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14 noviembre 2015

ES HORA DE QUE EUROPA Y OCCIDENTE DESPIERTEN

Tras los atentados de París en la noche del 13-N, el autodenominado estado islámico reivindica no ya estos atentados sino una supuesta declaración de guerra. En términos de Derecho Internacional si un estado le declara la guerra a otro, podríamos estar refiriéndonos al inicio de una guerra a gran escala; y sería ahora el momento de preguntarse qué es el denominado -o autodenominado- Estado Islámico (lo pongo con mayúsculas, aunque no debiera por lo que ahora explicaré). De acuerdo con la teoría política y del estado, un estado para considerarse como tal debe de contar con tres ingredientes: territorio, población y organización. Por tanto, no es posible hablar aquí de un estado propiamente dicho, como lo es, por ejemplo, Francia. En todo caso, se podría estar hablando de un propósito de futuro. Y si ese propósito futuro se cumpliera, estaríamos refiriéndonos a un estado terrorista. Por tanto, aquí de lo que se trata no es de otra cosa que de terrorismo en estado puro perpetrado por individuos radicales que, obviamente, cuenta con apoyos importantes.
No sé -porque no soy un experto en el tema- si el desencadenaNte de todo esto fue la invasión de Irak, pero lo que si está claro es que desde ese momento ha habido atentados en Nueva York, España, Londres y, ahora París. Y no serán los últimos, en mi opinión. Estados Unidos, con el apoyo logístico de Gran Bretaña y un puñado de países menores más y el ridículo apoyo moral del monigote que en ese momento nos gobernaba, la cagó de manera estrepitosa eliminado a un dictadorzuelo que tenía una única virtud: controlar el radicalismo islámico. No lo hacía por complacer a Occidente, nada de eso, sino por seguir siendo el hombre fuerte del Partido Baaz Árabe Socialista, que era el partido único que gobernaba Irak. Sadam Husein, de esa manera controlaba el empuje islámico, igual que lo hacían otros, como es el caso de Mubarak en Egipto. Desaparecidos éstos, todo ese control ya parece inexistente.
Sin embargo, en un asunto tan complejo, ese no fue el único desencadenante importante. Lo es también el enorme error que están cometiendo los países occidentales; y ese error no es otro que la pusilanimidad con que se están afrontando por parte de los países europeos y el resto de los occidentales todo este asunto. Muchas voces expertas llevan tiempo advirtiendo que la política de apertura de puertas de manera tan espléndida al Islam es suicida. Y los hechos lo demuestran, porque las grandes masacres perpetradas en países occidentales desde el año 2001 hasta nuestros días las llevan a cabo fanáticos musulmanes asentados en nuestros países que, además, entran y salen de nuestros países como les sale de sus gónadas, sin control alguno. Gente que crece al amparo de nuestro sistema, pero que al mismo tiempo odian a muerte al sistema en sí. ¿Guerras de religión? No lo creo. Éstas ya tuvieron su momento. De lo que se trata ahora es de otra cosa, que deberán analizar los expertos.
Ocurre que en nuestros países lo políticamente correcto impide ver las cosas con objetividad. Pero yo me mojaré sin problema alguno: discrepo rotundamente de las políticas de puertas abiertas llevadas a cabo por los países europeos en cuanto a la recepción de población musulmana. Básicamente por un aspecto que, desde nuestras democracias no vemos pero que los musulmanes en su inmensa mayoría si advierten: la exclusión y la eliminación. Los países demócratas, alejados de tabús religiosos y fomentados en la igualdad, no entienden que nadie deba ser excluido por cuestiones de religión, sexo, opinión o ideología. En esos valores se fomenta la democracia. Sin embargo, una gran mayoría de población musulmana que vive entre nosotros en Europa no lo ve así. Consideran como válido seguir viviendo en y de nuestro sistema -principalmente por los activos económicos y sociales- pero al mismo tiempo no desean desprenderse de sus creencias, las cuales son totalmente contrarias a las que inspiran nuestras democracias. Ese es el verdadero problema. No ignoro que cada vez son más los musulmanes que valoran vivir en democracia y se alejan de sus creencias medievales, pero me temo que la mayoría no ha dado, y lo que es peor, no va a dar ese paso jamás. Y de ahí a la radicalización sólo hay un paso.
Europa, principalmente, debe de abrir los ojos a lo que se avecina. Se están dando muchas facilidades al terror. Porque de no existir estas políticas tan expansivas sería muy difícil que nadie de fuera -que no sea un estado organizado- pueda entrar en la cocina de nuestras propias casas y cargarse a quien les de la gana con subfusil o bombas en manos, mientras gritan eso de que: Alá es grande... Porque, cómo le explicas a las familias de las víctimas de Nueva York, Londres, Madrid o París que lo que están pretendiendo los países europeos es utilizar el Estado de Derecho y la democracia mientras que salvajes fanáticos y medievales que viven entre nosotros aprovechándose de nuestro sistema social y democrático, nos matan como a cucarachas y, lo que es aún peor, nos meten el miedo en el cuerpo hasta el punto que supone un riesgo sentarse a tomar una cerveza en una terraza de cualquier país europeo o asistir a un concierto en una sala de fiestas.
A ver si despiertan de una puta vez los líderes europeos y occidentales y comprenden lo que ya se nos ha venido encima.

13 octubre 2015

LA HISPANIDAD: UNA VISIÓN EN LA ACTUALIDAD


He comprobado cómo en la celebración de esta última fiesta de la Hispanidad, en redes sociales, prensa, debates, etc., ha arreciado el debate en torno a ese papel colonizador o descubridor -depende quien lo diga- de España en lo que en su momento se conocía como las Indias, hace más de 500 años.

