El pasado domingo madrugué para correr. Como lo hice el sábado. Reconozco que me encanta correr por la mañana en agosto, cuando te encuentras los campos y los caminos desperezándose y compruebas que cuando estás en la mitad de tu recorrido, el sol despierta de golpe a todos los seres vivos que pueblan la ruta, ya sean pájaros, plantas o personas. Esa transformación súbita me motiva de manera particular.
Comienzas a correr a eso de las nueve o nueve y algo y vas descubriendo los claroscuros de la mañana -que a veces deposita rocío en las hojas-, pero a medida que pasan los kilómetros esos claroscuros se convierten en un amarillo de sol de agosto y ya pocos seres vivos se atreven a asomarse. El perro del 'Camino Real', permanece en su caseta y los pájaros veraniegos dejan de cantar, mientras que el rocío desaparece de las hojas, pero yo sigo mi ruta kilométrica, acumulando metros y metros, sin darle tregua al recién "estrenado" forer.
Casa de Remedios -en invierno con el parral mutilado por el frío-, desde donde inicio mi ruta (FOTO DE GOOGLE EARTH). |
Su hermano, José Antonio, que es de otro costal, más rudo e iletrado, ya comienza su tarea infatigable en sus hazas, con su tractor ya ajado y su peón casi sordomudo que siempre me saluda, porque es viejo conocido. Justo enfrente de su enorme casa dejo mi coche.
El abuelo, al fondo, Pinos Puente, bajo la atenta mirada de "El Piorno" (FOTOGRAFIA DE PANORAMIO). |
No se trataba de otra cosa que de un sábado de agosto sagrado, dedicado al correr, dedicado a mis raíces, prolongado con visita al pueblo para tomar un café, para comprar productos exclusivos en el mercado de "Pepico", para hablar con viejos conocidos. Un ajuste de cuentas con la memoria.
Pero hoy domingo, como decía, madrugué para irme a hacer la ruta de "los olivos" -entre el Pantano del Cubilla y Caparacena- que estaban silenciosos -sino ausentes- a esta hora. Subía sus breves y durísimas rampas de hasta un 20% de inclinación, según el Forer- y desde allí, en ocasiones veía el Veleta. Sabía que ese domingo, cinco de agosto, era la prueba y sentía a partes iguales nostalgia y temor. Allí estaba yo el año pasado, subiendo esas rampas. Cuando llegué a casa, desde la terraza de mi ático, desde donde veo muy bien el Veleta, busqué los prismáticos para comprobar cómo refulgían los metales de los coches en la alta carretera de montaña. No podía ver corredores a esa distancia, naturalmente, pero mentalmente me veía en esas rampas, pensando que allí podría estar de nuevo y admitiendo que, aunque me lo planteé, no he tenido la suficiente fuerza mental este año como sí la tuve el año anterior. Luego, me dije, es hora de que te plantees hacer un maratón, lechón. Sin embargo, concluía, que sí haré alguna mañana de agosto un entrenamiento en la zona del Veleta para, así, pulgar mi arrepentimiento por no haber estado allí este año.
Pero hoy domingo, como decía, madrugué para irme a hacer la ruta de "los olivos" -entre el Pantano del Cubilla y Caparacena- que estaban silenciosos -sino ausentes- a esta hora. Subía sus breves y durísimas rampas de hasta un 20% de inclinación, según el Forer- y desde allí, en ocasiones veía el Veleta. Sabía que ese domingo, cinco de agosto, era la prueba y sentía a partes iguales nostalgia y temor. Allí estaba yo el año pasado, subiendo esas rampas. Cuando llegué a casa, desde la terraza de mi ático, desde donde veo muy bien el Veleta, busqué los prismáticos para comprobar cómo refulgían los metales de los coches en la alta carretera de montaña. No podía ver corredores a esa distancia, naturalmente, pero mentalmente me veía en esas rampas, pensando que allí podría estar de nuevo y admitiendo que, aunque me lo planteé, no he tenido la suficiente fuerza mental este año como sí la tuve el año anterior. Luego, me dije, es hora de que te plantees hacer un maratón, lechón. Sin embargo, concluía, que sí haré alguna mañana de agosto un entrenamiento en la zona del Veleta para, así, pulgar mi arrepentimiento por no haber estado allí este año.
Este correr lleno de personas, personajes, paisajes, lugares, naturaleza , sensaciones , pensamientos frente al otro correr, de marcas, tiempos, series, competencia, rivalidad,envidias,lesiones, doping ....
ResponderEliminarCreo que no hay duda con cual quedarse o por lo menos un servidor con el paso de los años lo va teniendo muy claro.
Al hilo de la subida al veleta, qué ruta recomiendas para hacer un entreno correr-andar en aquella zona.
Dónde dejar el coche para iniciarla y hasta dónde llegar?
SaludoSS y ánimo que ya nos queda menos para completar el reto.
Alfredo, fíjate la de palabras que nos inspira el correr, y es que con los años vamos espiritualizando nuestro deporte.
ResponderEliminarPara el Veleta yo hice dos test previos en los que corrí un 90% y andé un 10.
1. Desde los chiringuitos junto al albergue hasta la meta de la prueba. Coincide con la mini y, a pesar de que tienes que bajar corriendo no fue tan duro para las piernas. En total, una media maratón aproxim.
2. Desde el centro de visitantes de El Dornajo hasta la Virgen. El inconveniente es que si vas sólo tienes que bajar corriendo todas esas rampas y en total son muchos kilómetros. Tuve la suerte de que me bajara Enrique Molina que estaba por allí.
En el primer caso, no hay más remedio que bajar corriendo o andando, ya que no dejan pasar vehículos (me pregunto si el microbús de los turistas podría bajarnos). En el segundo, es preferible que alguien te baje en coche hasta el centro de visitantes.
Ya me contarás. Saludos.
CORRER Y SU MEMORIA. Que bonito.
ResponderEliminarAcabas de ejercer un poder de abducción sobre tu compae, que aunque muera en el intento pienso ponerme ahora mismo las zapatillas y terminar el recorrido que hacíamos de antaño. (Le daré un manotazo al olmo cuando pase a su lado ). Para mí ha sido una de las mejores entradas que has publicado, recuerdos y vivencias que a pesar del paso del tiempo siempre guardas en la memoria. Recibe un fuerte abrazo COMPAE.
Precisamente te la pensaba enviar por email por si no la leías, ya que sabía que te iba a tocar. Es un ajuste con nuestra memoria Compae y por eso la entiendes tan bien.
ResponderEliminarMe alegra que la hayas leído!!!
Nota: hoy te llamé al móvil pero estaba off
"ma gustao" paisano esa nostalgia y vida de nuestra tierra....pero tb tengo que decirte que eso de madrugué el domingo y ya eran las nueve..por cierto que el domingo subí con la bici hasta cerca de los albergues siguiendo y pasando a los que corrían, pensé que te vería por allí.
ResponderEliminarYa sabes paisano como llevo eso de madrugar para correr...No este año no he encontrado el momento de decidirme a subir al Veleta y casi me arrepiento de no haber estado allí. Oye que no te veo en las carreras...
ResponderEliminarSin duda amigo eres un corredor. Pero además tienes el Don de saber escribir, tus entradas me emocionan, esta no iba a ser menos. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Paco por tus palabras. Comentarios como el tuyo hacen que esto que hacemos merezca la pena. Saludos.
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