06 noviembre 2012

LA RENUNCIA DE JAVIER MARÍAS

La reciente renuncia por parte del escritor Javier Marías al Premio Nacional de Narrativa otorgado por el Ministerio de Cultura ha traído cola. Y lo ha hecho porque no es normal que sea así, ya que no se dan por estos lares esos signos de coherencia personal.
Los que leemos a Javier Marías desde hace años no nos sorprende ya que ha renunciado a otros premios públicos, sencillamente porque siempre ha sido muy crítico con el poder y con el español más aún si cabe, algo que siempre ha expresado, principalmente, en sus artículos. Y porque no es posible, siendo intelectual independiente, tener buenas migas con los titulares de este régimen corrupto en que se ha convertido España, un país que se está vanagloriando y africanizando a pasos agigantados, que a lo mejor es lo que quieren los poderosos de la UE. 
Pero, claro, es tanta la arrogancia en este país por parte de la clase política, que al bueno de Javier Marías le han caído hostias por doquier por parte de políticos adeptos, tertulianos y articulistas del régimen. Y sencillamente por ser coherente y renunciar a algo que no encaja con su predicamento. Además, ha aconsejado que los 20.000 € que conlleva el premio se dediquen a abrir bibliotecas que buena falta hace, previo agradecimiento al jurado, que es probable que haya actuado de buena fe, estoy seguro. 
Hace falta gente así, qué duda cabe. Gente que vomite ante la estulticia corrupta y de pensamiento único en el que se ha convertido España, gobernada por una clase política que ya no se corta un pelo en trincar  amparándose en razones de Estado o razones de Autonomía, que para el caso da igual. 
Bien por Javier Marías.  

CINE: EL MUNDO ES NUESTRO (ESP, 2012)


Cada año llega a la gran pantalla alguna película española fresca, novedosa, talentosa, renovadora y muchos más adjetivos que se podrían utilizar. 'El mundo es nuestro' es una de ellas por muchos motivos, siendo uno de ellos que haya sido financiada por el método novedoso denominado con el término anglosajón de 'crowdfunding', que podría traducirse como 'financiación en masa', porque esta película se ha financiado de esta manera, a través de la red principalmente.
¿Y qué producto ha resultado? Un buen producto sin duda. Con la estética de un corto y con una duración más larga que el corto mismo, pero más corta que un largometraje en sí, aborda asuntos que aún no son tópicos, pero camino vamos de ello y eso habría evitarlo. Me explico. Aborda y entra de lleno en lo que está ocurriendo en nuestro país desde hace algunos años, que se podría resumir en un sistema corrupto, dominado por el poder y los bancos y en el que el ciudadano se queda totalmente al margen ¿nos suena eso de algo? Claro que sí. A todos. 
Perdedores por doquier entre los pocos protagonistas de esta película, casi coral, pero que llevan a cabo un excelente ejercicio de crítica y ajuste de cuentas con el sistema que nos está atrapando. Y como trasfondo qué mejor que Sevilla, sede de la Junta, que es un claro paradigma de choriceo institucional; y qué mejor que el barrio más sevillano de todos: Triana.  
Chorizos, empresario delincuente, ciudadanos normales que sólo quieren salir para adelante cómo sea -genial la introducción del parado-, políticos corruptos, policía despistada...y cómo no desarrollándose en Sevilla: una procesión. Asuntos que conoce bien su director y coactor principal del film porque es sevillano de nacimiento, el joven director y actor Alfonso Sánchez.
Es una película que está muy considerada por la crítica, pero como suele ser habitual pasa -si es que ha pasado- de forma muy efímera por la gran pantalla, tan fiel a grandilocuentes producciones de Hollywood. Ahora hay oportunidad de verla en DVD/BD y es recomendable hacerlo porque no defraudará a nadie o a casi nadie.         

04 noviembre 2012

XXX MEDIA MARATÓN DE GRANADA (4/11/2012)

