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26 septiembre 2013

UNA PERSPECTIVA DE LA ALHAMBRA

No diré que se trate de una imagen inédita, porque casi nada de la Alhambra lo es. Pero no conocía la Alhambra desde esta posición, desde este carmen, denominado de la Victoria, en cuyo lugar estuve para asistir a la presentación del libro de un amigo, José Luis Serrano, que se ha metido a fondo con una perspectiva muy original sobre la construcción del monumento nazarí y que relata en su novela histórica recién salida de imprenta, 'La Alhambra de Salomón' (Ed. Roca) del que hablaré en su momento.   Foto de José A. Flores

26 julio 2013

CUANDO ACABA EL ENTRENAMIENTO...



 Es jueves y ya está anocheciendo en la pequeña villa de Caparacena. He acabado mi entrenamiento de olivo-trail de unos 14 kilómetros y cuando llego la bucólica villa ya ha iluminado su tenue alumbrado público. A lo lejos se dibuja el perfil negruzco de uno de los picachos más altos de la sierra que rodea Caparacena, perteneciente al escueto sistema montañoso de Sierra Elvira, lugar famoso por sus aguas termales antiquísimas y zona de influencia que fue de la antigua ciudad de Iliberri y, posteriormente, Medina Elvira. 
La brisa nocturna ya comienza a hacer su aparición mientras estiro y me cambio de atuendo. El silencio en ese momento es sobrecogedor. No se ve un alma, pero sé que en pocos minutos los vecinos y resientes del lugar comenzarán a sacar sus sillas y se sentarán en sus puertas para beberse el sano fresco que baja de la sierra. 
Justo debajo es posible imaginarse el sinpar río Cubillas, el principal afluente del Genil, que tras nacer en Sierra Arana, depositará sus breves aguas en el municipio de Fuente Vaqueros, muy cerca ya de el de Láchar. Ese río obligó a hacer dos interesantes puentes a dos civilizaciones importantes que poblaron esta zona: el puente romano de Iznalloz y el visigodo de Pinos Puente. 
Se trata, sin lugar a dudas, de un entorno recóndito y precioso; lugar de encuentro de muchas culturas antiguas y que sigue siendo fiel y respetuoso con su entorno. Es uno de los lugares fijos en mis entrenamientos.

24 julio 2013


Admito que mi intención tan sólo era comprar un par de cervezas para tomarlas heladas después del entrenamiento del sábado por la mañana...pero la carne es débil, muy débil:



  

03 junio 2013

SIEMPRE QUEDARÁ MADRID

Cuando quiero viajar no muy lejos y no me apetece ir a ningún lugar -por conocido o por aburrido- acabo en Madrid. 
Porque cuando vas a Madrid la primera vez ves una ciudad; pero cuando has ido por enésima vez, acabas viendo enésimas ciudades. Así de versátil es esta ciudad. Por tanto, a la única conclusión a la que llegas, es que no existe Madrid: existen muchos Madrid. Y quizá sea eso lo que me atrae de la capital de España, algo que sólo Barcelona y pocas ciudades más pueden contar en nuestro país. 
Al principio, iba a Madrid de vez en cuando; posteriormente, iba una vez al año; y últimamente acabo yendo dos veces al año. Lógicamente, no voy solo, pero sí es habitual que pasee sólo por la ciudad en los días de estancia y en esos paseos descubro nuevos rincones. Y me sorprendo de cómo esta ciudad siempre vive en constante cambio y contradicción. Me sorprende encontrarme a alguna viejecita sentada en la puerta de su casa en las estrechas y ajadas calles del Madrid de los Austrias, en los alrededores de la Calle Toledo; y me sorprende encontrar dos calles más arriba -o en la misma calle, incluso- un innovador y moderno local en el que se pueden beber cócteles imposibles al tiempo que puedes leer algo de literatura de viajes de alguno de sus libros de su coqueta biblioteca. 
Ya lo había vaticinado todo el inmortal Paco Umbral; y antes que él, Ramón Gómez de la Serna, Mesonero Romanos, Larra, Quevedo, y tantos otros literatos. 
Ocurre que Madrid te atrapa o no te atrapa. Si lo hace, quedas atrapado para siempre; y si no lo hace, no te atrapará ya jamás. A mí, me ocurrió lo contrario desde que hice el servicio militar allí. No había mucho que hacer y tenía tiempo libre; así que me dediqué a conocer el Madrid más literario -el cual ya conocía con anterioridad por los libros-,  guiado siempre por lo que escribían los autores citados. 
Esta imagen es bastante típica en el centro histórico de Madrid. La falta de espacio de las viejas viviendas agudiza la imaginación. 

