25 noviembre 2013

CINCO REFLEXIONES PRENAVIDEÑAS

I
   La Navidad, esa entelequia. Esa frase corta me asaltó cuando presencié las voluminosas y cegadoras luces de Navidad en el Corte Inglés del centro de Granada. Un espectáculo visual, sin duda, que incita al consumo.  Supongo que debe ser así, me dije. Porque la ilusión vende. La de los niños, por supuesto, esa que hace que los padres se arrasquen el bolsillo; pero también la de los mayores que, al menos, se retrotraen en el tiempo y se ven niños.  
   Luces solitarias, que a estas alturas de noviembre aún no vienen acompañadas por las públicas, las propias del ayuntamiento. Éste las conectará dos semanas más tarde. En tiempos de crisis unos necesitan que la luz propicie mayor consume y otros necesitan que la factura de la luz sea menor.     En realidad es triste suponer que las luces van a cambiar algo la perspectiva de la gente en tiempo de crisis. O, al menos, de la mayoría de la gente, la que padece los estragos violentos de recortes de nóminas o la sencilla eliminación de ésta. Sin embargo, otros siguen paseándose en su suntuoso coche por el centro de la ciudad, dejando que las abrasadoras luces se reflejen en los impolutos brillos del capó, como si se tratara de un fiel espejo. Es así como funciona el mundo. Supongo. 

II

    Sin embargo, hubo un tiempo -hace pocos años- en el que todo era distinto: nadie se sentía víctima de crisis alguna. La ciudad poblada de grúas y las hormigoneras móviles sin detenerse durante las veinticuatro horas. Caras rebosantes de felicidad fatua y pieles de zorro o de visón en los nada elegantes cuellos de señoras de mediana edad, no hechos para estos menesteres. Grandes puros, grandes y suntuosos coches, grandes barrigas repletas de codillo, grandes de todo. Era otro tiempo. Pero ya pasó. 
    Recuerdo aquellos años con inquietud. Me asfixiaba en la calle ante tanta estulticia, ante tanta exhibición vacua. Había algo que no comprendía, pero años después lo comprendí -todos lo comprendimos- cuando se desmontaron esas grúas y se detuvieron esas hormigoneras móviles.

III

   ¿Dónde está ese dinero? ¿A dónde se fue? Pareciera que haya desaparecido por el arte de birlibirloque, como eliminado por un fuerte ácido sulfúrico altamente corrosivo, mucho más fuerte que el utilizado por Walter White en Breaking Bad. 
    Debió irse hacia alguna parte. Al parecer, los bancos no lo tienen o lo tienen y lo han desviado a otros lugares emergentes; tampoco, los constructores -o al menos eso mantienen-; tampoco, el gobierno. Parafraseando a lo que dijera Guillermo de Baskerville (¿Dónde están los libros? ): ¿Dónde está el dinero? 

IV

    El Corte Inglés tiene clara nostalgia de esa época de gasto descontrolado. El paradigma de las clases medias y medias altas tiene nostalgia. Es lógico. Y, quizá, por eso conecta sus luces, fiel y puntual, como siempre. Para que parezca que nada ocurre, que todo sigue igual. Pero nada sigue igual. 

V

Cuando llegó el día anunciado y el mayor y más conocido centro comercial de la ciudad no encendió sus luces navideñas, casi todo el mundo sintió indiferencia. No hubiera sido así en años anteriores, pero ese año que ya se iba evaporando no había sido en absoluto el mejor de todos".
Así es como comienza un cuento de Navidad que escribí. Un presagio de lo que podría pasar pero que, finalmente, no ha pasado. Quizá, por suerte.
  

23 noviembre 2013

MÚSICA: EPICA (Holanda, 2003-Actualidad)

En mi opinión, Epica (Holanda) es una de las mejores bandas de metal sinfónico y gótico que existen en la actualidad. Una banda que cuida y arregla sus temas como pocas y que posee una de las mejores voces femeninas (Simone Simons) una voz mezzo soprano que es muy adecuada tanto a las voces guturales masculina de Mark Jansen (ex After Forever) como para la instrumentalización clásica con la que suelen actuar en muchas ocasiones. También es una voz que va muy bien para la fuerte presencia de las dos guitarras y el bajo. 
De todos sus discos, el que más me convence es el que da título a este vídeo que inserto, 'The Phantom Agony', un trabajo de 2003 que probablemente es el que le lanzó a la fama mundial. Es un trabajo muy cuidado, que incluye en estudio y en directo la intervención de una orquesta clásica como podemos ver. En mi opinión, es un de los mejores discos de este género. 
Como ya he comentado, además de la voz femenina de la joven Simone Simons, utilizan la voz gutural masculina de Mark Jensen, que se ocupa también de una guitarra, otra guitarra más, bajo y teclado más sintetizadores, algo que define mucho a un grupo de metal sinfónico y gótico, sin que eso evite que se introduzcan de vez en cuando en el metal progresivo. También son dados a los coros. 
Os aconsejo que os hagáis con el disco.

20 noviembre 2013

IMAGINAOS QUE NOS OFRECEN IRNOS A UN PAÍS QUE.....

Imaginemos que somos apátridas y nos ofrecen irnos a un país que tiene estos 'nimios' inconvenientes:

-Una monarquía en continúa sospecha, con miembros imputados o a punto de estarlo (y si no lo están ya es por son quienes son y no hay güevos), mientras que la clase política, la judicial y la prensa los siguen protegiendo contra viento y marea.   
-Una clase política dotada de enormes privilegios y exenta de control. 
-Una clase empresarial que, por lo general, cuenta con una caja b más grande que la a.
-Unos partidos políticos que ajenos al artículo 6 de la Constitución se pasan la democracia interna por el forro.
-Unos sindicatos mayoritarios que ajenos al artículo 7 de la Constitución ni se molestan en defender los defender los intereses económicos y sociales que le son propios (los de los trabajadores) y viven instalados en las subvenciones gubernamentales.   
-17 Comunidades Autónomas y 2 ciudades autónomas que, no sólo van a su bola, sino que cada vez necesitan más financiación para seguir protegiendo sus intereses particulares (las de sus gobernantes, claro está), y cuyos casos de corrupción institucional no está ni en los manuales de Ciencia Política. 
-Un Poder Legislativo inexistente y entregado al Ejecutivo.
-Un Poder Judicial cada vez menos independiente.
-Una Fiscalía General que manda en todos los fiscales de carrera del país y cuyo Fiscal General es nombrado por el Gobierno.
-Un Tribunal Constitucional que es cada vez más político y cada vez menos intérprete de la Constitución.
-Una Constitución obsoleta y retrógrada, que nadie parece tener interés en reformar.
-Un sistema electoral pensado para que sólo favorezca a los dos partidos que se alternan en el poder y que, lógicamente, ninguno de ellos está interesado en reforma.
-Un Tribunal Supremo que cada vez dicta resoluciones judiciales más incomprensibles.
-Un gobierno y un legislativo que no dictan normas para evitar que tribunales exógenos puedan meternos los dedos en la nariz.
-Una tasa de empleo galopante que va camino de cargarse -si no lo ha hecho ya- a las clases medias y está provocando que los jóvenes más preparados tengan que emigrar cada vez más a Europa, Asia y América.
-Unas eléctricas que se comen con sus recibos la mitad de la nómina de los españoles ante la inactividad del gobierno que, eso sí, es donde se jubilan sus miembros con enormes emolumentos.
-Unos ayuntamientos que cada vez imponen más tasas a los ciudadanos porque alegan que el gobierno y las comunidades autónomas (que por lo general gobiernan sus propios partidos) no les envían el suficiente dinero para asumir sus competencias.  
-Un país al que llegan cada año miles emigrantes para ser favorecidos por los despojos del sistema de bienestar social que una vez parece ser que hubo y que danzan a sus anchas sin control. 
-Un país en el que el sistema educativo público cada vez es más privado, a pesar de que cuesta un pico mantenerlo.
-Uno de los países con más carga impositiva de Europa, pero con menos servicios públicos. 
-Un país con nacionalistas que se levantan cada mañana con la amenaza de convocar un referéndum ídem pero que jamás lo hacen porque lo que pretenden es más pasta para alimentar a sus burguesías rampantes. 
-Un país cuyo gobierno rescata a la banca pero no a los ciudadanos.
-Un país que permite que la banca rescatada eché a la gente de sus casas y que además le siga pagando una deuda que ellos mismos inflaron. 
-Un país en el que más ganan los futbolistas de todo el mundo, a pesar de que a los clubes no se les mete en cintura en cuanto a deudas con la Hacienda Pública y la Seguridad Social.
-Un país en el que la función pública cada es más denostada, cuando debería ser la garante del servicio público.
-Un país cuya ciudadanía, en gran parte, parece estar cómoda con la corrupción.  
-En definitiva, un país que una vez creyó ser rico y que se desangra por los cuatro costados por mor de la bestial deuda galopante.