La MEMA de Granada nunca deja de sorprenderte. Te desarma, le da la vuelta a las expectativas y nunca, nunca descansa. 
No ocurre así con otras medias, mucho más predecibles por el terreno más uniforme o más predecible. Pero en Granada es distinto. Todo es distinto (y no sólo en el plano atlético). 
Conoces la ciudad, vives aquí, conoces las calles que vas a atravesar; algunas de ellas, incluso, las tienes cerca de tu domicilio y has entrenado por ellas, pero aún así, como si se tratara de una gitana de la Alcaicería, siempre te acaba engatusando a pesar de tus reticencias. 
Un engatusamiento que viene determinado por el olvido. Un no recordar que en esta prueba hay tramos que podrían romper el ritmo al mismo Gerbselessie. Y esos tramos están ahí, año tras año. 
¿Por qué, de qué manera se puede denominar a ese tramo que irrumpe entre el kilómetro 18 y 19; ¿o esos picados entre el 10 y medio  y casi el 14? Tramos que están ahí acechantes, a la espera de encontrar en el corredor la más mínima debilidad para atacarle. Y magnifico esto porque nadie en su sano juicio podría llamarles estos tramos cuestas en sí, como puedan ser las de la Avenida de Madrid o de Andalucía, en Jaén. Nada de eso. Por eso creo que esos tramos los pone ahí el demonio. 
El caso es que no hay nadie con quien hables y no te hable de ellos; y un servidor que ya ha corrido -creo- seis ediciones de esta prueba tampoco acierta a interpretarlos. Dirá el corredor que no haya corrido esta prueba que exagero -y es posible que también lo diga quien la haya corrido-, pero no, no exagero. 
Ocurre que en la MEMA de Granada no hay terreno que ayude. Me explico. Por ejemplo, en Jaén hay duras rampas, pero hay también terreno que ayuda. En cambio, en Granada, por su morfología, ubicada en la Vega pero ya insinuando los picos más altos de la península, cualquier calle tiene nostalgia de altura, aunque eso, en apariencia, no se nota. Pero sí se nota. No, no es una media fácil. 
'Hasta la calle Arabial (que pasa por ser una calle llana) está picada' me decía mi buen amigo Bootello antes de la salida. Y es que como buen granadino y conocedor de esta ciudad, razón no le falta. 
Por ese motivo, es difícil hacer marca personal en Granada. Sí en otras medias, pero no en Granada, a pesar de que -qué duda cabe- algunos la han hecho. 

Foto debida a Paqui
Como es mi caso. Hice MMP en 2011, pero no se ha revalidado en 2012, cuando en mis cálculos todo estaba previsto para que así fuera. Sin embargo, se me han ido seis segundos por kilómetro (4'30'' el mil en mi GPS) con respecto a 2011, algo que ya barruntaba cuando en el  kilómetro 10 pasaba en 44 minutos, con muchos problemas de fuerza. Y si eso es así en el 10, la situación lógicamente tendría que ir a peor porque los kilómetros peores llegan a partir de ese punto kilométrico.  Y así fue. Sin fuerzas y enfrentado a lo peor de la carrera. Correr así es un infierno. Pero lo peor son las malas sensaciones, ese pasar calles  sin disfrutar un ápice, deseando que aquello acabe. 
Realmente, esa es la grandeza de correr. Si todo fuera más sencillo, si todo fuera más predecible, si todo fuera más calculable, se perdería lo imprevisible y con ello la ilusión y la sorpresa. 
¿Y qué decir de la MEMA de Granada cómo gran evento deportivo? No cabe duda que cada año va a más y así lo atestigua el cada vez mayor número de inscritos (muchos de fuera de Granada), algo que es bueno para la ciudad y para este deporte pero que también cuenta con sus inconvenientes. Por ejemplo, la salida. Una verdadera tortura, en la que algunos llegamos hasta perder alrededor de un minuto y medio -en función de donde estuvieras colocado-. Normalmente esto ocurre en todas las pruebas en las que participan tres mil corredores -ese era el límite de inscritos en Granada y se agotó-, pero también existen las medidas correctoras. Entre ellas, se demuestra como poco útil la señalización de tiempos previstos. Hoy en Granada esa señalización existía en la salida, pero me da la sensación que poca gente lo sabía (Emilio y yo nos sonreímos al vernos en la que indicaba 1 hora y 15 minutos); también está la opción de los globos que funciona bien en otras pruebas; y si nada de eso se usa, al menos habría que dar la opción de que el corredor conozca su marca personal, datos que arroja el chip, pero que como muy bien observó Roberto, es un servicio que hay que pagarlo. Lógicamente, lo más económico es siempre dar tiempos intermedios, que no son reales, a pesar de que ese asunto está prácticamente solucionado por el sofisticado servicio que prestan los GPS personales, cada vez más infalibles. Por tanto, mucho que hacer tiene pendiente el Ayuntamiento de Granada aún si quiere que su MEMA sea una de las más vistosas de Andalucía. 

En ocasiones la tecnología eléctrica hace malas pasadas (Foto debida a Paqui)













En otros aspectos organizativos nada que objetar. Bien el personal en los cruces y en los avituallamientos y enorme nivel de voluntariado que hacían que las colas  fueran más efímeras. También se ha ganado -al menos en glamour- trasladando la Feria del Corredor a un Centro Comercial ultramoderno recién abierto, hay que decirlo. 
Poco más que añadir, sino dar a todos la enhorabuena por haber concluido esta dura prueba y que la fuerza acompañe en ediciones futuras. 
En el apartado protocolario, mucha gente amiga y conocida -de la que alguna me olvidaré; pido disculpas-: Emilio, que ha hecho un magnífico tiempo en su primera media; a Mario, que ha ido desbocado hasta el kilómetro 10; a mi Álter, Jesús Lens, porque él sabe que se compite tal se entrena; a Roberto, para que pierda el miedo de esa lesión y a Paqui para que le convenza; a Bootello, que no ha tenido su mejor día pero que tendrá días de gloria sin duda; a los diversos compañeros de mi club, Caja Rural, con los que tuve la ocasión de charlar, cada cual con sus objetivos cumplidos o por cumplir; a 'Carlillos', que ha hecho su primera competición infantil y a su padre para que lo anime; y muy especialmente a mi 'compae' Paco, que se ha hecho con un 'palco' en Parque Almunia -el año que viene tiene que saltar a la arena-, que esperando ver al hombre de negro le sorprendió otro de rojo. 