Una de las cosas que jamás deberían de perderse en Madrid son las librerías de viejo, que tan particular sello imprimen a la ciudad.   

En plena calle Toledo me pude encontrar con esta tienda, que aún se mantiene, rodeada de comercios ultramodernos de telefonía móvil y otros artículos de pleno siglo XXI 


La Puerta de Toledo supuso y sigue suponiendo una de las entradas más importantes a la ciudad.

Es impresionante el recogimiento que ofrece esta biblioteca de la UNED en los restos de las Escuelas Pías de S. Fernando, a pesar de encontrarse en uno de los barrios con mayor jolgorio de Madrid, el multiétnico Lavapiés. Fueron incendiadas en la Guerra Civil española por cenetistas para expulsar a falangistas allí atrincherados, que disparaban de  forma indiscriminada a cualquier transeúnte. 

La Plazuela del Conde de Miranda es un remanso de paz en pleno centro histórico.

Puedo recordar vivamente cómo con 'El buscón' de Quevedo en mano, me adentraba por esas calles del Madrid de los Austrias y supuso todo un descubrimiento de los sentidos, descubrir 'La Posada de la Villa', ya citada en esta obra cumbre de nuestra literatura del Siglo de Oro, que se encontraba en ruinas por entonces. Hoy día 'La Posada de la Villa' es un animado local en la Cava Baja, justo enfrente de una taberna de nombre muy conocido, gracias a la obra más señera de Pérez-Reverte 'El Capitán Alatriste', muy cerca de un lugar emblemático del Madrid de aquella época y  del de ahora: 'El Mercado de la Cebada', que comparte vecindad con el castizo teatro de 'La Latina'. 
En Madrid no hay espacio para el aburrimiento como sí lo hay en la mayor parte de las ciudades españolas. Madrid siempre es distinto y cambia en cada calle y cada plaza. La galería de personajes es diversa, curiosa e interesante. Y por mucho que nos esté azotando la globalización, esta extraña y perniciosa moda no hace sucumbir a esta ciudad. 
Al contrario de lo que pasa con Madrid, muchas ciudades españolas son aburridas.  Son planas, sin emoción apenas, demasiado correctas. Cuando las visitas la segunda vez, compruebas que ya está todo visto. A esa rutina escapan algunas, lógicamente; entre ellas, Barcelona. 
Lo que fascina de Madrid, no son sólo sus calles y plazas. Ni siquiera toda esa mística literaria y mística que posee. Lo que fascina es que siempre te encuentras a la ciudad viva. Una viveza interior que se extiende a lo ancho y largo de sus muchos lugares en los que se desarrolla una actividad continuada de música, teatro, literatura, cine..., gente que está continuamente creando, elaborando ideas y que no sucumbe a pesar del mal momento que atraviesa el país, en parte gracias a la ridícula y estrecha forma de ver la creatividad que tienen estos energúmenos del PP y su bestial subida del IVA cultural. 
Pero a pesar de las dificultades, Madrid siempre se reinventa. 
Pero también existe un Madrid menesteroso (ya decía al principio que existen muchos Madrid). Un Madrid poblado de criaturas sin dirección conocida y que confluyen en la gran ciudad atraídos por sus largos brazos acogedores. Muchos aportan, pero otros muchos no. Pero, incluso, esa impronta de ciudad menesterosa que tienen algunos ajados barrios del centro histórico, también conlleva su atractivo. Pareciera que todo lo que existe en esta ciudad, para bien o para mal, acaba siempre matizado por el distinto color de su cielo azul, como ya observara Umbral en su Trilogía de Madrid, quizá una de las mayores obras literarias escritas sobre esta ciudad y que hay que volver a releer para ver la perspectiva del paso del tiempo. 
Las mañanas de Madrid son distintas a todo. Observas una ciudad que se desespereza a su propio ritmo y ese lento ritmo, de súbito, adquiere una extraña velocidad cuando asoman los rayos del sol del mediodía. Y por la noche, ya todo cambia. Las luces cálidas de sus farolas alumbran rostros sedientos de noche y cuando el reloj ya traspasa la medianoche -sin que importe demasiado el día de semana- las terrazas y los locales rebosan de bocas y sentidos sedientos, porque siempre hay algún argumento para beberse la noche dada la enorme cantidad de actividades que se despliegan en un día cualquiera. 
Al llegar el fin de semana, se suelen agregar a esa gran bacanal cultural y de ocio las gentes que llegan de fuera; y éstos unidos a los de dentro crean todo un carrusel de sonidos e imágenes difícil de digerir si no se tiene el hábito adecuado. Por eso, el lema de 'Madrid, me mata' que se acuñó en los años de la movida de los ochenta, aún sigue muy presente.  

