20 septiembre 2012

¡QUÉ LES ZURZAN CON SUS CUITAS Y ENREDOS!


Yo, como toda persona que guste estar informada, he seguido con interés, desde siempre, la actualidad política. Hubo un tiempo en el que la política, a pesar de estar siempre en el filo de la corruptela, por su propia naturaleza, era una rama más del conocimiento humano y podías leer la actualidad política del país en cualquier periódico sin necesidad de echar la pota, pero ese tiempo ya ha pasado. 
Y ha pasado, desde que la política cada vez está más contaminada por los intereses materiales -por los intereses siempre lo ha estado- más ridículos y nauseabundos. Inclusos sus actores ahora son otros. Hubo políticos de raza, con los que podías estar de acuerdo o no estarlo (dos recientemente fallecidos, Fraga y Carrillo, por poner dos casos extremos, eran ejemplo de políticos de raza -aunque personalmente jamás he comulgado con la ideología de ninguno-), pero sus argumentos, por lo general, estaban totalmente alejados de intereses materiales. Eran políticos profesionales, es cierto, pero jamás se les ha descubierto una corrupción económica que les empañara su larga carrera política. Han vivido siempre en el mismo sitio y no se les ha conocido grandes fortunas, al margen de lo que hayan podido atesorar con su buen sueldo de ministros o diputados, según el caso. Pero ese tipo de políticos ya están falleciendo o bien se han retirado de la vida pública. 
No hace mucho vi un programa de Jordi Évole, 'el follonero', dedicado a conocer las opciones de gente -muchos de ellos políticos- que han hecho de su función un ejemplo de transparencia. De entre los entrevistados me llamó la atención un señor mayor, fundador del PP y con aspecto muy pepero -si es que ese aspecto está catalogado de alguna manera-, que por voluntad propia se había retirado cuando comenzó a comprender a qué se dedicaban sus antiguos compañeros de partido, que acababan de alcanzar la mayoría absoluta del gobierno de España, en el año 2000. Precisamente se apartó de la política cuando comprendió que ese poder no iba a ser bien digerido. Y no se equivocó. Es más, este antiguo político del PP considera que hoy que hoy día estar en un partido es igual a podredumbre y corrupción. Era diputado en ese momento y demostró coherencia y  coraje. Un caso único, sin duda.
Por tanto, visto lo visto, yo he decidido voluntariamente no leer intencionadamente ninguna noticia política ni perder el tiempo en esta pantomima en que se ha convertido la vida pública. Sencillamente, renuncio. No me interesa. Lo mismo que ya he decidido no votar más a opciones políticas de este tipo. 
Y sería sano que así lo hiciéramos muchos porque el sistema político actual y sus medios de comunicación palmeros se alimentan de esas audiencias. Sin ellas, no serían nada. Que les zurzan. 
Por el contrario, es completamente insano perder el tiempo con toda esta gentuza. Un tiempo precioso que  podemos dedicar a cosas que precisamente ellos no quieren que hagamos. Por ejemplo: ser más cultos, leer buena literatura e historia, ver buen cine, escuchar música culta, reflexionar, escribir. En fin, miles de cosas de ámbito intelectual que al sistema no le interesa que hagamos, porque ellos, como grandes ególatras que son, lo que les interesa es que estemos ensimismados con sus cuitas y enredos y nos olvidemos de crecer como seres pensantes y sintientes. Quieren masa, no personas. Que no cuenten conmigo.Lógicamente, seguiré leyendo la prensa y escribiendo en ella, mientras pueda y me dejen, pero hay muchas formas de acercarse a los medios de comunicación, muchas formas de leer y de escribir y yo tengo claro qué me interesa. Me ha ocurrido tarde, pero al final he visto la luz.  
Lo que ocurre es que cada vez tardo menos en leer la prensa y los telediarios no los aguanto ni dos minutos. Por tanto, al parecer, lo estoy consiguiendo.
  

