15 octubre 2010

CRIOTERAPIA



El pasado diez de octubre corrí con mucha facilidad y delectación diecisiete kilómetros en un circuito que está lejos de ser totalmente llano, entre Pinos Puente y Pantano del Cubillas. Y es algo que tiene su importancia porque tras perder el pulso del ritmo en la Media Maratón de Guadix y alejado como estoy de las series, me dije que la mejor manera de afrontar con mayor velocidad de crucero los medios maratones venideros sería buscando un ritmo más alto desde el principio. Y así fue. Realmente la media que surgió de ese entrenamiento del día diez de octubre no era para significarla de manera especial, pero considerando que en ese circuito es preciso encontrarse cada poco con cierta dificultad orográfica y que se trataba de un entrenamiento, la doy por bien empleada: en torno a los 4' 50'' el kilómetro.
Sin embargo, lo importante no fue eso sino el sentirme fuerte y bien. Es decir, recuperar sensaciones que creía perdidas en distancias superiores a los quince kilómetros. Luego, me dije, no estoy mal de todo para asumir un medio maratón en ritmos inferiores a 4'40'' el mil.
Pero el día doce, en una ruta por la Vega, que tenía vocación de tranquila, percibí ciertas molestias -más que dolor en sí- en la cara externa del gemelo izquierdo. Así que bajé aún más el ritmo y me dediqué a correr muy despacio por caminos de tierra, alejándome del asfalto.
A los seis kilómetros me retiré y volví al coche mostrándome más prudente que antaño.
Tras dos días aplicándome crioterapia en la zona -más de dos días no surte apenas efectos-, la tarde del catorce de octubre decidí coger la MTB como antídoto a ese dolor, algo que siempre me ha ido bien.
Hice un entrenamiento de 25 kms., y lo pasé realmente bien sumergiéndome por rotos caminos, de esos que en bajada una piedra puede hacer que acabes estampado en un olivo. Es algo emocionante. El dolor no apareció para nada.
Aún así, a pocas horas de la Media Maratón de Motril, y a pesar de que mucho me gustaría asistir a esta prueba, no sé si acudir.
Pero haré una cosa: el sábado por la mañana haré diez kilómetros suaves y en función de como resulte el test, bajaré a la ciudad de la costa de Granada. De lo contrario seguiré alternando la bici con sesiones suaves hasta la Media Maratón de Jaén del último domingo de octubre, que no me quiero perder bajo ningún concepto ya que cada vez me atrae más correr pruebas para mí inéditas.
Yo creo que no será nada importante.

14 octubre 2010

UNA TRISTE HISTORIA DE UN PAÍS (PUBLICADO EN IDEAL EL 14/10/2010




En estos últimos días estoy leyendo historias reales de gente real que cuenta su desesperación ante la falta y perspectiva de empleo en este país. Pero lo sangrante es que se trata de gente joven, con no más de treinta y cinco años y con muchos títulos y másteres en sus currículos. Gente que siguiendo el consejo de sus mayores han estudiado para ser algo o tener algo en la vida y que ahora comprueban cómo ser algo o tener algo en la vida no depende de esos títulos, luego, ¿de qué depende?
Triste este país que gasta fortunas en formación y luego no recoge esos frutos, dejando en la cuneta a cada vez más gente, mientras que inefables figuras políticas con juventud y modesta formación copan grandes puestos de responsabilidad por el sólo hecho de pertenecer a una casta política determinada.
Por su parte, las grandes fortunas (de misteriosa formación muchas de ellas) envían a sus retoños a estudiar a ilustrísimas universidades internacionales de las que saldrán con un empleo bien remunerado, además de con un título prestigioso bajo el brazo; y sí fallara esa opción siempre estará la fortuna de papá para apoyar sus proyectos de futuro si es que los hay. Por su parte, los retoños del pueblo llano, ése que ha pagado impuestos hasta la saciedad a las arcas públicas de este país, tan sólo podrán optar como máximo a un mísero sueldo de menos de mil euros (muchos ya sueñan con ser mileuristas) en el mejor de los casos y en el peor a vegetar de empresa en empresa a la espera de que algún empresario sin alma o ahogado por las deudas les explote hasta la saciedad mientras el gobierno mira hacia otro lado u orgulloso de crea empleo.
Y ese triste panorama se completará con millones de inmigrantes que llaman a nuestras puertas pensando aún que es aquí dónde está la tierra prometida porque nadie les ha explicado aún que ya no hay ni para propios ni para extraños. De todas formas se quedarán porque siempre tendrán más opciones y ayudas sociales que en sus respectivos países de origen, lugares donde la podredumbre, la negación de la vida y la falta de esperanza hace tiempo que se convirtieron en sus símbolos nacionales.
Así que el gobierno se pondrá a pensar. Si es un gobierno como el actual, sin norte alguno, buscará recursos de los únicos que lo pueden aportar: la cada vez más subyugada mano de obra existente en este país, siendo el grupo predilecto el de los funcionarios, que disponen de estipendios mensuales asegurados, míseros en la mayoría de los casos; en segundo lugar, habrá que hincar el diente a pequeños empresarios y autónomos que necesitan treinta horas diarias para sacar su empresa adelante; y acabarán por negar su merecida pensión a esos que durante muchos lustros aportaron sin rechistar, pero jamás serán tocadas las grandes fortunas por miedo a que se escapen a otros paraísos en los que nunca se pone el sol ni a la casta dirigente, que tiempo ha blindaron con leyes vergonzosas sus prebendas y patrimonios.
Y como resulta que aquéllos que se ponen por bandera otros colores e insignias saben que no hay futuro en este diezmado país, puestos a hundir el barco, ya de por sí muy hundido, saquean y se apoderan con la connivencia del capitán del barco hundido que, débil como un pájaro, busca el apoyo imposible justo a quienes le saquean.