03 noviembre 2012

A LAS PUERTAS DE LA MEDIA DE GRANADA

Estamos en puertas de la edición de 2012 de la media de la ciudad de la Alhambra, que es probable que este año llegue acompañada de lluvia. De todas formas el frío -algo extraño en Granada- aún no es muy preocupante y, al menos, esperamos que no exista viento, que tampoco es muy común en esta ciudad. 
Por lo demás, queda por delante un recorrido atractivo, alejado de calles más deterioradas por mor de las obras de ese aún irreal metro. Y quedan por delante miles de motivaciones, tantas como corredores o corredoras que se atreverán a patear y sinfín número de calles y barrios de la ciudad. Suerte a todos y que cada cual consiga su propósito. 
Podría venir muy recordar la crónica que hice de esta prueba en 2011, que puede ayudar en parte a familiarizarse con esta buena Media a la que le quedan unas cuantas horas tan sólo. Se puede ver aquí.     

01 noviembre 2012

UN CONVENIENTE ANÁLISIS DE CARA A LA MEDIA DE GRANADA

El entrenamiento de hoy, 1 de noviembre,  que ha consistido en un 'fartlek', me ha servido para valorar las posibilidades reales de acercarme a los noventa minutos en la Media de Granada, del próximo domingo. Un 'fartlek', en el que he intentado intervarlos de 1 km. rápido + 1 km. más lento, sin detenerme en ningún momento a lo largo de los 13 kilómetros de recorrido con la idea de forzar al organismo a no descansar demasiado, procurando hacer los cinco o seis más rápidos por debajo de 4'23'' el kilómetro, que fue la media final de la prueba de Granada del año pasado. La idea no era otra que intentar acercarme a los 4'16'' el mil, que sería la media precisa para acabar en 90 minutos. Pero lo veo harto difícil, a pesar de que ha habido una enorme progresión en las tres últimas medias. 
En el entrenamiento de hoy, los primeros kilómetros rápidos los he afrontado sin demasiada dificultad en torno a los 4'16'', pero a medida que pasaban los kilómetros cada vez me era más complicado, acabando el último rápido en 4'21'' y totalmente extenuado, pidiendo el ritmo anaeróbico la hora. 
Está claro, que no se corre lo mismo en un entrenamiento solitario y en frío que en una prueba de competición, donde las piernas son más aladas, pero es importante conocer las posibilidades que uno tiene para no crearse a sí mismo falsas expectativas, que es la antesala de la frustración. 
Con el paso de los años, el corredor que soy cada día se conoce más: sabe de sus posibilidades, en función de los entrenos que lleve a cabo. Se conoce y con ese conocimiento y un poco de estadística es posible predecir con bastante exactitud su papel en una prueba, al pairo, lógicamente de otros elementos que siempre surgen, como pueden ser el tipo de circuito, la climatología, la motivación o algún eventual desarreglo orgánico que puede venir en forma de lesión, pájara, deshidratación y un largo etcétera, en ocasiones impredecible.
Por tanto, estoy en disposición de -principalmente para meterme presión a mi mismo-  igualar la marca del año pasado, pero lejos aún de los noventa minutos (en torno a los tres minutos y algo, aún), aunque también es probable que me vaya a los 4'30'' el mil si las cosas no funcionan como quisiera. De todas formas, tampoco estaría mal esa media, algo corta, pero válida de todas formas porque uno corre por afición y placer. 
Analizando los pasos kilométricos de la Media de Granada de 2011, sigo pensando que es crucial llegar con buen tiempo y no demasiado cansado al kilómetro 14 (en torno a la hora), que es donde más o menos acaba la mayor dificultad. El año pasado, entre el 12 y el 14, que son los kilómetros más duros, perdí entorno al minuto; y también se me fueron bastantes segundos entre el 18 y el 19, donde el terreno no es de cuesta pero sí está un poco picado y las fuerzas ya me iban dejando, pero eso es probable que también ocurra este año porque el terreno es el mismo, aunque no sabemos si las fuerzas serán las mismas. 
Y es que la Media de Granada, sin ser de recorrido en cuesta, cuenta con algunos kilómetros con alguna dificultad que hace que el tiempo previsto se deteriore algo, cosa que no ocurre en medias muchos más llanas, como es el caso de Córdoba o Almería.     

