12 enero 2011
PUTREFACTA POLÍTICA
02 enero 2011
PRIMER DÍA SIN HUMO
23 diciembre 2010
INSURGENCIA EN LA FUNCIÓN PÚBLICA ANDALUZA
Los empleados públicos de la Administración General de la Junta de Andalucía jamás hubieran imaginado que serían los portadores de la insignia del inconformismo que atraviesa esta región silente como pocas, una tarea que siempre ha estado asignada a universitarios, sindicatos de clase o partidos de izquierdas. Pero ante la ausencia de actores el empleado público no ha tenido más remedio que salir a escena.
Y lo ha hecho porque quienes reparten los papeles a su antojo les quiere apartar también del escenario y ese trabajador silencioso y dócil ha acabado aferrándose a las tablas que no son otras que las calles, avenidas y plazas existentes a lo largo y ancho de esta ajada Andalucía que sufre como nadie treinta años de parcialidad y mal gobierno.
Y es que lo que está ocurriendo en la función pública andaluza tal vez sea uno de los mayores atentados a este sector desde la época de las cesantías. Muchos años de despropósitos y actuaciones oscuras de aquellos que dirigen con la larga batuta que ofrecen unas urnas repetitivas y acríticas. Muchos años fraguándose algo que a propios y extraños les daba miedo poner nombre, pero que finalmente ha sido bautizado. Y ese bautismo no ha sido otro que la aprobación de un Decreto-Ley -el 5/2010, modificado torticeramente por el 6/2010- que pretende dar el carácter de Administración Pública a una administración paralela sin potestades públicas, creada al margen de la única que debe de existir: la Administración General, integrada por funcionarios de carrera y laborales fijos, que han accedido al empleo público superando oposiciones y concursos-oposiciones que son los procedimientos reglados y consecuentes con el artículo 103.3 de la Carta Magna.
Pero un buen día en los despachos del poder a alguien se le ocurrió que sería más fácil escapar a ese control de legalidad (huida del Derecho Administrativo) y alejarse de ese colectivo que jamás se alinea con el poder público porque éste es parcial, efímero y pasajero mientras que la permanencia en el puesto es sinónima de imparcialidad, además de una de las bases de nuestro estado de derecho. Y dijeron basta. Y con ese basta, en la Junta de Andalucía se comenzaron a crear empresas públicas, fundaciones y sociedades mercantiles y a contratar sin control, al principio con algunas reservas, pero comprobado el silencio reinante alrededor y el acatamiento servir de quienes debieron de oponerse, la contratación se hizo en masa.
En pocos años esta administración paralela -y en mi opinión ilegal- fue conformando sus plantillas con personal contratado al margen de los principios constitucionales de igualdad, mérito, capacidad y publicidad, reservándose los puestos directivos para afines al partido que dirige el gobierno andaluz y que actualmente ocupan multitud de exalcaldes, exconcejales, exdiputados, exdelegados provinciales y muchos otros ex de procedencia no aclarada. En pocas palabras, un asalto a la función pública andaluza sin precedentes del que tendría que tener exacto conocimiento el ciudadano andaluz. Eso también lo están denunciando los empleados públicos.
Y en esa exacerbada contratación se les fue la mano. Hasta el punto de que se comenta que son más de veinticinco mil los que están ocupando una plaza pública sin haber superado oposición o concurso-oposición alguna para ocupar el puesto en el que prestan sus servicios. Por tanto, sin contar con los requisitos legales exigidos que permitan ostentad la necesaria potestad administrativa y el ejercicio de autoridad, que son atributos legales reservados al personal funcionario.
Y como el mundo ya lleva muchos años del revés, el Decreto-Ley citado pretende dar carácter de fijeza a todos esos trabajadores integrantes de esa nueva Administración, que seguramente será a través de un concurso oposición a la medida, imposible de no superar, mientras que a los empleados públicos profesionales se les ofrece -se les invita- a formar parte de ella aunque, eso sí, con carácter voluntario. Una voluntariedad envenenada porque pasarán a esta nueva administración emergente perdiendo la condición de funcionario o laboral fijo en ese nuevo puesto, teniendo -eso sí- la opción de volver a su puesto antiguo, aunque jamás les explicarán que cuando decidan hacerlo encontrarán un páramo en el que ya no crece la hierba y los buitres hace tiempo que dejaron de buscar en los escombros.
