Con el cine español tengo un problema: me da pereza ver gran parte de sus películas, pero una vez vistas me arrepiento de no haberlas visto antes. Es una desagradable dualidad que no logro solucionar. Tal vez uno ande con prejuicios, tan acostumbrados como estamos a eso que siempre hemos llamado "españoladas", que es una especie de término peyorativo que solemos utilizar cuando se alude a una película de producción hispana de baja calidad.
Pero ocurre que las cosas están cambiando en el cine español desde hace ya algún tiempo. Es cierto, que existen cosas muy mediocres -casi siempre por falta de presupuesto que no por la originalidad de sus guiones y lo acertado de sus directores, en la mayoría de los casos-, pero hay otro puñado de películas que te quitan el hipo cuando las ves y no encuentras más que buenas palabras hacia su guión, director, actores....Me ocurrió, con Gordos, con Celda 211, y me ha ocurrido con algunas cosas de Almodóvar -con pocas, la verdad-, aunque debo reconocer que jamás me ocurre con el cine de Alex de la Iglesia, que jamás me defrauda.
Dicho esto y acabada ya esa larga introducción, diré que el sábado pasado vi la ganadora de los Goya de este año "No habrá paz para los malvados" y como ya me ocurrió con otras, esta película me ha dejado sin aliento. Perfecta.
No encontraba el momento de verla, pero al aguijón de los Goya me animó a verla y de nuevo he vuelto a arrepentirme por no verla antes. Es una película mayor, que nada tendría que envidiar al buen cine negro norteamericano.
Me ha parecido impresionante todo, pero básicamente dos aspectos: la enorme sutiliza y elegancia en tocar con profundidad el asunto que desangró a España el 11 de marzo de hace -pronto lo hará- ocho años y la soberbia interpretación del actor José Coronado, un actor que siempre me ha parecido menor, pero que en esta película ha hecho el papel de su vida.
Y otro tanto podríamos decir de Enrique Urbizu, mucho más conocido como guionista que como director, que escribiendo el guión y dirigiendo esta película se consagra. Orgullosos deben de estar sus alumnos de la Universidad Carlos III de Madrid.
Como anécdota personal una pequeña cosa: el Centro Comercial Islazul que veremos al final de la película lo estuve pateando no hace mucho -porque mi hotel estaba cerca- y eso me resultó muy curioso e impresionante. Realmente es un buen sitio para el rodaje de exteriores por su ubicación.
Una pelí que hay que ver y que yo volveré a visionar.