CINE: TAMBIÉN LA LLUVIA (ESP, 2010)


No encontraba el momento para sentarme a ver esta excelente película de título tan lírico, porque siempre me decantaba por alguna otra. Pero me dije que tres premios Goya no pueden estar equivocados y así ha sido. 'También la lluvia' es una excelente película española que apremio a que la veáis si no lo habéis hecho ya. 
Es una película sin apenas fisuras, con una coherencia brutal. Un drama social contado con una frescura emocionante. Todo un hallazgo. 
El cine de Icíar Bollaín siempre está cargado de una casi obsesiva crítica social. Y todo lo que se refleja en el cine de manera obsesiva no me ha interesado demasiado, pero esta película está muy bien dirigida y  parte de un guión del británico Paul Laverty, escrito a partir de los acontecimiento bautizados como 'la guerra del agua' acaecidos en Bolivia en el año 2000. 
Hay cosas en esta película extraordinarias, siendo una de ellas el hecho del rodaje en la propia zona de aquel conflicto en la ciudad boliviana de Cochabamba. Asimismo, según cuenta la propia directora, en esta película se entremezclan actores profesionales con otros que no lo son y que han sido verdaderos descubrimientos, como es el caso del boliviano Juan Carlos Aduviri, un indígena que casa muy bien con la cámara. Su doble proyección en la película tiene un atractivo muy interesante que deleitará al espectador. De hecho, uno acaba pensando al acabar de verla que este actor se come gran parte de los primeros planos, convirtiéndose casi en actor principal. Sí, es fuerte su potencial y eso ha sorprendido a todo el equipo. 
Otro trabajo que me parece estelar -y por eso se le reconoció con el Goya al mejor actor de reparto- es el del vasco Karra Elejalde en el doble papel de Antxón y Colón. Muy importante su presencia. Y muy solventes el resto de actores, principalmente, Luis Tosar, en el papel de Costa.
A mí me ha servido esta película para comprender mejor -y avergonzarme mejor- del saqueo a que ha estado sometida toda esta franja centroamericana por parte del gran capital, dinámica que parece no ha cambiado demaasiado desde la invasión de los primeros españoles con Colón a la cabeza. Es más, con todo el populismo que conlleva, me parece lógica la llegada de líderes indígenas al gobierno de estos países -en el caso de Bolivia, Evo Morales- porque han sido muchos siglos de explotación y esa dinámica algún día tendrá que cambiar por el bien de todos.  

18 septiembre 2012

SOBRE CARRERA, LECHAZOS Y OTRAS VELEIDADES

A muchos les habrá parecido exagerado, pero no exagero -al margen de licencias literarias- cuando digo que el lechazo iba aún en mis tripas en la Media Maratón del Melocotón. El lechazo de Aranda de Duero (¿qué comerá Juan Carlos Higuero, siendo de aquel pueblo?), el medallón de solomillo de ternera de  Hondarribia en el restaurante de la propia sede del PNV o la excelente carrillada de ternera del Asador Arriaga, en el casco viejo de Bilbao, por poner tan sólo tres ejemplos. Y es que, como bien comentaba Javi, todo eso es mal combustible para el corredor. Pero es que uno es corredor por afición y no por profesión, y como he escrito en muchas ocasiones eso tiene un montón de ventajas.  
Lo que ocurre es que este tipo de veleidades gastronómicas han de tener su tiempo y como ocurre con el agua y el aceite, mezclarlas con la actividad de correr tienen sus inconvenientes. Y sus riesgos. Que menos que después del pecado gastronómico, le demos al cuerpo días de "desintoxicación" y unas cuantas sesiones de reencuentro. Pero no lo hice.  
Y no lo hice porque no hubo tiempo. Llegar de saborear todos esos platos del norte y calzar las zapas para patear por las calles de Guadix ¿Nula planificación? Sí, sin duda, pero no se le puede pedir más a un simple aficionado al running. 
Como creo que hacemos la mayoría, en la vida ordinaria suelo contenerme mucho en materia gastronómica. Es más, casi soy un ser vegetariano -aunque en absoluto lo soy- cuando ando en la vida diaria. Resulta que la dinámica del día y la necesidad de salir a entrenar día sí, día no, hace que todos nos contengamos con las comidas y las bebidas espirituosas. No por nada, sino porque con ese abigarrado combustible no hay manera de poder hacer una sesión de entrenamiento digna al día siguiente. 
Zarajos de Cuenca.
Al menos, en mi caso. Por tanto, ¿que es lo que hago para sucumbir a estos banquetes gastronómicas? Aprovechar los viajes, porque soy de la opinión que no hay que dejar de probar nada que sea típico de la zona que visitas, ya sean esas tripas asadas que en Cuenca llaman 'zarajos' o el susodicho lechazo de Aranda, pasando por todas las especialidades espirituosas o reposteras. Unas cosas te gustarán más y otras menos, pero hay que probar y dar fe de la cultura gastronómica. Si no se hace así, da la sensación que uno no ha visitado esos lugares.
Otra cosa muy distinta y es tomarle excesiva afición a esa práctica gastronómica en el día a día, porque esa práctica conllevaría con toda seguridad la lapidación como sufrido corredor. 