Opino que toda esta aberración jurídica no será más que la punta de lanza de lo que está por venir en el resto de la función pública andaluza, porque del éxito de este experimento torticero dependerá su ulterior traslado a otros sectores más magros como el sanitario o el educativo, que ya deberían ir remojando sus barbas.
16 diciembre 2010
ESTADO DE ALARMA Y OTROS ESTADOS TRANSITORIOS MENTALES O VISCERALES
España, desde que es un país democrático oficialmente, es decir, desde la entrada en vigor de la Constitución española a finales de 1978 ha atravesado diversas circunstancias que podrían haber justificado la aprobación del Estado de Alarma. Desde la perpetración de salvajes atentados terroristas de ETA hasta el más salvaje de todos, el ocurrido el 11 de marzo de 2004, perpetrado por el radicalismo islámico, pasando por el fallido golpe de estado del 23 de febrero de 1981, nunca se ha declarado el Estado de Alarma, con la salvedad del decretado de forma parcial y efímera en Valencia ese mismo 23 de febrero donde el general Milán delBosch sacó los tanques a la calle.
De hecho, el gobierno no las tiene todas consigo en cuanto a la razón y los motivos que justifican ese estado militar -y habrá que esperar lo que dictaminen los tribunales y en particular el Tribunal Constitucional si es que llega a ese órgano el asunto-, ya que la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio, de acuerdo con el artículo 116 de la Constitución, en su artículo 4 regula que para decretar tal estado ha de existir una " Paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad, cuando no se garantice lo dispuesto en los artículos 28.2 y 37.2 de la Constitución (artículo ambos que aluden, respectivamente, a que se han de asegurar los servicios de la comunidad, tanto en el derecho a la huelga como en situaciones de conflicto colectivo), y concurra alguna de las demás circunstancias o situaciones contenidas en este artículo". Las circunstancias que han de concurrir, de acuerdo también con este mismo artículo son: catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud. O bien, crisis sanitarias, tales como epidemias y situaciones de contaminación graves. O también situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad.
Por tanto, en mi opinión, interpretar que se dieron esas circunstancias es algo artificioso, principalmente, porque no existía oficialmente convocada una huelga ni existía un conflicto colectivo concreto en el momento en el que algunos controladores abandonaron su puesto de trabajo.
No seré yo quien defienda a los controladores porque cometieron una fechoría descomunal que debería costarle el puesto de trabajo a más de uno por la vía del régimen disciplinario y penal si fuera necesario, pero de ahí a justificar un Estado de Alarma -con el que perdemos todos porque se militariza la sociedad civil- hay un abismo. A esa gente se les expedienta y si fuera necesario se les expulsa de su puesto de trabajo, pero nada más.
Además, también hay que poner a la luz el porqué de la protesta este colectivo, algo que se pasado por alto.
Este colectivo en su momento fueron funcionarios de carrera; hoy, tan sólo, son personal laboral fijo que, como todos los trabajadores, están dotados de un convenio, producto de una negociación colectiva. Pues bien, el gobierno progre de Zapatero ha ignorado ese derecho constitucional a la negociación colectiva y ha legislado por Decreto y plantea ya la privatización de este servicio. De ahí la descomunal rabia de un colectivo, que se siente ultrajado.
Un colectivo que cobra mucho dinero pero que hace casi diez veces más de horas extraordinarias que la legislación permite; un colectivo al que los distintos gobiernos le han ido ofreciendo tartas, caramelos, bombones y otras fruslerías dulces y que no se han negado a tomarlas, igual que haríamos todos los trabajadores que nos ofrecieran ganar 300.000 € al año ¿Son culpables por no haberse negado a cobrar esas cantidades ofensivas? ¿O son más culpables quienes les han ofrecido esas cantidades?