Que haya arreciado ahora más el debate, quizá se deba a todo ese ánimo independentista que gira en torno a Cataluña o es posible que también se deba al cada vez mayor número de gobiernos bolivarianos, que crecieron en torno al empuje del fallecido Chávez. Sea como fuere, el caso es que hay más opinión, mas crítica, más puntos de vista.
Yo tengo el mío propio, como supongo casi todo el mundo.
No hay que negar que aquel hecho ocurrido hace más de 500 años supuso un descomunal cambio en el devenir de la historia. Un mundo supuestamente civilizado y conocido coloniza o descubre otro mundo supuestamente incivilizado y desconocido. El poder de una potencia, que era en aquel momento el Reino de España, como ha ocurrido siempre, aplasta con soberbia y razón religiosa y política a lo que para esa potencia no era más que grupúsculos desorganizados de tribus analfabetas y salvajes. Esa podía ser más o menos la visión de los colonizadores españoles, que con Colón a la cabeza como alfa descubridor buscaban fortuna personal al mismo tiempo que la corona española buscaba poder, fortuna también y gloria. Que el hecho religioso se interpusiera por medio, para mi no era más que una excusa para entrar en estos territorios arrasando siempre en nombre de Dios. 
De hecho, clérigos hubo que no se creyeron eso y mostraron siempre buena disposición hacia los indígenas, como es el caso de Bartolomé de las Casas, pero eso sí, imponiendo su religión a la atávica y desconocida de lo indígenas. 
No hay que negar a día de hoy (y los propios documentos así lo atestiguan), que el Reino de España colonizó y descubrió a la fuerza, por la vía de la violencia cuando no existía capitulación. Y la capitulación no era otra cosa que imponer el criterio del más fuerte.
¿Se respetó la religión atávica de los indígenas? En absoluto. Otras potencias más antiguas lo hacían. Por ejemplo Roma. Avasallaba, colonizaba a la fuerza, pero era respetuosa con religión y costumbres del pueblo colonizado, eso sí, siempre que respetaran como prioritarias las leyes romanas. De hecho, Roma lucho mucho para que no se impusiera una religión indígena llamada cristianismo y, al final, Constantino, en el año 313 de nuestra era la legalizó por medio del conocido como Edicto de Milán y Teodosio I, a finales de ese siglo IV, la acabó declarando religión oficial del Imperio Romano. 
Que sepamos el Reino de España, ni por asomo adoptó ni adaptó alguna. Sencillamente, impuso la suya y la del Papa de Roma, que también tenía marcados intereses en el ese nuevo mundo. 
Dicho esto, ¿qué de bueno pudo traer aquello? (en la historia y mucho más en la infrahistoria nada es bueno ni malo por completo). Para muchos se aportó conocimiento, civilización, modernidad. Para otros, se despojó a estos pueblos de sus costumbres, su religión y sus ritos ancestrales (algunos muy salvajes, hay que decirlo). También nos mezclamos (criollos) y una vez explotados sus recursos naturales, llegaron otros países como Portugal (estos casi a la par que nosotros), Gran Bretaña, Francia, Holanda, entre otros. Y una vez explotados y diezmados sus recursos naturales e impuestos los dirigentes, les dimos la independencia. 
¿A día de hoy en qué situación estamos? Supongo que la cosa es muy distinta. Son países totalmente soberanos que luchan por sobrevivir en este mercadeo global en que se ha convertido el mundo y, quizá, haya que pasar página. Porque la historia es historia y como tal hay que estudiarla. Eso sí, con crítica y sentido común. Que el Reino de España se extralimitó imponiendo su fortaleza, está claro; que aportó modernidad y conocimiento, también. Pero que nadie se engañe: la conquista de esas Indias fueron cuestiones de poder, economía y religión, que más o menos han sido siempre los tres pilares que han movido al mundo. De hecho, Cristóbal Colón pactó con los Reyes Católicos un reparto económico de lo que fuera a encontrar allí. 
Que no me lo invento yo.                     






   

