebrando los mundiales al aire libre de este bello y noble deporte en Berlín, ciudad con gran tradición atlética.
Ayer asistimos a una proeza de esas que rara vez se disfruta, algo similar a esos raros eclipses que se observan cada doscientos o trescientos años. Me estoy refiriendo, qué duda cabe, a la gesta de Bolt. Una gesta que las retinas apenas conciben guardar y hay que verla una y otra vez y desde diferentes ángulos para creerla. No sólo por el tiempo pulverizado -¡ centésimas en una tacada!- sino por la enorme superioridad sobre sus rivales de la "bala jamaicana", sobre todo si tenemos en cuenta que sus rivales son la élite del hectómetro. Pero para poder disfrutar aún más de esa gesta no dejen de leer el Instante decisivo, un excelente texto que ha escritor el Alter de un servidor, Jesús Lens, para el retomado proyecto Florens. Les encantará.


En la jornada atlética de hoy, también hemos disfrutado con nuestra "Bolt" particular: una atleta de casta que responde al nombre de Marta Dominguez. Su exhibición en los 3.000 metros obstáculos ha sido antológica. Toda esa fuerza y garra demostrada han hecho que sucumban todas sus rivales, incluso sus rivales más directas. Pocas veces he visto una exhibición de fuerza tan espectacular.


Muy meritoria, igualmente, ha sido la entrada de Mayte Martinez en la final de 800 metros, principalmente por el valor que supone estar en una de las pruebas en la que se congregan los mayores talentos atléticos femeninos del mundo. Sus opciones en la final, probablemente, no sean muchas pero el estar ahí, ya es más que extraordinario.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...