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30 septiembre 2012

HAY QUE VOLVER AL WESTERN


Hay que volver al western porque pocas cosas se han en el cine más auténticas y que aporten tanto como los western de todos los tiempos. Un género que ha ido decayendo en los últimos años, quizá, porque lo mejor ya estaba filmado en los decenios anteriores, con la excepción de -por ejemplo- 'Sin perdón' una 'rara avis' de los años noventa -que es un grandioso homenaje al gran género- y diversos buenos 'remakes'. 
Particularmente en este género he visto la esencia del cine, pero también de la sociedad. Retratan la lucha del bien contra el mal en un joven pero muy vitalista país emergente como es Estados Unidos. Eso siempre me ha fascinado. Pero también la lucha por el poder y el territorio, donde todo es virgen, nuevo y latente. Lucha de hombres y mujeres por construir ciudades  habitables en contraposición a esa lucha opuesta de gente malvada por adueñarse de todos los recursos al margen de la ley. En realidad, esa lucha nos sigue siendo familiar y pocas cosas han cambiando en esencia, si bien, en este momento histórico pareciera que, al contrario que en el género western, el hombre que ha de velar por la ley y el orden en este momento histórico asumiera el papel del malo de la película, si consideramos los innumerables casos de corrupción en nuestras sociedades modernas avanzadas por parte de representantes de nuestros poderes. 
Si en aquellas míticas películas, un hombre es capaz de arriesgarlo todo para enfrentarse 'Sólo ante el peligro' o jugarse la vida para ajustar antiguas cuentas y, de camino, erradicar la corrupción de una ciudad llamada 'Río Lobo', en la sociedad actual pocos que formen parte de cualquier poder del Estado parecieran tener otro interés que amasar riqueza y proteger sus intereses materiales. Por tanto, todo indica que estamos dando un paso atrás. Y lo que es más grave, utilizando para ello las leyes. Justo al contrario de lo que hacían aquellos aguerridos hombres y mujeres. 
Así, que amante como soy de este género, me estoy dedicando a visionar películas para mí inéditas o ya conocidas. Y qué mejor el visionado de la excelente 'Río Lobo' de Howard Hawks, protagonizada por el sinpar John Wayne, tras haber visto hace unos días las dos -la clásica y el remake- 'Valor de ley'.

26 septiembre 2012

EL CORRER Y SU MAGIA


Piensa la gente que los corredores siempre vamos con una sonrisa en la cara cuando  nos disponemos a correr. No es cierto; de hecho, en muchas ocasiones no se encuentran ni las fuerzas ni las ganas para ir a correr. De ahí que a los corredores no nos baste con la mera afición. Por el contrario, son necesarios muchos más aditivos para poder encarar con dedicación y voluntad esta disciplina. Porque de una disciplina como otra cualquiera se trata.
Viene a cuenta esto de lo reacio que me encontraba el lunes para hacer un rodaje que, inicialmente, pretendía ser suave, entre el Pantano del Cubillas y Caparacena -ida y vuelta-. Nueve kilómetros bien medidos no exentos de varias complicaciones orográficas. Ese lunes, no me hubiera bastado con la mera afición, porque resulta que cuando entra el otoño y la luz de la tarde se vuelve melancólica, cuesta patear caminos y veredas. Esos caminos y veredas que has recorrido con placer y deleite en los luminosos meses del verano. Pero ahora es distinto: va entrando el frío, el sol calienta menos y hay mucha más soledad en las rutas que no ha mucho se mostraban pobladas de gente. Ahora, por arte de birlibirloque desaparecen, mientras que tú sigues haciendo tus mismas rutas de siempre. Pero cuesta enfrentarse a esta nueva estación meteorológica y en esas nuevas condiciones. 
Sin embargo, cuando presumía y casi daba por sentado que serían unos kilómetros penosos, todo ocurrió justo al contrario. Me sentí ligero desde el primer metro y mis piernas querían más ritmo. Yo no era el que creía que era antes de comenzar a correr. Y así, de esta forma, transcurrieron estos nueve kilómetros, intentando moderarme en el ritmo porque no se trataba de competición alguna. 
Sin duda, son estas circunstancias inéditas e imprevisibles las que hacen que nuestro deporte despliegue la magia que despliega, porque sin ella todo sería mucho menos llevadero.          

20 septiembre 2012

¡QUÉ LES ZURZAN CON SUS CUITAS Y ENREDOS!