08 septiembre 2015

UNA REFLEXIÓN PROBABLEMENTE HETERODOXA SOBRE LOS REFUGIADOS SIRIOS Y OCCIDENTE

Asunto complejo tienen en sus manos los dirigentes comunitarios. Pero sobre todo los ciudadanos que, al final, siempre serán los perjudicados más que benefactores de las políticas que llevan a cabo sus dirigentes.
Decir que el mundo es asimétrico en todos los aspectos no aporta apenas nada a lo que ya sabemos. Hemos construido una sociedad desigual, en la que determinados países han prosperado y alcanzado un bienestar más que aceptable, mientras que otros siempre están en el furgón de cola, sin posibilidad de salir del catastrófico agujero en el que están instalados, bien por la injusticia de la historia o el abuso de sus sátrapas, normalmente apoyados por Occidente.
A estas alturas ya tenemos claro que la pobreza de muchos es la razón de la riqueza de unos pocos. Ocurre con las personas, pero también con los estados. Pero también ocurre que en cuestiones de economía casi nunca hay mecanismos de equilibrio que consigan buscar una solución para que los ciento noventa y cinco países soberanos que conforman el mundo convivan como buenos vecinos sin necesidad de entrar en la propiedad del otro. Y si a todo eso hay que sumar violentas guerras, genocidios, guerras de religión, segregaciones étnicas o cualquiera de las diferentes formas de crear el caos, la solución no es que no sea fácil, es casi imposible.
Por tanto, es propio y un derecho natural que las personas busquen refugio allí donde puedan si en su propia tierra peligran sus vidas. Y también es propio que a la hora de buscarlo dirijan la vista hacia países prósperos, los cuales estarán en mejores condiciones económicas, políticas y sociales para albergar a las personas refugiadas. Se trata de un orden propio del derecho natural, pero también es una cuestión económica, porque nada se mueve en el mundo sin la economía. 
La foto del niño sirio yaciendo ahogado en una playa de Turquía, para más morbo, cerca de un lugar turístico para gente pudiente, ha abofeteado aún más las mejillas de los países ricos, que remisos y dudosos a la hora de aceptar contingentes de refugiados de Siria y otros países, no han tenido más remedio que dar su brazo a torcer, empujados por la opinión pública, que ha sido aún más sensible a esa realidad que muestra la fotografía. Hay un clamor a favor de acoger refugiados. En un orden lógico, los países ricos deben ayudarles, pero también es obligación de los gobiernos y de los ciudadanos decidir con responsabilidad en cuanto a lo que esto conlleva. No se trata de que deban ejercer un liberalismo a ultranza en el que el hombre no cuenta, sino tener claras las consecuencias, tanto económicas como sociales. Por desgracia hoy día las buenas intenciones y las ideas humanitarias tienen un coste económico, social y político sobre el que hay que reflexionar con la mayor imparcialidad y seriedad posible.   
España, remisa a acoger refugiados hasta el final, ha hecho unas cuentas aproximadas y ha calculado que la acogida de 15.000 ciudadanos sirios refugiados costaría a las arcas públicas 150 millones de euros. Pues bien, en una sociedad moderna, en un Estado de Derecho en el que los números es la razón fundamental de las políticas públicas, eso debe estar presupuestado de manera conveniente. No se trata de un apunte cínico, sino de una realidad que hay que afrontar. Como hay que afrontar el hecho del mayor coste subterfugio pero real que hay que asumir por la permanencia de todos estos seres humanos, ya que a plazo medio no estarán en situación de producir para la sociedad que les acoge, es decir, desarrollar una profesión. O sea, contribuir a la sociedad que les acoge. 
Muchos ponen el ejemplo de que España ha sido un país emigrante, pero hay que distinguir una emigración laboral con una emigración forzada por una guerra. Es cierto que tras la Guerra Civil española muchos españoles se vieron forzados a irse y fueron acogidos por otros países, pero no olvidemos que la mayoría de esa gente eran intelectuales y políticos del bando vencido que aportaron mucho a las sociedades que les acogieron, como profesores, escritores, artistas o, sencillamente, gente muy preparada. Por supuesto -seamos serios-, no será el caso de los 15.000 ciudadanos sirios, o al menos, no será el caso en su mayoría. De hecho, ya se están dando cifras de lo que costaría acogerlos, asunto que no sucedería si fueran ciudadanos que llegaran con una profesión bajo el brazo. Mucho menos en España, país que expulsa del mercado laboral a muchos españoles. En pocas palabras, todo este contingente humano habrá de ser auspiciado a través de los presupuestos públicos, es decir -no nos engañemos- del dinero de los impuestos de los ciudadanos. No lo digo como crítica, ya que soy de los que opinan que refugiarse en otro país es lo lógico y normal (yo sería el primero que lo haría si de lo que se tratara es salvar mi vida y la de mi familia y amigos), lo digo como razón pragmática que hay que asumir desde el primer minuto. Y lo que defiendo en este artículo es que eso me parece lo lógico y lo correcto. Y postulo porque los gobiernos eliminen partidas de gastos suntuarios e innecesarios para poder dotar presupuestariamente ese coste sin que tenga que salir del bolsillo de los ciudadanos. Eso es perfectamente posible. Otra vía es que la ciudadanía admita la subida de impuestos para esa acogida, pero me pregunto ¿será eso admitido, incluso por los santones más progres favorables a la acogida, esos que dicen que todo lo pague el Estado pero luego se quejan de la cantidad de impuestos que hay que asumir; o que sencillamente invaden impuestos cuando le es posible? Es más, muchos de los que deciden por nosotros, los ciudadanos, no pagan impuestos o, sencillamente, evaden capitales por las noticias que hemos conocido en los últimos años. En ese sentido, ¿asumirían los políticos una bajada de sueldo y la Casa Real una bajada sustancial de sus asignaciones para dedicarlo a la acogida de refugiados? No. Sinceramente, creo que no, ya que nuestros políticos no se llaman José Mújica (Presidente Uruguayo).  
No son reflexiones cómodas, ya lo sé, pero hay que mojarse. Poca gente lo hace. 
En estos días, estoy visitando foros y hay una clara disposición a la acogida, cosa que me parece lógica en un mundo tan desigual, pero también muchos ciudadanos están preocupados por el coste económico, quejándose que deberían ser 'refugiados', en primer lugar los ciudadanos propios que subsisten sin empleo ni prestaciones. 
Todo esto suscita un amplio debate que hay que afrontar. Y lo debe de afrontar Occidente desde la premisa de saber que su riqueza y el bienestar económico y social de sus ciudadanos es posible que se deba al deterioro de la vida en países subdesarrollados, por lo que acogiendo a individuos desfavorecidos, de alguna manera se devuelve la moneda, ya que nada es gratis ni fácil de conseguir en este dispar mundo, supuestamente civilizado.           
Por su parte, los ciudadanos del primer mundo deberíamos de estar dispuestos a asumir que las cosas no podrán seguir como hasta ahora; que no será posible no abrir la puerta a los ciudadanos del llamado tercer mundo; que no será posible seguir manteniendo el mismo estatus ante un mundo tan desigual; que si Occidente no se ha preocupado de crear riqueza y bienestar en los países pobres de Asia, África y América (todo lo contrario, siempre los ha explotado), ahora ya es tarde para ello y no habrá más remedio que abrir las puertas de sus casas para acoger a quien de una manera u otra acabará entrando. Así de complejo y de real el mundo en el que vivimos.
Los gobiernos occidentales deben saber que el gasto público tras la acogida de cada vez más ciudadanos de la parte del mundo más desfavorecida será más amplio. Insisto, deberán ponerse las pilas y dejarse ya de gastar en gastos innecesarios. En prebendas, en fastuosos gastos oficiales, en boato, en inversiones estúpidas. Deberán derivar el gastos superfluo hacia partidas sociales, educativas o sanitarias. O eso, o seguir con el mismo nivel de gasto, lo que conllevaría subir los impuestos de los ciudadanos residentes. ¿Se bajará la casta del burro cómodo en el que están instalados? 
Por otra parte, los países occidentales han demostrado torpeza histórica al creer que podrían cerrar sus fronteras de oro. El mundo es global y no hay fronteras que impidan la entrada del sufrimiento, del hambre, de las guerras, del genocidio. En realidad, todos haríamos lo mismo si nos encontráramos en la situación de los sirios. Pero poco se han preocupado las potencias mundiales de crear riqueza y forzar la paz en los países a los que no les ha podido extraer nada material, ya sea petróleo u otros recursos naturales valiosos. Lo lógico y conveniente siempre es crear riqueza en todos los países de la orbe mundial para que los ciudadanos puedan seguir viviendo en su tierra que, en última instancia, es lo que pretende todo el mundo, ya que nadie emigra por voluntad propia. España es un ejemplo de ello por los muchos emigrantes que siempre ha tenido.   

Ante todo este asunto es obligatorio hacerse estas preguntas: 

¿Estarán dispuestos los países occidentales a asumir presupuestariamente la entrada de refugiados, eliminando partidas suntuosas que favorecen siempre a la casta? 

¿Estarán dispuestos los ciudadanos, en su caso, a pagar más impuestos para acoger a más refugiados? 

¿Están preparadas los países occidentales a cada vez más gente del tercer mundo? 

¿Habrá conflictos étnicos, religiosos, sociales, económicos?