30 octubre 2012

RELATOS BREVES DE OTOÑO

¡MALDITO GPS!
(Relato-precuela de la Media Maratón de Jaén)

Cuando me aproximaba a la zona de Jaén que había determinado en el GPS, éste comenzó a desvariar. No me sorprendió, porque lo había hecho en otras ocasiones, así que dejé que la voz electrónica de Ana me indicara el resultado del recálculo que estaba anunciando de manera un poco cansina. Pero no había forma. Como el recálculo no fue fructífero el aparato comenzó a alumbrar en su pantalla latitudes y grados que no entendí en absoluto. Así que convencido de que el GPS ya no me iba a dar información alguna y perdido como estaba, decidí salir del coche y preguntar a cualquier persona que pasara por allí.
Pero lo tenía difícil, ya que se trataba de una zona a las afueras de la ciudad y eran las 8,30 de la  mañana de un frío domingo. Busqué por aquella zona despoblada, en la que sólo había campos con abundante maleza entre las grandes rocas que dibujaban a duras penas el serpenteante camino, que de forma ascendente conducía al Cerro de Santa Catalina, donde el Castillo coronaba y se erigía orgulloso.
Cuando ya había perdido la esperanza de encontrar a alguien, de detrás de una enorme roca salió un hombre alto y robusto vestido con un largo sayo cubierto con una coraza de cuero repujada con figuras de la flor de loto,  altas botas de piel vuelta de color negro y una larga capa de seda de color azul oscuro que por la parte trasera barría el suelo. Su aspecto no era conciliador pero aún así me dirigí a él de forma atropellada, antes de dar los buenos días que hubiera sido lo correcto y educado. El individuo me miró como si estuviera viendo una aparición y raudamente echó mano a su cinto, en el cual estaba alojada una larga daga. Comprendí perfectamente que por allí cerca debía de existir algún tipo de mercadillo medieval, de esos tan frecuentes que acostumbramos a ver en las fiestas de muchos pueblos y ciudades. Así que me tranquilicé al pensar que aquel sujeto tan sólo se estaba metiendo bien en su papel. Sin embargo, con mucha habilidad, el sujeto puso la daga en mi cuello al tiempo que farfullaba palabras para mí incomprensibles. Sin duda, se trataba de un inmigrante que en su afán de conseguir unos euros había aceptado vestirse de figurante para el mercadillo medieval.
Comprobé que la presión de la daga sobre el cuello iba en aumento e irritado le grité que ese juego ya no tenía gracia.
-¿Quién sois vos? –me preguntó el extraño individuo-.
-¿Yo...? he venido a correr la Media Maratón de Jaén y me he perdido. Tan sólo quería preguntarle si conoce el complejo deportivo 'Las Fuentezuelas' –le dije con cierto tono de nerviosismo-.
-Lo que decís, no tiene sentido. Venid conmigo –dijo casi arrastrándome hacia la roca de donde había salido minutos antes-.

Protesté pero de nada sirvió. Entonces se abrió ante mi un enorme campamento repleto de tiendas de campaña, de las que salían y entraban figurantes ataviados de forma similar a la de mi agresor. Hasta caballos tenían. Comprendí que allí se estaba celebrando la feria medieval y que los recursos del Ayuntamiento para ese fin no eran modestos, a pesar de la crisis. Mi involuntario acompañante me arrastró literalmente unos veinte metros y de un empujón me introdujo en una tienda de campaña que tenía, al menos, el triple de tamaño que las demás. Aquel juego ya estaba llegando muy lejos, me dije.
-Divina Majestad, he traído un intruso que merodeaba por la zona. Por su vestimenta podría ser un espía del enemigo –dijo mi carcelero-.
-Está bien, puedes retirarte –dijo fríamente aquel que había sido denominado Divina Majestad, que vestía con lujosos ropajes-.
-¿Qué significa esto? –dije, harto ya de ese juego sin sentido-.
-¿Quién sois? –dijo su Divina Majestad en un correcto castellano-.
-Ya se lo dije a su amigo, vengo desde Granada a correr y me he perdido... ¿Quién es usted? ¿Quiénes son ustedes?
-Te encuentras ante el Rey Fernando III del Castilla, Emperador  de la cristiandad, siendo el año del Señor de 1225.
-Sí –dije sonriendo- y yo soy Haile Gebrselassie.
-¿Quién? Si vienes desde Granada, la más infiel de las tierras, no tengo más remedio que sospechar de ti y detenerte.
-Ya está bien del jueguecito. ¿Forma parte este numerito del espectáculo del mercadillo medieval?
-¿Mercadillo medieval? ¿Qué es eso? Estamos aquí en campaña contra los moros. Estoy seguro que eso lo sabes muy bien –dijo el autonominado Rey de Castilla mirándome con marcada desconfianza- ¿Quién te envía?
Intenté seguir su juego no contradiciéndolo porque a esas alturas no estaba seguro de lo que estaba ocurriendo en realidad. Podría estar rodeado de un atajo de lunáticos y mi vida correr peligro. Mi sumisión hizo que se distendiera y comenzara a relatar la idea de formar un gran reino cristiano, expulsando de estas santas tierras godas a los infieles sarracenos. Llegado a ese punto, consideré todo aquello excesivo para un simple y vulgar mercadillo medieval.
-He llegado a la conclusión de que no eres el espía que creíamos a pesar de que vengas de Granada –dijo con desdén mientras miraba con recelo mi chándal negro Nike-. No tienes aspecto árabe sino eslavo, a pesar de que éstos también actúan como mercenarios de los sarracenos. Aún así, me dejaré llevar por mi instinto y te dejaré marchar en paz, con la condición de que no merodees más por aquí. Si volvemos a verte, serás apresado y torturado, no tientes mi bondad. Puedes irte.
Nervioso ya y sin saber qué pensar, logré llegar hasta el coche y, sorpresivamente, el GPS me indicó a la primera el lugar que buscaba. Llegué muy justo para coger el dorsal y finalmente pude correr la Media Maratón con la inquietud permanente de lo vivido.
La inquietud fue en aumento tras acabar la carrera y comenzó a sobrevolar sobre mi mente la idea del ‘bucle de tiempo’ que la literatura fantástica y el cine habían abordado en múltiples ocasiones. Así que nada más llegar a Granada visité a un amigo mío, físico y apasionado con la teoría de la relación espacio-tiempo y lector empedernido de ‘Historia del tiempo’ de Stephen Hawking. Éste me confirmó lo que había sospechado, explicándome que en raras, pero posibles, ocasiones el cambio de hora produce un extraño fenómeno, un ‘bucle de tiempo’, y que yo había tenido el privilegio de haberlo vivido de primera mano. No sabía si creerle.
Al día siguiente, llamé al Ayuntamiento de Jaén y me confirmaron que no existía en la programación de ese año la organización de ningún mercadillo medieval ni nada por el estilo. ¡Para fiestas estamos!, me dijo el funcionario antes de colgar.

