Mostrando entradas con la etiqueta REFLEXIONES. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta REFLEXIONES. Mostrar todas las entradas

10 octubre 2012

LO QUE ENSEÑA EL WESTERN

Nadie en su sano juicio debería de dejar de ver 'Centauros del desierto'. Por muchos motivos. 

Porque en los tiempos precipitados y de cartón piedra que atravesamos, los valores de la esta película de John Ford son mayúsculos. Veamos. 
El contexto. Una sociedad en ciernes, una civilización que comienza -la del hombre blanco-; y otra que se va extinguiendo -la de los pieles rojas y todas la subrazas derivadas-. Y entre medias, muchos valores puestos en juego. Todo un carrusel de valores, hoy practicamente perdidos. Personas que luchan por una vida colectiva mejor, por un progreso: personas de bien, frente a personas que sólo buscan ganancias en ese progreso y tan sólo les interesa una vida mejor, pero no colectiva, sino particular: personas de mal. Héroes que lo son sin querer serlo y quienes juegan a ser héroes sin tener madera para ello. 
Ilusiones y sueños rotos en un trasfondo de miseria y condiciones de vida muy duras. Pero lo que más me llama la atención de esta película -que es común a otras grandes del género- es el compromiso sin fisuras de unos pocos, la vocación de favorecer a la comunidad, jugándose la vida. O la perseverancia por conseguir algo que es de difícil consecución, cueste lo que cueste y se tarde lo que se tarde. 
Una simple carta recibida a lo largo de un lustro puede ser detonante de un noviazgo roto o esa misa carta, con otro contenido, el detonante de un compromiso estable. En una época en la que todo es lento, en la que se puede ir una vida entera para optar a una información o a una respuesta crucial. Mucho deberíamos de aprender de todo eso en esta época amorfa y sobredimensionada de información -la mayoría de ella inútil-. 
Por eso me gustan los western y si están dirigidos con la maestría que siempre mostró John Ford e interpretados con la credulidad y entrega de John Wayne, estamos hablando ya no de la culminación de un género, sino de obras de arte. Y de ahí, que se convierta en algo imprescindible para la existencia. Tanto como admirar en alguna ocasión el 'David' de Miguel Ángel en Florencia, leer 'El Quijote' de Miguel de Cervantes o asistir a alguna buena interpretación de la Misa de Réquiem de Mozart, por poner tan sólo tres ejemplos vivenciales -cada cual tendrá los suyos, lógicamente-.         

27 septiembre 2012

BUSCANDO RECOVECOS DE LA EXISTENCIA

Sería difícil explicar -y mucho menos convencer-, a alguien que no es corredor, que esta disciplina deportiva va mucho más allá del mero ejercicio físico. 
En la entrada de ayer apuntaba sobre lo que supone correr en el comienzo del otoño. Las días son mucho más cortos y la luz, que se esfuma cada vez antes, es más turbia y plomiza. Es posible que haya días lluviosos y que las hojas de los árboles ya comiencen a caer para, de esa manera, volver a comenzar su ciclo, que alcanzará su plenitud muchos meses más tarde, en primavera. 
Comenzarán a aparecer los primeros humos de las chimeneas, pero es probable que ese humo no sea otro que el de las castañas asadas. Ya hay bandadas de pájaros que inician su errático viaje en grupo hacia lugares más cálidos y las calles se quedan más despobladas, en la misma medida que las terrazas -¡gracias a Dios!- ya comienzan a plegar sus sombrillas y almacenar sus mesas y sus sillas.
Pero muchos más vacíos quedarán los caminos, veredas y carreteras por los que corremos habitualmente; y para colmo, hay que organizar la tarde -si somos corredores vespertinos- para que el astro rey no nos asombre con su retirada. 
Es otra época; es otro correr. Y a esas nuevas circunstancias hay que adaptarse porque el entrenamiento no puede detenerse de la misma manera que no se detiene la competición. Hay que volver a remover el armario y comenzar a sacar, al menos, las primeras capas de nuestras equipaciones técnicas, sin que sea prudente precintar aún la ropa técnica de verano. 
Cambian los bioritmos, cambia la forma de hacer la digestión, cambian muchas cosas. Pero a todo eso hay que enfrentarse sin más remedio. 
Además, el otoño es más melancólico, más cercano al hogar que a la calle, pero eso tampoco puede convertirse en un problema, ya que la inclinación al hogar siempre conlleva menos resistencia que la inclinación a patear caminos. Y es en ese momento en el que tiene sentido la frase del título: 'Buscando recovecos de la existencia'. 
Enfocada esa frase en el corredor, podría considerarse que éste se sumerge - como todo el mundo- en una existencia cotidiana, en la que cobra un principal protagonismo el trabajo, el estudio, la familia, las obligaciones cotidianas, de manera que ante ese marasmo difícil es buscar recovecos. 
Toda persona debería ser creativa y afrontar cada día como una nueva oportunidad de hacer una lectura distinta de la cotidianidad. La mayoría no lo hace porque se deja llevar por la magnitud de las obligaciones diarias: no hay lugar para la creatividad. Pero hay otras personas que intentan buscar cada día -yo lo intento al menos- una nueva motivación, un nuevo recoveco que haga despertar el alma y los sentidos. Unos lo buscan en la lectura, otros en la reflexión, otros en el cine, otros en la música. Todos esos argumentos son válidos. Los corredores, además de buscar esos recovecos en todo eso, tenemos el privilegio de hacer una lectura del día completamente distinta, simplemente, acudiendo a nuestro entrenamiento más o menos diario. Es más, si conseguimos que ese entrenamiento no se convierta en rutina habremos rizado el rizo. 
Para muestra un ejemplo propio: en esta tarde plomiza y lluviosa de miércoles, cuando la cotidianidad parece ahogar a todo el mundo, cuando las noticias sobre la crisis y los recortes planean por las atribuladas cabezas, consideré como lo más creativo hacer una ruta poco usual, perderme por una carretera prácticamente solitaria rodeada de la belleza que confiere el otoño a la naturaleza y desafiar a la fresca tarde vistiendo aún la ropa técnica que he utilizado en verano. Quería sentir la fría brisa del otoño  Era una forma de rebeldía, una forma de buscar un recoveco que la rutina jamás ofrecerá. Para colmo me salió, sin buscarlo, un ritmo casi de competición -¿sería por la motivación?-. Ese es nuestro privilegio al margen de ritmos, marcas, competición y otras cuestiones menores. Pero, claro, esto no es fácil explicárselo a quien no suele correr, pero confío que vosotros amigos y amigas corredores sepáis de qué hablo cuando hablo de correr (dixit Murakami).  

