Acabo de llegar de un largo viaje por nuestra piel de toro y sigo sin comprender el por qué de la razón que han llevado a ciudades y pueblos con un pasado histórico glorioso a acabar sucumbiendo ante tradiciones ancestrales, animalesca y abominables.
En Toro pude comprobar cómo el mítico Palacio de las Leyes de Toro no era más que una mísera fachada abandonada y sucia junto a un bareto pestilente y una clientela ruidosa y beoda y en Tordesillas, ya sabemos todos lo que significa el toro de cuerda. Y hoy mismo he contemplado que en otro pueblo, de pasado glorioso y una de las cunas de la civilización ibérica se da este contraste....:
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No se trata ni más ni menos que la tortura psicológica y física que someten cuatro cazurros y cazurras a unos asustados toros. Sencillamente el que no sigue el curso que quieren los caballistas cazurros y cazurras acaba siendo picado con ese terrible pico de hierro acabado en punta. Una actividad ilegal, según me reconocieron en la oficina de turismo, cuando pregunté sobre la idoneidad de esta salvajada.
...contra este otro contraste a muy pocos metros de allí:
El majestuoso teatro romano -reformado ahora- de esta misma población -de pasado íbero, romano y árabe y testigo de las II Guerras Púnicas entre la antigua Cartago y Roma-, es escenario de un impresionante dinamismo cultural que abarca desde la música al teatro de alto nivel, pasando por la danza.
Lógicamente, como ya hice en el caso de Tordesillas, lo pienso denunciar -aunque de poco servirá- a las autoridades del lugar y ponerlo en conocimiento de PACMA (Partido Contra el Maltrato Animal).
¿DE QUÉ CIUDAD O PUEBLO SE TRATA?
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