17 mayo 2013

CARRERA 'LAS DOS COLINAS'. PREVIA

La carrera llamada de 'Las dos colinas' o de las Fuerzas Armadas tiene cierta impronta épica y pintoresca. La impronta épica la pone el recorrido y la pintoresca el circuito en sí. 
Algunos corredores venidos de fuera consideran que subir a la Alhambra y al Albayzín es una misma cosa, pero no. Se trata de dos subidas distintas e independientes; de ahí que se denomine 'las dos colinas'. 
La Alhambra desde el barrio del Sacromonte (Foto de José A. Flores Vera)

La Alhambra y el Albayzín se miran a la cara -no hay más que asomarse al mirador de S.Nicolás para comprobarlo-, pero tienen datación histórica distinta. Cuando la Alhambra es construida en el Siglo XI, el Albayzín ya existía como barrio. Hay vestigios romanos y probablemente íberos. De hecho, los primeros moradores islámicos, la saga de los ziríes habitaron en el barrio, en la denominada Alcazaba Cadima; pero cuando la Alhambra fue construida trasladaron los altos palacios gubernamentales a lo que hoy es la Alhambra y el Albayzín quedó como el principal barrio musulmán. 
Y serán esos dos lugares los visitados por los cientos de corredores que el domingo se atreverán con esas rampas en la ciudad de Granada. Está claro que no se penetra en los monumentos nazaríes sino que se correr por el entorno hasta bajar por la Cuesta de Los Chinos; sin embargo, se habrá ocasión de sufrir en las rampas de las sinuosas calles del Albayzín, en mi opinión la parte más dura de la prueba. También hay que añadir el paso por el Sacromonte, otro barrio simbólico de la ciudad justo al lado del Albayzín y muy cerca de la Alhambra, pero no es un lugar en el que haya que preocuparse por las rampas, a excepción de alguna más que asumible cuesta sin la menor importancia. 
Es una prueba dura en general, siempre lo digo. Lo decía el año pasado cuando desde la organización me pidieron una reseña y lo vuelvo a decir de nuevo. Observo que mucha gente -sobre todo de fuera- considera que correr esta prueba es como hacer turismo, pero no, es necesaria una cierta preparación y será cada corredor el que adapte la velocidad a su forma física y al terreno. El turismo, mejor dejarlo para antes o para después, patear estos dos hermosos lugares y tomar una fresquísima cerveza en Plaza Larga, en la Plaza de S. Nicolás o en cualquiera de los restaurantes del recinto nazarí. Por lo demás, todo lo demás en esta prueba es positivo: el circuito -insisto- no demasiado largo,  la belleza monumental, la paisajística, la organización. Todo ello hace de esta prueba una de las más interesantes del panorama patrio. 
Para refrescar sensaciones a quien ya la ha corrido e introducir a quien aún no lo haya hecho os dejo mi crónica de 2011, que es la única edición en la que he participado. Y como colofón, qué mejor que escuchar la espléndida actuación de la interprete de música celta y New Age canadiense de origen escocés e irlandés Loreena McKennit, interpretando 'Night from the Alhambra' en el Palacio de Carlos V, lógicamente, de construcción muy posterior al recinto nazarí.