18 septiembre 2012

EL CORRER Y SU GRANDEZA

No sé si somos de otra pasta, como decía Rafa Bootello en un comentario a la anterior entrada. Pero, sí, es cierto que no somos demasiado normales. Una persona normal -que también lo somos en esencia-, por lo general, no suele madrugar un domingo, haga calor o frío, y coger el coche para desplazarse a otra ciudad o pueblo para correr a lo ancho y largo de 42, 21, 15 o 10 kilómetros. De hecho, tampoco es muy común hacer esos kilómetros sin que exista la necesidad de desplazarse. 
Cuando compraba pan y unas tortas en Guadix tras recuperarme de la Media Maratón del Melocotón, la dependienta reconoció en mí que venía de correr y me preguntó por la carrera. '¿Cuántos kilómetros son?', fue la pregunta que me hizo desde la tranquilidad de su comercio. 'Veintiuno' le contesté. 'Desde El Bejarín a Benalúa, debe ser duro', comentó la dependienta. 'Sí, en esta prueba y en estas fechas todo es duro, pero nos dedicamos a esto', ratifiqué finalmente. No es más que una breve conversación entre una persona que no se dedica a esto y otra que sí, aunque sea por mera afición. 
Paseé un rato por la bella ciudad de la Alcazaba nazarí, de la Catedral barroca, del buen pan y de los buenos churros, y pensé en aquella breve conversación: una ciudad que apenas acaba de levantarse, una panadera que vende su pan aún caliente y unos cientos de corredores que acaban de culminar veintiún duros kilómetros. Todo muy surrealista. Surrealista, porque mientras me dirigía al coche a dejar la bolsa de pan y tortas caseras, se daba el hecho casual que junto a donde estaba aparcado mi vehículo estaba el kilómetro 20 y que por él aún pasaban con cuentagotas algunos corredores. Eran los que iban a acabar en torno a las 2' 15'' y 2' 30''. Lógicamente, se les veía cansados, muy cansados, pero ilusionados por llegar, ajenos a cronos y a otras cuestiones menores. Animé a cada uno de ellos, y cada uno de ellos me devolvió las gracias. En particular, recuerdo a una chica, bastante gruesa. La observé dando sus agónicos pasos, sin apenas levantar las piernas del suelo y le dije que ni tan siquiera le faltaba un kilómetro -ocultándole que era el más duro-. Esa chica, bastante metida en carnes me inspiró heroicidad y convicción. A esa hora -casi las doce y media de la mañana- la mayoría de la gente estaba recién levantada, probablemente acicalándose para desayunar tardíamente, o bien, tomarse unas cañas. Coger relajadamente la prensa del día y sentarse en una vistosa terraza de un bar y ver pasar el domingo. Sin embargo, ella, llevaba levantadas varias horas y allí estaba luchando contra la onerosidad de su cuerpo y su último kilómetro. Me pareció algo lírico. Al poco, reconocía a un corredor que vestía la equipación de mi club. Se trataba de un conocido, con una edad aproximada a los 70 años, que con paso firme y estiloso se dirigía a culminar su enésima media maratón. El crono no importaba. Le saludé y me devolvió el saludo alegremente. A lo lejos les vi a ambos. La chica ya subía en dirección a la Catedral y el compañero de mi club curvaba hacía la derecha para enfilar los últimos ochocientos metros. Dos héroes silenciosos, que en una calurosa mañana de domingo y por un terreno agreste estaban a punto de culminar una gesta.  
Mientras tanto, en algún lugar, alguien sin mérito alguno -un político, el príncipe, el mismo rey o algún otro parásito del sistema- probablemente a esta ahora,  ante una cámara de televisión,  se bañaba en multitudes a cambio de contar mentiras y hundir aún más el país. Y pensé, con tristeza, lo injusta que es, en ocasiones, la vida.

03 septiembre 2012

UNA SENCILLA FÓRMULA: - RETRIBUCIONES= A - CONSUMO

Hay que decir que las previsiones de déficit les están saliendo al Estado como el culo. Otra genialidad de Luís de Guindos, el del ático de lujo de Madrid  Lógico que así sea. Servidor apenas tiene conocimientos de economía -una aislada asignatura de conceptos básicos en la licenciatura de Derecho y algún libro básico-, pero está claro que si el consumo está por los suelos dado el alto desempleo existente y la rebaja o congelación de la mayoría de las retribuciones, así como la subida de impuestos directos e indirectos, el producto interior bruto sin más remedio se tiene que reducir. Es decir, no hay potencial económico y apenas se produce al no haber un consumo alegre. Para colmo, estos microestados que hemos creado -sin parangón en ningún país del mundo- se han endeudado hasta las cejas y ahora acuden el papá Estado -incluso la independentista Cataluña- a pedir del dinero del Fondo de Líquidez  Autonómica; para colmo, los mercados sólo nos compran deuda si les damos magros intereses y como trasfondo de este desolador panorama, la casta política no se baja del burro y sigue manteniendo un sector público sobredimensionado ¿Cómo vamos a crecer? 
Sin embargo, estos datos del déficit en el 9%, un punto por encima del máximo previsto, se extraen sin tener en cuenta aún la reciente subida del IVA y el nuevo retroceso en el consumo que ésta provocará. Luego, a final de año será peor.
Un renglón aparte merece la supresión de la paga extra de todas las personas que trabajen para el sector público (unos tres millones), con independencia de su adscripción jurídica. Hagamos unas sencillas cuentas. 
Previamente, partamos de la base que la paga extra de Navidad es una paga que, por lo general, tiene un marcado carácter consumista. En otras palabras, es un dinero que la mayoría de las personas destinan a esos gastos extraordinarios que nos provoca la Navidad, el seguro del coche, algún impuesto, los Reyes de los niños y de los mayores, la comida fraternal -que en muchas casos, tanto para empresas como para familias y amigos, es más una declaración de guerra que una comida-..... Luego, si hacemos unas sencillas cuentas  y considerando que suele ser de unos 1.000 a 1.100 € de media- llegaremos a la conclusión que la no disposición de ese dinero -que yo calculo, aproximádamente entre 350 y 400 millones de euros-, provocará un serio colapso en el consumo, en perspectiva macroeconómica, y muchos actores productivos que gracias a esa paga hacen su diciembre, se verán avocados a una reducción drástica de sus ventas e ingresos, que les obligará a echar el candado de su establecimiento o despedir personal. 
Ocurre que esos 350 a 400 millones -que es posible que sea una cantidad calculada a la baja- se utilizan, como digo, para consumir no para guardarlo en el banco. Es decir, esa paga, por lo general, se evapora antes de que llegue el 15 de enero del siguiente año, y no disponiendo de ella, el ciudadano que trabaja en sector público tendrá que abstenerse del consumo que otros años sí ha podido hacer. 
Si en un sentido hipotético, las Administraciones Públicas -que se van ahorrar una pasta no pagando esa paga extra- destinaran el dinero a cuestiones sólidas, tendentes a buscar medidas para salir de la crisis y crear empleo, podría estar hasta justificado, pero mucho me temo que ese dinero que se ahorrarán servirá en la mayoría de los casos para lo mismo de siempre, es decir, el mantenimiento de los privilegios de su casta política (un dato: incluyo a la monarquía en ésta). Al tiempo.            