Y a cambio nos ofrecen: 

-Sol.
-Playas.
-Tapas y paella. 
-Una selección de fútbol que te cagas.

¿Te irías a ese país? 

18 noviembre 2013

ONÍRICO

 
    Vengo de lejos y he visto cosas que nada tienen que ver con la distancia. Allí donde las flores son grandes y los cerdos diminutos. He visto grietas en el cielo y nubes en el suelo, pero el sol lucía como siempre y aguardaba a la luna a que tomara el relevo. Nada de otro mundo.
  He andado por caminos transparentes, a cuyos lados las acequias rumoreaban el agua negra, pero el otoño seguía siendo igual de hermoso como en todas partes. Y las hojas caían con ese estrépito de sordo silencio con que nos acostumbra esta estación misteriosa del tiempo. Y las hojas eran libros, como una biblioteca salvaje.
               No recuerdo haber bebido en fuentes diáfanas. Agua. Agua por doquier que no manaba de las fuentes sino de los árboles. Árboles. De ensueño. Árboles de libros.
               He buscado un sitio en el que detenerme para recobrar el aliento, pero no lo he encontrado. Tan solo caminos de origen desconocido que atravesaban campos de maíz abandonados.

              Pero por fin he regresado y ahora todo parece un inquieto sueño. Pero fue real como son los sueños.  Según dicen los que mucho han soñado. Los que se han sumido en una especie de vigilia repleta de imágenes. Y sentidos.
            Y ahora en la distancia todo es más cierto, tanto como se quiera asumir. Nada escapa al alma humana. 

           Por José Antonio Flores Vera
            


17 noviembre 2013

CINE: LA MEJOR OFERTA (ITALIA, 2013)


'La mejor oferta' es una película que goza de una estética y un contenido sobresaliente y todo en ella ha sido cuidado: la dirección, los intérpretes y la interpretación, la fotografía, la ambientación, los diálogos, la banda sonora.

La dirección y el guión han sido encomendados nada menos que a Giuseppe Tornatore, que ya nos deleitó con 'Cinema Paradise'; la interpretación principal al camaleónico y excelente actor británico Geoffrey Rush, uno de esos actores que saben llenar la cámara con su sola presencia, estando muy bien acompañado por dos jóvenes y ascendentes actor y actriz: Jim Sturgess, el cual ya me gustó en 'One day' y la actriz Sylvia Hoeks, todavía bastante desconocida pero prometedora. Además, la banda sonora ha sido encargada a Ennio Morricone. Con esos avales no es fácil hacer una mala película. Sin embargo, no son éstos los únicos méritos de que dispone el largometraje. Hay una excelente historia y un final sorprendente e inesperado. Una película que te cautiva por su cuidada estética y su razonable tránsito. Más de dos horas de película que no se hacen largas. Para nada. 
Una producción italiana con ínfulas hollywoodianas, que cuida todos los detalles como si se tratara de una superproducción de Hollywood. Una de esas películas que muy de cuando en cuando tenemos la ocasión de ver, cosa que no es muy frecuente. Clásica y moderna al mismo tiempo y en la que el mundo del arte tiene una presencia poderosa, sin que tengamos que asistir a largos y tediosos diálogos sobre pintura o escultura, los cuales estando en el trasfondo no impiden que se desarrolle una trama paralela e, incluso, ajena. 
Una película que hay que ver porque, como antes decía, no son muchas las ocasiones que tenemos de presenciar cine tan sólido y de tan elevados propósitos.

15 noviembre 2013

MÚSICA: CORVUS CORAX (Alem, 1989-Actualidad)

La banda de heavy metal que hoy os mostraré está en la linea de 'In Extremo', en cuanto a la utilización de instrumentos de corte medieval, pero más purista en cuanto a la utilización de estos instrumentos; y tal vez, menos volcada en riff metálicos. Es también de Alemania.
Realmente, es todo un espectáculo contemplarlos y su puesta en escena se acerca mucho a la mística del medievo, tanto en instrumentalización como en vestimenta. Pero no debemos dejarnos guiar por su extravagancia -que la hay-, ya que existe toda una sólida y rigurosa documentación en cuanto a la música que interpretan e instrumentos que tocan. 
Se trata de una música medieval popular y pagana, en una época dominada por la iglesia católica. Por tanto, el trabajo de investigación de uno de sus exmiembros,  Meister Selbfried es encomiable. De hecho, han montado proyectos ambiciosos, entre ellos, una remusicalización de 'Carmina Burana' a la que denominaron 'Cantus Buranus'. 
En la actualidad hay en la banda ocho miembros y es habitual que sea el sonido de la gaita el que destaque por encima de otros instrumentos de época medieval. En la actuación del Wacken ha colaborado con ellos Wadokyo que es un grupo especializado en tocar   tambores tipo 'Taiko' que proliferaron en los pueblos de Europa.
En este vídeo vemos su actuación en la edición del Wacken de este mismo año y, al parecer, son muy aclamados por el público alemán.

13 noviembre 2013

CINE: EXPEDIENTE WARREN: THE CONJURING (USA, 2013)

¿Es más terrible para el espectador una película de miedo si lo que narra está basado en hechos reales? Es probable que sí. Posteriormente, el circulo se cerrará si , además, cuenta con un buen guión, una buena dirección, buena ambientación, buenas interpretaciones, luz idónea en los claroscuros, tan importante para una película de miedo y tantas otras cosas más. De ahí que considere que 'Expediente Warren" sea una película de miedo excelente, más en concreto, de demonología y exorcismo. 
Ed y Lorraine Warren (Lorraine aún vive) fueron un matrimonio norteamericano que en 1952 fundaron una sociedad dedicada a los casos de ocultismo, demonología y exorcismo, entre otros. Ed era un reconocido demonólogo -si bien no estaba autorizado por la iglesia católica para practicar exorcismos- y escritor volcado en estos asuntos y su mujer, Lorraine, una reconocida médium. Entre ambos formaban una sociedad perfecta para este tipo de casos, de los que trataron más de 10.000. 
Esta película de 2013 trata de uno de los más fabulosos a los que se enfrentaron a lo largo de su dilatada carrera. El que ocurrió a una familia de seis miembros en una granja de Rhode Island, en Estados Unidos. 
En este tipo de películas se puede caer fácilmente en el efectismo y en la espectacularidad prefabricada. Eso hace que este tipo de películas se derrumben estrepitosamente en las primeras escenas. Pero no ocurre así con ésta. Bien contada y con las dosis justas de suspense y miedo, atrapan al espectador hasta el final. Además, cuenta con una excelente ambientación, como antes comentaba, y todo en ella es bastante creíble, algo que no es completamente automático aunque esté basada en hechos reales. Las hay que estando acaban por pinchar por no cumplir con esos requisitos. Por tanto, estoy convencido que si esta película no estuviera basada en hechos reales tampoco perdería un ápice de interés y calidad. Al menos así lo creo. 
He leído por ahí que podría ser lo mejor que se ha hecho en este género desde 'El exorcista'. No lo sé. Entre otras cosas porque pocas películas podrán ya igualar o superar a la mítica película dirigida por  William Friedkin en 1973. Pero puedo asegurar que con ésta se consigue revitalizar el cine de género demoniaco. Obligatorio verla. 