  

25 marzo 2013

RUTA POÉTICA EN MTB

Me gusta la lluvia, en bici, 
Me gusta la lluvia, corriendo,
Me gusta la lluvia, andando,
Me gusta la lluvia, 
Sencillamente: me gusta la lluvia, 
Porque su sola presencia hace soñar, 
sin más requisitos que su mera contemplación.    



Es curioso que te surjan estos versos justo después de haber atravesado un diluvio con la BTM, perdido en mitad de la nada, en algún lugar de los Montes Orientales, de cuyo nombre puedo acordarme: en un punto entre Los Olivares y Colomera. 
No me atreví a detenerme para hacer unas cuantas fotos en plena lluvia por temor a entumecerme, pero sí lo hice nada más escampar, porque la quietud y belleza del paisaje a los pocos minutos de cesar un fuerte aguacero es algo digno de vivirse y fotografiarse: 

Poco hacia presagiar que pasada esta tranquila carretera que conduce a la población de Colomera, el cielo se rajaría.  Foto de José A. Flores 

El Castillo de Colomera, a día de hoy tan sólo son unos cuantos restos, pero cuentan las crónicas que su fundación es anterior a la Alhambra, siendo toda Andalucía solaz del Califato Omeya.  Foto de José A. Flores 

Así es la belleza de los campos minutos después del torrencial aguacero. Todo se queda mudo y en silencio, siendo los únicos sonidos los que producen algún que otro pájaro y el clic del cambio de mi bicicleta. El Berbe Alto a la derecha y el majestuoso Castillo de Moclín al fondo, en lo alto de una pequeña loma. Foto de José A. Flores 

A la izquierda, al Sureste, el macizo de Sierra Elvira se erige majestuoso. Pinos Puente, a su falda le debe sumisión y eterno agradecimiento por su desinteresado resguardo. Foto de José A. Flores 



14 marzo 2013

FOTOS QUE INVITAN A CORRER

El pasado sábado pude vencer al 'mono' de correr gracias a la MTB, pero no el domingo. 
Estaba la tarde muy lluviosa y fría y coger la bicicleta en esas condiciones no era la mejor de las recomendaciones, así que no tuve más remedio que andar por uno de los caminos que frecuento corriendo ¿Vencí el mono? Ya sabemos que no es igual andar que correr; sin embargo, sí pude hacer estas fotos que parecen vaticinar que pronto estaré pateando por estos lares.
De hecho, ya hay ecografía en la zona del gemelo y el doctor considera que existe 'antecedente de pequeña rotura fibrilar de la unión músculo-tendinosa en fase de resolución....entre el gemelo interno y el sóleo'. Es decir, que la recuperación va por muy buen camino.  Bastarán unas cuantas sesiones de ultrasonido (la lámpara de infrarrojos ya me la estoy aplicando en casa) y una buena sesión masajeadora con el Compex y/o fisio. También va a venir bien que cesen las lluvias para poder trotar por zonas blandas, que siempre son las que están más embarradas. Espero estar completamente listo para Semana Santa,  que es una época festiva en la que cada año aprovecho para correr de forma intensa, toda vez que no me interesa el ritual procesional ni me parece atractivo viajar en en fechas tan masificadas. 

Pues nada, ahí van esas fotos comentadas.


