29 octubre 2014

¡QUÉ PUTREFACCIÓN!

¿Alguien se siente decepcionado por los casos de corrupción en masa que están aflorando en estos días? No lo creo. En todo caso, sorprendidos al comprobar que la cosa va más allá de lo que pensábamos. Eso que se dice de la 'punta del iceberg y tal'. 
Porque desde que comenzó la democracia se han ido creando monstruos y éstos ya están tan crecidos que te devoran. Algo así como los dragones de la Khalessi. 
Resulta que la supuesta democracia española y la supuesta Constitución han dejado que el artículo seis de ésta campe a sus anchas. El artículo seis, el que regula los partidos, decidió que la participación política y todo el mecanismo estatal se vinculara a los partidos políticos. Y con una ingenuidad casi hiriente establece 'in fine' que el funcionamiento interno ha de ser democrático. Qué candidez. Y, claro, como nada de eso se pensaba cumplir, los listos y salvapatrias de toda la vida comprendieron que era la oportunidad para pisotear, robar y expoliar a sus anchas. 
Para colmo, se posibilitó que formaran parte de las cajas y de los organismos de control más rigurosos. Es decir, como poner al lobo a cuidar de las gallinas, como se suele decir en plan coloquial. Porque los partidos -no nos engañen a estas alturas- son cuatro tipos entregados al poder económico del país y extranjero en muchos casos, sin más escrúpulos que forrarse cuanto antes, aparentando ser patriotas y estadistas que te cagas. Además, de poder seguir financiando sus partidos, para que la maquinaria no decaiga.
Vean el caso de González o el de Aznar, por poner tan sólo los dos más sobresalientes, por el poder que alcanzaron. El primero rico hasta las cejas -como también se suele decir en plan castizo-, viniendo de un partido obrero; el segundo, codeándose con los tipos más corruptos y potentados del mundo, vinculando desde pronto su carrera política hacía el gran negocio mundial desde la foto de las Azores. Y ahora fíjense en el rey senior, un tipo al que le reconocen una fortuna imposible de justificar, codeándose toda la vida con los tipos más corruptos del país - De la Rosa, Colón de Carvajal..-, no cortándose un pelo en sus tratos permanentes con las billonarias monarquías del Golfo, es decir, campando a sus anchas, sin que nadie en este mísero país le haya afeado jamás su comportamiento. Y cuando digo nadie, digo nadie que importe y decida, desde grandes medios de comunicación hasta altos políticos. Todos postrados. Todos súbditos. 
Luego, con ese panorama ¿nos ha de extrañar que cuatro alcaldetes, y altos cargos de CCAA hayan robado durante años y años? Y es que no era posible no verlo: tantos cargos, tantos coches oficiales, tantos sueldos enormes, tanto lujo, tanta comida en restaurante de lujo, tanta tarjeta, tanta dieta, tanta influencia en los contratos del Estado, tantas malas amistades...¿Nadie había observado todo eso? Pero a pesar de todo seguíamos votándoles. Con un par.     
Pero la gran pregunta que ahora se hace todo el mundo es la siguiente: ¿Por qué ahora? Por qué sale toda la mierda ahora? Mantuve hace poco en un artículo en Ideal 'Vigilar y castigar', que se puede leer pinchando en la foto del mismo en la derecha, mantenía, que lo gordo, lo importante está por salir. Y no me equivoqué. La prueba está en esta trama denominada 'Operación Púnica' que ha convulsionado al país. Pero no se preocupen, habrá más mucho más. ¿La razón de que ahora salga todo? En realidad no lo sabemos, pero ha de obedecer a algo.
Si quieren mi opinión: yo considero que ahora está saliendo todo porque la tapa del pozo séptico ya no aguantaba más. Sencillamente, por eso.              

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