El arduo intento de los taurinos -muy protegidos por el poder- de que no se les vaya a la mierda su chiringuito de violencia y asesinato, ha hecho poner su foco en el Borbón seniors, ese señor que se pasea por medio mundo con los gastos pagados, haciendo chanchullos y que nadie sabe si es ya rey en excedencia o no lo es, y si lo fue algún día, nadie sabe si sus intereses eran los estatales o los de su bolsillo, a tener de las noticias que nos van llegando de manera destilada, como ese buen güisqui que estoy seguro también se lo bebe gratis total.
Decía que ese arduo intento de los taurinos, no es otra cosa que una muestra clara del retroceso que está sufriendo su bacanal de sangre en las plazas públicas. Cambia la sociedad, se conoce más sobre el sufrimiento de los animales, hay otra sensibilidad, una renovación generacional...y todo eso más el sentido de la decencia y el sentido común están creando un clima cada vez más hostil hacia las corridas de toros. Está claro que si no han pasado ya a la historia es porque todavía existe un vergonzoso apoyo desde las instituciones públicas para que esto siga adelante con el dinero de todos, claro está; de hecho, todavía existen subvenciones para los taurinos y muchas son aún las cadenas públicas -estatal, autonómicas y algunas locales- que retransmiten esa sinvergüencería e insensatez de que vea todo el mundo como se liquida de manera salvaje y sin escrúpulos a un animal, incluso, en horario infantil.
Ellos creen que de esa manera venden y hacen negocio con la marca 'España', pero a estas alturas si España tuviera alguna marca de ninguna manera puede ser la que se enseñorea de matar animales. Se basan también en que eso hace que vengan más extranjeros, pero éstos ya no quieren ver más sangre porque ya mayoría deriva de países provienen de países donde se respetan los derechos de los animales de verás. Todo lo más, podrán contar con los chinos, por aquello de que siguen matando y comiéndose a los perros (qué tristeza tener que equipararnos por medio de tanta vileza).
Por tanto, ¿qué les queda? Lógicamente les queda el apoyo de la monarquía -habrá que estar pendiente en qué sentido se proclama el Borbón Junior- y de las numerosas administraciones que aún fomentan y sostienen esta barbaridad con el dinero de todos los ciudadanos. En ese sentido, los muy progresistas socialistas andaluces siguen a la cabeza en cuanto a apoyo institucional, que lo tuvieron incluso con Izquierda Unida en el gobierno.
Tengo muy claro, como decía, que la supresión total de los toros es cuestión de años. Quedará como algo ilegal y testimonial, algo parecido a lo que ocurre con las peleas de gallos o de perros. De hecho, varias son ya las comunidades autónomas y los municipios que se han declarado oficialmente libres de tauromaquia y están dedicando sus plazas para espectáculos culturales y zonas gastronómicas. Y si ese proceso ya ha comenzad, no se va a detener, todo lo contrario. Eso y la presencia cada vez más numerosa de colectivos, personas, asociaciones y grupos humanos de todo tipo que están moviéndose las veinticuatro horas al día, los trescientos sesenta y cinco días al año para que estos asesinatos de animales acaben de una vez por todas.
No es más que un proceso histórico que lleva su tiempo para cumplir su ciclo. Los romanos acabaron con los sacrificios humanos rituales de los pueblos bárbaros; las mentes ilustradas acabaron con los Autos de Fe; las normas favorecedoras de los derechos humanos, acabaron con las ejecuciones públicas de delincuentes y los nuevos tiempos acabarán de una vez por todas con esta barbarie asquerosa, repulsiva e inhumana de matar toros en una plaza pública.
Mientras tanto, seguiremos siendo uno de los países del mundo más irrespetuoso con los animales y, por supuesto, el país más cruel de occidente, provisto aún de la maldad, insensatez inhumanidad de sus sátrapas medievales.