Decir que ya domino a la perfección mi nuevo Polar RC3 GPS HR sería mentir. Normalmente uno acaba por no conocer por completo las funciones que tienen estos aparatos; ni éstos ni otros muchos que pululan en nuestros hogares. Y, en realidad, tampoco hace falta conocer todo porque ese 'todo' no se va a utilizar jamás.
Por tanto, una vez conocidas esas básicas opciones el aparato funciona como una pluma. Ya sólo bastará que una vez acabado el entrenamiento queramos enterarnos de otras cosas a través del 'Fitness test', como es por ejemplo conocer el estado en el que nos encontramos en función del ritmo cardíaco registrado en el entrenamiento, la velocidad, la distancia...Si el aparato tras una sesión de 19 kilómetros a un ritmo de 5' el mil y bajo un calor abrasador sostiene que tu estado es bueno, debes darte por satisfecho. Creo.
Este Polar, como ya saben los más antiguos del lugar, es el sustituto natural del magnífico Forerunner 305 de Garmin que me ha acompañado los últimos años, y hay que decir que sus prestaciones son similares, a pesar de que Polar tenga fama de tener una más precisa medición de la frecuencia cardíaca (es líder señero mundial en ese papel). No obstante, en materia de GPS incorporado nada sabíamos. Hasta ahora. Pero algo ya podemos decir. No son muchas las sesiones con el GPS, pero las pocas que ha registrado las ha hecho con una precisión excelente. Lógicamente, hablo en términos comparativos, conociendo la medición que hacía el Garmin y la que hace el Polar en idénticos recorridos y circuitos. Pero es algo que no debe extrañarnos ya que ambos utilizan el mismo tipo de mecanismo GPS que no es otro que el aclamado SIRFstar IV chipset como ya apunté cuando presenté el aparato. Supera muy bien el arbolado y los edificios y cuenta con la opción -que considero necesaria cuando entrenas en un lugar que no conoces- de que te pueda guiar al lugar de retorno o ver el recorrido en un mapa.
Hay que decir que el Polar que he adquirido también gana en portabilidad con respecto al Garmin. Siempre defendí que pese a su aparataje, el Garmin se portaba muy bien y su peso era poco. No obstante, era más inconveniente para llevarlo como reloj deportivo. Eso ha mejorado bastante con el Polar. De hecho, es un lujo poder acabar un entrenamiento con medición de frecuencia cardíaca y GPS y poder seguir llevándolo en la muñeca como si se tratara de un atractivo reloj deportivo de pulsera.
Su amplia y rectangular pantalla de fondo negro y dígitos y letras blancas son excelentes para consultar a pleno luz del día mientras corres o vas en bicicleta. El tamaño de los datos es más que suficiente para que no te desnuques consultándolo mientras corres o vas en bici, teniendo la opción de ver los datos en tres filas o en dos. Es cierto que para ver más datos has de moverte con la opción 'Up-Down' como señalaba más arriba, pero eso es fácil también hacerlo y no es tan preciso hacerlo.
Cuenta con una enorme claridad con abundante sol y abundante luz del día, si bien al igual que pasaba con el Forerunner 305 no dispone de una luz demasiado potente para ese momento del ocaso en el que estás casi acabando tu entrenamiento y la luz del cielo cada vez es más tenue. No obstante, la entrada de la oscuridad ofrece más luminosidad en la pantalla. No hay inconveniente tampoco en eso con función noche.
Mejora también en cuanto a la flexibilidad de la correa (más flexible que la del Forerunner 305) y es todo un espectáculo la buena sincronización que lleva a cabo con el software 'Polarpersonaltrainer', un sistema-control de entrenamiento completísimo a la hora de registrar nuestro entrenamiento, ritmo cardíaco, distancia, altimetría, estado de forma y el siempre necesario mapa del recorrido a través de Geoogle Earth. Este software se descarga de forma gratuita en la propia página de Polar Ibérica, sin coste alguno una vez registrado. Muy convincente también la duración de la batería, superior a la del Forer. Pero tanto con este aparato como con el Forer, siempre es conveniente que la carga se haga cuando ya no reste apenas batería y que una vez cargado se desconecte rápidamente. Esa es la ley de las pilas de litio. Con el anterior cometí el error de dejarlo toda la noche cargando cuando en realidad no necesita más de hora y media o dos horas y eso acaba dañando la batería. Nos suele ocurrir igual con los móviles ¿o no?.
Hay más cosas que me dejo en el tintero como son las opciones de zona de frecuencia cardíaca y otras pero no estoy muy seguro de utilizar hasta la explotación el aparato. Por lo pronto, he de decir que no conozco más opciones que las expuestas, aunque es probable que algunas me haya dejado en el tintero.
Por tanto, por sus prestaciones, su fácil manejo, su buena portabilidad y la relación calidad-precio, aconsejo este aparato tanto para correr como para pedalear.
Actualización: La sesión de entrenamiento de esta tarde ha servido, además de para hacer un entrenamiento muy suave de regeneración a 5'30'' el mil, para probar el Polar sin cinta de frecuencia cardíaca. Una opción de ajuste también muy fácil. Basta con desactivar la opción de frecuencia cardíaca y en la opción 'correr' el GPS coge el satélite en no más de 30 segundos. Algo más rápido que el Forerunner, pero, digamos, que van a la par en ese aspecto. Fenomenal.
Actualización: La sesión de entrenamiento de esta tarde ha servido, además de para hacer un entrenamiento muy suave de regeneración a 5'30'' el mil, para probar el Polar sin cinta de frecuencia cardíaca. Una opción de ajuste también muy fácil. Basta con desactivar la opción de frecuencia cardíaca y en la opción 'correr' el GPS coge el satélite en no más de 30 segundos. Algo más rápido que el Forerunner, pero, digamos, que van a la par en ese aspecto. Fenomenal.
NOTA: Como decía en la entrada anterior, este blog cerrará a partir del 1 de septiembre. Tras esta entrada habrá otra relacionada con la crónica -espero- del I Trail 'Ruta de los Badlands' de Fonelas del próximo domingo, 18 de agosto y una final en la que expondré el nuevo blog que estoy diseñando de naturaleza distinta a este ya que excluirá todo lo relacionado con el correr (ya será convenientemente explicado). Renovarse o morir. Y qué mejor que morir cuando uno es aún recordado.