¿Habrá acabado el estatuto social y económico de Occidente?

Muchos interrogantes que hacerse ante la realidad que se le viene encima a Europa y a los países occidentales.   

12 julio 2015

EL ASUNTO GRIEGO, LA EUROZONA Y LA MÁQUINA ALEMANA: UNA REFLEXIÓN PERSONAL

Llevaba tiempo meditando sobre esta entrada, una vez conocido el referéndum en Grecia, que consultaba a los ciudadanos algo no demasiado inteligible pero que, en definitiva, lo que pretendía no era otra cosa de 'politizar' un asunto que muchos quieren ver como harto económico.
Pero es cierto, como viene a decir mi amigo Pepe Maza, que la economía siempre está sujeta al vaivén político. Y así lo han entendido los griegos. Un pueblo antiguo y con oficio en asuntos públicos, cuyo pasado yo admiro porque sentó las bases de la democracia y de la cultura europea y occidental.
Porque, en mi opinión, lo que ha tratado de hacer el gobierno griego de Tsipras o del partido que lidera, SYRIZA, no es otra cosa que hacer ver a los ciudadanos griegos y a los europeos que estén en situación similar, que el liderazgo económico de Alemania es una farsa. Y me explico. 
Alemania ha hecho de la Unión Monetaria algo a su imagen y semejanza. Un sistema monetario que es un fiel reflejo de sus finanzas. Y una vez conseguido, busca imponerlo en todos los países de la Eurozona a toda costa. Saben que eso no es posible. Que Grecia, España, Portugal, Italia e, incluso, en algunos aspectos Francia, no pueden imponerlo. El resto de los países que tienen el Euro como moneda -la Eurozona se compone de 19 países-, también lo tendrán que imponer, pero por ahora se les deja para una segunda tanda. Lógicamente, los países satélites de Alemania, caso de Austria, las repúblicas checa y eslovaca y algunos otros excomunistas, como el caso de Polonia, se arriman al poder alemán, porque saben que en esa sombra están protegidos. Por tanto, han de ser las potencias más fuertes, como son Francia e Italia, las que no deben ceder a esa especie de trampa. De hecho, en estos días Francia ya se ha dado cuenta del festín alemán y se está posicionando, no digamos abiertamente hacia las tesis griegas, pero si contra las alemanas. Saben que Alemania lo único que pretende es seguir subida en el estatus que le procura los recortes de los demás. Eso ayudará a comprender el mísero papel de Rajoy y del gobierno español en este asunto, muy criticados y con razón por los griegos. Porque lo que lo que consigue el gobierno español siguiendo al dictado las tesis alemanas es perjudicar a nuestro país. Con la política de recortes, la UE -o sea Alemania- está consiguiendo que nuestros países se descabecen por completo que, seguramente,  es lo que se pretende. Más impuestos y menores sueldos, menos inversión..., no pueden llevar a otra cosa que al declive de la economía. No se consume, no se crean puestos de trabajo, no hay actividad económica. El añadido es ver cómo nuestros jóvenes, formados en España con el dinero de los impuestos de todos nosotros, son aprovechados, principalmente, por Alemania. No han invertido un euro en su formación, pero sí se aprovechan de sus conocimientos, pagándoles unos sueldos, en muchos casos, menores que los de sus nacionales. Eso lo están posibilitando los gobiernos españoles, desde el potentado González, el del lujo y el placer, hasta el de el 'Marianico el Corto' (este tío no se entera, o bien, se entera demasiado), ya que es algo que no viene de ahora, ya que los ingenieros, médicos, arquitectos o lo que sea que se formen en España con dinero de todos los españoles, deben de devolver esa formación a la sociedad española. Pero, claro, no es algo de lo que sean culpables ellos, sino el gobierno que no hace lo necesario para que las empresas españoles los contraten.
Pero volviendo al tema alemán. Os puedo decir que en las dos visitas que he hecho a este país, he llegado a la conclusión que: Alemania, en absoluto es el país que nos hacen creer. Ni son más laboriosos que los españoles ni son tas magníficos. Es cierto, que poseen virtudes que los demás no poseemos, siendo la principal, el sentido común a la hora de legislar y la seriedad en cuanto a lo público, que son aspectos que siempre destaco de este país, al cual reconozco muchas más virtudes, desde luego (incluyendo su excelente heavy metal y su buena literatura, que son más bien aspectos privados del pueblo).  Por lo demás, se sabe que tienen excelentes sueldos sin que eso signifique que trabajen más que los españoles, los griegos o los portugueses y que cuentan con privilegios económicos con los que los demás no contamos. Eso es así desde la terminación de la 2ª Guerra Mundial. Un país que fue destruido parcialmente por los aliados a causa del nazismo, pero que éstos mismos países con posterioridad insuflaron una cantidad económica mareante para auparlo. Sabedores de esos privilegios y esa ventaja económica ahora aprietan el cuello de sus socios de la Eurozona para continuar con su estatus. 
En mi opinión, todo esto no es más que un engaño bien tejido por Alemania, y los países más 'pobres' y con más recortes de la Eurozona deberíamos de dar un puñetazo en la mesa, antes de que sea demasiado tarde. Pero, ¿habrá gobiernos como el griego que sean capaces de hacerlo?  Con esto no quiero decir que Grecia haya hecho los deberes. Debe mucho dinero a todo el mundo ya que con las políticas de austeridad no les han dejado crecer, y habrá que preguntarse de quién fue la responsabilidad de dar el visto bueno a sus finanzas a la hora de entrar en la UE. ¿No sería este asunto otro engaño más para propiciar llegar a la situación en la que ahora nos encontramos?
Que lo de Alemania es una farsa queda claro si analizamos el papel de sus grandes corporaciones. Su sistema político, administrativo y judicial pasa por ser transparente y limpio, pero ¿lo son sus empresas? ¿Obedecen a alguna ética Audi, Mercedes, BMW cuando venden sus mejores modelos a las mayores mafias criminales y gobiernos mundiales sin preocuparle que el dinero provenga del blanqueo de dinero del crimen organizado? ¿Obedece a alguna ética Siemens cuando consigue contratos en medio mundo por la vía que todos sabemos y que se ha denunciado en múltiples ocasiones? ¿Le preocupa esto al gobierno alemán o, tal vez, lo fomenta? No olvidemos que Alemania en gran parte es lo que es gracias a su industria. 
Por tanto, ¿por qué no abrimos los ojos ante tanta impostura y falsedad?   