26 agosto 2012

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DE LA POLÍTICA

Se me ha ocurrido dar como título a esta entrada un parafraseo de aquella excelente novela del escritor checo, Milan Kundera, con la idea de hacer ver hasta qué punto la política se está convirtiendo en algo insoportable -mucho más que nunca- y leve en su argumentario. 
Y, pensaba en ello, cuando el otro día fue miembro de una tertulia improvisada a pie de calle en mi pueblo, tras completar la ruta de 19 kilómetros a la que me refería en la anterior entrada. En esa tertulia participaban dos destacados miembros de la política local y viejos conocidos, con adscripciones políticas totalmente dispares. Pero lo curioso, es que había un total acuerdo en el argumentario de cada uno de nosotros en todos los temas que íbamos repasando (inmigración, prebendas políticas, crisis, desempleo, monarquía...), a pesar de haber representado en el pasado a opciones políticas totalmente opuestas en el Ayuntamiento de la localidad. Además, todos expusimos nuestra defraudación política actual y lo poco que ya nos interesaba lo que en otro tiempo formaba parte de nuestra existencia. 
Ocurre que la política, o los temas políticos, a estas alturas de nuestra mal llamada democracia ya se ha alejado definitivamente del pueblo -si es que alguna vez ha estado cerca-  y pertenece cada vez más a los intereses de los grandes partidos, que comulgan con una ideología cada vez más al servicio de intereses económicos y mediáticos. Y eso hace que los asuntos políticos cada vez sean más leves e insignificantes al haber perdido ya los partidos su verdadera esencia ideológica.  
Que los miembros de esa improvisada tertulia coincidieran en asuntos básicos no es más que un síntoma del enorme e irreversible divorcio que hay entre el pueblo y los políticos profesionales que, conscientes de su misión, no disimulan ante el cambio de rumbo que imprimen cada día a sus principios básicos que llegaron a prometer, incluso, en campañas electorales y programas recientes. 
De lo contrario, muy mal se puede comprender la deriva del PP -por ejemplo-, en asuntos relacionados con el terrorismo, salvaje subida de impuestos -incluso los directos-, la reducción de las retribuciones de los empleados públicos, aspectos éstos en los que han desarrollado, no ha mucho tiempo atrás, unas políticas completamente contrarias a las actuales (meses antes, el propio PSOE introdujo políticas más propias de la derecha, ajenas a su teórico credo político), traicionando de esta forma a sus votantes. Esa forma de actuar de los políticos en la alta política actual supone una nueva etapa hasta ahora desconocida, que consiste en olvidarse de todo credo político, olvidarse de votantes, simpatizantes e, incluso, afiliados si la ocasión lo requiere. No se trata de lo que conocíamos hasta ahora, es decir, incumplir promesas o programas, que es algo a lo que los ciudadanos ya estábamos acostumbrados. Se trata de un nuevo pragmatismo ajeno a ideologías y que pende de otros criterios inquietantes y hasta ahora desconocidos. 
Esos nuevos criterios pueden responder a diversas causas que, lógicamente, no nos van a explicar a los ciudadanos, pero posiblemente tengan mucho que vez con el obligatorio rescate de España a principios de otoño, del que la propia clase política y sus privilegios puede salir esquilmada. 


Es algo muy complejo -y que sólo intuyo- pero habrá muchas sorpresas en los próximos meses, ya que la capa de poder de los políticos españoles se verá superada por la de los de la Unión Europea -esos inquietantes 'hombres de negro'-. Habrá que estar atentos en los próximos meses.     

17 agosto 2012

SOBRE LA INMIGRACIÓN ILEGAL

He comenzado un artículo sobre la inmigración ilegal para enviarlo a Ideal y a pesar de que ya supera las 500 palabras -entre las 500 y las 700 palabras, sería lo correcto-, no consigo darle forma, no me satisface. 
Y no me satisface porque cada vez quiero hacer los artículos más coherentes con mi pensamiento, al menos los que traten de temática social y política, porque los de  corte más literaria es otra cosa. Lo releo una y otra vez y veo que adolece de lo más esencial de mi pensamiento y, por otra parte, tampoco quiere darle un contenido que pudiera llevar a equívocos, que vivimos en un país en el que la apariencia cuenta más que la esencia y pareciera que existiera un tabú sobre determinados temas como la monarquía, las prebendas de los políticos o, éste, el de la inmigración ilegal. Como si no se quisieran afrontar estos temas con seriedad y rigor. 
Pero este es mi blog y no repararé en decir lo que pienso -al tiempo a que os animo a que vosotros también lo hagáis- sobre este asunto en el que existe tanta hipocresía. Intentaré razonar. 
Y viene a cuento este asunto por la reforma legal del gobierno del PP en el que se prohibe prestar asistencia sanitaria a los inmigrantes ilegales, a menos que tengan un póliza que cuesta al año unos 700 €. Pero ocurre que como todo lo que hace el PP, esta reforma la pretende meter a las bravas, sin haber explicado antes ni a ciudadanos ni a Administraciones Públicas, qué se quiere conseguir con esta medida. Y, claro, las autonomías levantiscas del PSOE y nacionalistas no han esperado ni un minuto para manifestar que no acatarán la norma, más por llevar la contraria que por otra cuestión, porque el problema de inmigración ilegal también lo tienen muy marcado -los casos de Andalucía y Cataluña son particularmente severos-. 
Y lo que no ha sabido explicar el PP es que no es tan sólo un asunto de ahorro, ya que no son más de 150.000 personas las que están en esa situación, sino de ejemplaridad y fomento de una política que rompa el efecto llamada y posibilite que el inmigrante ilegal comprenda que no le es posible vivir permanentemente en esta situación en nuestro país. Ni a los que están ni a los que se esperan en los próximos años. Tampoco han explicado que las normas comunitarias van en ese sentido. Ojalá los recursos fueran ilimitados, pero no lo son y por ese motivo el estado de bienestar está haciendo aguas, porque éste ya no se sostiene a pesar de la enorme presión fiscal de los países occidentales.   
Efectivamente, en los países de nuestro entorno, las normas contra la inmigración ilegal son incluso más severas. Es más, en materia sanitaria, países como Francia, Alemania, Austria, Irlanda y otros muchos más, exigen el pago del servicio sanitario antes de atenderte, con independencia de que pertenezcas a un país de la Unión o no. Te dan tu factura y con ella podrás conseguir el reembolso en tu país, pero antes has de pagar a ellos. Es más, en Alemania, por ejemplo, en algunos centros sanitarios solo admiten el pago en efectivo. Ni parir te sale gratis. Luego ¿Por qué en España procedemos de esta forma? ¿Qué pretendemos, ser el hospital del mundo? ¿Tenemos recursos ilimitados para atender a toda la inmigración ilegal que podría llegar a España si se produce el efecto llamada? Observen, las últimas medidas de Grecia en ese sentido.
Políticos populistas como el impresentable Zapatero y el inservible Chaves y toda la reata sociata propiciaron esta política, y de aquellos barros estos lodos. Pero no fuero los únicos, también la propiciaron políticos del PP y muchos nacionalistas. Ellos propiciaban esta política buscando un rédito electoral futuro, pero es fácil llegar a la conclusión que erraron el tiro como en tantas otras cosas. Incluso plantearon que los ciudadanos marroquíes pudieran votar y ser elegidos en las elecciones municipales, claro, ¡a cambio también nosotros podríamos hacer lo mismo en su país, cumpliendo con el principio de la reciprocidad que rige en derecho internacional público ! Lo que faltaba.  
Soy consciente de que en todo este asunto existe un trasfondo humano. Dicho esto, me parece ridículo que se deje morir a una persona -sea inmigrante ilegal o no- en las aceras. Eso jamás debería pasar, pero sí habría que poner todo el empeño para que se regularizara esta situación antes de que se llegara a un colapso. Y esa regularización pasa por la propia regularización del propio inmigrante ilegal que, en los tiempos en los que estamos, ha de pasar necesariamente por poseer un puesto de trabajo, algo harto improbable tal y como está la situación en España. De lo contrario, estaremos posibilitando la inmigración social, no la laboral y, ya digo, el peligroso efecto llamada. Lo realmente obsceno y poco edificante no es en sí la medida de negar asistencia sanitaria a quien no está regularizado, lo realmente obsceno es que existan 150.000 personas pululando por nuestras calles sin oficio ni beneficio, muchos de ellos explotados en la economía sumergida, otros vendiendo en las calles lo que pueden, con un ojo en sus productos y con otro en la policía, mientras que otros sobreviven atendidos por las onegés y Cáritas. En relación con esto cada día es más preocupante la mendicidad en las calles y los semáforos de nuestras ciudades de inmigrantes ilegales, que sacrificaron todos los ahorros de su familia para venir al 'dorado' y ahora comprenden que esto no es como se lo pintaban, pero, claro, es mucho mejor opción ser mendigo en España que volver a su país en el que, probablemente, la hambruna, las guerras o la falta de oportunidades sea la opción que les tocaría vivir. Sólo ganaron las mafias que les transportaron.   
Para colmo España posee una de las legislaciones más blandas en cuanto a entrada de inmigración legal, siendo, como es, la puerta de Europa desde África. Esas normas blandas -que no existen en otros países de nuestro entorno- apuestan por la protección de menores, algo que las mafias saben y utilizan -en ocasiones con el beneplácito de los propios padres. En ese sentido, la propia Junta de Andalucía ha tenido que denunciar a padres marroquies por fomentar el traslado a España del hijo menor-, y de mujeres embarazadas. Esos dos sectores están siendo filones para estas mafias y seguirá así mientras no cambie la legislación. El resumen final será que el asunto de la inmigración en el futuro irá a más y el PP seguirá dando palos de ciego por no coger el toro por los cuernos. Tampoco ayudan los políticos de los demás partidos que en este asunto, como en otros, utilizan mucha batería demagoga.