12 noviembre 2013

RELATO: TU PUEBLO ESTÁ EN TU MENTE

        Te detienes  a la salida del pueblo, en algún lugar perdido entre olivos. Quieres tomar aliento para poder continuar corriendo y completar la ruta de diez kilómetros diseñada. Es uno de esos momentos de euforia en el que dejas que tus ojos se paseen entre el verdor de los olivos y se relajen mirando en lontananza. Una especie de premio por los cinco kilómetros conseguidos al tiempo que la antesala de los cinco por conseguir.
            Los ojos, con voluntad propia, se detienen en un punto: las últimas calles del pueblo, de tu pueblo; familiares y extrañas al mismo tiempo. Pero distintas. Cada vez más distintas, más lejanas en tú pensamiento.
            Te sientes aturdido de pronto. Los sentimientos de euforia de un minuto antes ahora son de aturdimiento, de desposesión. Es tu pueblo, pero no lo reconoces. Podrías admitir sin problemas que tus años de ausencia en él lo han transformado. Obras, nuevos diseños de mobiliario urbano, nuevas construcciones de edificios, relevo generacional....Pero no es eso lo que tú aprecias, no es eso lo que sientes. Son otras calles, otras gentes. Es otro pueblo. Y si es otro pueblo ¿quién eres tú? ¿Dónde están guardados todos esos años allí vividos? ¿Dónde los recuerdos? ¿Los amigos? ¿La familia? Si el pueblo es otro, entonces, el pasado se ha revertido. ¿Otra dimensión? ¿Otra secuencia?
           Desistes de seguir corriendo. No puedes hacerlo. Alejarte no es ahora lo adecuado. Acercarte sí. Y te adentras en las calles, en las plazas, entre la gente. Pero el resultado es aún más desolador.
           Sabemos cuando se nos mira como a desconocidos. Vas a un lugar nuevo y hay algo en los ojos de los demás que te dicen que no te conocen, que nunca te han visto por allí. Que eres un extraño.
            Un extraño.
            Entre la gente.
            En las calles y en las plazas.
         En los bares te atienden de manera distante. Lo percibes al momento. Quisieras sentir la cercanía en el trato que sienten los lugareños. Pides un café y te lo sirven. Pero ese café es neutro. Casi inhumano. Sin calor.
           Sin calor.
           Sin esencia.
           Un extraño.
          Te aproximas a un rostro que crees reconocer, pero ese rostro no reconoce el tuyo. Llamas a ese rostro por su nombre. Estás seguro de saber quién es. Es uno de tus amigos de la infancia. Con él jugaste durante muchos años. Lo agarras por los hombros y lo miras. Le dices: ¡soy yo! Pero el individuo se zafa de tí como puede. Cree que eres un loco. Y de pronto te sientes como debió sentirse George Bailey. Nada ha existido. Porque no has nacido.
            Un extraño.
            Sin pasado.
            Sin futuro.

          Alguien pasa a tu lado y te mira con expresión cercana. Atisbas un  gramo de esperanza. Es un hombre mayor que se conduce a duras penas apoyado en su callado. Le preguntas qué está pasando. Te mira con entendimiento y te habla con un tono de voz hueco que no has escuchado jamás. Te dice: 'Tu pueblo está en tu mente'.   

10 noviembre 2013

UN DILEMA SOCIAL

Hace unos días acudí a una farmacia de mi barrio y una observación me planteó un dilema social. Veamos. 
Una cliente, una chica que aún no llegaba a la mediana edad sacaba varias recetas e iba solicitando al farmacéutico distintos medicamentos. Se le veía segura y conocedora de lo que pedía porque iba recitándolos al mismo tiempo que el farmacéutico los leía. Cuando los tenía todos en el mostrador y conoció de primera mano el precio de cada uno de ellos, comenzó a objetar y a mostrar desacuerdo con dichos precios. De unos comentaba que habían subido un montón, de otros que el copago se había disparado y de otros más que, sencillamente, habían salido del sistema de receta. Con estos últimos mostró especial indignación. No obstante, no dejó ninguno sobre el mostrador y los pago todos. Pero se marchó con el gesto contrariado. Mi compra era muy modesta -¡ojalá siempre lo sea en las farmacias!- y la casualidad quiso que yo me montará en mi moto al mismo tiempo que ella se montaba en su coche. Se trataba de un vehículo enorme, de esos de gran cilindrada y luces led por todas partes y reluciente de blanco, cuya modelo se me escapa (siempre se me escapa). Creo que era un BMW. 
Y fue ahí cuando surgió el dilema, en el cual pensaba mientras conducía mi moto mecánicamente. Pensé: esta persona se ha quejado enormemente en la farmacia por la birria del sistema de salud que tenemos, cada vez más caro, pero conduce un coche que seguramente estará muy cerca de las seis cifras. Me dije posteriormente: me parece una actitud egoísta dado su evidente poder adquisitivo. Pero también pensé: es probable que tenga todo el derecho a quejarse porque, a lo mejor, paga muchos más impuestos que la mayoría, sencillamente, porque tiene talento, trabaja muchas horas y, por lo tanto, gana tanto dinero que por ello ha de pagar mucho a Hacienda y, además, puede permitirse comprar ese coche y, de camino, quejarse del sistema de salud porque contribuye poderosamente a que este se mantenga. Es una hipótesis válida. Luego, ¿es admisible que tenga más derecho a quejarse que quien paga menos impuestos a la Hacienda pública o, sencillamente, no paga impuestos? Puede que sí; o puede que no. Pero también es probable -pensé- que esa persona gane mucho dinero, de acuerdo con la muestra de poder económico de su coche, pero que todo sea en negro y que no aporte casi nada al erario público. Luego, en ese caso ¿qué derecho tiene a quejarse? ¿Hay, entonces, una actitud clara egoísta e insolidaria? Al menos, si ese fuera el caso, podría tener la decencia de no quejarse, me dije.
O pongámonos en el caso contrario: el emigrante sin papeles que llega a una farmacia y se le dispensa el medicamento de forma gratuita por ser una persona desahuciada. ¿Tiene éste más derecho o menos? Es decir, suponiendo que la del coche potente pagara sus impuestos de acuerdo a su enorme capacidad económica ¿tiene más derecho que el emigrante a obtenerlos gratuitos, toda vez que ella contribuye al erario público y el emigrante no?  ¿O tendrá menos derecho, toda vez que el emigrante no tiene nada? En fin, ya digo, un dilema que no quería dejar la ocasión de comentar aquí. Por si queréis dar vuestra opinión.   

08 noviembre 2013

MÚSICA: SIEMPRE HELLOWEEN (Alem, 1984-Actualidad)

Uno los escucha por enésima vez y siempre piensas: ¡qué buenísimos son! Y es que esta banda, en mi opinión, siempre está en estado de gracia. El próximo año cumplirán 30 años en los escenarios y no se arrugan. Es increíble.  Cultivan un power metal y un speed metal muy peculiar, que no son las ramas que más adoro, pero sí de la mano de estos teutones. 
Poca gente no los conoce, pero para quien no frecuente el amplio y dinámico mundo del Heavy Metal, diré que Helloween es una banda de Heavy Metal alemana -Hamburgo- que surgió en 1984 y que no ha parado desde entonces. Han creado escuela con sus originales riffs, surgidos del primer Michael Weikath, pero también seguidos por el posteriormente incorporado segundo guitarra, Sascha Gerstner. También hay una concepción muy original en la forma de tocar el bajo por parte de Markus Grosskopt, por no hablar del tono tenor de su vocalista Andi Deris. La batería fue un problema desde que falleció Ingo. Pero, al parecer, han encontrado al músico indicado,, el joven Dani Löble.
Una banda que despegó de forma decisiva al año siguiente de fundarse con el ya mítico album 'Walls of Jericho' y como todas las bandas ha tenido etapas turbulentas con salida y entrada de miembros. Actualmente, de los cinco miembros, hay dos miembros fundadores: el primer guitarrista Michael Weikath y el bajo -uno de los mejores de la orbe metálica- Markus Grosskopt-, y la llegada del actual vocalista Andi Deris marcó un cambio de estilo. Su apuesta supuso un heavy metal más duro. Posteriormente se incorporaron el segundo guitarra Sascha Gerstner y, por último, el baterista suizo Dani Löble. Esa es la configuración actual.  Estoy convencido que el baterista fundador, Ingo Schewichtengerbg aún estaría en la banda, ya que fue su mentor principal y la adoraba, pero lamentablemente se suicidó en 1995, cuando aún no había cumplido los 30 años de edad.  

El vídeo que inserto es el de la actuación del Wacken de 2011, que es un directo que, particularmente, me gusta mucho. Es una de las bandas que más disfruta en directo ya que son muy comunicativos. 

05 noviembre 2013

LOS NEGOCIOS Y AMORÍOS DEL BORBON -UN VÍDEO DE CANAL 4, DE ISLAS BALEARES-

'No te lo pierdas. Sin desperdicio. Un saludo'. Con este escueto texto me enviaba Javi por e-mail este vídeo atrevido que está dedicado a los negocios y otras lindezas del Borbón principal, aún Jefe del Estado, por muy increíble que parezca. Estableciendo una analogía inicial acerca de la prutrefacción del sistema que, como ocurre con el pescado, comienza por la cabeza, este periodista de Canal 4, la cadena televisión privada más importante de las Islas Baleares (y allí deben saber bastante sobre los tejemanejes de los Borbones), hace una espectacular exposición acerca de las prácticas corruptas del  rey Juan Carlos que deja al telespectador boquiabierto, tanto por la gallardía y arrojo de las mismas como por la claridad argumentativa y de dicción del periodista, que, bien se aprecia, no es nuevo en el oficio. 
Cuando acabé de ver el vídeo me sorprendí. Incluso yo, que llevo años denunciando donde puedo o me dejan la clase de monarquía que tenemos. Y me sorprendí, además, por lo que consideré de relevante en boca de este periodista, el cual con total tranquilidad y claridad denuncia asuntos que podrían complicarle a nivel jurídico, por aquello de la superprotección con la que cuenta el monarca. Por tanto, deduje, que si esta cadena, este periodista y todo su equipo se lanzan al barro denunciando tan abominables circunstancias que rodean al Jefe del Estado, muy bien atado y probado han de tener todo lo que denuncian. 
Pero no diré más, tan sólo invitaros a que veáis este vídeo para que podáis juzgar con independencia de opinión. En la mía, no tiene desperdicio.  