28 octubre 2012

XVIII MEDIA MARATÓN 'CIUDAD DE JAÉN' (28/10/2012)

Cuando en la autovía A-44 el coche da una de las múltiples curvas entre Granada y Jaén, de pronto, una vez ya consumada la inquietante presencia de La Guardia, que es lugar antiquísimo, apreciado por toda civilización que se precie y presidida por su Castillo árabe, uno de los más antiguos de Al-Andalus, a escasos  kilómetros, pero mucho más resguardada y misteriosa se encuentra la ciudad de Jaén, tan resguardada y escondida, en la falda del Cerro de Santa Catalina, cuyo Castillo, ahora Parador Nacional -uno de los más formidables-, preside toda la vista del viajero, incluso casi dentro de la ciudad, en la altiplanicie de sus calles. Tan resguardada está Jaén que probablemente sea una de las pocas -sino la única- capital de provincia por la que la autovía no pasa cerca de sus bordes. 
Y allí tocaba correr en esta mañana de domingo, el primero con la nueva hora y el primero con menos de diez grados de temperatura. Todo preferible que aquel domingo perruno de hace dos años, en el que la poca gente que estaba en la calle nos miraba a los corredores como bichos raros. Y razón no les faltaba. 
Pero hoy la climatología ha sido muy otra. Frío, sí, pero muy asumible para quienes están dispuesto a correr 21.097 metros; o tal vez algo más de 10.000, por lo de la prueba saludable, hermana menor de esta buena Media Maratón. 
Tuve muy claro desde que comenzó el año que iba a correr la Media de Jaén porque la de hace dos años me dejó buen sabor de boca, a pesar de las dificultades orográficas que esta prueba conlleva. Y es que las calles de Jaén son así, como toda ciudad que cuenta con un trazado urbano al pie de un cerro. Lo tomas o lo dejas. Y lo tomé, de muy buena gana. 
La Media Maratón de Jaén no es pequeña ni grande. Probablemente la más modesta en participación de las que se celebran en la mayoría de las capitales de provincia de Andalucía a pesar de su veteranía, muy ajustada a la ciudad y su proyección. Por tanto, mucha coherencia interna. Crecer, tal vez, no sea la perspectiva de sus organizadores y mucho menos con los tiempos que corren.  
De hecho, no es esa la sensación que transmiten éstos, sus organizadores, cuando compruebas que a pesar de la buena presencia de Policía Local, no existe apenas voluntariado, que no sea el apostado en los bien servidos avituallamientos. Ni tan siquiera Protección Civil en los muchos cruces de calles y plazas, por no hablar del nulo o escaso acotamiento de acerado y lugares peatonales, que hacían que los corredores recortáramos ahorrando metros. No en mi caso en la mayoría de ellos. No por nada sino porque jamás me ha parecido buena idea correr por las aceras. Ese subir y bajar de los bordillos y la extrema dureza de las losas de las mismas siempre me han transmitido muy malas sensaciones. Ese es uno de los motivos por los que no suelo habitualmente correr por la ciudad. Y, a tenor, de lo que marcaba mi Forer, poco he debido andar por las aceras, ya que la longitud calculada por el aparato ha sido de 21.140 metros. La oficial de 21.097 estaba certificada por la Federación Andaluza de Atletismo. Así que quien haya corrido menos de esa distancia ha de admitir que ha pisado demasiadas aceras, supongo. 
Pero centrémonos en la prueba y en mi concurso si me permitís. 
La Media de Jaén tiene fama de ser una media dura, hecha para no hacer tiempos. Y es cierto porque cuenta con subidas que, al tratarse de un circuito de dos vueltas, hay que subir en dos ocasiones. Sin embargo, en otros tramos es una carrera rápida. Podría tratarse de la clásica rompepiernas ya que el corredor se encuentra de pronto por un terreno benigno -no digamos bajada, que apenas la hay, excepto en los últimos 700 metros- y al poco se da de bruces con la subida de la Avenida de Madrid o la de Andalucía, ambas con tramos no demasiado largos, pero sí complicados, circunstancia ésta que hace perder ritmo al corredor, que luego ha de recuperarse y tal. Y no siempre la recuperación es rápida ni exitosa. De ahí la complicación de esta prueba que, además, tiene mucho de psicológico porque saber que tendrás que volver a subir por los lugares que ya subiste en la primera vuelta, pero con el añadido de tener en las piernas muchos más kilómetros, puede hundir la moral de cualquiera a poco que se detenga a pensarlo un poco. 
Pero no hubo tiempo para pensar. Al menos en mi caso, porque infiel a mi promesa de la crónica precompetición, ni tan siquiera atisbé el ritmo que pensaba marcar, entre 4'45'' y 4'50'' el mil. Un ritmo para que me sirviera de entrenamiento y preparación para la Media de Granada del próximo domingo o algo así dije. Lógicamente, mentí como un bellaco, además de traicionarme. Me lo repetí a lo largo de toda la carrera, pero es que me sentía muy cómodo corriendo a un ritmo de entre 4'25'' y 4'31'' -que es la media final con la que acabé- a lo largo de toda la prueba, marcando algunos kilómetros de terreno benigno medias entre 4'01'' a 4'17''. Pero ocurre, sea dicho como descargo y torpe justificación de mi promesa, que cuando te sientes bien corriendo y no sufres en exceso -y eso lo sabemos todos los corredores- no  te detienes a pensar en promesas. 
Sí, me sentí cómodo, pero también sentí frío a lo largo de toda la prueba. El frío que no subió de los ocho grados; ni las cuestas, lograron meterme en calor, algo que no sé si ha sido común entre los casi setecientos corredores que acabaron la Media o sólo es apreciación mía. 
Por cierto, bonita camiseta técnica negra la entregada por la organización, con una bolsa mucho más pobre -es lógico- que aquella exuberante con la que nos deleitaron hace dos años.                           

