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Que guay debe ser pasarlo en grande a costa del bolsillo de los españoles ¡Esto es una monarquía consecuente con la crisis! |
La línea que separa la razón de Estado del ocio y disfrute personal a costa de éste en la monarquía española es muy tenue, pero puestos a dar razones de Estado o de otro tipo más vale darlas oficialmente, principalmente, en este momento histórico en el que el ciudadano se sube por las paredes por la falta de empleo, la bajada de remuneraciones y la carestía de la vida. Pero eso no parece importar en los altos palacios reales si observamos a qué se dedican sus miembros.
En estos días hemos visto a tres de ellos -Reina y Príncipes de Asturias- pasarlo a lo grande en diversas actuaciones de nuestros compatriotas en las Olimpiadas de Londres y, claro está, tan sólo ha bastado indicar en la agenda oficial que es un asunto de Estado para sostenerse de forma gratuita, pero muy costosa para los bolsillos de los españoles. Nunca nos hablan de cifras -y la futura Ley de Transparencia tampoco lo hará-, pero cada vez que un miembro de la monarquía se mueve, las secas arcas del Estado se retuercen de dolor ya que a la manutención personal -en excelentes hoteles de lujo, supongo- hay que sumar viajes en avión, escoltas y personal de seguridad, pero eso no parece importar a la Casa Borbón y Grecia, como parece no importar la situación económica que atraviesa el país por mucho que lo expongan en sus elaborados discursos. Esperamos con ansiedad el día que tengan el detalle de hacer estos viajes de ocio -porque son de ocio por mucho que se esfuercen en mantener lo contrario- tirando de sus cuantiosos sueldos pero, claro, no estaríamos hablando de la monarquía española, esa que se desvive por la razón de Estado. Realmente, hay que tener la cara como el cemento armado.