04 noviembre 2013

CINE: LA CAZA (DINAMARCA, 2012)

Esta película danesa, que viene precedida de mucha reputación y premios, despierta en el espectador una inquietante duda casi desde el principio. Y esa duduiará la película y arrastrará al espectador hacia lugares psicológicamente violentos. 
Con un ritmo muy distinto al cine norteamericano, en ocasiones no es fácil para el espectador saber cuando el guión dará un giro dramático o cuando no será para tanto. El aire taciturno de los fríos del norte, la configuración de los paisajes, calles y casas; o, incluso, la propia estética decorativa de los hogares nórdicos nos hace ver que estamos ante una forma distinta de hacer cine. Y de contar historias.
En los últimos años, la literatura nórdica nos ha mostrado un lado salvaje de toda esta gente tan civilizada, como queriéndonos decir sus autores que no siempre es oro todo lo que reluce. Hay sombras y dudas incluso en los lugares, en teoría, más civilizados, igual que hay dudas, mentes estrechas y borreguiles y un marcado ánimo de linchamiento propio de las comunidades pequeñas de todo el mundo, más o  menos civilizado. Nada nuevo bajo el sol, ni tan siquiera en lugares tan idílicos. De todo eso veremos en esta extraordinaria película, que debe gran parte de su calidad, no sólo al guión o la dirección sino a las sobresalientes actuaciones, principalmente, la de Mads Mikkelsen, un talentoso danés de 48 años, que está traspasando las fronteras de su país y al que ya vimos actuar bien en 'Un asunto real', otra extraordinaria película danesa. 
En toda película de calidad hay escenas memorables, pero también altibajos. Y como no podía ser menos, en ésta también existen ambas cosas. No destriparé la escena memorable -al menos la que a mí me ha parecido-, pero tiene que ver con la Nochebuena. Pero también hay altibajos. En mi opinión el bajo del altibajo está en la terminación poco clara del guión. Sin duda, hubiera querido otro; o al menos, otro más explícito. Pero, en fin, es cuestión de gustos. 
Por tanto, un consejo: hay que verla. Y si fuera posible en un momento tranquilo de la noche, porque es una película que exige concentración y podría ser incompatible con el ruido marsupial de las palomitas. Incluso en la propia casa.        


03 noviembre 2013

CINE: GUERRA MUNDIAL Z (USA, 2013)


Parece que los guionistas de películas están afinándose últimamente. O puede que esté seleccionando mejor los filmes que veo, pero el caso es que últimamente estoy viendo películas magníficas. De hecho, ya había virado hacia las series, norteamericanas la mayoría, -españolas apenas veo-, harto de encontrarme bodrios. Pero últimamente no estás siendo así (aunque sigo entregado a las series). Serían muchas las que tendría que reseñar, pero no puedo/no quiero/no debo hablar de todas, aunque muchas las reseñe brevemente en el margen derecho. 

De entre lo último que he visto, destaco 'Guerra Mundial Z'. Sencillamente magnífica. No se trata de una película más de zombis. Hay que verla para comprender eso. 
Con una actuación más que sobresaliente de uno de sus productores, Bad Pitt, esta película, a pesar de las dificultades de financiación que tuvo -evidentemente, ha debido ser muy cara-, ha nacido en estado de gracia. Es más, en mi opinión podría convertirse con el tiempo en un clásico o, incluso, en una obra maestra del género. 
Comedida, bien contada, muy bien dirigida, jamás pierde el ritmo narrativo ni hace sufrir al espectador con 'batallitas'. Las cosas en ella son crudas y la esperanza que ofrece -por imposible que sea que los muertos revivan para matarnos a los vivos y convertirnos- es turbia. 
Dotada de imágenes y escenas realmente brillantes, no podemos descuidar ni un momento de su puesta en escena y no deberíamos tampoco olvidarnos de su banda sonora, una suerte de notas de vocación electrónica muy mesuradas y bien dispuestas. 
Lo demás lo dejo al criterio del espectador que lea esta reseña y que aún no la haya visto. A poca gente dejará la película indiferente. Será porque es una película diferente. Ya verán. Por tanto, buscar un buen rato de relax, desconectad el teléfono, acomodados -con las piernas en alto, si es posible- en vuestro rincón favorito, haceos vuestras palomitas o que tengáis costumbre tomar viendo cine y disfrutad de esta enorme película. Y luego me lo contáis.   

01 noviembre 2013

THE BARD'S SONG, DE BLIND GUARDIAN (Alem. 1984-Act.)

Blind Guardian -Guardián Ciego-   compuso en 2003 'The Bard's Song' y desde entonces no han parado de interpretarla en cada uno de sus multitudinarios conciertos por todo el mundo. Si no lo hacen de 'motu propio' se la pide su público, porque se trata de uno de esos temas 'talismán' y de los pocos que nacen en estado de gracia. Poseen varias versiones de ella y, por lo general, la suelen interpretar en acústico, dejando que el público la cante con ellos o, bien, canten solos parte de ella. Realmente es un tema de heavy metal realmente bello que yo no calificaría como balada, pero sí como algo similar.
Tiene un contenido poético y alude a los bardos que en la antigüedad eran como una especie de juglares o poetas de origen irlandés que se transmitían su arte de manera hereditaria. Contaban historias a la gente en las plazas de las ciudades y  pueblos y fueron apreciados y respetados por el pueblo y por las cortes de los reyes, llegando a tener su propia escuela en Irlanda y Escocia. Éstas permanecieron hasta los siglos XVII-XVIII. Tolkien aludió a ellos en algunas de sus obras y de ahí su vinculación con la obra del autor británico. 
Blind Guardian ha incluido mucha obra de Tolkien en sus letras y canciones y de ahí que 'La canción del Bardo' sea una de las preferidas por su público.
Os dejo con ella, interpretada en el Wacken de 2011: 


30 octubre 2013

UN CUENTO GÓTICO:LA APUESTA (II)

(Continuación. Pincha aquí si aún no has leído la primera parte) Así, que siendo ya casi la medianoche y en la más absoluta oscuridad del pueblo, enfilaron una larga y embarrada calle, que al poco se convertía en un estrecho camino cuando se superaban las últimas casas del pueblo. Atravesaron varios campos y cruzaron varias acequias, que en ese momento mostraban un caudal inusual a causa de la lluvia de los últimos días, y al final de una de las últimas cuerdas de olivos, ya se podía vislumbrar recortada bajo la tenue luz de la luna la silueta de la negra puerta de hierro del cementerio, coronada en lo alto por una ajada cruz de hierro enmohecido. Tendrían que llegar hasta esa misma puerta y rodear la tapia más septentrional para poder acceder al recinto por una de las más bajas del mismo que se alzaba irregularmente en un vado.
               Entre bromas y algún que otro aullido jocoso, los cuatro amigos despidieron al quinto, mientras que éste con movimientos lentos e inseguros trepaba a la fácil tapia y de un salto que sonó seco y lejano, entró en el interior del cementerio. Todavía se le podía ver volviendo sus asustados ojos hacia sus amigos mientras se adentraba por las estrechos pasillos que dejaban las tumbas entre sí. En una mano llevaba un madero carbonizado para escribir la palabra convenida en los maderos del ataúd y en la otra un hierro puntiagudo, que con ayuda de una piedra clavaría junto a la tumba elegida, según el contenido propuesto de la apuesta. La oscuridad, el lugar, la noche cerrada y la capa volando al viento del infeliz, que se adentraba a pasos inseguros en aquel siniestro lugar, ofrecían a los amigos un espectáculo sin igual. Pero cuando el amigo ya no se percibía, tragado por la oscuridad del sagrado lugar, en dirección al rincón más escondido del mismo para encontrar la tumba propuesta, los amigos, divertidos y satisfechos, se dieron media vuelta y se dirigieron a sus respectivas casas.
               La apuesta concluía con la visita al cementerio a primera hora de la mañana para comprobar que todo se había hecho de acuerdo con lo convenido; que encontrarían la palabra escrita en los vetustos maderos del ataúd y el hierro clavado junto a la tumba.
               A la mañana siguiente, a la hora convenida, el grupo se había citado al rayar el día en la plaza del pueblo para, desde allí, dirigirse al cementerio. Pero el ejecutante de la apuesta no se presentó. Uno de los amigos aludió a que era probable que se hubiera quedado dormido; otro a que el miedo que habría pasado le impedía salir de su casa, de manera que divertidos los cuatro allí citados se dirigieron al cementerio. Saltaron por la misma tapia por la que la noche anterior había saltado su amigo; recorrieron los estrechos pasillos que dejaban entre si las tumbas y tras unos minutos llegaron a la zona de 'los ahorcados'. El lugar en sí, ya era siniestro a plena luz del día, por lo que no podían ni imaginar cómo sería en la noche cerrada. Se dirigieron, no sin temor, a la tumba del Conde de Cubillas y cuando aún no habían llegado, pudieron ver la imagen más horrible que jamás habían visto y que, probablemente, jamás verían.
               Asustados y perplejos a partes iguales encontraron a su amigo en posición fetal con el cuerpo aterido de frío y humedad. Sus desencajados ojos mostraban la misma imagen del terror y sus manos estaban semienterradas en la húmeda tierra, observando con horror que sus dedos habían perdidos sus uñas, las cuáles, ensangrentadas, se mostraban clavadas en la tierra. Su amigo estaba muerto y ahora una pregunta tediosa iba tomando forma en la mente de cada uno de ellos. Horrorizados y con la mirada ausente, miraron a la tumba abierta del Conde de Cubillas, en cuyo extremo afloraban dos maderos viejos y sucios. En uno de ellos estaba escrita con carbón negruzco la palabra 'maldito', que había sido la propuesta, y junto al cuerpo de su amigo pudieron ver el hierro clavado en la tierra.
               Pero volvamos a la película de los hechos, al momento de la noche anterior, en el que los cuatro amigos veían al desafortunado penetrar entre los estrechos pasillos del cementerio, perdiéndolo poco a poco de vista, porque ninguna explicación oficial u oficiosa podrá ser tan esclarecedora sobre lo que realmente ocurrió en aquella soledad tan ominosa y terrible que la propia narración de los hechos.