27 octubre 2012

A RODAR A JAÉN

Mañana domingo, con lluvia o con sol y si los dioses me son propicios iré a rodar a Jaén y, de esa manera, ordenada y constante, completar lo que me propuse hacer entre septiembre y diciembre: unos seis medios maratones, como homenaje a un año tardío de entrenamiento y competición y preludio de lo que podrá ser muy probablemente un maratón en los primeros tres meses de 2013, que ya toca.

Me gusta Jaén y me gustar correr en Jaén. A menos de un cedé de Granada encuentro un lugar interesante, recóndito, ciertamente misterioso, identificado con su dilatada historia y que programa buenas pruebas. Corrí allí en su S. Antón, en una fría noche de enero de hace algunos años, de la mano de dos excelentes anfitriones jienenses, Jesús Garrido y Paco, corredores y blogueros, y Eduardo, corredor de La Zubia y antiguo bloguero. Ellos lo pasaron bien, porque fueron a divertirse, pero yo le tomé apegó a mi máxima velocidad que pude sacar en ese momento y ésta no me permitió disfrutar del todo del bello espectáculo que supone correr de noche en esta ciudad. El viaje lo hice con Jose del Oliver, algo que redondeó esa noche fantástica de deporte, amistad y turismo; y corrí allí también en su Media Maratón de 2010, en una mañana en la que ni los perros se animaban a salir de sus casillas, pero que resultó ser una prueba interesante y amena, agasajada con una impresionante y repleta bolsa del corredor. El año pasado estaba inscrito, pero no recuerdo bien el motivo por el que no fui finalmente. Así que tocaba este año, a costa de sacrificar la prueba de Santa Fé, última del circuito de este año.