       

07 agosto 2012

CORRER Y SU MEMORIA

El pasado domingo madrugué para correr. Como lo hice el sábado. Reconozco que me encanta correr por la mañana en agosto, cuando te encuentras los campos y los caminos desperezándose y compruebas que cuando estás en la mitad de tu recorrido, el sol despierta de golpe a todos los seres vivos que pueblan la ruta, ya sean pájaros, plantas o personas. Esa transformación súbita me motiva de manera particular. 
Comienzas a correr a eso de las nueve o nueve y algo y vas descubriendo los claroscuros de la mañana -que a veces deposita rocío en las hojas-, pero a medida que pasan los kilómetros esos claroscuros se convierten en un amarillo de sol de agosto y ya pocos seres vivos se atreven a asomarse. El perro del 'Camino Real', permanece en su caseta y los pájaros veraniegos dejan de cantar, mientras que el rocío desaparece de las hojas, pero yo sigo mi ruta kilométrica, acumulando metros y metros, sin darle tregua al recién "estrenado" forer. 
Casa de Remedios -en invierno con el parral mutilado por el frío-, desde donde inicio mi ruta (FOTO DE GOOGLE EARTH).
El sábado fue un día glorioso. Hice la ruta acostumbrada de los sábados de agosto. Salí de Pinos Puente, en un punto a la salida del pueblo, en un lugar en el que ya sólo existen las dos últimas casas de la población por esa latitud, en el camino de Fitena a espaldas del Restaurante La Cruz de Granada, de grato sabor en mis recuerdos; en ese lugar, a esa hora, suelo encontrarme al panadero que deja atada una bolsa de pan en la reja del bonito patio -cubierto por una  frondosa parra veraniega- de Remedios, una anciana delgada y activa, que allí vive y que de alguna manera comparte ruta conmigo. Remedios me recuerda a mi abuela Carmen, que también era delgada y sabia y tenía un parral en su patio, que nos cobijaba en los tórridos veranos. Allí estudiaba y ella me arengaba  para que me esforzara cada día. Remedios apenas anda cada día trescientos metros; yo quince kilómetros. Pero ambos nos comentamos nuestras proezas. Porque es proeza para ella andar con su bastón esos trescientos metros cada día, a pesar de sus más de ochenta años. La veo andar en verano y la veo andar en invierno bajo un tiempo cruento. Yo salgo del coche, que aparco junto a la puerta de su casa y me abrigo hasta los ojos. Y ella, ya se dirige con su bastón a andar esos trescientos metros, que a veces triplica, ya llueva o nieve. Comenta que le duelen las piernas, pero yo le digo que la mejor medicina es andar y que visite menos el ambulatorio. Creo que me hace caso porque la experiencia le dicta que quien da consejos debe predicar con el ejemplo. Si me ausento una semana, Remedios me pregunta por mi ausencia y entonces le digo que he estado lesionado, de viaje o muy ocupado. Conoce a mi madre; de hecho se casaron el mismo año.  Y enfrente de donde parto, la enorme casa de José Antonio "El Lobo", hermano de mi buen amigo, el sabio cronista de la ciudad al que un buen día le dediqué un artículo en Ideal, que emocionó a él y a su familia. Manolo "El Lobo" es persona alegre y noctámbulo. 'Ya no te veo, sólo leo tus artículos. Los leo porque escribes muy bien', me dice el otro día cuando el andaba, intentando rebajar su peso y su glucosa. Sin embargo, a mi pregunta de sí sigue siendo noctámbulo me asegura que sí y que monta buenas fiestas flamencas en su casa como buen bohemio. Me autoinvito a una de ellas, porque sé que me admitirá.
 Su hermano, José Antonio, que es de otro costal, más rudo e iletrado, ya comienza su tarea infatigable en sus hazas, con su tractor ya ajado y su peón casi sordomudo que siempre me saluda, porque es viejo conocido. Justo enfrente de su enorme casa dejo mi coche.


El abuelo, al fondo, Pinos Puente, bajo la atenta mirada de "El Piorno" (FOTOGRAFIA DE PANORAMIO).  
Uno cuando corre, no lo hace sólo por el placer de hacerlo sino porque está ya unido a un terruño y cada metro que avanza lo conoce como la palma de su mano. Sabe donde se acelera el agua de la acequia y sabe en qué sitio de sombra podrá detenerse a beber agua de la botella que lleva agarrada a su cintura. Ese sitio de sombra, el sábado, fue "El Abuelo", ese centenario árbol, perdido en algún lugar entre Fuente Vaqueros, Valderrubio y Pinos Puente, que mi amigo Paco, con su gracejo habitual le llama el olmo negro, sin que sepa o sepamos de qué tipo de árbol se trata, un árbol casi sagrado que incluso podemos ver desde Google Earth. Allí se refugian los agricultores de los pueblos colindantes cuando recogen sus cosechas bajo el sol de julio y agosto como han hecho a lo largo de generaciones y allí me refugié yo el pasado sábado para beber de la cantimplora adherida a la cintura. Eran casi las 11 y el sol cromaba de amarillo ese largo y polvoriento camino que me conduciría a Ánzola. Faltaban más de siete kilómetros para acabar mi ruta de quince.
No se trataba de otra cosa que de un sábado de agosto sagrado, dedicado al correr, dedicado a mis raíces, prolongado con visita al pueblo para tomar un café, para comprar productos exclusivos en el mercado de "Pepico", para hablar con viejos conocidos. Un ajuste de cuentas con la memoria. 
Pero hoy domingo, como decía, madrugué para irme a hacer la ruta de "los olivos" -entre el Pantano del Cubilla y Caparacena- que estaban silenciosos -sino ausentes- a esta hora. Subía sus breves y durísimas rampas de hasta un 20% de inclinación, según el Forer- y desde allí, en ocasiones veía el Veleta. Sabía que ese domingo, cinco de agosto, era la prueba y sentía a partes iguales nostalgia y temor. Allí estaba yo el año pasado, subiendo esas rampas. Cuando llegué a casa, desde la terraza de mi ático, desde donde veo muy bien el Veleta, busqué los prismáticos para comprobar cómo refulgían los metales de los coches en la alta carretera de montaña. No podía ver corredores a esa distancia, naturalmente, pero mentalmente me veía en esas rampas,  pensando que allí podría estar de nuevo y admitiendo que, aunque me lo planteé, no he tenido la suficiente fuerza mental este año como sí la tuve el año anterior. Luego, me dije, es hora de que te plantees hacer un maratón, lechón. Sin embargo, concluía, que sí haré alguna mañana de agosto un entrenamiento en la zona del Veleta para, así, pulgar mi arrepentimiento por no haber estado allí este año.

05 agosto 2012

¿HA MERECIDO LA PENA VOLVER AL CINE PARA VER LA ÚLTIMA ENTREGA DE EL CABALLERO OSCURO?