               Cuando el amigo volvió la cabeza ya no pudo contemplar a sus cuatro amigos. Por tanto, comprendió que ya no había vuelta atrás. Se sintió el ser más solitario del mundo. Así que sabedor que tenía una misión que cumplir y que quería cumplirla cuanto antes, se dirigió hacia la zona de las tumba de 'los ahorcados'. La imagen que penetró por sus asustados ojos era terrible: una miríada de viejas y decrépitas tumbas desperdigadas a lo largo y ancho de un terreno irregular, protegidas cada una de ellas por una irregular valla de puntiagudos y oxidados hierros, que actuaban a modo de penitencia de quienes habían dispuesto de su vida sin permiso del Altísimo. Cuando los ojos se acostumbraron a la oscuridad, pudo ver en un extremo  la tumba del Conde de Cubillas a la que se dirigió raudo y decidido. Era una tumba imponente, propia de alguien adinerado e importante, a pesar de que se encontraba en un estado desastroso, creando ese aspecto aún más desasosiego. Entró en ella por el amplio espacio que dejaban los hierros abiertos y rotos de la valla y, a través de un amplio espacio abierto en la propia lápida, penetró en el hoyo en cuyo interior se esparcían las decrépitas maderas del ataúd. Intentó no fijar la vista en aquella espeluznante  oscuridad, pero no pudo evitar contemplar las deshilachadas y amarillentas sábanas de la mortaja. Tal y como estaba previsto, escribió la palabra 'maldito' en uno de los maderos con el carbón que llevaba en la mano izquierda y, sin demora, salió al exterior para disponerse a clavar el hierro en la parte más blanda de la tierra que rodeaba la tumba. Cogió un trozo de lápida y comenzó a golpear el hierro, el cual no encontró apenas resistencia en la tierra. Los golpes del trozo de mármol de la lápida contra el hierro en aquel lugar silencioso y a esa hora de la noche sonaban a crimen secreto y eso le inquietó aún más, pero intentó quitarse de encima esos pensamientos y acabar cuanto antes. Así que cuando se aseguró que el hierro estaba totalmente clavado en la tierra, se incorporó para salir de allí lo más pronto posible con la sensación de haber cumplido su deber pero aún temblando de miedo, el cual no había desaparecido ni un segundo desde que entró en el recinto. Todo lo contrario.
               Entonces fue cuando ocurrió lo más inesperado. Comprobó como el impulsó que había tomado para incorporarse fue baldío porque algo o alguien le asía la capa y no le dejaba avanzar ni un centímetro. Su mente se le nubló y sus piernas se quedaron sin fuerzas. Gritó todo lo que pudo y suplicó que le soltaran, pero sus súplicas no obtuvieron respuesta favorable. Sin tener valor suficiente para volver la vista y comprobar qué estaba ocurriendo, intentó deshacerse de la capa, pero atribulado como estaba, tan sólo conseguía asegurar aún el más nudo adosado al cuello hasta el punto de casi ahogarle. Sabía que no tenía apenas otros recursos que seguir suplicando. Sollozó hasta quedarse apenas sin voz, mientras que notaba que sus mejillas se bañaban del suave tacto templado de sus propias lágrimas. Igual sensación sintió en la entrepierna; y humillado y derrotado se dio por vencido. Se arrojó al suelo vencido y en posición fetal percibió la humedad de la tierra en su vientre y cómo la ya de por sí cerrada oscuridad fue apagándose aún más, hasta perder el conocimiento por completo. Aún pudo sentir su corazón latir endiablado, pero los párpados cayeron ya de forma estrepitosa y la conciencia, tan turbada unos minutos antes, dio paso a la inconsciencia.
              
                 'Junto al cuerpo de su amigo pudieron ver el hierro clavado en la tierra'. En ese lugar habíamos dejado el horrible descubrimiento de sus amigos para pasar a narrar los hechos que verdaderamente ocurrieron. Así que esos perplejos amigos, tan atribulados como estaban, no podían imaginar que aún les quedaba por ver algo que les situó en el terreno de la incomprensión o, tal vez, de la culpa.
               Probablemente, a cada uno de ellos, a pesar de que jamás lo manifestaron durante el resto de sus vidas, les hubiera gustado haber explicado que lo que le ocurrió a su amigo fue un suceso paranormal, algo inexplicable, pero que pudiera estar relacionado con el castigo infringido por la violación indebida de aquel lugar, tal y como prohibían la iglesia y el ayuntamiento. Sin embargo, lo que les inundó de torrenciales sentimientos de culpabilidad durante todas sus vidas fue comprobar cómo su desgraciado amigo, actuando con la razón perdida por el miedo a aquel lugar y el de aparecer como un cobarde  a los ojos de sus amigos, no se percató de que el puntiagudo hierro que, con tanta facilidad había penetrado en la húmeda tierra, también estaba atrapando y enterrando de manera irreversible un trozo de su propia capa, cuya negra textura iba mezclándose con la del lodo de manera implacable.      

28 octubre 2013

UN CUENTO GÓTICO: LA APUESTA (I)




Lo prometido es siempre deuda. Había dos cuentos góticos programados. El primero fue publicado hace unos días; por tanto, ahora publico el segundo. Pero éste es mas largo. Por tanto, lo dividiremos en dos entradas consecutivas.


LA APUESTA (I)