Yo, como toda persona que guste estar informada, he seguido con interés, desde siempre, la actualidad política. Hubo un tiempo en el que la política, a pesar de estar siempre en el filo de la corruptela, por su propia naturaleza, era una rama más del conocimiento humano y podías leer la actualidad política del país en cualquier periódico sin necesidad de echar la pota, pero ese tiempo ya ha pasado. 
Y ha pasado, desde que la política cada vez está más contaminada por los intereses materiales -por los intereses siempre lo ha estado- más ridículos y nauseabundos. Inclusos sus actores ahora son otros. Hubo políticos de raza, con los que podías estar de acuerdo o no estarlo (dos recientemente fallecidos, Fraga y Carrillo, por poner dos casos extremos, eran ejemplo de políticos de raza -aunque personalmente jamás he comulgado con la ideología de ninguno-), pero sus argumentos, por lo general, estaban totalmente alejados de intereses materiales. Eran políticos profesionales, es cierto, pero jamás se les ha descubierto una corrupción económica que les empañara su larga carrera política. Han vivido siempre en el mismo sitio y no se les ha conocido grandes fortunas, al margen de lo que hayan podido atesorar con su buen sueldo de ministros o diputados, según el caso. Pero ese tipo de políticos ya están falleciendo o bien se han retirado de la vida pública. 
No hace mucho vi un programa de Jordi Évole, 'el follonero', dedicado a conocer las opciones de gente -muchos de ellos políticos- que han hecho de su función un ejemplo de transparencia. De entre los entrevistados me llamó la atención un señor mayor, fundador del PP y con aspecto muy pepero -si es que ese aspecto está catalogado de alguna manera-, que por voluntad propia se había retirado cuando comenzó a comprender a qué se dedicaban sus antiguos compañeros de partido, que acababan de alcanzar la mayoría absoluta del gobierno de España, en el año 2000. Precisamente se apartó de la política cuando comprendió que ese poder no iba a ser bien digerido. Y no se equivocó. Es más, este antiguo político del PP considera que hoy que hoy día estar en un partido es igual a podredumbre y corrupción. Era diputado en ese momento y demostró coherencia y  coraje. Un caso único, sin duda.
Por tanto, visto lo visto, yo he decidido voluntariamente no leer intencionadamente ninguna noticia política ni perder el tiempo en esta pantomima en que se ha convertido la vida pública. Sencillamente, renuncio. No me interesa. Lo mismo que ya he decidido no votar más a opciones políticas de este tipo. 
Y sería sano que así lo hiciéramos muchos porque el sistema político actual y sus medios de comunicación palmeros se alimentan de esas audiencias. Sin ellas, no serían nada. Que les zurzan. 
Por el contrario, es completamente insano perder el tiempo con toda esta gentuza. Un tiempo precioso que  podemos dedicar a cosas que precisamente ellos no quieren que hagamos. Por ejemplo: ser más cultos, leer buena literatura e historia, ver buen cine, escuchar música culta, reflexionar, escribir. En fin, miles de cosas de ámbito intelectual que al sistema no le interesa que hagamos, porque ellos, como grandes ególatras que son, lo que les interesa es que estemos ensimismados con sus cuitas y enredos y nos olvidemos de crecer como seres pensantes y sintientes. Quieren masa, no personas. Que no cuenten conmigo.Lógicamente, seguiré leyendo la prensa y escribiendo en ella, mientras pueda y me dejen, pero hay muchas formas de acercarse a los medios de comunicación, muchas formas de leer y de escribir y yo tengo claro qué me interesa. Me ha ocurrido tarde, pero al final he visto la luz.  
Lo que ocurre es que cada vez tardo menos en leer la prensa y los telediarios no los aguanto ni dos minutos. Por tanto, al parecer, lo estoy consiguiendo.
  