Digamos que yo soy un tipo que hace algún tiempo dejó de ir al cine, harto de comportamientos indeseables de algunos espectadores y, por qué no decirlo, cierta pereza. Además, muy pocas cosas de lo que entrenan me interesan realmente como para pagar 7 € y prefiero que aparezca en DVD o BD, que es cada vez antes. Así que, como he contado en alguna ocasión, me hice de una buena pantalla y un buen HC y, aunque con algún tiempo de retraso, lo veo casi todo. 
Pero hoy he vuelto al cine. Animado por la poca afluencia y porque tras quedar maravillado con la anterior entrega, también dirigida por Nolan e interpertada practicamente por los mismos actores -excepto Heath Ledger porque en esta última entrega no aparece el 'The Joker'-, por esos motivos, decía, me animé a ir. 
Y, sí, no hay que negar que saborear ese olor especial a palomitas y el espectáculo de la enorme pantalla y el sonido me han vuelto a deleitar. Para colmo, en las fechas en las que estamos, apenas había público y éste -a excepción de algún niño que se aburría con la película- hoy ha sido correctísimo (me pregunto si no será porque estábamos allí los que no solemos ir casi nunca y aprovechamos estas fechas). Pero, he decir, que la película no me ha deleitado tanto. Un portento de presupuesto, medios, efectos especiales y todo lo demás, pero no me ha llegado a gustar como la anterior. Es más, en algunos momentos -excesivamente larga- me ha llegado a aburrir por predecible y excesivamente peliculera. 
Lógicamente la han salvado sus excelentes interpretaciones, porque nunca decepcionan actores como Gary Oldman, Michael Caine o Morgan Freeman, por hablar de los más veteranos. Interesante también el papel de la "austeniana" Anne Hathaway.
No diré que haya sido un frustado reencuentro, pero cuando salía a la calle sentía que no me estaba perdiendo mucho por no ir de manera habitual a ver pelis a la gran pantalla. Pero, bueno, se trata tan sólo de una opinión y un parecer personal.

27 julio 2012

ES TODO MUY RELATIVO...



Fotos de El Confidencial

...Y si quedan dudas de que lo es, nada mas que acudir a la imaginación e intentar ver las cosas con otros ojos y comprobaremos que la relatividad de las cosas es más un asunto de la perspectiva que tengamos de las mismas desde un punto de vista cultural, social, económico, político. 
Cuando contemplamos esta brillante idea del diseñador gráfico parisino Alexis Persani y del fotógrafo Léo Caillard, llegamos a comprender que la imagen es la exteriorización de nuestros prejuicios. Cuando acudimos a algún museo y contemplamos esta estatuas de mitos griegos -filósofos y dioses- y las admiramos en su misterio e inmortalidad escultórica, pero cambiará sin duda nuestra perspectiva si las vemos como la han visto, vestido y retocado estos dos artistas franceses, vestidas con un look causal. Podrían pasar por ser un tipo cualquiera con el nos cruzamos a diario por la calle. Pero no, ya digo, son estatuas de filósofos sagrados y dioses del Olimpo.
Si aplicamos de forma más habitual esa filosofía, esa perspectiva, a todo lo que nos rodea, seguramente, caerían muchas máscaras, sobre todo las del poder, del dinero y la de la gloria, que son los ámbitos que mayormente viven de esa farsa de la imagen y del marketing.        

03 julio 2012

A VUELTAS CON LA GESTA DE LA SELECCIÓN, LA SITUACIÓN DEL PAÍS Y OTRAS CUITAS


No quiero aguar la fiesta a nadie ni mucho menos restar importancia a lo que ha hecho la selección de fútbol. Lo conseguido por este grupo de talentosos jugadores, englobados en un par de generaciones irrepetibles, es de un mérito mucho más elevado de lo que ahora se aprecia. Nada de eso cuestiono. Pero sí todo lo demás. Como vino a decir el incisivo Jorge Valdano, el fútbol es lo más importante de las cosas que no tienen importancia.
Que yo decidiera de manera unilateral -como ya escribí- no ver el partido y en su lugar hacer 12 inolvidables kilómetros (por las sensaciones, por la soledad), mitad trail, mitad running, es una opción personal, como respuesta hacia un estado español caduco, trasnochado, corrupto -en todas las instituciones y seguramente en una gran parte de la sociedad-. Lo que ahora me gustaría es contar con la sapiencia, la habilidad lingüística suficiente y la mínima claridad de ideas para exponerlo. Veamos.
Yo pienso que es un todo. Que nada que represente a España está concebido en comportamientos estancos. Que la selección española de fútbol representa al fútbol español, pero que también representa al Estado y es esa la versión que considero tóxica, principalmente, por lo que representa el Estado en sí, en estos momentos, es decir, lo que representa la marca España, tan plagada de corruptelas y deterioro institucional, paro y deuda económica. Al mismo tiempo, igualmente, me parece totalmente erróneo nuestro concepto de las cosas. Con mucha razón hay quién dirá que nada tiene que ver una cosa con la otra; que nada tiene que ver el fútbol con lo que está ocurriendo en nuestro país, y es posible que no le falte razón, o al menos, no le falta razón en un sentido estricto, pero sí en un sentido amplio porque, insisto, nada que represente a España puede ser ajeno al concepto global de Estado. De hecho, ¿por qué, si no, se rompen el culo políticos y miembros de la monarquía por estar presentes en estos eventos? Ese es el argumento principal para defender que el deporte a nivel de selección y el Estado van de la mano. Y eso es lo que me parece nocivo. 
El pasado domingo, 1 de julio, fue un día histórico para España, como lo fue el verano de hace dos años (mundial de Sudáfrica) o el de hace cuatro (Europeo de fútbol de 2008) y en un sentido estricto es motivo de celebración, pero me pregunto ¿hay algo que celebrar?; seré más preciso: ¿hay algo que celebrar estando el país como está y lo que nos está cayendo a los ciudadanos y lo que espera que nos caiga en los próximos meses o años? Curiosamente - y eso me parece triste-, el grueso de los celebradores es gente joven que apenas tienen futuro y ahí estaban desgañitándose, dando gritos de "soy español, español, español" y adorando a unos jóvenes, como ellos, que son multimillonarios -aunque no les culpo: tienen un talento y lo explotan- y viven en una gran burbuja económica y social, favorecidos por un amplio espectro de especuladores y corruptos a su alrededor -y eso es lo podrido, lo criticable-, que así se puede denominar el mundo del fútbol y el dinero que mueve que, además, por las últimas noticias conocidas, no es cumplidor ni con Hacienda ni con la Seguridad Social. Para colmo, los padres de la patria - y lo digo de forma peyorativa - apoyan con su presencia -a cargo de los presupuestos del Estado, eso sí y para su beneficio personal, claro está- este mundo, en vez de estar haciendo los deberes para evitar lo que se nos viene encima, que para eso los elegimos o los colocó la mano sagrada y hereditaria de la institución monárquica. Disculpadme, pero todo eso me parece muy pestilente. Y en respuesta a eso yo, que he sido futbolista muchos años y amante del deporte, decidí no apuntarme a este circo y jurar en arameo para que este país se hunda de una puñetera vez y caiga todo el aparato -metafóricamente hablando, claro, que me empapelan- sobre esta monarquía, cubierta de escándalos financieros y toda esa clase política, judicial e institucional que con sus privilegios y prebendas está hundiendo y pudriendo a este país. Pero, he de admitir que, a excepción de alguna columna de opinión u opinión sin más, mis consideraciones no tuvieron ni tendrán el más mínimo éxito aunque, eso sí, por higiene mental, fuí coherente conmigo mismo -tan incoherente en otras cosas- que es lo que perseguía realmente. 
Por tanto, pasados ya los fastos, que han tenido a este país anestesiado -igual le hacía falta- durante casi un mes, como venía a escribir hoy Lorenzo Silva, pongámonos a ello. Que vienen muchas curvas en el camino por andar y  muchas son mortales, añadiría yo.     

