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05 octubre 2008

CHARLANDO DE LA CRISIS Y OTRAS PERLAS


Si hay algo que me gusta de los blog -además de escribir, claro- son vuestros excelentes comentarios. Resulta que un comentario me llevó a escribir otra entrada sobre la crisis, y tan ricos e interesantes han sido los comentarios sobre esta última entrada que merece la pena seguir hablando del tema.
Ayer estuvimos un grupo de amigos de las Verdes y respectivas parejas -al que se sumó, el abogado Jorge, amigo de Jesús y excelente persona- en una cervecería de los alrededores del Palacio de Exposiciones y Congresos de Granada, y como podrá suponer el lector, y mucho más quienes nos conozca, la velada se hizo hiperbreve y amena, abordando uno y otro tema. Casi había que hablar por turnos. Y es que ese tipo de encuentros son como la guinda real a lo que aquí mostramos virtualmente a través de los comentarios. Y, claro, hablamos de lo que escribimos en los blogs, de lo que comentamos y solemos coger al vuelo temas que aquí tratamos, igual que abordamos temas que aquí no tratamos. En fin, una tertulia en toda regla de todos con todos o unos pocos con unos pocos, para enseguida salir a la palestra del grupo y exponer ese tema tratado al alimón. Y, claro, uno de los asuntos que tal vez más salió fue el de la crisis. Hablamos sobre qué ocurrirá a partir de ahora. Jorge me comentaba que no era sostenible que cualquier advenedizo se forrara como se estaba forrando, comprando y revendiendo pisos sin exponer, además, un ápice de su patrimonio, y todo al margen del fisco y los controles públicos. Curiosamente también surgió el fenómeno del millonario traspaso de las farmacias, y llegamos a la conclusión de que este mundo que -entre todos- estábamos - o estamos - montando es un verdadero basurero poblado de intereses, lascivia, egoísmo y otras perlas del estilo. Y que estas situaciones que se han dado, pongamos, con más ahínco en los últimos diez años de nuestra historia reciente, deberían no repetirse. Hay que cambiar el modelo.
Lógicamente, aquí nadie es un ángel. Tampoco un demonio. Digamos que hay quien tiene más de ángel que de demonio, y viceversa. Pero sí, está claro que poder replantearse nuestro código ético de conducta, exponerlo y hablar sobre ello nos hace ganar enteros. Además, por los hechos se va conociendo a la gente. Unos dedican su vida a perrear y a atesorar riqueza y, de camino, hacer todo el daño posible a personas, animales, medioambiente o lo que se le ponga por medio por tal de montar un patrimonio. Mientras que otros buscamos sobrevivir, obtener un nivel de vida aceptable -por qué no-, correr, viajar, leer, ver buen cine, pasar un buen rato con los amigos, saborear el arte, conmoverse ante un buen atardecer o amanecer, emocionarse con la música o encontrar en la cultura un rincón en el que refugiarse, cosas al margen del vil metal. Pero, lamentablemente, no es ese el objetivo de muchas personas, algunos de los cuales, incluso, nos gobiernan. Es más, existe demasiada gente pensando en la forma de destruir el mundo a costa de su avaricia. Y algo de eso estaba pasando últimamente en el mundo. Por tanto, si esta crisis, tan traída y tan llevada, sirve para que volvamos de nuevo a las verdaderas raíces de la humanidad, que bienvenida sea. Y como dice Jesús, si sirve para hacer una limpia, mucho mejor.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...