Hace pocos años, en la época de las vacas gordas, cualquier paleto ganaba esas cantidades en dinero totalmente negro revendiendo pisos o haciendo negocios turbios a espaldas de la legalidad y el fisco -al menos los controladores pagan impuestos y hacen un trabajo de alto riesgo que salva muchas vidas humanas, ya que se trata de tráfico aéreo (que le pregunten a cualquier piloto sobre qué camino seguir con su avión si no fuera por las indicaciones de las torres de control)-, o es que el pastón por medrar que se han metido en los bolsillos a lo largo de los años que llevan en cargos públicos Chaves, el Pepiño, la Pajín, o cualquiera de estos impresentables que nos gobiernan, ¿no merecerían la aplicación de un verdadero Estado de Alarma y hasta de Sitio? ¿No merecerían la aplicación de todos los Estados posibles los miles de políticos golfos que cuentan con prebendas públicas, sueldos indecentes, jubilaciones máximas en pocos años, viajes, comidas y otras indecencias pagadas con los impuestos de todos?
En mi opinión, este gobierno -una vez más- ha vuelto a errar porque de qué otra forma se puede denominar poner en manos de militares a un grupo de trabajadores, que a pesar de la asquerosa fechoría que han llevado a cabo, no son más que trabajadores, mientras que las mafias rusas se pasean por Marbella (¡Qué casualidad:Andalucía!); mientras muchos Alcaldes, Concejales, Diputados, etc., etc., roban a diario aprovechando de sus puestos e influencias; mientras el Rey se ha entendido a las mil maravillas con los mayores golfos del reino; mientras que los partidos políticos han saqueado Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades, Ministerios; mientras todo eso ocurre en este enfermo país a un grupo de trabajadores los entregan a los militares, posibilitando de paso que cualquier trabajador pueda ser "alarmado" en cualquier momento: basureros que se niegan a recoger las basuras de las calles, bomberos que se niegan a apagar incendios, futbolistas que se niegan a saltar al campo, funcionarios que se niegan a firmar resoluciones ilegales... en fin, cualquiera ya en este país puede ser víctima de un Estado de Alarma, que es lo que, probablemente, desea conseguir este gobierno con el único fin de mantenerse en el poder.
Para cagarse. O mejor, coger el primer tren que salga de este enfermo país.
29 noviembre 2010
LA TORTICERÍA JURÍDICA DEL GOBIERNO DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA
23 noviembre 2010
¡QUE ACABE YA LA FUNCIÓN!
21 noviembre 2010
EMPLEADOS PÚBLICOS DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA TRAS LOS PASOS DE GRIÑÁN.Granada 21 Noviembre.
19 noviembre 2010
Hoy, viernes, el periódico El Mundo ha publicado una carta que les envíe ayer sobre la vergonzosa manipulación de Canal Sur (una de las televisiones y radios públicas más manipulada y al servicio del golferío de la Junta) en el conflicto que mantienen los Empleados Públicos de la Junta de Andalucía con el gobierno andaluz por causa de ese ilegal Decreto-Ley 5/2010 que pretende meter por la puerta de atrás a más de 30.000 paniaguados. A ver qué os parece, que ha tenido su repercusión mediática.
MANIPULACIÓN INFORMATIVA DE CANAL SUR EN EL CONFLICTO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA ANDALUZA
Sr. Director:
En esta Andalucía silente gobernar medrando y manipulando es tremendamente fácil. Pero, si además, se controla un medio de comunicación público la tarea casi se convierte en placentera.
La RTVA, cuyo buque insignia es Canal Sur TV, está sostenido con los impuestos de todos los andaluces pero controlado de forma partidista por un gobierno cínico que obtiene rédito electoral y mediático. Y para muestra la vergonzosa manipulación por parte de los servicios informativos de Canal Sur – televisión y radio- en la espectacular y permanente protesta contra el Decreto-Ley 5/2010 que están llevando a cabo los empleados públicos de la Administración General de la Junta de Andalucía en respuesta al mayor atentado contra la función pública desde la eliminación de la cesantía.