Mientras tanto, el país sigue pendiente de princesas del pueblo y otras más reales y del efecto que adquiere un objeto de cuero cuando se dirige a una rara geometría compuesta de tres palos porque puestos a narcotizarnos de forma gratuita -ya que las otras formas de narcotizarse suele costar caro- nada mejor que utilizar el mando del tubo catódico y esperar no más de media hora.
Lo aquí escrito podría parecer una historia triste y exagerada pero se parece demasiado a la realidad como para que sea ficción.

11 octubre 2010

PRECIOS EXCESIVOS DEL MATERIAL TÉCNICO EN ESPAÑA


Esta tarde he visitado una de las franquicias más conocidas dedicadas a la venta de material para correr, cuyo nombre como en aquel lugar de La Mancha, omitiré aunque sí lo recuerde. Lo omito porque lo que aquí escriba puede tener su efecto publicitario y porque lo que diré no es más que la apreciación neutra que hago tras esa visita.
Ojalá vaya muy bien porque el personal que atiende es joven y amable pero mucho me temo que deberán de revisar los precios o hacer animosas ofertas si quieren sobrevivir en un sitio como Granada. Esa es la verdad más descarnada que puedo contar y de ahí que omita el nombre (de todas maneras también lo omitiría si ocurriera todo lo contrario porque este no es un blog comercial a pesar de las tímidas ofertas recibidas).
Seguramente ya muchos conocéis de qué franquicia hablo, pero es posible que muchos no la conozcáis aún.
Todos sabemos que los productos técnicos para correr -o para cualquier otro deporte- son caros. Contienen materiales de primera calidad y mucho I+D+i. Estoy de acuerdo con todo eso y no me gustaría que fuera de otra forma porque cuando corremos -principalmente cuando pisamos- necesitamos que la calidad nos proteja de lesiones, lluvia, frío, calor u otros elementos igual de vitales, pero dicho esto nada justifica que esos precios -o esos márgenes- estén tan desorbitados en la mayoría de los casos (y el otro día lo hablaba creo que con Abel y Juan Carlos probablemente por tratar de quitar de la mente que nos esperaba una cuesta tremenda aunque no demasiado larga. Después se hizo el silencio, por lo que he bautizado esa cuesta como la "cuesta del silencio", nombre que demuestra que mi imaginación no da mucho más de sí).
Muchos corredores nos "hemos buscado la vida" como se suele decir vulgarmente y hemos trascendido nuestras fronteras para buscar esos mismos productos por mucho menos dinero; nos hemos arriesgado buscando tallas inexactas o productos que eventualmente hayan llegado en mal estado, aunque nada de eso jamás me haya pasado pero conozco a gente que sí. Pero eso no ha contribuido a una bajada de precios en nuestro suelo patrio, a excepción de eventuales ofertas o liquidaciones -esas en las que nunca hay tallas para nosotros-. Por tanto, hemos acudido -si nos hemos manejado bien con Internet- al mercado americano y británico, básicamente y nos hemos preguntado ¿Por qué en lugares donde la vida suele estar más cara estos productos caros son allí más baratos? Es cierto que no ocurre así en todas las economías más avanzadas que la nuestra porque he sido testigo ocular del precio de estos productos técnicos en la República Checa, Alemania e Italia y allí también están los precios por las nubes, pero eso no justifica nada.
En España existen unos márgenes enormes en estos productos o, probablemente poca competencia, de ahí que este mercado sea incierto incluso para los profesionales del sector.