18 septiembre 2012

SOBRE CARRERA, LECHAZOS Y OTRAS VELEIDADES

A muchos les habrá parecido exagerado, pero no exagero -al margen de licencias literarias- cuando digo que el lechazo iba aún en mis tripas en la Media Maratón del Melocotón. El lechazo de Aranda de Duero (¿qué comerá Juan Carlos Higuero, siendo de aquel pueblo?), el medallón de solomillo de ternera de  Hondarribia en el restaurante de la propia sede del PNV o la excelente carrillada de ternera del Asador Arriaga, en el casco viejo de Bilbao, por poner tan sólo tres ejemplos. Y es que, como bien comentaba Javi, todo eso es mal combustible para el corredor. Pero es que uno es corredor por afición y no por profesión, y como he escrito en muchas ocasiones eso tiene un montón de ventajas.  
Lo que ocurre es que este tipo de veleidades gastronómicas han de tener su tiempo y como ocurre con el agua y el aceite, mezclarlas con la actividad de correr tienen sus inconvenientes. Y sus riesgos. Que menos que después del pecado gastronómico, le demos al cuerpo días de "desintoxicación" y unas cuantas sesiones de reencuentro. Pero no lo hice.  
Y no lo hice porque no hubo tiempo. Llegar de saborear todos esos platos del norte y calzar las zapas para patear por las calles de Guadix ¿Nula planificación? Sí, sin duda, pero no se le puede pedir más a un simple aficionado al running. 
Como creo que hacemos la mayoría, en la vida ordinaria suelo contenerme mucho en materia gastronómica. Es más, casi soy un ser vegetariano -aunque en absoluto lo soy- cuando ando en la vida diaria. Resulta que la dinámica del día y la necesidad de salir a entrenar día sí, día no, hace que todos nos contengamos con las comidas y las bebidas espirituosas. No por nada, sino porque con ese abigarrado combustible no hay manera de poder hacer una sesión de entrenamiento digna al día siguiente. 
Zarajos de Cuenca.
Al menos, en mi caso. Por tanto, ¿que es lo que hago para sucumbir a estos banquetes gastronómicas? Aprovechar los viajes, porque soy de la opinión que no hay que dejar de probar nada que sea típico de la zona que visitas, ya sean esas tripas asadas que en Cuenca llaman 'zarajos' o el susodicho lechazo de Aranda, pasando por todas las especialidades espirituosas o reposteras. Unas cosas te gustarán más y otras menos, pero hay que probar y dar fe de la cultura gastronómica. Si no se hace así, da la sensación que uno no ha visitado esos lugares.
Otra cosa muy distinta y es tomarle excesiva afición a esa práctica gastronómica en el día a día, porque esa práctica conllevaría con toda seguridad la lapidación como sufrido corredor. 

26 junio 2012

LA SELECCIÓN ESPAÑOLA DE FÚTBOL Y LA DESESPERANZA


Huele a desesperanza. Una especie de tufillo que penetra por las puertas, que entra en las oficinas, en los bares, que se pasea por las calles. Una desesperanza por la incertidumbre del rescate a España y por la poca transparencia informativa en torno a la misma. Una desesperanza por no poder ya ser los ricos que hace poco éramos.   
No sabemos de prima de riesgo, de política fiscal, de estados de cuentas y balances, pero existe una incertidumbre, como una sombra alargada alrededor de nuestras cabezas que amenaza y conspira. Pensaba en ello mientras hacía una ruta urbana de nueve kilómetros y me venía a la mente el mensaje que están dando medios de comunicación de masas y políticos en cuanto a la esperanza que supone para los españoles el papel de la selección española de fútbol porque, al parecer, a nadie se le ocurre otra. 
Acostumbrados como estamos a vivir en el ámbito mediático ya nada se estima a no ser que esté relacionado con ese especie de estado de ánimo colectivo que emana de una sociedad global y mediática. Sin duda, ya se ha perdido la individualidad y nada que no tenga que ver con lo colectivo tiene importancia. 
Años atrás, estábamos de fiesta permanente en este país; a la mayoría, gracias al ladrillo, le iba muy bien, y en esa situación superficial y de hedonismo físico ¿quién necesitaba la individualidad y el recogimiento? ¿O el pensamiento? ¿O la lectura? ¿O, sencillamente, la soledad disfrutada? Nada de eso. La bacanal era diaria y permanente y quien no participaba en ella era un proscrito, un antisistema, un ser peligroso. 
Pero resulta que ahora todo aquello que se despreciaba se necesita más que nunca, pero acostumbrado el personal a la orgía colectiva del espectáculo, del dinero del ladrillo, de la estulticia colectiva, ¿quién hizo los deberes para enfrentarse a periodos individuales que algún día tendrían que llegar? Nadie o casi nadie. De ahí que ahora los medios de comunicación de masas y los gobiernos estén tan preocupados por dar algo al pueblo que les libere de su propia individualidad, porque saben que ésta puede ser su mayor enemiga. Lo que ocurre es que lo de la selección española, como mucho, durará hasta el propio domingo ¿Y después qué?   

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...