08 marzo 2015

LA 'TRAGEDIA' DE UNA FAMILIA

Hay que ser bellacos para decir y mantener ciertas cosas, con lo que ha llovido y lo convulsionado que está el país a cuenta de la crisis y la corrupción.
Por acabo de enterarme que la Caixa no suprime el sueldo de 220.000 € brutos al año, así como gastos de colegio y alquiler de la casa en Suiza, a la Infanta porque no quieren agravar la 'tragedia' de esta familia que no cuenta con más ingresos -dicen-. ¿Por qué la Caixa no es tan sensible con las familias a las que les quita la casa y les sigue exigiendo el pago de la hipoteca? Lo tengo claro: a la Caixa no hay que comprarle ni una entrada de un espectáculo. Vaya país de mierda. Y vaya mierda de democracia estamos soportando. Ni que decir tiene que el espectáculo de la Casa Real, sólo es posible que se haya producido y se siga produciendo por toda esa madeja de corrupción política que asola a instituciones y partidos. Todo ese engaño en cadena que han posibilitado los dos partidos que se han alternado en el poder desde el inicio de la democracia -con la intervención inicial de UCD-. Lógicamente, hablamos de los dos partidos con los casos de corrupción más escandalosas, el PP y el PSOE, o bien, el PPSOE, que viene a ser igual.
Me pregunto si todo esto es así porque los partidos y la casta han hecho de la democracia el nido perfecto para la corrupción; o si -y esto es más preocupante- en este país somos así por sistema. La respuesta no es fácil.    

01 enero 2015

LAS UVAS DE LA IDA

No, no se trata de un error sobre el título de la excelente novela de Steinbeck, sino de un deseo para el nuevo año: la ida definitiva de este régimen andaluz, que se señorea por Andalucía sin que nadie le sople desde comienzos de la democracia -y desde un poco antes, con la preautonomía-.
Porque lo de las uvas de Nochevieja y Canal Sur no es una anécdota sino una sustancia. No es un fallo sino una manera de proceder. No es una error de un directivo anónimo sino la manera de entender la información esta triste cadena que se autodenomina pública. Su manera de entender Andalucía y de ningunear a los andaluces, que en muchos casos no nos merecemos otra cosa mejor. De ahí que lo ocurrido en Nochevieja no sea más que la herencia recogida de tantos años de barbaridades de esta infame cadena andaluza. 
 Es lo que ocurre cuando se permanece tanto tiempo en las instituciones, que te haces de una pieza con ellas y se pierde todo sentido de la responsabilidad ante el poder y el buen gobierno. Por tanto, he de concluir, no toda la culpa es de los políticos sino -insisto- del ciudadano que posibilita con su voto que sigan ahí.     
Los Simpson siguen esperando... 
En Canal Sur hay muy buenos profesionales y a algunos los conozco, pero nada de eso tiene que ver con la visión política del medio, que no es más que el trasunto de la forma de gobernar y de concebir a Andalucía. 
Cuando veía esta mañana algunos vídeos domésticos de familias andaluzas sobre el momento de fiasco de las uvas no sabía si compadecerme o de alegrarme. 
Compadecerme en el caso de que buena gente pretendiera tan sólo ver  y compartir en su cadena regional uno de los momentos importantes del año. Alegrarme -como apuntaba antes- al comprobar que muchos de esos que se quedaron con cara de incredulidad posibilitan con sus votos que siga gobernando este régimen caduco que extiende sus raíces desde los albores de la democracia, acomodados en sus sillones. Sí, es cierto que las últimas elecciones las perdieron y gobiernan gracias al apoyo de otros de similar camada, pero también me horroriza pensar que hubieran gobernando los que ganaron. O sea, no hay salida mientras siga el esquema tradicional de partidos y el decadente sistema electoral.
Luego, los andaluces estamos desorientados. Tanto como esas miles de familias que comprobaban que en mitad del rito casi orgiástico de las uvas les metían no sé qué de turismo de Andalucía y no sé qué de motos en el circuito de Jerez.  

29 octubre 2014

¡QUÉ PUTREFACCIÓN!

¿Alguien se siente decepcionado por los casos de corrupción en masa que están aflorando en estos días? No lo creo. En todo caso, sorprendidos al comprobar que la cosa va más allá de lo que pensábamos. Eso que se dice de la 'punta del iceberg y tal'. 
Porque desde que comenzó la democracia se han ido creando monstruos y éstos ya están tan crecidos que te devoran. Algo así como los dragones de la Khalessi. 
Resulta que la supuesta democracia española y la supuesta Constitución han dejado que el artículo seis de ésta campe a sus anchas. El artículo seis, el que regula los partidos, decidió que la participación política y todo el mecanismo estatal se vinculara a los partidos políticos. Y con una ingenuidad casi hiriente establece 'in fine' que el funcionamiento interno ha de ser democrático. Qué candidez. Y, claro, como nada de eso se pensaba cumplir, los listos y salvapatrias de toda la vida comprendieron que era la oportunidad para pisotear, robar y expoliar a sus anchas. 
Para colmo, se posibilitó que formaran parte de las cajas y de los organismos de control más rigurosos. Es decir, como poner al lobo a cuidar de las gallinas, como se suele decir en plan coloquial. Porque los partidos -no nos engañen a estas alturas- son cuatro tipos entregados al poder económico del país y extranjero en muchos casos, sin más escrúpulos que forrarse cuanto antes, aparentando ser patriotas y estadistas que te cagas. Además, de poder seguir financiando sus partidos, para que la maquinaria no decaiga.
Vean el caso de González o el de Aznar, por poner tan sólo los dos más sobresalientes, por el poder que alcanzaron. El primero rico hasta las cejas -como también se suele decir en plan castizo-, viniendo de un partido obrero; el segundo, codeándose con los tipos más corruptos y potentados del mundo, vinculando desde pronto su carrera política hacía el gran negocio mundial desde la foto de las Azores. Y ahora fíjense en el rey senior, un tipo al que le reconocen una fortuna imposible de justificar, codeándose toda la vida con los tipos más corruptos del país - De la Rosa, Colón de Carvajal..-, no cortándose un pelo en sus tratos permanentes con las billonarias monarquías del Golfo, es decir, campando a sus anchas, sin que nadie en este mísero país le haya afeado jamás su comportamiento. Y cuando digo nadie, digo nadie que importe y decida, desde grandes medios de comunicación hasta altos políticos. Todos postrados. Todos súbditos. 
Luego, con ese panorama ¿nos ha de extrañar que cuatro alcaldetes, y altos cargos de CCAA hayan robado durante años y años? Y es que no era posible no verlo: tantos cargos, tantos coches oficiales, tantos sueldos enormes, tanto lujo, tanta comida en restaurante de lujo, tanta tarjeta, tanta dieta, tanta influencia en los contratos del Estado, tantas malas amistades...¿Nadie había observado todo eso? Pero a pesar de todo seguíamos votándoles. Con un par.     
Pero la gran pregunta que ahora se hace todo el mundo es la siguiente: ¿Por qué ahora? Por qué sale toda la mierda ahora? Mantuve hace poco en un artículo en Ideal 'Vigilar y castigar', que se puede leer pinchando en la foto del mismo en la derecha, mantenía, que lo gordo, lo importante está por salir. Y no me equivoqué. La prueba está en esta trama denominada 'Operación Púnica' que ha convulsionado al país. Pero no se preocupen, habrá más mucho más. ¿La razón de que ahora salga todo? En realidad no lo sabemos, pero ha de obedecer a algo.
Si quieren mi opinión: yo considero que ahora está saliendo todo porque la tapa del pozo séptico ya no aguantaba más. Sencillamente, por eso.              