Estas son las Asics GT 2150 por las que me he interesado hoy

No obstante, me he traído un catálogo de esta nueva franquicia y estoy estudiando precios, pero el primer producto que he estudiado -las Asics GT 2150- cuestan ya rebajadas 114 € cuando en una afamada franquicia británica, por poner un sólo ejemplo, es posible comprarlas con los gastos de envío gratis por 73,60 €. Hablamos de 40,4 € de diferencia, es decir 6.722 de las antiguas pesetas. Me parece excesivo. Comprendo que comprar presencialmente un producto, poder probártelo y comprobar que no tiene ninguna tara de fabricación, debe ser algo más caro, pero nada justifica que cuesten más del 50 % (el 55 para ser más exacto). Esas diferencias son muy comunes en casi todos los productos.
Por tanto, mucho me temo que las opciones seguirán siendo más o menos por este orden: comprar a través de Internet, esperar a las rebajas y poner la tienda de campaña en la puerta de los comercios, como suele hacer la gente desocupada para ver a sus ídolos musicales, o bien, rastrear liquidaciones y esperar el milagro de encontrar nuestra talla.
O, en el mejor de los casos, que nos toque la lotería.

09 octubre 2010

OTRO MERECIDO PREMIO


Javier Cercas, el buen y original escritor español, acaba de recibir el Premio Nacional de Narrativa de 2010 por su compleja y extraordinaria obra "Anatomía de un instante", novela que leí hace algunos meses y que desde el primer momento supe que estaba ante una gran obra literaria, que podría pasar por ser una novela-ensayo sobre los momentos previos al golpe de estado de1 21 de febrero de 1981 y que pudo cambiar de raíz la transición democrática.
Cercas se centra básicamente en la figura del presidente en ese momento -precisamente en esa sesión plenaria se procuraba nombrar al nuevo presidente, Calvo Sotelo, tras la dimisión de Adolfo Suárez-, y disecciona hasta lugares insospechados todo ese proceso. Pues bien, en Suárez, esta figura singular de nuestra política patria, se centra gran parte de la obra del escritor cacereño afincado en Cataluña, protagonismo que comparte en bastantes ocasiones con otros de los pocos políticos de la bancada que se mantuvieron en su asiento, es decir, que no se escondieron como ratas debajo del suyo: el líder del PCE en aquel momento Santiago Carrillo y el por entonces ministro de defensa, el militar Gutierrez Mellado, que fue víctima de un violento forcejeo por parte de uno de los guardias del inefable Antonio Tejero, Coronel de la Guardia Civil en aquel momento.
Precisamente, uno de los asuntos tratados que me ha gustado de la obra es la falta de complejos de escribir abiertamente sobre el papel del "borbón".
En fín, que me he alegrado mucho de este reconocimiento porque tanto el autor como la obra son merecedores de tal reconocimiento, que además demuestra que "Soldados de Salamina", su obra exitosa anterior no fue producto de la casualidad.
Al parecer, los últimos premios literarios de renombre están siendo acertados. Que siga así la cosa por mucho tiempo.

08 octubre 2010

UN PREMIO NOBEL ACERTADO


Con la concesión del premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa, en mi opinión, se ha hecho justicia porque Vargas Llosa es un animal, en el mejor sentido de la palabra, de la literatura. Uno de esos literatos que convierte en palabra todo lo que toca.
No he leído demasiado del escritor peruano, tan sólo la "Ciudad y los perros" y "La fiesta del Chivo", una dura y lúcida diatriba contra uno de los dictadores más sanguinarios de América latina, el innombrable Trujillo, presidente de la República Dominicana a lo largo de 31 insufribles años de terror, tortura, violaciones y muerte. De aquella novela me fascinó el retrato hecho por Vargas Llosa del maquiavélico Joaquín Balager, que fue considerado mano derecha de Trujillo y posterior presidente también del país centroamericano tras el asesinato del dictador -y sobre el que escribí un artículo en su día que fue publicado en Granada Digital y creo recordar que en un periódico de la Costa granadina en el que colaboraba-.
Pero sobre todo he leído de Vargas Llosa sus famosos artículos que escribe habitualmente en El País algunos domingos bajo la denominación de "Piedra de toque". Porque la labor de articulista del narrador peruano es también muy destacable, opción literaria que ha utilizado para poner patas arriba todo el mecanismo dictatorial del continente americano. Artículos políticos, principalmente, ya que también estuvo en la arena política como candidato a la presidencia de su país, que finalmente consiguió el inefable Fujimori.
En fin, que hartos ya de descubrir cada año a premios Nobel de literatura muy desconocidos para casi todo el mundo y tras estar muchos años en las quinielas, por fin, la Academia Sueca ha mirado hacia uno de los grandes nombres de la literatura universal, que además tiene nacionalidad española.

06 octubre 2010

SÍ, CORRÍ.