Me empapé de Jaén de la mano de la buena literatura de Eslava Galán, arjonense él como Al-hamar, el reyerzuelo de la población que tuvo la visión de montar el primer reino musulmán -el nazarí- de Granada. Arjona, tierra misteriosa de raíces romanas y poderosas familias musulmanas y mártires cristianos. Y también me empapé de Jaén a través de Casa Gorrión, lugar del que escribí y publiqué un artículo en Ideal de Granada y de Jaén, que se guarda –gracias- entre los escritos sobre la casa que sus regentes incluyen en la reciente página web de la misma. Una taberna antiquísima y muy literaria que también Nicolás Wilcox, apócrifo de Eslava Galán, incluye como taberna de referencia en su Lápida Templaria.   
Porque Jaén es literaria y provinciana al mismo tiempo y esa mezcla confiere a la antigua ciudad del Santo Reino un sabor especial. Allí no llega el turismo en masa, ni falta que hace. Y allí, las grandes civilizaciones tuvieron a bien guardar muchos de sus tesoros. Dicen que en su suelo pudo estar –o está- la misteriosa mesa del Rey Salomón, que guarda el secreto del nombre de Dios, ese que no se ha de pronunciar; y dicen que allí el catolicismo en ciernes tomó buena nota de los ritos paganos y ancestrales, para imitarlos después. O la conocida historia del lagarto, que en realidad podría ser la precuela o bien el simbolismo del dragón de S. Jorge que el cristianismo adoptó para sí (el bien contra el mal; o viceversa); y la historia de su hermosa catedral renacentista con elementos muy importantes debidos a Andrés de Vandelvira -cuya estatua preside  la parte trasera de la Catedral- construida sobre el solar de antiguos templos sagrados.
Allí rodaré, por tanto, a pesar de sus dificultades orográficas y las muchas posibilidades de que el domingo vuelva a ser de esos que los perros borran de su agenda. Pero rodaré suave, pensando más que nada en la siguiente semana, en la Media de Granada. Me propongo un ritmo medio que esté entre 4'45'' a 4'50'' el mil, porque de esa forma esos 21 kilómetros se parecerán más a un entrenamiento que a una prueba de competición.  

26 octubre 2012

CUANDO LA LLUVIA DEJA DE SER TU ALIADA

Me gusta la lluvia. Siempre lo digo: me gusta que me llueva cuando entreno. En ocasiones la lluvia me busca a mí, pero en otras yo la busco a ella. Pero hay un límite. Y ese límite yo lo sitúo no en lo que cae del cielo sino lo que veo en el suelo. 
Lógicamente, cuando llueve, va a llover o ha llovido, busco asfalto y me alejo de los caminos. Entonces disfruto cuando el sudor se mezcla con el agua del cielo en la frente. Y si no hay viento alguno y la temperatura no es muy baja se redondea el círculo. Vas contemplando los árboles y plantas en la orilla del camino o de la carretera y observas el atribulado vuelo de los pocos pájaros que los tienen bien puestos y han pasado de emigrar a otros países buscando temperaturas más suaves y secas. Y admiras a ambos. Es más te congratulas con ellos. Yo que corro en soledad el noventa y nueve coma nueve por ciento de las veces, me siento en estas circunstancias narradas un ser de la naturaleza, protegido por ella pero también zarandeado, igual que ese pájaro que vuela a ras de suelo atribulado por el peso que le causa el agua en sus abundantes plumas. Los árboles no se inmutan, pero en ocasiones también los veo sufrir. Como ocurrió el pasado sábado o ha ocurrido en la tarde del jueves, cuando escribo estas líneas. 


Porque como decía más arriba hay un límite. Y ese límite lo veo en el suelo, justo en el momento en que, aún siendo asfalto, el agua se congrega en balsa y ya de nada vale esquivar los charcos: todo es un charco. Y cuando miras la frente y lo que ves no es otra cosa que una cortina de agua que, amenazadora, lucha por quitarte el protagonismo. Es, entonces, en esas circunstancias y situaciones cuando dudas. 
Si minutos antes, con el agua recién caída, la ropa aún no demasiado empapada, el suelo sin balsas, el pájaro alzando el vuelo sin problemas y el árbol soportando con entereza el agua, si esos minutos antes, alimentándote del sin par olor a tierra recién mojada, has disfrutado como un enano, ahora te llegan las dudas. Porque ya no  pisas la solidez del asfalto, tan sólo chapoteas y el color de tu ropa técnica ya no es definible. Ni tan siquiera ves ya al pájaro alzar el vuelo y algunos coches que pasan por la carretera hacen ademán de detenerse por si necesitas ser transportado (algunos me han preguntado en alguna ocasión). Si ocurre todo eso, lógicamente, dudas. Compruebas que la lluvia ya es tan intensa que está dejando de ser tu aliada, se está volviendo hostil. Pero aún así, aprietas los dientes, calculas los kilómetros que te quedan e intentas dejar la mente en blanco, intentando pensar aún que la lluvia sigue siendo tu amiga, esa que te acarició el rostro nada más hacer presencia.  

25 octubre 2012

RELATOS BREVES DE OTOÑO

UN DÍA ORDINARIO 


Ahora que cuento con la tranquilidad necesaria, me pregunto porqué un cotidiano accidente en una calle cualquier de una ciudad cualquiera se convirtió en el punto de inflexión más importante de mi existencia. Pero cómo lo iba a saber yo en ese momento.