Cuando el camino es liso y está mojado la invitación a correr es irresistible. Foto de J.A. Flores

Siempre me ha gustado pasar junto a estos manzanos. Los veo a lo largo del año caducos, en flor y con su fruta; de ahí que me sean tan familiares. Foto de J.A Flores

En invierno es pura poesía ver las alamedas al fondo inertes, como adormecidas. Foto de J.A. Flores 

Llovía a cantaros en ese momento, pero el sol forcejeó con la lluvia más allá de el 'Piorno' y el espectáculo que ofrecieron fue majestuoso. Foto de J.A. Flores


No cabe duda que las alamedas inertes y dormidas sintieron cercano el arco iris. Foto de J.A. Flores

04 marzo 2013

VIDA DESPUÉS DE CORRER

El pasado sábado cumplí lo previsto: una sesión corta y suave de MBT. Finalmente fueron 22 los kilómetros recorridos, pero lo importante no era eso, sino contactar con la naturaleza y poner en marcha el cuerpo para evitar su oxidación. Finalmente dará igual qué hagamos o no, lo importante es que hagamos algo para no caer en el despropósito que supone la inactividad, que también es un hábito, aunque no lo creamos. 
Al día siguiente, sabedor de que no iría a Loja y que tampoco podría correr aunque fuera suavemente, opté por andar por una zona de monte, intentando no forzar demasiado. 
Y mientras andaba por el monte, en la soledad de la naturaleza, con la sola presencia de los pájaros invernales, consideraba que no era mala solución cuando el organismo ya se sienta incapaz de trotar por esos caminos de Dios. 
Y es que al final, todos somos animales de costumbres e igual que hacemos del correr un hábito insustituible, ese mismo hábito se adueñará de otras actividades, ya sea montar en bici o andar por el monte.
Sin embargo, el correr siempre está presente -es un hábito ya muy arraigado- y a partir de mañana comenzará esa nueva recuperación clínica -que llevará con el tiempo a otra nueva lesión-; de hecho, ganas tengo de correr por este excelso sitio por el que ayer anduve: 


Estas veredas entre pinos serán un excelente sitio fortalecer las piernas....
.....y la recompensa será ésta.  


28 enero 2013

MADRID NO ME MATA


Librería de  viejo al aire libre en pleno centro de Madrid, a la entrada del Pasadizo de S. Ginés el lugar tan míticamente relacionado con el Max Estella (Luces de Bohemia) de Valle Inclán.

He (hemos) vuelto de Madrid con la misma mirada sorprendida que siempre. Una ciudad que no descansa de ofrecerte nuevos detalles, nuevas sorpresas. Es casi infinita en fascinación. 
Y es por eso por lo que vuelvo a ella cada poco tiempo, igual que dicen que hace el asesino al lugar del crimen o el atávico lugareño a su lugar de nacimiento. 
Y es que como escribiera Umbral sobre esta ciudad, la luz de Madrid es distinta.  Como lo es su densa historia. 
Porque no se trata de una ciudad que, como otras españolas, te sumerja en una historia paleocristiana, visigoda o medieval. Ni tampoco vas a encontrar en ella vestigios romanos ni arte románico, porque para esos fines ya tenemos muchos ejemplos vivos en nuestra piel de toro. Lugares maravillosos donde poder contemplar la historia ancestral de nuestro país; su arte milenario o las señas de civilizaciones antiquísimas. Madrid es otra cosa.
Pero ¿qué es lo que nos fascina de la capital de España? Seguramente serán muchas cosas, y cada viajero elegirá distintas razones, pero para quien esto escribe, Madrid es la esencia viva de un pasado no demasiado remoto que ha configurado el devenir de este país a nivel político, social, económico y cultural. Y todos esos elementos se encuentran a flor de piel en esta ciudad mediática. Otro elemento fascinante es descubrir cómo a pesar del paso del paso del tiempo y encontrarnos inmersos en pleno siglo XXI, conserva en pleno centro de la ciudad el sabor de pueblo mezclado con el vanguardismo de una gran ciudad. 