Consideremos como hipótesis inicial, antes que nada, que a aquella pequeña población no había llegado aún el devenir de la modernidad. Por tanto, no existían las múltiples opciones ociosas con los que cuenta la civilización actual. Pero no pensemos tampoco que nos encontramos perdidos en un lugar de la historia demasiado remoto. Tan sólo que la industria del ocio, la televisión, Internet, los juegos electrónicos y las múltiples opciones que hacen que los individuos programen sus veladas, aún estaban por venir. Es más, tampoco existía el sistema tan consabido hoy día del transporte motorizado, por lo que las callejuelas de los pueblos como aquél eran estrechas y deshechas por las inclemencias del tiempo invernal. La frontera entre la calzada y las aceras era inexistente y las primeras luces eléctricas públicas tan sólo se veían muy de cuando en cuando en las capitales de provincia. Por tanto, si a lo ya descrito añadimos que las mínimas luces de las faroles públicas no eran más que una mínima llama de luz alimentada por gas que la niebla tragaba en los días de invierno,  ya tendremos el escenario adecuado para imaginar con más precisión la historia que narramos a continuación.
               Como se decía al principio, el escenario no es otro que una pequeña población de interior, alejada de la capital y rodeada básicamente de olivos. Ese esquema podría responder muy bien a alguno de los pueblos andaluces. Por tanto, podríamos admitir como factible que nos encontramos en un pueblo andaluz en una época ni lejana ni cercana.
               Si existiera la posibilidad y pudiéramos contemplar a aquella población a vista de pájaro en el momento exacto de la historia que pasamos a narrar, encontraríamos un pueblo oscuro en plena estación invernal; no llueve en ese momento, pero ha llovido, por lo que la lluvia recién caída y el frío hacen que la mayoría de la humilde gente que vive en esa población esté ahora en su modesta morada, arracimados en torno a una pequeña mesa camilla, en cuyo interior laten las brasas de un brasero de carbón de encina recién hecho. O, incluso, es posible que algunos vecinos ya se encuentre en la cama a la espera que les visite, traidor como siempre, Morfeo.
               No obstante, no todos los vecinos son de esa opinión. De hecho, en la parte central de esa población vista hipotéticamente a vista de pájaro se aprecian una ventana algo más iluminadas que las demás. Se trata de la taberna del pueblo. La única taberna del pueblo. Y en este momento, siendo ya noche cerrada, se encuentra en su interior  un nutrido grupo de  amigos. Como es fácil deducir, se trata de hombres jóvenes que aún no consideran como atractiva la opción de encerrarse en sus casas. Así que hablan y ríen en torno a una mesa iluminada por una consumida vela, mientras consumen entre todos una generosa jarra de vino. No parecen aburrirse, pero de todos es sabido que necesitan nuevos estímulos para que la noche siga siendo amena ya que dependen tan sólo de su propia inventiva, de la ocurrencia de las palabras, de los gestos, de los chistes bien contados, de las anécdotas interesantes.., no hay muchas más opciones de diversión. Por tanto, uno de ellos, el que parece que lleva la voz cantante en el grupo, propone una apuesta. Los demás, se preguntan ansiosos sobre qué tipo de apuesta se le habrá ocurrido en esta ocasión a quien siempre las propone.
               -Quiero apostarme con vosotros una visita al cementerio esta misma noche -dice ante el estupor de los demás-.
               Todos en su fuero interior desaprueban la apuesta, pero nadie se atreve a decirlo públicamente. Son jóvenes y osados y les gustan los retos, así que todos aceptan.
               -La apuesta consistirá en una especie de competición. Cada noche, uno de nosotros se dirigirá al cementerio y tendrá que llevar a cabo varias acciones -dice con indisimulado entusiasmo-. La perderá el que no la lleve a cabo de acuerdo con las reglas propuestas.
               Nadie articula ningún comentario ni hace aún pregunta alguna, así que el especialista en apuestas sigue hablando ante la concentrada atención de todos ellos, que muestran seriedad en sus rostros.
               -Habrá que dirigirse hacia la zona de los ahorcados que, como sabéis, está repleta de antiguas tumbas valladas, muchas de las cuales están abiertas debido a su antigüedad y la erosión producida por las fuertes lluvias y vientos, así como por la falta de mantenimiento -dice de corrido como si el plan ya estuviera en su mente desde hacía días-. Ya sabéis que a los ojos de todos los vecinos del pueblo son tumbas malditas.  
               -Pero ya sabes que la iglesia y el ayuntamiento prohíben que se visite esa zona, por tratarse de personas que han ofendido a Dios, disponiendo de su propia vida.
               -Sí, y eso es lo realmente emocionante. Además, propongo, que se visite la tumba del Conde de Cubillas...-dijo desafiante-
               Cuando pronunció ese nombre, los rostros de sus amigos, apenas iluminado por la tenue vela, se tornaron lívidos e inquietos. Se miraron entre ellos.
               -No podemos hacer eso. Ya sabes que esa tumba está...-dijo con ansiedad uno de ellos, sin que llegara a acabar la frase-.
               Hubo un silencio incómodo en el grupo y en ese momento una ráfaga de viento golpeó la ventana a la que mirando todos con ojos asustados.
               -No podemos negarnos a una apuesta -dijo otro de los amigos-. Eso sería como traicionarnos a nosotros mismos. Jamás hemos dejado de cumplir una apuesta.
               Esa aseveración contundente no obtuvo réplica alguna, por lo que de forma tácita todos ya estaban admitiendo internamente que la apuesta iba a culminarse.
               -De acuerdo -dijo el especialista en apuestas-. Tan sólo queda designar quién irá esta misma noche.
               Le pidieron al tabernero que cogiera cinco mondadientes -porque ese era el número de amigos que allí se congregaban- y que a continuación le recortará a cada uno un trozo, procurando que ninguno de ellos tuvieran la misma longitud, para a continuación igualarlos al mismo nivel por la parte visible, guardando la parte recortada de estos en el puño de su mano derecha, de manera que nadie pudiera adivinar cuál de ellos era el más largo o el más corto. La mala suerte haría que uno de ellos escogiera el mondadientes más corto. Ese sería el que tendría que ir la primera noche al cementerio, penetrar en la tumba abierta del Conde de Cubillas, cuyos restos llevaban allí enterrados treinta años, escribir una palabra convenida en las decrépitas tablas del ataúd y, finalmente, clavar un hierro junto a la tumba como pruebas fehacientes que el apostante había estado allí. Los demás, le acompañarían hasta las mismas tapias del cementerio para asegurar que el elegido entraba en el interior del mismo y una vez asegurados que así era, dejarían a éste sólo con su siniestra misión.
               Y así se hizo, tal y como estaba programado. El destino quiso que el mondadientes más corto lo sacara el más joven de los amigos del que todos sabían -aunque no decían- que era el más renqueante y menos osado del grupo, tal y como ya había mostrado en otras estrafalarias apuestas que el especialista proponía. Eso produjo más que una broma pesada por parte de los demás miembros del grupo, pero así eran las apuestas: osadas y sin vuelta atrás. (Continuará...Pinchad aquí para leer la segunda parte)
              

27 octubre 2013

LA BELLEZA CONVULSIVA (IDEAL 27/10/2013)



Como ya había comentado en una entrada anterior, esta fotografía que hice de Plaza Nueva con la Torre de La Vela al fondo mi inspiró un artículo en el que comencé a trabajar en seguida y que quería denominar 'La belleza convulsiva'. 

Este artículo ha sido publicado por el diario Ideal este último domingo. Os dejo con él por si tuvisteis ocasión de leerlo en prensa o, sencillamente, no llega Ideal desde el lugar en el que me seguís: 


LA BELLEZA CONVULSIVA  





         Cuando el peatón llega al final de la calle Elvira y dirige su mirada hacia la izquierda, se enfrenta con la anchura cegadora de Plaza Nueva y comprueba con estrépito de los sentidos que parece estar presidiéndola a lo lejos y en lo alto,  esbelta y sólida, la Torre de la Vela. No es una imagen a la que te acostumbres por mucho que la hayas visto porque determinadas obras arquitectónicas, aunque estén entre nosotros, en el mundo real, parecen sacadas del mundo onírico. Desconozco si los antiguos constructores de la Alhambra llegaron a ser conscientes de la perturbación sensorial que iban a provocar en generaciones futuras, pero si lo fueron, habría que agradecerles eternamente su proverbial visión, porque no demasiadas obras arquitectónicas en el mundo provocan ese estupor emocional y esa convulsión volcánica de los sentidos.
            Y si el peatón que llega hasta Plaza Nueva lo hace por primera vez, poca o ninguna sensibilidad habrá de tener si lo que ve, cuando alza la vista, no le eleva el espíritu y lo transporta a lugares imaginados en los que sólo existe la belleza y los objetos nos tocan, más que ser tocados ellos por nosotros. Una suerte de vivencia de inusual significado emocional que ocurre pocas veces en la vida.
            Se dice que cuando Stendhal visitó Florencia se le disparó el ritmo cardiaco y esa alteración fisiológica -que más bien era sensorial- le indispuso hasta el punto de sentir vértigo, mareos, espasmos, temblores y palpitaciones; tal acumulación de obras arquitectónicas, escultóricas y pictóricas en tan poco espacio físico, en la capital de la Toscana, fueron demasiado para él, un alma sensible como demostró con su buena literatura. Su estupor fue tal que lo que penetraba por sus ojos y se transmitía al cerebro se iba convirtiendo en un elixir tan delicioso a la vez que venenoso que, nublándole los sentidos, se irradiaba hacia la vertiente fisiológica, hasta el punto de provocarle un problema de salud evidente. Porque alguien dotado de una sensibilidad desarrollada puede llegar a sentir que todo le da vueltas cuando se rodea de tanta belleza artística y así lo debió entender André Breton cuando escribió que 'la belleza será convulsiva o no será'.
            Algo muy similar produce esa visión de la Alhambra y su entorno en la mayoría de las personas. Recordemos en ese sentido las palabras del expresidente Bill Clinton cuando, zarandeado por la emoción del momento, expuso de manera espontánea la impresión que le produjo el monumento nazarí y su entorno desde el Mirador  de San Nicolás -probablemente la mejor imagen posible de la Alhambra-. La puesta de sol más bella del mundo, vino a decir ante luces y taquígrafos. Luego hubo de matizar sus palabras por la repercusión que tuvieron éstas en Estados Unidos e igualar ese bello atardecer, con el monumento nazarí en primer plano, al del Gran Cañón del Colorado, en Arizona, pero esa segunda opinión de vocación apaciguadora, quizá, ya perteneció al ámbito de lo políticamente correcto de cara a sus conciudadanos y su electorado. Realmente, no exageró el político norteamericano como no lo hacen los miles de visitantes foráneos que le emulan desde entonces.
            Porque hay determinadas obras arquitectónicas que nacen tocadas por una especie de magia y todo en ellas es especial: su ubicación, su construcción, su peculiar arquitectura, su diseño. Un estado de gracia inherente, al igual que ocurre con alguna que otra obra literaria, alguna que otra película, alguna que otra composición musical, alguna que otra escultura o alguna que otra pintura. Y la existencia de ese corto y exclusivo catálogo hace que la breve estancia en este hostil mundo se torne algo más agradable.         