¿ Corrió éste que suscribe la prueba de fondo de Almuñecar? ¿Sufrió? ¿Disfrutó con el recorrido? ¿Con el ambiente? Sí a todo ¿Hubo crónica? No, no la hubo. No la hubo por motivos estratégicos. Porque me interesaba que se siguiera leyendo la dura y verez denuncia que hago contra la reestructuración pública que quiere llevar a cabo la Junta. Porque me interesaba que la leyerais vosotros que, habitualmente, leéis este blog, y que la leyera la mayor gente posible e incluso en los altos palacios sevillanos de la Junta si fuera posible. Es lo que tiene la permanencia de las entradas: la suele leer más gente. Hasta desde Chile se ha leído por parte de un bloguero, que responde al nombre de Adán y que ya ha participado en alguna ocasión en este blog. Porque es gordo lo que se barrunta. Muy gordo. Algo que no sólo afectará a quienes un buen día tuvimos la ocurrencia de opositar para esta Administración sino a todo el espectro de ciudadanos andaluces y no andaluces que verán como la Administración autonómica de todos se va convirtiendo poco a poco en la Administración de unos pocos. Hay movida -quizá no tanto como debiera- y seguiré informando sobre todo esto.


Pero centrémonos en las preguntas del principio. Insisto: sí corrí en Almuñecar. Y no estuvo nada mal, pero no tuve buenas sensaciones a pesar de que la media por kilómetro no fue mala -aunque tampoco para tirar cohetes-. Noté falta de entrenamiento de calidad y más rodaje, que aunque he estado rodando parte del verano lo he estado haciendo sin pretensiones. He corrido, sin más.
Pero era necesario apretar los dientes porque no quería que me pasara lo que ocurrió en Guadix, lugar en el que se me olvidó competir la mayor parte de la prueba.

Días antes de correr en Almuñecar hice una ruta por la Vega de casi catorce kilómetros y busqué un ritmo similar al de competición, por lo que en la ciudad de la Costa Tropical debía de hacer lo mismo ¿Lo hice? En gran parte sí. Y eso que hice deberá de servir para manejar mejores ritmos en las dos medias que me esperan en este mismo mes de octubre, aunque todo dependerá de si no me duermo en los laureles entrenando. De hecho, en esta semana -llena de proyectos de todo tipo- ya me estoy durmiendo.
Mañana quisiera despertar, pero los problemas de agenda aconsejarán salir, probablemente, a una hora temprana, sin apenas almuerzo, algo que ya me fue mal hace un par de semanas. Veremos.

30 septiembre 2010

LO QUE BARRUNTA LA JUNTA DE ANDALUCIA



Lo que aquí contaré pasa por ser un asunto aparentemente sectorial, pero expone a las claras que en esta sociedad tan globalizada en la que ya sólo existe el patrón económico como referencia válida, todo aquel que dependa de un sueldo -la inmensa mayoría de los ciudadanos- lo va a tener crudo en los próximos años. Puede parecer que hablo de teorías conspiratorias como aquellas que parecía inventarse Mel Gibson en aquella película de los 90 denominada "Conspiración" (las que resultaron ser verdaderas finalmente). No, no se trata de nada de eso, ni tampoco se trata de atemorizar con teorías apocalípticas, pero la realidad es que el mundo está cambiando y que los países del primer mundo están tan dominados por el mercado financiero (principalmente compuesto por grandes corporaciones y ese capital ciego que va a velocidad de vértigo de ordenador en ordenador, incluido los paraísos fiscales) que paulatinamente se van despojando del estado de bienestar, que ya no es sostenible con los impuestos, entre otras cosas porque los estados llevan años dedicándose a otras cosas, es decir, que gastan el dinero en otras cosas, totalmente alejadas del interés del ciudadano. Además, la llamada a las puertas de los países ricos por parte de los habitantes de los países desfavorecidos es cada vez más un enorme clamor y, lógicamente, se acabarán derrumbando todas esas puertas. Así de perversa es la situación.

Pero bueno, no quiero alejarme del asunto que venía a explicar. Se trata de la nueva inventiva de la Junta de Andalucía, que no es otra que reestructurar su Administración Pública. Así contado puede parecer algo lógico e incluso hasta loable. Pero el caso es que a través de un Decreto-Ley -el 5/2010-, de reciente aprobación, liquidarán de facto la Administración Pública profesional, es decir, la conformada por profesionales que han entrado por la vía de los principios constitucionales de igualdad, mérito, capacidad y publicidad, previstos en el artículo 103 de la Constitución. Y lo harán de la siguiente manera: en los últimos años se ha creado en la sombra una Administración paralela formada básicamente por empresas públicas a las que han accedido mayoritariamente personas ajenas a la función pública pero cercanas e integrantes del partido en el gobierno andaluz. Desde antiguos cargos públicos hasta militantes, pasando por familiares, amigos y recomendados. Todo ese tipo de personas conforman esa administración paralela, la cual ya cuenta con 20.000 integrantes. Lógicamente, todos los cargos públicos de cierta importancia que lo han sido ocupan puestos de alta dirección con emolumentos adecuados al puesto.