19 abril 2012

REFLEXIÓN POSENTRENAMIENTO

Las buenas sensaciones que tuve en la prueba de fondo de Alhama, el pasado domingo, me han reforzado de cara a las muchas pruebas que quedan para acabar la temporada y ya será mucho más normalizado el entrenamiento hasta volver a la carga de unos 50 kilómetros semanales, volviendo de nuevo a las mayores distancias, pero alternando con las distancias más cortas. Sin embargo, aún no me planteo sesiones de calidad.
La semana de entrenamiento la he comenzado hoy, un poco tarde, sí, pero con una sesión de 12,5 kms., y bajo una lluvia pertinaz pero muy soportable. Casi una lluvia gallega.
No obstante, a pesar de la lluvia, que siempre me estimula, no me he sentido nada bien. Pinchazos en los gemelos -que pueden ser la manifestación de que las Saucony Triumph están llegando a su fin- y pesadez en general, aunque nada de eso ha impedido que concluyera ese kilometraje sin demasiados problemas a un ritmo suave de 5'10'' el mil. Para contrarrestar esas malas sensaciones, la sesión de mañana viernes, será más suave, no más de 10 kms. 
Sin embargo, cada vez veo más obligatoria una concienzuda sesión de elongamiento y una posterior de abdominales y nuevos estiramientos en suelo, para intentar contrarrestar la descompensación muscular que sufrimos en cada pisada, pero será el descanso obligado el que se encargue de solucionar todos los problemas orgánicos que sufrimos cuando corremos. Sin descanso, a pesar de que se estire a conciencia, la lesión es segura. De ahí que jamás haga más de cuatro sesiones seguidas y hasta es raro que haga tres seguidas, a no ser que dos de ellas sean suaves. 
Comentaba el otro día Arturo Casado, nuestro hombre más en forma en 1.500  que se ha lesionado debido a la fuerte carga de kilómetros semanales y que por mucho que te protejas el impacto de cada pisada produce microtraumatismos que acabarán en lesión segura. Y sí ocurre con un corredor de élite, imaginemos lo que puede ocurrir con nosotros que no lo somos y que, además, hemos de compatibilizar el trabajo con nuestro trabajo y otras tareas poco prosaicas del día a día.
De ahí que me parezcan temerarias las exigentes sesiones a las que se someten muchos corredores aficionados que, además, no suelen acudir a consulta alguna del fisio o del masajista, a no ser que se lesionen. Lo más doloroso de lo que pueda ocurrir en el futuro es que acaben (acabemos) con una lesión crónica, que es lo más odioso que le puede ocurrir a cualquier corredor. 
Por tanto, insisto, mucha prudencia, que nuestro fin  no es otro que seguir corriendo cuando nuestros amigos no corredores, en el cenit de sus vidas, ya sólo les apetezca la sopa y la mesa camilla. 
No es mala motivación.

ALGUNAS IMÁGENES DEL RECORRIDO DE HOY: 

Carril bici y carretera que une Valderrubio con Fuente Vaqueros.

Paso por el puente del Río Genil

Comienzo del Camino Real, en dirección a Pinos Puente
   
     

19 febrero 2012

CORRER TIENE UNA FRÁGIL MEMORIA


Causa sorpresa comprobar como las circunstancias actuales -una lesión, en mi caso- te apartan por caminos a los que hace poco eras fiel. 
Informaban en la radio sobre la celebración del Maratón de Sevilla y yo he he estado totalmente ajeno a esta noticia, cuando en noviembre mi propósito era repetir la participación de 2009.
No ha pasado mucho tiempo y ya siento la fecha muy lejana e, incluso, remota, anclada en otros tiempos. Así de ingrato es este deporte: atesora una frágil memorial. Es más, apenas hace unos meses de la Subida al Veleta y también ya me parece lejana y remota la fecha y la gesta. 
Sí, se trata de un deporte que no tiene apenas pasado. No vive de los recuerdos. Tal vez porque, como sí ocurre en otros deportes, este deporte es solitario y no existe demasiado componente social. Tengo recuerdos de mi etapa en el fútbol. Los goles, las victorias, las decepciones, todo se sigue compartiendo y reeditando de alguna manera porque no depende sólo del olvidadizo recuerdo personal sino que son vivencias compartidas con otra gente y a esa gente aún la ves por ahí y aún comentas todo ese trabajo de equipo. En el mundo del atletismo eso es mucho más difícil a tener vocación solitaria. 
También los corredores somos muy dados a infravalorar lo que algún día conseguimos por poco que haya sido. Si hemos logrado acabar un maratón, al cabo de algún tiempo siempre solemos sorprendernos de que hayamos llegado a meta o que hayamos corrido en un tiempo concreto. Lógicamente, esa visión decadente es mucho más patente cuando hay una lesión de por medio. 
Sin embargo, nada de eso que sentimos es demasiado real. De hecho, tras esos pensamientos negativos suele llegar el día en el que corramos otro maratón o varios y las aguas vuelvan a su cauce. 
Ocurre que la inactividad -más que la lesión- te suele despojar de ese ánimo competitivo o de ese entrenamiento intenso que de manera habitual hacías, y al despojarte de todo eso pareciera que tu pasado está vacío de kilómetros. En todo esto pensaba esta mañana, así que me despojé de las telarañas mentales y sabedor que no podría hacer un maratón por ahora, me deshice en pedales y me sentí fuerte subiendo repechos, haciendo kilómetros difíciles y sudando encima de la bici a la espera de tiempos mejores. Sin lugar a dudas eso refrescó mi memoria.  

29 noviembre 2011

YA ABRIÓ LA NAVIDAD EL CORTE INGLÉS

El Corte Inglés, como cada año, ya ha decidido que comience la Navidad. Lo ha decidido desde siempre, pero desde que la crisis está instaurada en la sociedad y en las Instituciones, lo decide de forma aún más tajante, ya que pone en marcha su colorido mucho antes de que lo hagan los ayuntamientos en las calles y plazas que retrasan su fecha de encendido para buscar el ahorro energético máximo para no destrozar aún más sus paupérrimas cuentas públicas.

Y fue el pasado viernes, 25 de noviembre, cuando el Corte Inglés, líder de Navidades antitradicionales decidió dar el pistoletazo de salida a estas fiestas en sus centros y organizó actos y fanfarrias para acompañar todo ese exceso iluminado y vistoso al que nos tiene a todos acostumbrados y que hace aflorar una sonrisa angélica tantos a mayores como a pequeños.

Y fui testigo ocular de ello por casualidad.

Ajeno a esta fecha de inauguración de la Navidad –lo juro- el pasado viernes me dirigí a uno de sus centros a adquirir un libro y de camino buscar un BD que no hay forma de encontrar y me vi inmerso en una especie de comparsa musical de esas que suelen acompañar los actos de las fiestas populares de los pueblos; intenté alejarme pero ya era tarde, así que salí al exterior para esperar a que cesaran los fastos y me entretuve en hacer esta fotografía de la fachada recién iluminada que ilustro.

No encontré el libro y decidí aprovechar el aún poco tráfico de la ciudad –que será horrible dentro de pocos días- y desplazarme con la moto a Alcampo para seguir con mi búsqueda, comprobando que en ese centro de la zona norte de Granada también refulgían sus luces, si bien con un perfil mucho más modesto, tal y como se puede apreciar en esta fotografía. Y todo eso me hizo reflexionar.

