12 febrero 2012

VUELVO A LAS ANDADAS

La tarde de este domingo, doce de febrero, fue particular y deportivamente aciaga en lo personal. A la exposición al viento frío del norte por una desangelada y despoblada Vega se unió la constatación de que le lesión aún persiste y eso que la tarde anterior los nueve kilómetros habían ido como la seda. Realmente hay momentos malos para el corredor, pero pocos como ese en el que sabes que sigues lesionado y cojeas más que corres, mientras que el frío desapacible de una tarde de domingo te hiela el rostro.
Por tanto, hay que rendirse ante la evidencia: se acabó el running, al menos, durante diez a doce semanas. Cuando intente volver ya habrá pasado la Semana Santa y probablemente ya haya cambio de gobierno en la Junta de Andalucía. Así de implacable es el tiempo. 
Con cinco semanas de parón no ha bastado y, probablemente, tampoco baste con diez semanas o doce semanas, pero mejor parar ahora que no alojarse en la negrura de una lesión crónica. 
Tras analizar el dolor de hoy -que es el mismo que sufrí el pasado cuatro de enero- casi podría llegar a confirmar que no se trata de una "vulgar" microrrotura fibrilar porque cuando se trata de esta lesión de este tipo percibes una especie de "pedrada" que te obliga a detenerte en seco. Además, es una lesión que no avisa. Sin embargo, el dolor que ahora padezco no impide por completo correr pero es persistente. Por tanto, me inclino hacia la contractura. De todas formas sea lo que sea necesita su tiempo. Pero lo asumo sin aspavientos y porque sé que de la mayoría de las lesiones se sale. Lesiones como ésta he padecido y posteriormente he corrido maratones, medias maratones e incluso he subido hasta el Veleta.  
Con suerte, la próxima prueba de competición que podré correr será la de Salobreña a celebrar en el aún lejano domingo del seis de mayo. 
Hasta entonces serán muy otros los planes, todos ellos alejados del correr. Intensificaré la bicicleta y buscaré también el entrenamiento en agua, sin olvidar el masaje, la electroestimulación, los largos paseos y los estiramientos. Todo lo demás que sea necesario hacer lo prescribirán en Medicina del Deporte a cuyo centro acudiré esta misma semana para buscar el diagnóstico profesional preciso. 
Sin embargo, en estas tres últimas sesiones -qué parecidas son las palabras sesión y lesión- que he llevado a cabo no me ha dado demasiado tiempo a entrenar como dios manda, pero sí a estrenar algún material técnico que he ido comprando a lo largo del mes de enero. Por tanto, como todo lo comprado está probado, dedicaré las próximas entradas a comentar las virtudes o defectos de este material que, probablemente, os pueda venir bien conocer a quienes corréis habitualmente.  
  

3 comentarios:

  1. Estimado amigo Jose Antonio, no todos estamos genéticamente preparados para hacer todos los kms que quisiéramos, ya nos gustaría ser Ricardo Abad. Yo he bajado mucho en intensidad y kms por culpa de mi rodilla. Así que aplaudo tu sensata decisión, de nada sirve ir cojeando y no disfrutar, y peor aún, acaba uno de malaleche por ello tras la sesión, empeorando la lesión y nuestra psique.
    Te sigo amigo, lo de Salobreña me gusta, quizás te acompañe. Y Orgiva?
    un abrazo

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  2. .."lo asumo sin aspavientos y porque sé que de la mayoría de las lesiones se sale".
    Sabias palabras las tuyas , si los corredores las tuviésemos como filosofía, de muchos berrinches y frustraciones nos libraríamos. Te recomiendo la charla de este sábado a cargo de Don Martin Fiz en Albolote. Uno de mis maratonianos preferidos y con un palmares apabullante.
    mucho ánimo y un saludo.

    p.d.recomiéndanos alguna peli buena.

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  3. Paco, Alfredo, la sensatez es nuestro mejor guardado tesoro.
    Hay buenas noticias en cuanto a la lesión -que contaré- tras hablar con Carlos, un eminente doctor de medicina deportiva. Al menos me ha dado buenas claves para recuperar con garantías, a ver si las cumplo.
    Alfredo, el sábado estaré en Sevilla y mucho me temo que no llegaré a tiempo para escuchar a Martín Fiz, pero lo voy a intentar.
    Saludos.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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