Y como resulta que esa gente ni ha hecho oposiciones ni las va a hacer en futuro, las van a integrar (mejor dicho van a hacer una refundición de ambas administraciones) con la Administración Pública profesional, de manera que en poco tiempo ya no se sabrá quién está ahí porque ha accedido por medio de oposiciones y concursos-oposición y quién lo está porque ha accedido por la vía del clientelismo. Y será así porque se piensa en que el funcionario de carrera se integre en esa nueva Administración estructurada en Agencias. Esa integración, inicialmente, será voluntaria pero con la particularidad que no le dejarán otras vías que esa integración ya que su puesto de trabajo profesional poco a poco se quedará vacío de contenido, que es algo que ya se está notando de manera evidente. Por su parte, el personal laboral fijo no podrá elegir y se habrá de integrar de manera obligatoria.

Esto que anuncio está creando un enorme revuelo y, además de los sindicatos (que dicho de paso, muchos de ellos no están poniendo mucho empeño en desmontar esto), se están creando redes de opositores (que ven mermadas sus expectativas de entrar en la Administración) , funcionarios (que ven mermadas sus expectativas de ocupar mejores puestos por la vía legal de la carrera profesional) y aspirantes a la función pública (en su mayoría interinos que llevan años recopilando puntos para poder optar a un puesto estable), que de forma metódica están llevando el asunto a los tribunales.

Pero, ¿creéis que existe preocupación por parte del gobierno andaluz y el partido que lo apoya? No, en absoluto. Barruntan que podrían perder las próximas elecciones y están enormemente preocupados por dejar bien ubicados a sus compañeros. Lógicamente la Administración que quedará será mucho menos garantista y profesional y, por tanto, totalmente contraria a los intereses generales, que son los intereses del ciudadano que paga sus impuestos religiosamente (bueno no los paga, se les quita).

Y explicado esto, imagino que comprenderéis que hiciera una introducción un tanto apocalíptica, ya que lo que expongo no es fruto de la casualidad sino que es algo muy bien organizado y estudiado por parte de las élites políticas para desmoronar poco a poco lo único estable en este país: la función pública. Y si se desmorona la función pública os aseguro que el desmoronamiento del sector privado actual será una anécdota comparado con el que se espera en los próximos años.

Mientras tanto, la mayoría de los ciudadanos que pagan impuestos verán mermadas sus expectativas, es decir, su vida y sólo serán las élites políticas, sociales, económicas, empresariales deportivas y algunas otras las que tengan asegurado un futuro.

Por menos, se pusieron en marcha algunas revoluciones burguesas, pero aquí parecemos más interesados en la princesa del pueblo, en la real y en las estrellas millonarias del "madriz" y del "barza".

