
De vez en cuando el cine moderno que se hace en Estados Unidos nos sorprende con películas que aportan algo novedoso, aunque para ello haya que volver la vista a los tumultuosos años cincuenta. Me cuesta mucho atreverme a ver algo nuevo, sobre todo si se trata de ciencia-ficción (mientras siga formando parte de la ciencia-ficción la aureola en torno al fenómeno OVNI), pero no sé por qué me atreví con The Vast of Night, una película que ha producido Amazon y que está disponible en su plataforma. Reconozco que antes había leído alguna crítica fiable, pero aún así renqueaba para acomodarme, dar al mando a distancia y decir: que comience el espectáculo.
Fue una buena decisión, un poco tomada a ciegas, es cierto, pero buena decisión a fin de cuentas. Sí, se trata de una película distinta a lo que ahora podemos ver bajo la etiqueta de ciencia-ficción, en la que no existe acción sino diálogo, no existe violencia sino formas educadas, no existen apenas efectos especiales, solo los necesarios y argumentados. Verla fue, como se dice, una bocanada de aire fresco. Pero la satisfacción principal no fue la emoción impostada de ver decenas de OVNIS invadiendo una remota población, sino la grandeza de sus diálogos y una fotografía que conecta directamente con el espectador, sin la necesidad de estar demasiado pendiente sobre qué pasara en el cielo en las próximas horas de esa noche oscura de un remoto pueblo de Nuevo México, que no tiene mayor diversión que emocionarse con el comienzo del campeonato de su equipo de baloncesto del instituto de la localidad.
Una película que cuenta con los elementos necesarios para que no se echen de menos otros: una emisora de radio, una extraña señal, luces en la noche, testimonios sorprendentes, unos jóvenes curiosos y el resto del pueblo en el partido de baloncesto.
Una pequeña joya que hay que ver.