16 septiembre 2014

LA SALVAJADA DEL TORO DE LA VEGA DE TORDESILLAS

He estado dos veces en Tordesillas. Me gusta este pueblo; me gustan sus históricas calles, sus históricos monumentos y tiene una de las plazas mayores más coquetas y bonitas de España.
Además Tordesillas forma parte de la historia de España con mayúsculas. No en vano en este pueblo vallisoletano se firmó en dos palacios, conocidos como 'Casas de el Tratado' -aún ambos en pie- el conocido como 'Tratado de Tordesillas', el 7 de junio de 1494,  que supuso el fin oficial de las hostilidades entre el Reino de Castilla y Aragón y Portugal en el Atlántico y en el Nuevo Mundo, recién descubierto por Colón. Para tal fin se trazó un meridiano imaginario en alguna zona del Atlántico que pusiera paz a los dos países protagonistas en las nuevas tierras. 
Además, Tordesillas goza de infinidad de monumentos religiosos y civiles que quitan el hipo, declarados oficialmente como Patrimonio Nacional.  
Pero ocurre que no todo el monte orégano como se suele decir y es bastante habitual que pueblos que han sido cultos o que han contribuido de forma decisiva a la formación de los Estados sean indolentes en otros aspectos. Tradiciones dicen sus defensores, pero no es sostenible una tradición si para preservarla han de torturarse animales. Lógicamente, me refiero al tema estrella de estos días 'El Toro de la Vega', una salvajada propia de otros tiempos que de forma incomprensible es el acto central de las fiestas de este histórico pueblo. 
Es tan repugnante que cuando la visitamos por última vez, hace dos años creo recordar, y nos sumergimos en su Plaza Mayor, cada vez más concentrada de 'peñas', ciudadanos y visitantes, percibía que todo aquello me estaba sentando cada vez peor. Nos pareció excepcional el ambiente, la puesta en escena de las fiestas, sus terrazas, sus barras, el pueblo todo, pero sabía que esa misma tarde se iba a celebrar esa animalada y eso me hizo -nos hizo- sentirnos cada vez peor.
Tanto es así que cuando llegué a Granada envíe un correo electrónico a la Delegación del Gobierno de la Junta de Castilla y León en Valladolid, pero no me hicieron ni puto caso. Y eso que lo razoné lo mejor que pude para que no pareciera un cabreo espontáneo de un ciudadano. Unos años antes escribí otro al Ayuntamiento de San Sebastían con relación a la explotación de un pony en una atracción en el Monte Igeldo y al menos me contestaron que estaban en ello, pero que se trataba de un espacio privado y tal.
En la queja a la Junta de Castilla y León, venía a decir más o menos lo que aquí cuento: que si no está justificada una tradición si se tortura a un animal, que si en los tiempos en los que estamos esto no tiene lógica y atenta contra todas las leyes positivas y naturales...en fin que eché la pota de la forma más elegantemente posible, pero ya digo, ni caso.
Para entonces, muchas asociaciones en defensa de los animales ya se estaban moviendo y todo parecía indicar que aquellas movilizaciones iban a ir 'in crescendo'. Así ha sido.
Porque cuando escribo esta entrada -noche del 16 de septiembre-, la noticia es que ha habido enfrentamientos entre partidarios y nos partidarios, con algún herido incluido. 
Lo más lamentable de todo esto es que los políticos no son capaces de coger el toro por los cuernos -nunca mejor dicho- y poner fin a esta barbarie. Pero, claro, no olvidemos que estamos en el país de las corridas de toros y que eso es oficial en este país. De hecho, acabo de firmar una petición a la UE para que se controlen las subvenciones agrícolas que se dan a determinadas CCAA y al Estado porque, al parecer, parte de esas subvenciones sirven para financiar espectáculos taurinos. Subvenciones que no sólo salen de esos fondos sino del bolsillo de todos nosotros, dóciles pagadores de impuestos. Es decir que con mis impuestos sostengo no sólo a los Borbones sino las corridas de toros. En realidad, si se piensa en frío dan ganas de pasar a la acción y dejarse de palabras. 
En fin, que me desvío, decía, que en este país es oficial matar toros en una plaza bajo el aplauso de reyes, políticos, personal y medios de comunicación púbicos y privados, pero es ilegal matar una perdiz en el monte si no es periodo de caza. Lógicamente, no estoy diciendo que me parezca bien matar una perdiz porque odio la caza en cualquiera de sus manifestaciones, pero pongo el ejemplo para ilustrar la hipocresía social y legal que existe en este país en cuanto al asunto de los animales. 
Volviendo al Toro de la Vega, confío que esta mal llamada tradición acabe pasando a la historia en breve como han pasado otras fiestas y tradiciones que se sostenían y sostienen aún en el linchamiento y asesinato de un animal. No se trata más que de sentido común. Porque si se afirma que las tradiciones han de continuar, tal como hacen algunos políticos y responsables, no estaría nada mal que hubiera seguido la tradición de cortar cabezas que se inició en la Revolución Francesa. Seguramente que esa tradición a muchos políticos y monarcas no les parece tan preservable. 
Tradición también fue -como escribí en algún sitio- la celebración de los Autos de Fe en las plazas públicas de todas las ciudades españolas entre los siglos XV y principios del XVIII. Por tanto, de seguir alimentándolas -porque las tradiciones hay que preservarlas dicen algunos-, todavía sería posible ver arder a alguien en cualquier plaza pública. 