26 octubre 2013

NO SOPORTO EL CARETO DEL PRÍNCIPE Y OTRAS REFLEXIONES SIMILARES

El viernes conecté la televisión -cosa que pocas veces hago a no ser que sea para ver cine o series en DVD o BD- a ver si podía escuchar el discurso de Antonio Muñoz Molina en los premios Príncipe de Asturias y me topé con que estaba hablando el príncipe ídem. Quite la voz a la tele pero, finalmente, acabé por desconectar la tele toda. 
Y es que como creo haber escrito ya en alguna ocasión, pero no me importa escribirlo una vez más, que para eso están también los blogs, para echar la pota: no soporto ver el careto del príncipe de Asturias. No ya por lo que representa -que también- sino al margen del dichoso cargo, como persona. Intento evitarlo en televisión y en las fotos de los periódicos pero, inevitablemente, quieras o no, acabas encontrando su careto por alguna parte. Entonces, con ansiedad busco el mando a distancia del televisor o paso rápidamente página en el periódico; pero lo peor es el mal humor que experimento de golpe. 
Es algo irracional, lo sé, pero no puedo evitarlo. Por ejemplo, no me gusta ver a una anaconda devorando un ciervo -¡vaya ejemplo!- pero no acabo odiando a la anaconda por ello. Se supone que cumple su función biológica, pero ¿Qué misión cumple este tío que ha vivido toda su vida a costa de nosotros y que además es presuntuoso y pagada de sí mismo? En fin.   
Seguramente, queridos e hipotéticos lectores, os habrá pasado en alguna ocasión: descubrir que alguien con quien no habéis cruzado palabra alguna os cae rematadamente mal. No os gusta su careto, su forma de andar, sus gestos, su sonrisa, su voz, sus modales, su chulería, su falsa modestia, su soberbia, su vanidad, o yo que sé, simplemente hay algo en esa persona que no os gusta y por eso os cae rematadamente mal. Pues eso es lo que a mí me ocurre con este tipo. Y, curiosamente, también me ocurre con su pretenciosa mujer. Ocurre con frecuencia con los personajes públicos, pero también con la gente de la calle.  
Sin embargo -por ejemplo-, y eso me parece preocupante -también por lo que representa- no me cae mal el príncipe Carlos de Inglaterra, a pesar de vivir también del cuento. Es algo que no eliges. 
Igual que con el príncipe británico, me ocurría con Zapatero. Me parecía un político nefasto, ineficaz, poco preparado, infantil, bipolar, o sea, un peligro en toda regla para dirigir un país e, incluso, una comunidad de propietarios. Pero me caía bien. Y volviendo al otro polo -al del principito español-, igual me pasa con otra reata de personajes públicos. Por ejemplo: no soporto el careto de Chaves -no sólo por su antiestético rostro-. Es más, no soporto nada de este tipo que, además, me parece un tipo mediocre, aprovechado, producto de una Andalucía -Andazulía- inculta, paniaguada y subdesarrollada y digno mandatario de un partido hecho a la medida de Andalucía o al revés. Y qué decir de la Maleni, esa tipa que dijo, como si estuviera en un estado de embriaguez, que el aeropuerto de Barajas era muy grande, delante de toda España -y que fue el hazmerreir de tirios y troyanos-,   para justificar su deficiente gestión como ministra de Fomento. También me cae rematadamente mal. La lista es larga, pero esto sería interminable.
Igual ocurre con futbolistas, cantantes, escritores, periodistas y con vecinos. Es algo irracional supongo, pero que está ahí. Por tanto, he de admitir que, por una mera estadística de probalidades,  ese mismo sentimiento lo han de tener otras personas hacia mí. O hacia vosotros estimados lectores; otra cosa muy distinta es que nos guste escucharlo.  No obstante, en ocasiones ocurre que si algún día acabamos hablando con esas personas. Se pueden producir, entonces, sorpresas en el sentido de que nos comienzan a caer bien o nos caen, aún, rematadamente peor. Porque en esto, como en todas las cosas, las apariencias, en más ocasiones de las necesarias, engañan.    

      

25 octubre 2013

Música Clásica: Meditación de Thaïs, de Jules Massenet

En este vídeo que inserto a continuación impresionan dos cosas: la obra en sí y el espléndido recinto al aire libre repleto de público.
Con la obra interpretada no podemos jamás equivocarnos, ya que se trata de la meditación de Thaïs, un momento sinfónico -el más conocido- de la ópera de igual nombre, del compositor operístico francés Jules Massenet, basada en una novela de Anatole France.
 En esta ocasión la interpretación es a cargo de  la primera violín Janine Jansen. Seguro que os gustará.



24 octubre 2013

LA SENTENCIA DEL TEDH DE ESTRASBURGO Y LA DOCTRINA PAROT

No quiero enrollarme con el asunto que está ocupando estos días los titulares de los medios, por lo que intentaré ser conciso y claro en esta entrada (son tipos de entradas que me había propuesto eliminar del blog, pero esto es muy fuerte). Me refiero al asunto de la sentencia de la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de  Estrasburgo , que ha tumbado la doctrina Parot.
La conocida como doctrina Parot se debe una sentencia del Tribunal Supremo de 2006 en la que venía a decir que los beneficios carcelarios (estudios, trabajos, etc.) se aplicarán a cada una de las penas de forma individualizada y no sobre el computo global de las mismas. Es decir, que si un individuo -por ejemplo, Parot, que viene a huevo el caso) acumula varias penas como consecuencia de varios delitos, los beneficios se les computará por cada uno de las penas, y no sobre el total de las mismas. Ocurre que el Código Penal de 1973 establecía que la prisión máxima será de 30 años y lo que querían los abogados de Parot es que esos beneficios se dedujeran sobre ese total y el Tribunal Supremo no accede a lo solicitado por éstos, estableciendo que esos beneficios se aplicarían, como antes señalaba, por cada uno de los delitos, de forma individualizada. Eso supone que el individuo en cuestión no se beneficiaría por lo que dice el Código Penal de 1973 (30 años, máximo, que se quedaría en menos si deducimos los beneficios penitenciarios), toda vez que la suma de los delitos es mayor y esos beneficios no interactuarían sobre el total sino sobre los delitos tomados individualmente. Además, le da carácter retroactivo. Hay mucha diferencia.
Pues bien, eso es lo que ha tumbado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, cuyas sentencias son de obligado cumplimiento en materia de derechos humanos  para los países miembros de la Unión Europea, porque así lo hemos querido los países que somos miembros por voluntad propia. 
Dicho esto, lo que aquí hay, en mi opinión, es -de nuevo- una colosal metedura de pata de los políticos que nos han gobernado desde que comenzó el periodo democrático. Debieron de hacer reformas legales penales para que este tipo de sentencias no se dieran y nos la hicieron por miedo a espantar a los socios vascos con los que estaban obligados a gobernar cuando no tuvieran mayoría absoluta, que es lo que realmente ha ocurrido en la mayoría de las legislaturas, ya que siempre ha habido que tirar de PNV para gobernar; y el PNV, lógicamente, es contrario a la doctrina Parot. Eso es lo que hay. Por tanto, no es posible demonizar la sentencia del TEDH de Estrasburgo toda vez que lo que ha hecho es aplicar la legislación española y tumbar una doctrina del Tribunal Supremo español - y la modificación que hizo de ésta el Tribunal Constitucional español en 2008-, sencillamente porque estos dos tribunales españoles están por debajo en jerarquía al de Estrasburgo en materia de derechos humanos.
Y, lógicamente, mucha razón tienen las asociaciones de familiares de víctimas del terrorismo y familiares de víctimas de otros grandes delincuentes -violadores, pederastas, asesinos confesos, etc- cuando despotrican contra la cobardía de los políticos españoles, que pensando tan sólo en su culo, les importa una mierda lo que ocurra con los que verdaderamente sufren. Definitivamente, tendrían que haber sido contundentes en cuanto a reformas legales penales para este tipo de delincuentes, tal como han hecho la mayoría de los países democráticos de nuestro entorno. Países que no se verán sorprendidos por sentencias de este tipo del TEDH porque han hecho sus deberes a nivel legislativo. Pero en España esos deberes no se han hecho. Ni esos ni otros. ¿Qué vamos a esperar de un país en el que el mismísimo Jefe del Estado es totalmente irresponsable de los posibles delitos que pudiera cometer? Así nos va; y así nos irá en el futuro.   