El amado huerto de Lope de Vega, en la casa en la que vivió sus últimos 25 años (hoy Casa-Museo del mejor autor teatral del Siglo de Oro español)  
En esta última visita la idea era conocer lugares muy concretos y saborear el Madrid más auténtico, prescindiendo en todo momento de coche y metro. Es decir, movernos por el Madrid del Siglo de Oro y el Madrid de los Austrias. 
(clikear para ver mejor)

Y para sumergirnos en el Siglo de Oro, nada mejor que conocer el barrio de Las Letras para imaginarnos de forma muy veraz y de primera mano cómo debió transcurrir ese gran momento literario e histórico de nuestro país de la mano de lugares relacionados con los literatos más señeros de ese siglo glorioso: Lope de Vega, Cervantes, Quevedo o el mismo Garcilaso. Descubrir las casas donde vivieron y/o murieron, los lugares donde recibieron sepultura o la iglesia en la que casaron o recibieron el último responso. Todo eso es fantástico, y emocionante descubrirlo. 

O bien, podemos optar a pocos pasos por descubrir el Madrid de los Austrias y contemplar e imaginar esos rincones con los que hemos soñado leyendo 'El Buscón' de Quevedo y que ahora reviven de nuevo de de forma tan eficaz gracias a literatura de Pérez Reverte y su saga Alatriste. Descubrir dónde está la Posada de la Villa, la Casa de Cisneros o la callejuela en la que fue abatido Juan Escobedo, secretario del hermano bastardo de Felipe II D. Juan de Austria. 
Pero esos detalles son tan sólo unos pocos, porque como decía, Madrid es infinita e inabarcable y siempre deja elementos, lugares y datos de distintas etapas históricas que se solapan y ofrecen renovadas oportunidades para proyectar nuevas visitas.               

11 diciembre 2012

CRÓNICA (GRÁFICA) DE UN POSTENTRENAMIENTO

El entrenamiento de esta mediodía de diciembre ha sido espectacular, pero no sólo por las buenas sensaciones y la fluidez que he sentido en mis piernas, sino por haber entrenado en una majestuosa y fría mediodía de otoño. 
Cuando comencé a correr, la Vega se encontraba brumosa, imperceptible casi en la lejanía, pero en la misma medida que mis piernas avanzaban, esa brumosidad se iba alzando dejando sin ruido, dejando paso a un débil sol de diciembre que aventuraba ya la entrada del invierno.
Correr en esas condiciones climatológicas y acompañando también las físicas es algo especial como sabe quien corre habitualmente, por lo que no pude resistir la tentación de arrancar unas cuantas fotografías para que podáis participar de lo que esta mediodía viví y presencie, aunque sea al terminar el entrenamiento. Qué mejor que unas imágenes para acompañar estas torpes palabras.

Llego de completar la ruta de más de 13 kilómetros y no puedo más que impresionarme ante el tapiz de hojas caídas que pisan mis zapas. Las formas de las hojas son perfectas y noto la suavidad de su textura bajo la suela, casi como si pisara un alfombrado. 

Pero alzo la mirada y me encuentro con un paisaje aún más sobrecogedor.  La pléyade de colores ocres y verdes del otoño y el día claro transforman el paisaje en una especie de cuadro al pastel. Miro el horizonte, el cual acabo de atravesar allende las alamedas y éste se pierde. La quietud es enorme.  

Es tan impresionante el paisaje que me rodea que no encuentro el momento de comenzar los estiramientos. Todo es bellísimo, pero estoy comenzando a enfriarme.

Hay que comenzar a estirar. Descubro que se puedo estirar y seguir contemplando el magno espectáculo de las hojas caídas y el paisaje otoñal de alrededor....,

....como por ejemplo esta verdadera alfombra en que se ha convertido la única calle del Cortijo de Alitaje. En ese momento todo es quietud y puedo escuchar nítidamente el lenguaje de los pájaros. Me concentró en sus sonidos y acabo comprendiendo que se están comunicando.

Esta vista, que ya he reproducido en varias ocasiones -pero que siempre es distinta-, siempre me impresiona. Así de diáfano y luminoso se encontraba esta mediodía el Piorno desde Alitaje. 