           

31 agosto 2014

CUATRO REYES, CUATRO CABEZAS

Leo con asombro y mucha indignación que el rey viene a pasearse y de camino ver gratis total al partido inaugural de la selección española de baloncesto. Viene a Granada, que es una ciudad a la que siempre gustar venir y mucho más si te traen gratis -gratis para él, sí, pero con los impuestos de todos los españoles- y de camino comes a cuerpo de ídem y acabados los fastos, tan ricamente te devuelven a tu palacio o donde diablos viva ahora el rey.
Porque se no se trata del rey actual, sino del rey padre. 
Pero en qué quedamos, ¿en que ahora tenemos dos reyes y dos reinas? O sea, que somos el país pobre de la Europa rica con monarquías con mas reyes, a excepción de la muy monárquica Gran Bretaña. Es decir, cuatro presupuestos distintos y diferenciados. O sea, en palabras más llanas: mucho más gasto que con anterioridad. 
Más gasto, sí, sí hacemos pequeñas aritméticas: los reyes viejos mantienen sus sueldos como antes y todos los gastos de representación y nadie nos ha dicho que se hayan ido de Zarzuela (al menos yo no lo sé); los reyes nuevos doblan su sueldo y asignación, más gastos de representación al pasar de la categoría de príncipes a reyes; y para colmo sus descendientes -o alguna de ellas, no lo sé- pasan a la categoría de princesitas, con las asignaciones correspondientes. Mucho trabajo de guillotina para los revolucionarios franceses si estuviéramos en 'La France' de 1789. 
Qué tomadura de pelo para este paupérrimo país, exento ya no sólo de riqueza y recursos económicos sino de moral y ética alguna. Qué manera de abusar del pueblo llano, que obviamente alguna parte de culpa tendrá cuando admite a bocanadas todo este tipo de abuso y atropellos. Qué vergonzosa forma de ofrecer privilegios a quien no se los merece porque levita sobre ellos la sombra de la corrupción y la opacidad y para colmo no han sido votados.
Me pregunto cómo podremos librarnos de tanto parásito. Porque cuando más parece que se inician nuevas iniciativas para descolgar de la poltrona a tanto vividor, más se ahonda en proporcionarle privilegios. Pasamos de tener dos reyes  a cuatro y todo se hace sin el más mínimo pudor, además de con el cinismo bien diseñado por el gobierno y los medios de comunicación rastreros de hacernos creer que todo eso es para diseñar unas instituciones más modernas, flexibles y que conlleven menos gasto. Pero ¿a quién creen que engañan con tantas monsergas? Lo único que tienen es el poder, no la razón ni la verdad.  
Es tanta la vergüenza que da todo esto que sospecho que la única de combatir este abuso continuado sólo deja margen para dos posibilidades, a lo sumo tres: 

1) Irse para siempre de este país de mierda.
2) Votar a opciones totalmente contrarias a las actuales.
3) Utilizar la vía de la violencia, totalmente justificada cuando se trata de derribar abusos y componendas lesivas para la ciudadanía. De hecho, esa violencia dada en las grandes revoluciones es la que permitió que a día de hoy el orden mundial no sea tan perverso como lo hubiera sido de no haberse producidos éstas, principalmente la Francesa.

17 junio 2014

PANORAMA PATRIO

   Sinceramente os lo digo: yo a estas alturas ya no sé qué tipo de cosa es España. Yo no sé ni lo que sienten ni lo que piensan vascones -astures ya no- y catalanes ante la renovada etapa monárquica. A lo mejor piensan que si los Borbones entraron en la gran España con Felipe V, igual se quieren ir para siempre cuando se acabe -dios o los cielos lo quieran- el reinado del futuro Felipe VI, pero es que a estas alturas -los vascones y catalanes, digo- no han dicho ni mú. Es más los que cuentan -CIU y PNV- en el Congreso se han abstenido en la votación de la ley orgánica de la abdicación. Es decir, algo así como decir que ni me va ni me viene. Pero yo creo que les va más que le viene. 
   Por su parte está el PSOE, ese partido que ya nadie sabe a qué se dedica. Se declaran en las tabernas como republicanos pero luego se hacen una piña en el Congreso y se alían con PP y UP y D -qué desilusión la de este partido, oye- y crean un muro de contención en torno a la corona. Pero, bueno, ya se sabe, qué se puede esperar con los chaves, los rubalcabas y toda esa mugre política que no se hace otra cosa que mirar el calendario y echar sus cuentas para la jubilación. 
   Por su parte los del PP -quizá los mas coherentes- ahí con ahínco numantino alzando la bandera del nacionalespañolismo, si bien, en puridad, no otra cosa se les puede pedir ni reprochar. Alguien tiene que asumir la herencia.   
   Pero es eso en lo que consiste o ha consistido España. No ha sido otra cosa desde la transición o desde antes. Una interminable lista de politicastros interesados tan sólo en su bolsillo, su futuro personal y el de su familia, que no el del país ni tonterías por el estilo. Y no les ha salido mal el engaño de lo que llamaron transición y democracia con mayúsculas, tanto que están dispuesto a repetir las veces que haga falta, seguir apoyando a la monarquía porque nos ha ido de maravilla con ella, para qué cambiar, para qué cambiarlos, si con sus ganancias también ganamos nosotros. Que basta con seguir asustando a la gente con lo de la República y la guerra o la crisis. Nosotros a lo nuestro. Que siga el heredero o quien haga falta y que nos dé tanta prosperidad como nos dio el padre, se dicen unos a otros. Que los Borbones siempre se prestan, desde aquel Felipe de Anjou franchute.
    Otra cuestión bien distinta son los tiempos venideros, ese horizonte que se barrunta desde las elecciones europeas. Ese Podemos, ese Vox, ese Ciudadanos, en fin todo ese grupúsculo de gente de la calle, que todos unidos podrían cambiar las moquetas de los altos edificios del poder hispano. Está por ver. 
Pero de entre todos los aparentes contrarios a algo, me llama mucho la atención Izquierda Unida, maniobrando ahí como puede. Sin saber si sumarse al bipartidismo o liderar el grupúsculo Podemos. Difícil situación la suya. Sabe que si se alía con el bipartidismo el error táctico puede ser demencial -bipartidismo no se convertirá jamás en tripartidismo por su propia naturaleza- pero si se alía con el grupúsculo Podemos, estos 'pueden' -y de hecho ya lo han hecho- arrebatarles sus votos. Curioso panorama el de los partidos españoles, el de la sociedad española.
Mientras tanto la monarquía a su bola. Montando su franquicia como el Mcdonald monta tiendas donde puede o le dejan, intentando que la prole, que es abundante, tenga un futuro. O sea como cualquier familia de bien. Buscando los mínimos resquicios que les deja o le posibilita la clase política rastrera, apresurándose a que esto no se convierta en algo ingobernable, aprovechando la coronación mientras que la decadencia de la 'roja' no se derrumbe del todo, aprovechando cualquier cosa por tal de seguir ahí todo el tiempo posible. Cuatro años más, ocho años más, lo que sea, a ver si conseguimos que podamos jubilarlos como Chaves o Rubalcaba y que los niños no tengan que irse a Sintra o a Biarritz a veraneos perpetuos, como los abuelos.
Por su parte, el español medio. Ese que mira con asombra y perplejidad, a la vez que con ascendente apatía todo lo que pasa a su alrededor. Total, si sabe que por mucho o poco que diga nada va a cambiar, para qué mover un dedo. Y eso ahora que estamos jodidos económicamente, que cuando tengamos prosperidad económica gritaremos al cielo el nombre de Felipe VI o lo que haga falta. Es cuestión de tener paciencia.
Y, claro, como eso lo saben desde la monarquía hasta el alcalde más modesto, se trata tan sólo de aguantar el chaparrón, hacer leyes inmunes y que la 'roja' vuelva a ganar cuanto antes, aunque sea a Australia. 
Así se escribe la historia.  

