Como habéis podido comprobar, esta esforzada bitácora ha estado muy parada toda la semana pasada, pero ¡qué nadie piense que desaparece ni nada por el estilo! Sencillamente, he estado con otras cosas, pero no alejadas del mundo de las letras. Y es que estamos preparando la publicación del que será mi primer libro de relatos, cuyo título será 'Conversación en la taberna y 41 relatos'...pero ya hablaré de él en su debido momento, que aún no hay fecha definitiva de publicación. Lo único que es seguro es que tras mantener conversaciones con distintas editoriales, finalmente lo publicará una entusiasta editorial de Alcoy, denominada Luhu Editorial. Espero que todo vaya bien y poder seguir publicando con ellos otros proyectos que tengo a punto de acabar o en proyecto. Pero de todo eso hablaré en su momento.
Pero a pesar de estar liado con todo esto -que exige tiempo y disciplina-, estoy corriendo más que nunca. Miento: no más que nunca, pero sí más que en los últimos meses. Y eso a pesar de que la luz natural se va en un pis pas y que, en ocasiones, la climatología no ayuda. Pero me está siendo fácil últimamente hacer kilómetros, arengado quizá por la Media Maratón de Antequera del pasado domingo, 23 de noviembre, a la que me alegro haber asistido porque, como suponía, iba a suponer una especie de punto de inflexión en mis entrenamientos. Y así ha sido.
El pasado sábado volví de nuevo a la rutina de las tiradas, alcanzando una de dieciocho kilómetros, que es algo que no había hecho en bastante tiempo. Por tanto, entre la tirada del sábado y el sabroso entrenamiento del pasado jueves -como conté en el margen derecho- ya he completado un total de treinta kilómetros. Por tanto, hoy domingo, último día de noviembre, haré en torno a los once o doce kilómetros, acercándome o cumpliendo mi máxima del maratón semanal, algo que últimamente tampoco cumplía.
Porque llegan unas fechas golosas, esas en las que, por mucho que te controles siempre acabas por ingerir más calorías de las que debieras o de las que, sencillamente, 'quemas', por lo que hay que tener mucho cuidado con lo que se ingiere. Mejor siempre probar para no sucumbir al pecado que ignorar las tentaciones, porque está claro que lo que se ignora o reprime se convierte en un tabú.
Por eso, siempre entreno en Navidad. Por eso y porque me gusta correr en esta fecha, saboreando ese color especial del cielo que produce la pronta huida del otoño y la entrada del invierno. De ahí que cuando he estado lesionado en estas fechas no he podido sentirme algo frustado.
Por tanto, nada mejor que entrenar pero también afinar mucho el oído ante posibles desajustes en nuestro sistema músculo-esquelético. Porque, como todos sabemos, prevenir y ser prudente siempre es mejor que estar postrado sin poder correr. De hecho, mientras escribo tengo posadas sobre mis rodillas un gel frío -por muy poco llevadero que sea en estas fechas-, y todo porque en el entreno de ayer las sentí algo doloridas y cansadas.
Consideré como muy probable que eso se debiera a varios factores, siendo uno de ellos el desgaste de las últimas zapas con las que he corrido. Sin ir más lejos, ayer recuperé de nuevo las Joma Hispalis, que había comprado ya hacía tiempo. No corría últimamente con ellas, pero decidí darles una última oportunidad. Ya había notado en entrenos anteriores que algo en ellas no iba y, ayer, en el entreno largo comprendí que habían llegado al final de su ciclo. Así que ya están jubiladas de forma definitiva. Esas jubilaciones podrían ser más precisas si yo fuera constante y anotara los kilómetros que hago con las zapas, pero soy perezoso para esto y siempre acabo por calcular los kilómetros 'a ojo de buen cubero', lo cual es siempre un riesgo. Finalmente, determino que una zapa ha llegado a su fin cuando no corro cómodo con ellas o observo que cuando las calzó acabo tocado, pero eso siempre es muy peligroso. Es más, en el pasado he llegado a lesionarme por no tener en cuenta eso.
Así que ya toca ir buscando algo en el mercado el que, por cierto, cada está más complejo y caro, en cuanto a elección de zapatillas se refiere. De ahí que haya que buscar las opciones que da Internet, los descuentos y las rebajas, es decir, que parezca un 'black friday' permanente.
FOTOS DE OTOÑO (30/11/2014)
Adentrarme por ese camino que conduce al antiguo Cortijo de las Cruces, siempre me parece emocionante. Todo en este lugar parece lejano y cercano al mismo tiempo (Foto de J.A. Flores) |