El día de la macro-manifestación de Sevilla, el pasado 13 de noviembre, el informativo de Canal Sur TV de las 20,55 horas, se refirió de pasada a este espectacular evento en cuarto lugar, mereciendo mayor atención los dos mil manifestantes pro-saharaui en Madrid y la liberación de la premio nobel de la paz camboyana. Pero, no contentos con ese ninguneo informativo dijeron: “miles de manifestantes”, sin atreverse a apostillar lo que sí afirmaron medios como éste: que la cifra superaba los treinta mil y que había sido una concentración histórica. Y algo similar hicieron hace unos días en la manifestación del día 17 de noviembre, celebrada en Granada con este mismo fin. De nuevo se limitaron a informar de pasada, bajando la asistencia a una cifra irrisoria. Pero, en fin, de qué podemos extrañarnos a estas alturas, tras treinta años de delirio gubernamental.. Si Andalucía, algún día, dejara de ser silente se eliminarían las barreras y se cumpliría la estrofa del himno que proclama una Andalucía libre. Ojalá este despertar de la función pública andaluza sea el principio.
José Antonio Flores Vera
Empleado Público de la Junta de Andalucía
18 noviembre 2010
LOS EMPLEADOS PÚBLICOS DE LA JUNTA SON TRATADOS COMO DELINCUENTES: EL MUNDO AL REVÉS
LA JUNTA DE ANDALUCÍA COMIENZA A DAR MUESTRAS DE NERVIOSISMO
16 noviembre 2010
LOS EMPLEADOS PÚBLICOS DE ANDALUCÍA DESTAPAN LA CAJA DE LOS TRUENOS
11 noviembre 2010
CUANDO LA JUNTA DE ANDALUCÍA DECIDE CONFUNDIR A TODO EL MUNDO
04 noviembre 2010
MÁS SOBRE EL NEPOTISMO DE LA JUNTA DE ANDALUCIA
24 octubre 2010
ARRECIA LA INDIGNACIÓN ENTRE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA
18 octubre 2010
VOLVAMOS AL NEPOTISMO DE LA JUNTA DE ANDALUCIA
La oposición al asunto que se trae entre manos la Junta de Andalucía cada día se calienta más. E incluso los medios no afines (porque los afines están vergonzosamente callados) ya están comenzando a denunciar duramente este nepotismo del gobierno andaluz, que ya parece están comenzando a abandonar el barco como ratas ante el temor real de perder las próximas elecciones y comienzan ya a situarse en sabrosos puestos fijos, que ahora ocupan eventualmente en empresas públicas gratuitamente e interesadamente creadas a lo largo de los últimos años para que les sirva de retiro como sirvió la Isla de Santa Elena a Napoleón.
El asunto, al margen de tecnicismos es muy sencillo de explicar: el gobierno andaluz pretende hacer empleados públicos fijos -y darles la prerrogativa de funcionarios a muchos de ellos- de un plumazo a veinte mil trabajadores que tiene contratados en sus enésimas empresas públicas, las cuales no cumple otra función básica que la de dar cobijo a miles y miles de contratados a dedo como antes decía. Es decir, que hay dos Administraciones Públicas simultáneas: una es la real, la profesional, la integrada por empleados públicos -funcionarios de carrera y personal labora-, que accedieron al puesto a través de un sistema selectivo constitucional; la otra, es una administración pública fantasma, solapada. Creada por medio de contrataciones ajenas a los principios legales de igualdad, mérito, capacidad y publicidad.
Y como resulta que ambas es imposible mantenerlas, se pretende utilizar una nueva química administrativa, que consiste en fusionarlas y deducir de esta fusión un bodrio al que denominan Agencias -que las hay de diversos tipos-. En esa fusión ilógica ya nada será igual y será imposible reconocer a los propios de los extraños como a continuación se explicará.
Entre esos contratados a dedo hay muchos ex-cargos de la Junta de Andalucía, ex-alcaldes-, ex-concejales y muchos ex de diversa procedencia partidista. Además, se sabe que también se han contratado alegremente familiares, amigos, miembros del PSOE y otros elementos afines. Sabemos que de ese personal están integradas las relaciones de puestos de estas empresas públicas, pero lo ideal sería que el gobierno andaluz tuviera la valentía de ofrecer esos listados a la opinión pública para que se pueda comprobar la procedencia y filiación de cada uno de sus trabajadores y directivos.