16 junio 2014

¿MONARQUÍA O REPÚBLICA? ¡MONARQUÍA O REPÚBLICA!

   La mañana siguiente a la abdicación, un compañero de trabajo me planteó lo siguiente: 'José Antonio, si te dieran a elegir la continuidad de los Borbones o una República cuyos Jefes de Estados fueran Aznar o González, ¿qué harías?. No seas malvado y dame más opciones, le dije. No, no hay más opciones. Lógicamente me quedé blanco, bloqueado, sin saber qué opinar.
   Y me puse a pensar. 
  Haber, me dije, eso que me ha planteado mi compañero, a pesar de la rigidez de la cuestión, es perfectamente posible. Es más, es hasta probable. Conociendo cómo se hacen aquí las cosas y considerando que la historia de nuestro país está llena de este tipo de cuestiones y cambios inesperados, eso que me planteó mi compañero, es perfectamente posible. Comencé a destilar sudor frío ante la claridad de la evidencia. 
   Supongamos que mañana los dos partidos mayoritarios, por temor a la respuesta de los nacionalistas e independentistas y temerosas de la cada vez mayor pujanza de los partidos minoritarios de filosofía antimonárquica y republicana, pasan de coronar a Felipe VI y deciden iniciar un proceso constituyente, reformar la constitución, eliminando el Título II o adaptándolo a la nueva forma política de la Jefatura del Estado y tras unas elecciones urgentes, España, un buen día, casi como pasó en 1931, se levanta republicana. 
  En realidad, parece haberse producido un tsunami político. Todos los medios de comunicación españoles, europeos y mundiales, se hacen eco de la noticia, pero en realidad, nada ha cambiado. 
   No han cambiado los valores éticos y morales, se sigue aceptando la corrupción como algo inevitable, las autonomías siguen gastando a sus anchas y la división de poderes sigue siendo inexistente, entre otras cosas, porque el poder ejecutivo domina al legislativo por aquello del partido con más representantes en el Congreso, y eso también determina que el Consejo General del Poder Judicial, que es el gobierno del Poder Judicial, siga eligiéndose en base a esa máxima representatividad de los partidos en el Congreso. 
   Por tanto, como hay una nueva de forma de Estado, en lugar de rey, ahora hay un presidente de la República, como en Italia, en Francia, Portugal o Alemania, por poner cuatro ejemplos europeos. Hay unas elecciones para elegir al Jefe del Estado y ya no se tira de la herencia dinástica. 

Y a esas elecciones, obviamente, se presentan todos los partidos que quieran el cargo.Y los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, vuelven a poner en marcha el resorte bipartidista. Y como se trata de un cargo no ejecutivo, tiran de sus hombres más prestigiosos. Es decir, de aquellos que ya han ocupado la presidencia del gobierno. Es decir, el PP tira de Aznar y el PSOE de González -no creo que se atrevan de Zapatero-. Luego, en pocos meses, el sueño republicano se convierte en lo mismo que había, pero de nuevo aguantando a estos dos nefastos líderes, abueletes forrados con delirio de grandeza. Y en poco tiempo, vemos en Zarzuela a Aznar, a la Botella. a su hija reproductora de mucha especie humana, al yernísimo y a toda la tropa. Y será entonces cuando comprobaremos de verdad lo que esta familia es capaz de hacer. Si ya siendo presidente del gobierno, casó a la hija con más lujo y boato que una infanta y que el mismísimo príncipe, mejor no pensar cuando se vea como Jefe de Estado. Y si se trata de González, tendremos que aguantar sus ocurrencias y sus negocios con sus amiguetes de América latina, que es donde le gusta a él estar. Todo cambia para que nada cambie o algo así.
   En fin que la cuestión que me planteó mi compañero, me dejó hecho mierda y mucho más confundido. A pesar de estar plenamente convencido de que la forma política de los estados siempre ha de ser elegible y no hereditaria y que eso supone tener que asumir que sea elegido quien no nos gusta. Pero es elegido y lo será durante un periodo concreto. Lo hereditario ni es elegido ni va a durar un periodo concreto, luego ¿qué razón de ser tiene entonces una monarquía en un sistema democrático? ¿Me lo podría explicar alguien como se explican las cosas a un niño de cinco años? Es para ver si me entero.    

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...