Así que pensé en toda esa prosopopeya, llegando a la conclusión que, lógicamente, cada centro comercial se dirige a distintos niveles sociales y públicos y, particularmente, el Corte Inglés suele imprimirle a su marketing algo especial que los demás no llegan ni de lejos. Son los reyes de la venta, que duda cabe.

Por lo general, Alcampo y el Corte Inglés comparten un buen número de artículos, pero no existe ni una mínima posibilidad de comparar el marketing que utilizan uno y otro.

Por ejemplo, me fijé en el último libro de Carlos Ruiz Zafón, "El prisionero del cielo", que es un escritor-fenómeno mediático editorial desde la aparición de su primer volumen “La sombra del viento”. Pues bien, este libro se ofrece en el Corte Inglés provisto y rodeado de un marketing impresionante, adornado de parafernalias, paneles, anaqueles especiales y todo lo necesario para que penetre por nuestros ojos acompañado de la frase insistente que rebota en nuestra mente: ¡cómpralo, cómpralo!. Otra cosa será leerlo, pero sí, gracias a su marketing preciso y sofisticado la venta estará casi asegurada, sea para regalo o para vanagloriarse de tenerlo y haberlo comprado en el Corte Inglés.

Sin embargo, en Alcampo ese libro lo encontré en un lugar oscuro y de nula parafernalia, sencillamente alojado en el cajón de las novedades, mezclado con otros de poco fuste, sin que ningún reclamo de marketing nos anime a comprarlo, a pesar de que es un cinco por ciento más económico que en el Corte Inglés.

Ese ejemplo es trasladable a todos los artículos que comparten.

Por tanto, lo que el consumidor espera cuando compra un artículo no es sólo el artículo en sí sino toda esa parafernalia que le rodea, que va desde la presentación del mismo hasta el envoltorio, pasando por su singular presencia y singularidad en el comercio. Es más, el Corte Inglés no sólo vende algo material sino que también vende una ilusión, muy de cartón piedra, eso sí, pero ilusión al fin y al cabo, que no es poca cosa para los tiempos que corren.

02 noviembre 2011

EL ÓRDAGO GRIEGO




El golpe de efecto que ha producido el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, anunciando un referéndum –supongo que vinculante- al pueblo griego sobre la aplicación de un nuevo y bestial plan de rescate, puede ser más desestabilizante que cualquier acuerdo de rescate para el país heleno o cualquier otro de la moneda única europea, España, incluida. Eso no calmará a los mercados, pero era necesario. Es más, el ejecutivo griego lo tendría que haber llevado a cabo no ya en el tercer rescate sino en el primero, porque en este tipo de consultas se estructura una democracia, algo de lo que tendría que haber tomado nota el gobierno de Zapatero antes de reformar la Constitución fijando el techo de gasto.
Ese anuncio, como no podía ser de otra forma, ha enloquecido a las altas instituciones financieras, los mercados de deuda, los mercados de bolsa y demás mercados financieros porque el inversor quiere beneficios y los bancos no se los pueden asegurar si un país hace lo contrario de lo que dicen que hay que hacer los jerifaltes de la banca y la política.
Se sabe que Argentina salió de la crisis cuando se rebeló ante el Fondo Monetario Internacional, que la tenía ahogada a base de prestarles a cambio de unos intereses enormes que, claro, ahogaban aún más su maltrecha economía. Y, seguramente, que es en eso en lo que han pensado los griegos.
Esta locura que se ha desatado en los mercados financieros no prueban otra cosa que lo que ya sabíamos y se hacía cada vez más evidente: que no interesan las personas ni sus necesidades sino las inversiones jugosas de los grandes inversores, que nadie conoce o al menos no tienen una cara conocida pero que seguramente están hinchando sus cuentas corrientes en paraísos fiscales a cambio de arruinar a medio mundo con la clara connivencia de la clase política que no nos llega a aclarar cuales son sus prebendas con los banqueros para que éstos obtengan de aquella tanta protección y comprensión.
Paraísos fiscales que, dicho sea de paso, posibilitan gobiernos corruptos de occidente porque seguramente por motivos inconfesables les interese que sigan existiendo.

01 noviembre 2011

GANAR EN SEVILLA TUVO SU IMPORTANCIA



Como casi siempre hago, el lunes por la noche volví a ver jugar al Granada a través de la pantalla. En esta ocasión se enfrentaba a otro rival de nivel -en primera casi todos lo son, no hay forma de relajarse como sí ocurría en segunda-. Además, se trataba de un rival en muchos aspectos; rival deportivo, en primer lugar, pero también rival en el aspecto geopolítico porque quienes vivimos en esta parte del sur sabemos perfectamente que las geodistancias políticas con Sevilla son abismales. Granada apenas cuenta, Sevilla, sí cuenta. Y mucho. Es así de descarado.
Sevilla, como capital andaluza, es la niña de los ojos de la Junta de Andalucía, que no se corta un pelo en promocionar a través de inversiones y otras regalías, por no citar que es allí donde están las principales sedes institucionales de la Comunidad Autónoma: el Parlamento, el Gobierno, las consejerías... Granada tan solo se arroga dos o tres asuntillos de mayor o menor importancia: el Consejo Consultivo, el Consejo Escolar (¿qué será eso? ¿Para qué servirá?) y la Biblioteca de Andalucía, muy diezmada y de importancia raquítica. Luego, ganar en Sevilla se convertía en algo que iba más allá de lo deportivo. Y eso tiene su importancia.
No odio Sevilla. Es más, es una ciudad bellísima y sus gentes se comportan por lo que he podido comprobar en muchas de mis visitas profesionales o de ocio. En su ciudad, en su habitat, en sus autobuses urbanos, en sus comercios, en sus bares... los naturales no ejercen tanto se sevillanos como sí lo hacen fuera de su entorno natural. Por tanto, no me gusta el sevillanismo. Es decir, esa forma de vida que hace del esperpento y de la exageración el motor principal; esa forma de ver la vida que tan alejada parece de todo lo profundo e importante. Esa forma vana y vacua, ociosa. Pero en fin, es sólo una opinión.
Por tanto, ganar en Sevilla ha tenido su importancia. Y ganar de la forma que se ganó le confiere mayor mérito al asunto. Es probable que no tenga más importancia que la que tiene, pero se ganó en Sevilla y eso ha henchido los pechos de los granadino en esta mañana de Santos y Tumbas (visité esta tarde la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión y ojeé libros en un puesto sevillano. Pensé en comentarle algo del partido, pero me contuve. No soy ningún fanfarrón).
Se ganó, cuando el Sevilla "lo hizo todo para ganar y...perdió".
Entrecomillo esta última frase porque es cómo termina su crónica Manolo Pedreira en Ideal -al cual he felicitado por SMS, porque coincido con todo su diagnóstico-. Y es que Manolo, escribiendo tan bien como acostumbra, le dice a las cosas por su nombre y el nombre que se podría dar a la gesta del Granada en Sevilla no es otra que épica. Un equipo que juega mejor cuando va perdiendo y cuando lo hace con los poderosos.
En fin, un estilo muy granadino. Muy de aquí, donde todo es posible.