Conozco a mucha gente que ha entrado en la función pública por la cara, sin cumplir los requisitos del artículo 103 de la Constitución, basados en los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad. Esos casos que conozco -básicamente en la Diputación de Granada-, y que todos conocemos en otras instituciones, hasta ahora, estaban mezclados con el personal profesional que sí ha cumplido esos requisitos antes aludidos. Pero lo que ahora se pretende es dar cobertura legal y constitucional a esos más de veinte mil empleados que no han superado oposición ni concurso-oposición alguna.
Hay dos casos sintomáticos que conozco (y todos son parecidos a estos dos): Uno. Un alcalde de un pueblo de área metropolitana de Granada, de profesión empleado de correos (cartero o clasificador, no sé exactamente), que cuando cesa de alcalde y de diputado provincial, que también lo era, no volvió a su humilde puesto sino que acabó siendo contratado en una empresa pública con un sueldo astronómico. Dos: un joven de pueblo sin estudios universitarios algunos -creo que tampoco de enseñanza media- pertenece desde casi niño a las Juventudes Socialistas, por lo que acaba trabajando como administrativo del PSOE -a lo que no hay nada que objetar, porque como entidad no pública puede contratar a quien quiera-. Sin embargo, poco a poco, ese joven crece y necesita una estabilidad. No ha hecho oposiciones ni piensa hacerlas, así que pasa a ser secretario del grupo socialista en un órgano provincial y desde ahí obtiene la plaza de personal laboral, temporal en primer lugar y fijo posteriormente. Sigue sin hacer oposición ni nada por el estilo pero ya es fijo. Ahora ocupa un alto cargo en un órgano provincial porque además es Concejal de un pueblo del área metropolitana de Granada. Casos similares a ese serán los que obtengan por la cara la condición de empleados públicos fijos, en la mayoría de los casos, como directivos, con un sueldo bruto al año de más de 50.000 €, al margen de dietas, coche, secretaria, etc.
A su servicio estarán funcionarios de carrera y personal laboral, ambos profesionales de la función pública, que han cumplido los requisitos que contempla el artículo 103, es decir, que han aprobado como mínimo una oposición o un concurso-oposición. Todos ellos tienen la formación académica que las normas de función pública exigen para su puesto y la mayoría de ellos aportan, además, formación universitaria. Todos esos méritos no le servirán para hacer carrera administrativa y su esfuerzo estará al servicio del nepotismo andaluz.
Además, se produce otra circunstancia cínica que también está denunciada: pocos ciudadanos -o tal vez ninguno- podrán ya acceder a una plaza pública a través de la Oferta de Empleo Público, porque ésta ya está desapareciendo.
Todo eso hay que pararlo como sea. De hecho el PP ya va a presentar una recurso de inconstitucionalidad contra el Decreto Ley 5/2010, que es el que posibilita legalmente esta barrabasada y existen muchas iniciativas jurídicas para detener esta lacra.
Para más información hay que decir, por si hay alguien que aún no lo sepa, que el personal laboral fijo pasará a depender de forma obligatoria de una Agencia en los próximos años, saliendo de la cobertura legal que le ofrece el Convenio Colectivo del personal laboral de la Junta de Andalucía y al personal funcionario se le dará la opción de entrar en una Agencia como personal - no fijo - y se le reservará su plaza en la Delegación Provincial, Consejería u cualquier órgano de la Administración General de la que dependa. Pero hay una trampa mortal: cuando decida volver a su plaza no la encontrará, ya que estará desdotada y habrá de estar a la espera -probablemente pasará a la situación administrativa de expectativa de destino- de que surja una plaza similar a la suya. Pero esta no surgirá porque las Relaciones de Puestos de Trabajo de las Delegaciones y otros órganos de la Consejería dependerá de la Agencia X. Por tanto, se verá abocado a seguir en la plaza de laboral y el siguiente paso puede ser la calle, ya que dependerá de ese alcalde empleado de correos, que será su jefe y el convenio de la Agencia le permitirá largarlo a la calle cuando a él le dé la gana.
Aquí no existe exageración alguna. Es más, todo lo que aquí cuento puede ser superado por la realidad. Incluso ya hay gente que considera un gasto innecesario dar a sus hijos una formación honesta y cara. Bastaría con apuntarlo al PSOE -o a cualquier otro partido que tenga similares principios-.
Es esto lo que quiere hacer el PSOE de Zapatero, Chaves y Griñán.
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