29 septiembre 2010

HUELGA: EL PAPEL DE LOS SINDICATOS



Trás la celebración de esta huelga general –bastante artificiosa y desnaturalizada, por cierto- debería de abrirse un largo debate sobre el papel de los sindicatos en esta economía tan globalizada.
En eso pensaba esta mañana y comentaba con compañeros cuando observaba que la gran mayoría de los trabajadores no mostraban ánimo por secundarla y el pequeño comercio buscaba el momento más oportuno para abrir sus locales temerosos de los piquetes que, en pequeños grupúsculos, “vigilaban” las calles más comerciales.
Y habría que debatir largo y tendido sobre el papel de los sindicatos porque el modelo actual puede ser que ya no sirva como no sirve determinada forma de producción de bienes o determinadas formas de prestación de trabajo.
Nos guste o no –y a mi no me gusta- las fuerzas socio-económicas de nuestro tiempo ya no la encabezan los estados ni los agentes sociales. Lo son el capital ciego que circula a velocidad de vértigo de una pantalla de ordenador a otra en cualquier parte del mundo (mucho de él refugiado en paraisos físcales) y las grandes corporaciones económicas.
Los estados desde hace tiempo han entrado en una economía de mercado debido a que deben de acudir a los mercados financieros y endeudarse y tener a alguien que compre esa deuda para luego recoger la cosecha en forma de cuantiosos intereses. Pero ese proceso se puede convertir en una gran bola de nieve –que son los cada vez más crecientes intereses y la cada vez mayor necesidad de endeudarse más- que acaba por destrozar a los cimientos del estado mismo. Y ante ese panorama, las huelgas por muy eficaces y seguidas que sean poco van a poder solucionar.
De hecho nuestro país está inmerso en una dramática situación, apuntalado por los mercados internacionales, que sólo compran deuda y letras del tesoro español si el estado lo devuelve a cambio de grandes sumas de intereses. Y, claro, a mayor presupuesto para pagar intereses y, consecuentemente, mayor emisión de deuda, más recorte de gasto que siempre afecta a bienestar social y a inversiones, es decir, a los ciudadanos del país que pagan impuestos.
Por tanto, los sindicatos han de ver las cosas de otra manera para seguir defendiendo los derechos de los trabajadores que es su fin y así está previsto en las constituciones occidentales.
Hasta ahora los sindicatos, están manifestándose o haciendo huelgas parciales o generales una vez que las medidas están tomadas y aprobadas. Y en mi opinión eso es un gran error porque eso supone aceptar ser parte de un sistema que te excluye. En cambio, deberían actuar con la anticipación precisa para que no se lleguen a plantear tales situaciones en el fluturo. Es decir, a formar parte de ese estado que ha de defenderse del gran capital.
Por ejemplo, el mercado de trabajo se viene desregularizando desde hace lustros debido a que el capital ciego dicta sus leyes, pues bien, los sindicatos eso deben de apreciarlo con la suficiente anticipación y trabajar para que no se lleguen a tomar medidas desregularizadores. Otro ejemplo: las Administraciones Públicas en España se están privatizando desde hace lustros, últimamente a pasos agigantados, alejándose del modelo de función pública francés que apuesta por una función pública fuerte, basada en los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad, mientras se acercan al modelo del “spoil system” anglosajón, basado, entre otras cosas, en una función pública que apuesta por la contratación a conocidos y simpatizantes del partido en el poder y no tanto por oposiciones, que yo creo es el sistema realmente garantista y profesional que debe de imperar. Sin embargo, los sindicatos parecen no haber captado ese alejamiento de ese modelo y cuando ya se de, ya será tarde.
Por tanto, ¿en qué deberían ya de estar pensando para que el trabajador no pierda más derechos en vez de enviar piquetes y aterrorizar a los cuidadanos? ¿En qué deberían estar pensando para evitar que se desplome por completo la función pública, qué ya va camino de ello?
En mi opinión, sería mucho mejor despojarse del actual modelo sindical y adoptar un modelo similar al alemán, holandés o americano, en los que el sindicato pasa de ser un órgano subvencionado a un órgano activo que asume las políticas de empleo del país.
¿Qué pensáis?

27 septiembre 2010

MICHEL HOUELLEBECQ


Houellebecq. Tal vez sea el escritor maldito francés actual. El más contemporáneo, que recoge el testigo de innumerables escritores malditos franceses, tal vez la patria que más autores de este pelaje ha producido, desde que Baudelaire ya dejara su impronta con sus "Flores del mal" así como el agobio y sobrecogimiento que nos produjo en su momento leer "La nausea" de Jean-Paul Sartre.
Pero quizá Michel Houllebecq sea otra cosa. Podríamos pensar que estamos ante el Martin Amis francés, pero no es exactamente cierto. Particularmente, la literatura de Martin Amis no me atrae tanto como la de Houllebecq, ya que el británico busca purgar de manera exagerada sus frustraciones y su visión de la vida en su narrativa, mientras que Houllebecq, aún buscando algo similar, no se obsesiona en buscar a toda costa la complicidad del lector como sí ocurre con Martin Amis. Le interesa describir todo lo que rodea a sus malditos personajes, pero no los restriega en la cara del lector como, en mi opinión, hace el británico.
La literatura de Houllebecq no está hecha para complacer a nadie. No está hecha para mojigatos ya que apuesta por ideas y formas de ver la sociedad duras y tajantes, recordándonos muchos de sus personajes a seres autodestructivos -por brillantes, tal vez, en el caso del escritor francés- que ya hemos contemplado en el cine (caso de Taxi Driver) y en la literatura misma (me ha recordado en algunos casos a Rodión Románovich Raskólnikov, el personaje de Crimen y Castigo).
Pero a pesar de ello, insisto, Houllebecq, aunque que nos pondrá entre la espada y la pared en cuanto a sus descarnado análisis de la realidad hipócrita en la que vivimos, no nos involucrará en sus cuitas, algo que siempre me ha parecido pernicioso cuando lo he detectado en otros autores literarios o cinéfilos. Por eso dejé de ver las películas de Bigas Luna, tan obsesionado con que nos obsesionemos con sus obsesiones (que es sólo una: el sexo); o las primeras películas de Almodóvar (luego maduró), tan dado a que participásemos de su hortera forma de ver la modernidad.
Ahí está el mérito de la literatura de Houllebecq. Porque la brillantez no ha de necesitar apoyos para que lo sea. Es más, si busca apoyos ya no hay tal brillantez.

26 septiembre 2010

MEDIA MARATON DE GUADIX 2010 (26/09/2010)





Excelente temperatura para correr, me dije. Guadix está cerca de Granada. Mucho más si vas con Mario, con el que siempre conversas de múltiples temas. Sus comentarios son lacónicos y acertados. En el tercer o cuarto tema ya se atisban las altas torres barrocas de la Catedral de Guadix. Junto a sus muros se halla la Plaza de las Palomas, centro neurálgico de la ciudad, construida en los siglos XVI y XVII, que igual vale para albergar la sede del Ayuntamiento, que se transforma en escenario de grandes conciertos o bien -como es el caso de la Media Maratón de Guadix- se convierte en salida y meta de esta prueba dedicada al melocotón, fruto por excelencia de la comarca. El ayuntamiento publicita orgulloso sus símbolos. Hace bien.