08 septiembre 2012

FOTOS DESDE LA MTB

Al día siguiente de hacer el Medio Maratón 1 de Septiembre, decidí 'refrescar' las piernas haciendo una ruta suave en MBT. Fueron apenas 25 kilómetros, pero dieron para mucho. Al menos en imágenes: 

Aunque pudiera parecer increíble, la Vega por la que suelo correr y pedalear tiene rincones para mí, inéditos. Esta fresca y  breve carretera nos adentrará en el anejo de Fuente Vaqueros, denominado La Paz. Jamás había estado allí.
La acequia acompaña a la carretera y va bañando los fértiles campos de la Vega. Probablemente esté aún inalterable desde la época Nazarí.

Llego al anejo de la 'Paz'. Y sí, paz hay. A raudales. Una pequeña aldea con un racimo de viviendas y una tasca, cuya pequeña terraza vemos al fondo. La población cuenta con una capilla del Siglo XVII.

Este paisaje es muy típico de la Vega que transcurre entre los municipios de Fuente Vaqueros y Pinos Puente, entre otros: la presencia repentina grandes arboledas, las siempre presentes acequias, un secadero de tabaco y el lugareño, que casi siempre suele ser un hombre mayor a lomos de su bicicleta. Una imagen natural y pura en un mundo totalmente digitalizado. 

Ya no es tan común encontrar grandes plantaciones de tabaco, dado el cambio de estrategia en la producción de este producto. Pero las que hay tienen un encanto especial, bañadas por el sol y también resguardadas por la amplia arboleda.

El Geníl -que veremos en la siguiente imagen- está vigilado en sus dos márgenes por unos frescos caminos, que son una delicia para correr y pedalear en MBT. Accedí a este lugar por este camino, a la altura de Pedro Ruíz, pero es posible seguirlo, siguiendo el curso del Genil, desde Granada hasta -al menos- el municipio de Láchar. Son muchos kilómetros de vía verde natural. 

El río Geníl tiene un cauce enorme, lo que nos hace pensar que otrora fue un río poderoso. Hoy día, este afluente del Guadalquivir lleva poca agua. No obstante, a la salida de 'La Paz' su caudal es más generoso que en otros tramos. Os puedo asegurar que es un remanso de paz y frescor.

Volvemos ya para Pinos Puente. Este cuadro junto a la MBT indica unas rutas por la zona que se pueden hacer andando, corriendo o en bicicleta. 

El Camino Real siempre me ha parecido muy sugestivo para correr. Esa larga recta ha sido testigo de lluvia, nieve, frío y sol. Correr por ahí me estimula.  

Una especie de oasis en el Camino Real. A esta altura aproximada confluyen los municipios de Pinos Puente y Fuente Vaqueros 

A pesar de que el verano aún no se ha ido, es impresionante el verdor de las alamedas. En breve todas esas hojas se tornarán amarillentas para desembocar en un marrón claro y serán testigo de mis pisadas. El otoño, que se aproxima raudo, también es una época muy sugestiva para correr. Las hojas en el suelo y los álamos desnudos.

La Vega tiene la virtud de la fertilidad de su tierra; de ahí que en poco espacio confluyan cultivos de tabaco, frutales y alta arboleda.

07 septiembre 2012

IMÁGENES Y PALABRAS

Acabas de estirar en el momento, justo en el que la luna asoma jugando al escondite con la chimenea de la antigua fábrica.
No hay nada más estimulante que acabar de correr y echar una mirada ociosa sobre el camino que acabas de atravesar y que va poco a poco va siendo arrebatado por la noche.



Cae la noche, pero apenas no ha transcurrido media hora cuando aún te batías el cobre a la altura de las últimas arboledas allende al fondo de la imagen.

Esos tímidos y jóvenes frutales ya parecen dormir, pero los percibiste muy despiertos cuando te dirigías hacia Zujaira, en cuyas calles ya comienzan a pulular las primeras luces.

Otro día en el que acabas tu rutina en Caparacena, con el coche dispuesto para el ajetreo que siempre montamos los corredores al comenzar y al acabar de correr
"Cada vez anochece más pronto", te dices mientras observas el final de tu ruta recién acabada. 

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...