Estás con tu motocicleta en ese semáforo que casi siempre está en rojo justo en la esquina del gran banco, ese que ahora exige ser ayudado por el gobierno; estás allí, aguardando el cambio de color de luz led de la señal de tráfico y nada puede hacerte sospechar lo que viene a continuación, porque imaginas que lo que viene a continuación no es otra cosa que lo predecible. Es decir, que el semáforo se pondrá en verde y tu retorcerás el puño de la moto y saldrás progresivamente hasta el próximo semáforo; o bien, te dará tiempo a superar dos o tres semáforos más hasta girar a la derecha, muy cerca ya de donde sueles aparcar. Nada tan ordinario y tan cotidiano como eso.

Pero nada de eso ocurrió. De un millón de ocasiones, tan sólo una de ellas podría salir mal. Una entre un millón. Y salió mal. Pero ocurrido lo ocurrido, te preguntas cosas: ¿por qué a mí? ¿por qué aquel día y no otro? ¿por qué en aquel semáforo ordinario por el que pasaba a diario y no en otro?

De nada vale ya lamentarse. De hecho, mi abogado está consiguiendo poco a poco demostrar que nada tenía yo que ver con aquel individuo que salió disparado del banco con una bolsa en la mano y que sin mi permiso y a traición se instaló en el asiento trasero de mi moto y me obligó a alejarme de allí a punta de pistola, asegurando al policía que nos detuvo al final de la calle que yo era su cómplice.

24 octubre 2012

CON LA CHINA CERRAMOS EL CÍRCULO



Veamos ¿A alguien le sorprende lo de las mafias chinas? ¿A alguien le parece normal que unos cuantos ciudadanos chinos, que apenas son dueños de las ropas que llevan, puedan comprar o arrendar los locales más caros, en las zonas más comerciales de cualquier ciudad y ponerse a vender cosas de a menos de un euro? ¿Qué es lo que somos, o qué es lo que creen que somos? ¿Crédulos? ¿Sumisos? ¿Gilipollas, en definitiva? 
Todo lo que pasa y ha pasado en España, digamos, en los últimos 20 años, por poner sólo una fecha acotada coincidente con las orgiásticas Expo de Sevilla y Olimpiadas de Barcelona, es de escándalo. El embrión ha sido la fiebre del ladrillo, está claro, pero esa causa ha traído muchos efectos que tienen mucho que ver con la avaricia y la falta de ética  y moral de la condición humana. 
La suma de políticos corruptos, unas leyes inaplicadas, un Poder Judicial lento y costoso y una clase empresarial depredadora ha conciliado un caldo de cultivo dantesco para la atracción de todas las mafias del planeta, que buscan  sin descanso lugares proclives en los que blanquear su dinero procedente del narcotráfico, la venta de armas, la prostitución o todo lo que sea blanqueable. Lógicamente, para ese fin, se tienen que dar unas condiciones excelentes, siendo una de ellas la existencia de los distintos paraísos fiscales que pueblan el mundo, que es el reducto de mafias, empresarios y políticos que tienen en común la corrupción como norma.
¿Y qué país democrático bien situado estratégicamente es más proclive a estos lavados? Lógicamente, España ¿Y qué regiones más proclives dentro de España? Lógicamente donde hay opciones ventajosas, lugares donde se permita construir a mansalva con el beneplácito de políticos corruptos: toda la costa mediterránea y ciudades dormitorio, principalmente, las más cercanas a las grandes ciudades. El póker es perfecto. 
Pero el ciudadano medio, sin poder ni medios lo barruntaba. Unos sacaban tajada porque iban bien sus negocios o su puesto de trabajo y  otros intentaban apartarse de aquello. Y aquello no era otra cosa que les hicieran comulgar con ruedas de molino ante la presencia de cada vez gente sin fortuna que de buenas a primeras paseaba por las calles de su ciudad sus imponentes coches de lujos y alta cilindrada u ostentaba bienes inmobiliarios de ensueño; una presencia cada vez más insultante de gente del Este en las costas mediterráneas a bordo de coches de gran cilindrada y gestionando locales de ocio a doquier; gentes procedente de Italia viviendo en grandes mansiones y manejando magros negocios; gentes de aspecto sudamericano manejando pasta de forma insultante; y por, último, de una manera más callada y laboriosa, gentes de China, abriendo cada vez con más insistencia enormes locales de todo a cien -ahora todo a euro- en las mejores calles de cualquier ciudad española e infinitas naves industriales de precio prohibitivo para empresarios españoles.
¿Alguien llegó a pensar alguna vez que todo esto era normal?  ¿Habíamos caído en la cuenta que algo se salía de madre? ¿O, sencillamente, interesaba e interesa a los gobernantes que existan estas mafias porque -piensan ellos- generan empleo? No en vano, se ha analizado que sobre un 25% del PIB mundial -lo escribí en un artículo en Ideal hace unos años- procede directamente de negocios mafiosos y más cabe -dirán los gobernantes- mirad para otro lado. Todo mucho más creíble que admitir que lo que pasa en España no era evidente.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...