Aparcamos bien y rápido. Calentamos bien y rápido. No salimos tan puntuales ni tan rápido dado que las características de la salida no lo permiten. Pronto despido a Mario porque yo me quedo. Y me dedico a correr turísticamente. Pasamos y contemplo excelentes palacios barrocos, renacentistas y neoclásicos y me place lo que veo. Pasamos cerca de la Alcazaba árabe construida en el Siglo XI, la cual contemplo y me place. Pasamos por el barrio de las cuevas, que contemplo y me place. Voy cómodo. Voy a gusto. El gemelo, muy bromista en su alarma en los días anteriores, decide colaborar. Escucho su bromista risa. No me duele en absoluto. Tercer kilómetro. Muy cómodo. Cuarto kilómetro. Muy cómodo. Se baja un poco la pantorrillera izquierda Medilast. Me extraña porque nunca me ha pasado. Me detengo trece segundos y la ajusto. Kilómetro cinco. Muy cómodo. Demasiado cómodo. Observo que la se aflojan el cordón izquierdo de la ya ajada Asics Kayano. Me detengo seis segundos y lo vuelvo a atar. Kilómetro seis. Muy cómodo (¿cuándo comenzarás a correr, lechón?). No lo sé, voy cómodo. He venido a acabarla. A entrenar. Ya hace que salimos de Guadix. Vamos hacia Purullena. Pero antes estará esa terrible cuesta a decir de muchos. En el kilómetro ocho. No tiene más de setecientos metros. No me parece tan terrible. Vas fresco y no la notas apenas. Llegas a Purullena. Un pequeño grupo de "trogloditas" te aplaude. Un cartel anuncia el "Museo Troglodita". Y piensas: que mal "suena" el término troglodita en español, pero que bien "suena" en alemán: Höhlhen. Qué gran nombre para un grupo metálico. Si pienso en todo eso es porque no voy nada mal. Tampoco estoy haciendo méritos para merecerlo. Atraviesas unas calles de Purullena y otra vez campo. Pasas por encima de la A-92 y pasan grandes motocicletas haciendo un gran ruido. Van a lo suyo. Nosotros vamos a lo nuestro. A todo esto, ya hemos pasado el kilómetro diez. Y vas bien, muy bien. Pero reconócelo pichón vas pisando huevos desde que te ha dado por hacer turismo corriendo, qué te importará a ti cómo se escribe troglodita en alemán, por qué no te centras en la carrera. Casi me ruborizo cuando mi interior me arroja a la cara todo eso. Pero ya estás en Bejarín y ya has atravesado el ecuador de la carrera; de hecho, ya estamos en el kilómetro doce largo. Hay una pequeña cuesta que atraviesa esta pequeña localidad, que supongo pertenecerá a Guadix. O tal vez a Purullena. Sales de la población y divisas la inconfundible figura animosa de Roberto. Va con unos compañeros del activo club de Armilla. Con ellos también va Eduardo, de la Zubia. Me uno a ellos bromeando que no sé si quedarme en ese grupo dado el ritmo que lleva. Roberto dice que no hay dolor y anima a sus compañeros a llegar al catorce en una hora diez. Un compañero va trazando el ritmo y lo relevo, pero voy bien y ya he decidido comenzar a correr más fuerte. Así que me he ido de Roberto, de Eduardo, de ese pequeño grupo. Me uno a dos corredores de Los Trotanoches. Uno de ellos es Paco, según reza detrás de su camiseta, con el que he hablado un poco antes de salir de Guadix. Me dice que hay unas vistas increibles subiendo a un cerro que me señala con su dedo: desde allí se aprecia los tres Guadix: el troglodita, el antiguo y el moderno. Está orgulloso de su pueblo. Como debe ser. Tengo que subir allí algún día le digo, que los Trotanoches además de correr son unos excelentes guías de su pueblo. Pero en fin, decía, que me había ido de Roberto, de Eduardo, de ese pequeño grupo y ahora ya voy camino del catorce, al que llego en una hora y nueve, un minuto menos del que planeaba Roberto (en ese punto kilométrico está la localidad de Benalúa, pero no pasamos por su centro). Así que me animo y abro algo más el ritmo. A pesar de los rompe piernas en que se convierte la carretera hasta llegar a meta. Voy pasando bastantes corredores porque la gente ya va algo tocada. Pero yo, aunque más cansado que antes, siento buenas sensaciones. No olvidemos que he estado vegetando más de la mitad de la prueba. Sin embargo, algunos corredores -pocos- me pasan. Pero también se les ve tocados. Desde Benalúa hasta Guadix hay un gran trecho de campo y carretera. Pero lo que vemos es bonito. Es una zona de la pequeña Vega de Guadix. Y pienso que en esa latitud deben de recogerse bastantes buenos melocotones. Es probable que hasta los que integran la bolsa del corredor, como cada año.