24 octubre 2011

LA VISITA DEL BARCELONA A GRANADA: UNA VISIÓN



Carrera del Darro (Foto propia)

Cuando escribía el título -que casi siempre lo invento antes de escribir la entrada-: La visita del Barcelona a Granada: una visión, reflexioné sobre esas dos últimas palabras: "una visión", llegando a la conclusión que podrían tener varios sentidos. Por una parte, una visión en el sentido de una forma personal de ver esta visita, que es a lo que me referiré a continuación; por otra, algo referente a lo visionario, que es como mucha gente se está tomando esta visita galáctica, estratósferica, mediática, sublime....que de todo he escuchado y leído estos días en Granada.
Granada es una ciudad provinciana matizada, eso sí, por un aluvión diario de guiris que vienen a nuestra tierra llamados por la presencia mítica de la Alhambra -también muy mediática, tanto o más que el F.C. Barcelona- y por una ingente de estudiantes pertenecientes la mayoría al programa educativo europeo "Erasmus", que se unen a los propios, conformando una magra universidad de más de 60.000 estudiantes. Esos dos aspectos se conjugan y amortiguan en parte el otro aspecto provinciano que posee Granada -a pesar de contar con más de 250.000 habitantes- algo muy común a capitales pequeñas o medias. Además, se da la circunstancia que -para quien no conozca esta tierra- que la capital está rodeada por un gran área metropolitana más propia de ciudades grandes que suman más de 250.000 mil habitantes repartidos a lo largo y ancho de más de treinta pueblos de entre cuatro mil y veinte mil habitantes. Son las llamadas ciudades dormitorio, pero que en el caso de esta zona, se trata asimismo de poblaciones con entidad propia y no meramente construidos para albergar la población que por el coste económico de las viviendas, básicamente, no puede habitar en la capital.
Por tanto, ese medio millón de habitantes aproximado que suma la capital más el área metropolitana producen el efecto de ciudad grande a los ojos del visitante que se adentra por primera vez por las atascadas arterias principales de acceso a la capital nazarí.

Nuevo Estadio de Los Cármenes

Y todo esto viene a cuento porque el fútbol de masas dejó hace tiempo de ser un mero deporte para convertirse más que nada en un termómetro social y económico de la ciudad, un mundo con más porcentaje económico que meramente deportivo. En el caso de Granada, hasta hace bien poco, ese termómetro social y económico del fútbol no ha funcionado. Perdidos en divisiones inferiores -casi siempre la 2ª división B- y gestionado el club de manera calamitosa y aficionada, todo el mundo -el del fútbol y el ajeno- clamaban porque el equipo estuviera en el lugar futbolero estatal que le pertenece, que durante muchos años ha sido la primera división, aunque también la segunda -en cuya división estuvo de forma efímera la temporada anterior porque ascendió contra todo pronóstico a primera- se veía con buenos ojos.
Ahora bien, lo que nadie esperaba, ni el Ayuntamiento, ni los socios, ni las empresas, ni los medios de comunicación, ni la ciudad, es que el Granada subiera en dos años de Segunda División B a Primera División. Ha sido un hecho histórico que aún no se ha acabado de digerir, produciéndose una ida de olla colectiva total en la ciudad en los partidos de ascenso para acabar en una bacanal orgiástica de alegría cuando se consiguió el ascenso en el estadio "Martinez Valero" de Elche. Esa gesta, conseguida el 18 de junio cuando ya no había fútbol de élite en España, hizo que el club granadino pasará de villano a héroe; de ser un equipo al que iban a ver hace apenas unas temporadas mil personas a llenar el estadio con un aforo de 22.000 plazas -ahora cuenta con tres mil más-.
Todavía mucha gente se está flotando los ojos y cuesta creer que este modesto equipo -reflotado por una familia empresarial italiana representada por un curioso personaje murciano, algo de lo que hablaremos algún día y de lo que tiene una mejor información mi amigo Manolo Pedreira, periodista de Ideal- que el martes, día 25 de octubre, reciba al mismísimo Barcelona, el mejor equipo del mundo, sobredimensionado de estrellas mundiales, que con independencia del resultado deportivo ya ha puesto patas arriba la ciudad y ha agotado las entradas a pesar del elevado precio de las mismas, algo que choca muy mucho con el nivel económico de la provincia, uno de los más bajos de España.
Y sin más, pronto vendrá un Madrid, -ya lo ha hecho el Atlético-, un Valencia, un Sevilla, un Bilbao...pero la ciudad aún seguirá frotándose los ojos para intentar creérselo.

30 abril 2011

LOS BLOGS


Esta tarde mientras hacía mi ruta de 16 kms. por una verdísima Vega, bajo un buen aguacero, en algún momento de la ruta, en uno de esos momentos que experimentamos los corredores en el que las piernas van sueltas y sin esfuerzo, la respiración tranquila y la mente despierta, pensaba en el papel de los blogs, que es un fenómeno que se inició no hace muchos años y que está captando cada vez más lectores y asiduos escritores. ¿Pero de qué material están hechos los blogs para que encuentren tanta aceptación? Sin lugar a dudas, el blog, en su esencia, es un experimento personal pero jamás puede caer en la tentación de ser personalista.
Escuchaba hace unos días en televisión que uno de los más excelsos blogueros fue alguien que jamás supo de la existencia de los blog ni de nada que tenga que ver con la informática. Me refiero a Josep Plá, ese original escritor catalán que escribió "El cuaderno gris". Precisamente en este obra -su obra cumbre- Plá, escribió una especie de diario minucioso, utilizando una deliciosa prosa que bien podría haber sido el precursor de los blog. Escribió sus vivencias personales, sus opiniones, sus ideas, su visión del mundo, pero jamás cometió el desatino de escribir sobre personalismos que probablemente no interesaran a nadie. Esa es, en mi opinión, la esencia de los blog.
Los blogueros, en más ocasiones de las aconsejadas, confundimos escribir en primera persona con escribir de la propia persona. Pero no es exactamente lo mismo. Es más, podría ser diametralmente opuesto. Lógicamente, en una bitácora personal uno describe el mundo -o algún aspecto del mundo- tal y como lo ve y lo vive, pero no ha de describir su vida porque eso sería otra cosa y seguramente no interesaría a nadie.
Por ejemplo, yo en mi blog he hablado de amigos y he comentado algunas circunstancias: si hemos corrido, básicamente, porque este blog se dedica en gran parte a este deporte; pero jamás se me ocurriría escribir -por ejemplo a mi amigos Paco o Emilio- algo referente a mis relaciones más personales con estos amigos, porque para eso está el teléfono, el correo electrónico o, sencillamente, los encuentros personales. Es así como lo entiendo. Todo lo demás me parece exhibicionismo o despropósito.
En esencia, lo que escribo en el blog lo escribo porque considero que está bien. Si corro y disfruto lo cuento porque me parece una experiencia exportable; si leo un libro y me gusta, lo comunico porque la calidad literaria debe ser reproducida; si valoro una película opino sobre ella y será tan sólo una opinión personal; si escribo un artículo y lo publico en el periódico lo trasladó también a la bitácora porque forma parte de mi creación y pensamiento. Son vivencias, ideas, impresiones, opiniones que experimento, que lanzo al espacio virtual, pero nada más. No tienen más importancia que la tiene. De hecho, los blogueros somos millones y es imposible leer a millones; de ahí que la mejor manera de no mirarnos el ombligo es alejarse del exhibicionismo y la desnudez personal. Para eso está la prensa rosa, que ya tiene sus acólitos. La vida de cada persona es lo más privado que existe y violentar esa privaticidad lo más pernicioso.
Además, pretender pensar que porque te lean cien o doscientas personas a diario, tus opiniones son dogma de fe me parece un grave error y caer en esa autocomplacencia es el mayor de los defectos del bloguero y la mejor forma de claudicar. Un bloguero no llega ni a ser una micra de polvo en el universo virtual.
Cada bloguero ha de tener un cometido, un rol. Cada uno tiene que saber y responsabilizarse de lo que escribe y saber por qué lo hace.
En mi caso concreto -que es el que más conozco- no sé exactamente si lo que escribo goza de mayor o menor aceptación, a pesar de que los comentarios, cuando los hay, te puedan dar una idea, pero si sé porque escribo un blog. Muy sencillo: me apasiona escribir. Tengo hábito de escribir. Nada más.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...