21 octubre 2013

UN CUENTO GÓTICO: UNA VISITA A MEDIANOCHE.

Como perjuraba en la entrada de la semana pasada, aquí llega el primero de los  dos cuentos góticos previstos:


UNA VISITA A MEDIANOCHE


    En teoría, se no trataba de otra cosa que de un funeral más. Una persona había muerto. Padre y esposo muy apreciado en la localidad, en la que había vivido toda su vida. Ese dato había sido decisivo para que el velatorio pudiera considerarse como muy concurrido y el entierro multitudinario en esa pequeña localidad en la que todo el mundo se conocía. 
En una época en la que la muerte era aún más extraña y misteriosa que ahora y no existía apenas divertimento alguno y la electricidad apenas llegaba a las humildes casas, la única compañía en aquella noche de dolor para la familia del finado no era otra que la que se ofrecían unos a otros, así como la de algunos allegados y vecinos, que era costumbre acompañaran a los dolidos en esa velada de dolor.
      La noche era lluviosa y muy oscura, no en vano era invierno cerrado. Febrero para más señas. Y las calles, además de oscuras y vacías, estaban embarradas por la pertinaz y constante agua que había caído durante todo el día, así que el silencio de las humildes casas en la noche cerrada tan sólo era interrumpido por el ruido de los ajados canalones que no cesaban de depositar agua a la calzada.
      El entierro de aquel padre y esposo querídisimo, tras dos días y una noche completa de velatorio, había estado pasado por agua. Los hombres que portaban sobre sus hombros el ataúd desde la iglesia al cementerio iban completamente empapados y el mismo hoyo en el que recibiría cristiana sepultura el finado se había llenado hasta su mitad de agua y haría falta achicarlo cuando se procediera a depositar el féretro. Pero eso no era problema aquella tarde cerrada de oscuras nubes, toda vez que por aquellos años no era costumbre enterrar a los fallecidos en ese preciso instante. Los operarios municipales encargados del cementerio abrían el hoyo en cuanto se les notificaba el fallecimiento y en uno de sus lados se amontonaba la tierra sacada, al tiempo que se cruzaban de lado a lado unas resistentes tablas sobre la superficie del hoyo. Sobre estas tablas se depositaba el ataúd, el cual permanecía a la intemperie toda la noche a la espera que los enterradores acudieran por la mañana temprano a enterrarlo. Esa costumbre que parecía estar basada en la tradición, en realidad, tenía una razón médico-científica, toda vez que las autoridades médicas no confiaban demasiado de que la certificación oficial de la muerte fuera totalmente infalible. Así que la prudencia médica se convirtió en tradición y toda familia exigía que su finado permaneciera a la intemperie toda la noche, además, de los dos días y una noche completa de velatorio previas. Todas las medidas eran pocas ante la abundancia de casos en los que, pasado el tiempo legal, se habrían tumbas para que contuviesen cadáveres y en ocasiones se apreciaba cómo el supuesto fallecido había cambiado de postura y sus uñas se encontraban incrustadas en los podridos trozos de madera del ataúd.
     Mientras tanto, la noche cerrada transcurría lenta, dolorosa y pesada en aquella humilde morada de la que horas antes había salido para siempre el cuerpo del buen padre fallecido a los ojos de todos. Un pequeño grupo se arremolinaba en torno a la mesa camilla ubicada en mitad de un pequeño cuarto tristemente iluminado: la viuda, las dos hijas y el hijo del matrimonio. Además, les acompañaban dos familiares cercanos: la hermana menor del fallecido y la hermana mayor de la viuda. Algunas vecinas habían estado dando compañía a los dolientes pero era ya tarde y se habían ido a casa. Nadie hablaba en el grupo. Con las cabezas cabizbajas se podían escuchar suspiros apagados y de vez en cuando  algunas de las hijas se interesaba por el apetito de la madre, la cual desautorizaba toda iniciativa de traer alimentos. El silencio era absoluto tanto en la casa como en la calle, toda vez que aún no habían llegado a aquella humilde localidad los vehículos a motor. Todo lo más, el ruido seco y farragoso que provocaban las ruedas de madera de algún carro, que se dirigiera a su cuadra arrastrado por mulas, al aplastar los guijarros de la calle o los torpes pasos de algún vecino noctámbulo que tras pasar la velada en la taberna se dirigiera zigzageante a su domicilio.
      Entonces alguien toco en la puerta. Los allí reunidos en torno a la mesa camilla alzaron sus cabizbajas cabezas y comenzaron a mirarse entre ellos. Las últimas vecinas ya se habían despedido definitivamente y aquella forma de aporrear la puerta no se correspondía con la forma de aporrear que tenía ninguna de ellas. Además, ya se acercaba la medianoche y la hija mayor ya había propuesto que se retiraran todos a dormir. Pero volvieron a aporrear la puerta. Esta vez de manera más contundente. Las miradas cruzadas entre los miembros de la familia ya no eran de sorpresa sino de inquietud. E incluso de nerviosismo. Nadie quería decirlo pero todos lo pensaban: esa forma de aporrear con contundencia era propia del amado padre y esposo: dos toques rápidos, duros y secos. Hasta que finalmente, eso que todos pensaban lo acabó por decir el hijo: 'Es la misma forma de tocar que tenía padre'. 'No digas tonterías hijo mío', dijo la viuda, a pesar de que todos estaban de acuerdo con lo que el hijo había dicho. Incluso la propia viuda.
       Escucharon aporrear la puerta por tercera vez. Ya no había escusa posible para dilatar la apertura de la puerta. Sin embargo, no parecía que hubiera ánimo en ninguno de los reunidos en torno a la mesa de camilla para levantarse, andar los escasos metros de pasillo y abrir la puerta. Finalmente, el hijo se ofreció a hacerlo, tal vez, por ser el más osado al decir alto y claro que aquella forma de tocar era propia de su padre recién fallecido.
         Se levantó fatigosamente y se dirigió hacia la puerta preguntando quién era, pero al otro lado de la puerta nadie contestaba. Así que el joven sumido en un mar de dudas optó por abrir. Las mujeres, aún sentadas en torno a la mesa camilla, escucharon el ruido seco de las viejas bisagras de la puerta de madera y a continuación un golpe seco confundido con un pequeño alarido. Cuando se levantaron y acudieron hacia la puerta alarmadas por aquel extraño alarido se toparon con una escena dantesca que jamás pudieron borrar de su mente mientras vivieron.
         En teoría, abrió la puerta alguien que estaba vivo y encontró al otro lado a alguien que en teoría estaba muerto. Pero cambiaron las tornas porque lo que encontraron las mujeres de la familia fue justo al contrario: el vivo estaba ahora muerto y el muerto estaba ahora vivo.
     Las autoridades emitieron un informe oficial explicando lo sucedido y esa explicación, al parecer, dejó dormir y vivir en paz al pueblo y a la familia: 'Cuando el hijo menor de la familia abrió la puerta se encontró con la figura de su padre vestido con la ropa de su mortaja y al no poder soportar la sorpresa o el terror, falleció de un ataque cardíaco. El padre, por su parte, supuesto fallecido, había recobrado el conocimiento tras haber permanecido en coma varios días y descubrió que se encontraba dentro de un ataúd.           Cuando abrió los ojos sólo encontró a su alrededor negrura y silencio y la lógica confusión no le permitió saber en ese momento dónde se encontraba. Por fortuna el féretro se encontraba abierto y a la intemperie y pudo salir sin apenas dificultad de él. En su tribulación no reparó en lo inoportuno de presentarse directamente en su domicilio, cuando lo que hubiera procedido es haber acudido al puesto de la Guardia Civil de la localidad para comunicar su nueva situación'. 
     Tampoco estaban al tanto de esa nueva situación los dos enterradores que, al rayar el alba, acudieron según estaba previsto a enterrar el cadáver y tampoco podrán olvidar ya jamás el haber encontrado el ataúd vacío y con la tapa casi partida por la mitad. Hay quien cuenta que ninguno de los dos pudieron ya dedicarse más a esa profesión y que jamás aceptaron como racional la teoría que esgrimió el informe de las autoridades.          

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...