Llegada. Gentileza de Paqui y Roberto.

Llega el kilómetro quince y siento que los kilómetros se van sucediendo con rapidez. Y me siento algo más cansado por dos motivos: la acumulación de kilómetros y el mayor ritmo impuesto. Pero no demasiado. Esa es la verdad. Veo el dieciséis. Veo el diecisiete. Y me siento bien, bastante bien. Pero hay que reconocer que el terreno no es fácil para coger ritmo. La carretera igual sube que baja e, igualmente, de pronto, irrumpe el terreno llano. Es la fiel fotografía de la orografía de esta original y extraña tierra del norte de Granada, antiquísima, milenaria. En el kilómetro dieciocho -el que no veo porque probablemente hay algún coche aparcado delante de la señal- ya se observan aún lejanos algunos edificios de Guadix. Pero, lógicamente, aún no se aprecia la Catedral ¿Cómo voy ya a estas alturas? Bien. A un ritmo casi siempre inferior a cinco el mil e incluso muy cercano a los cuatro treinta. En el diecinueve ya podríamos decir que estamos en Guadix. Al menos ya se aprecian a tiro de piedra las primeras viviendas en el margen derecho. Y al poco las naves industriales, grandes tiendas y supermercados que suelen anunciar la llegada a una población mediana o grande. Esa larga avenida que desembocará en el kilómetro veinte la conozco bien. Porque siempre se ha entrado por ahí; incluso cuando la prueba de Guadix no era Media Maratón. Se llama Avenida de Medina Olmos. Miro el Forer y voy a cuatro treinta. Pero no es mi propósito. Probablemente el estar ya en la ciudad, verse animado por el público y la ilusión de la llegada hace que las piernas vuelen. Nos pasa a todos siempre y cuando se vaya razonablemente bien. Y sí, yo llevo la mente lúcida y puedo observar la entrada a la ciudad, a la gente -muchos de ellos animando a sus propios familiares que hoy corren-, y por supuesto las torres barrocas de la Catedral, que preside toda esa zona alta de Guadix. Si ya veo los matices barrocos de la Catedral es porque ya estamos muy cerca y porque mi vista no está nublada. En línea recta no habría más de trescientos metros, pero no, hay que dar otra pequeña vuelta. Bajar como si fuéramos a las instalaciones deportivas, para rodear por su lado oeste el entorno de la catedral y -ya sí- entrar de nuevo en la animosa Plaza de las Palomas ¿El tiempo? ya lo dije al principio: ¡excelente para correr!



24 septiembre 2010

CIERTO MOTIVO DE ALARMA



El pasado miércoles, a las 17 horas, y con un mal cálculo sobre la climatología (hizo más calor del que sospechaba), corría doce kilómetros por los aledaños del Pantano del Cubillas, en uno de esos días que sabes casi desde el principio que no te acompañan las fuerzas y, consecuentemente, las sensaciones son horribles.
A pocos días de la Media Maratón del Melocotón -que pretendo correr- ese estado debe causar alarma, pero intenté no obsesionarme con el asunto e intentaba correr a un ritmo mucho más lento que el habitual.
Buscando alguna explicación a ese mal estado de forma de ese miércoles -algo no experimentado en los días anteriores-, pensé que un efímero almuerzo de fruta para facilitar la digestión pudo ser la causa (casi pájara), aunque también pensé en síntomas de cansancio, ya que las últimas salidas no bajaban de los quince kilómetros de media, y eso se acaba pagando.
Esa misma noche, sufrí un pequeño calambre en la cama, en la zona del gemelo y ese síntoma -pensé- poco tenía ya que ver con la mala alimentación y, probablemente, sí con una falta de descanso.
¿Me preocupa esta situación de cara a esta dura prueba de Guadix? En realidad, no. No, porque soy consciente -como decía a Mario esta misma tarde- que voy a ir a acabarla sin consultar el cronómetro, ya que para mí, en estos primeros días de otoño, estación cargada de pruebas, lo importante es ir acabando las competiciones, principalmente las primeras. En noviembre, ya se verá.
Por tanto, no hay que ser demasiado deductivo para saber que en Guadix voy a sufrir. Pero acabaré la prueba sin lugar a dudas, porque lo que ocurrió el miércoles debe considerarse como algo muy puntual, como espero que se pueda demostrar mañana en el rodaje suave que haré de entre diez y doce kilómetros.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...