EL CORRER Y SU GRANDEZA

No sé si somos de otra pasta, como decía Rafa Bootello en un comentario a la anterior entrada. Pero, sí, es cierto que no somos demasiado normales. Una persona normal -que también lo somos en esencia-, por lo general, no suele madrugar un domingo, haga calor o frío, y coger el coche para desplazarse a otra ciudad o pueblo para correr a lo ancho y largo de 42, 21, 15 o 10 kilómetros. De hecho, tampoco es muy común hacer esos kilómetros sin que exista la necesidad de desplazarse. 
Cuando compraba pan y unas tortas en Guadix tras recuperarme de la Media Maratón del Melocotón, la dependienta reconoció en mí que venía de correr y me preguntó por la carrera. '¿Cuántos kilómetros son?', fue la pregunta que me hizo desde la tranquilidad de su comercio. 'Veintiuno' le contesté. 'Desde El Bejarín a Benalúa, debe ser duro', comentó la dependienta. 'Sí, en esta prueba y en estas fechas todo es duro, pero nos dedicamos a esto', ratifiqué finalmente. No es más que una breve conversación entre una persona que no se dedica a esto y otra que sí, aunque sea por mera afición. 
Paseé un rato por la bella ciudad de la Alcazaba nazarí, de la Catedral barroca, del buen pan y de los buenos churros, y pensé en aquella breve conversación: una ciudad que apenas acaba de levantarse, una panadera que vende su pan aún caliente y unos cientos de corredores que acaban de culminar veintiún duros kilómetros. Todo muy surrealista. Surrealista, porque mientras me dirigía al coche a dejar la bolsa de pan y tortas caseras, se daba el hecho casual que junto a donde estaba aparcado mi vehículo estaba el kilómetro 20 y que por él aún pasaban con cuentagotas algunos corredores. Eran los que iban a acabar en torno a las 2' 15'' y 2' 30''. Lógicamente, se les veía cansados, muy cansados, pero ilusionados por llegar, ajenos a cronos y a otras cuestiones menores. Animé a cada uno de ellos, y cada uno de ellos me devolvió las gracias. En particular, recuerdo a una chica, bastante gruesa. La observé dando sus agónicos pasos, sin apenas levantar las piernas del suelo y le dije que ni tan siquiera le faltaba un kilómetro -ocultándole que era el más duro-. Esa chica, bastante metida en carnes me inspiró heroicidad y convicción. A esa hora -casi las doce y media de la mañana- la mayoría de la gente estaba recién levantada, probablemente acicalándose para desayunar tardíamente, o bien, tomarse unas cañas. Coger relajadamente la prensa del día y sentarse en una vistosa terraza de un bar y ver pasar el domingo. Sin embargo, ella, llevaba levantadas varias horas y allí estaba luchando contra la onerosidad de su cuerpo y su último kilómetro. Me pareció algo lírico. Al poco, reconocía a un corredor que vestía la equipación de mi club. Se trataba de un conocido, con una edad aproximada a los 70 años, que con paso firme y estiloso se dirigía a culminar su enésima media maratón. El crono no importaba. Le saludé y me devolvió el saludo alegremente. A lo lejos les vi a ambos. La chica ya subía en dirección a la Catedral y el compañero de mi club curvaba hacía la derecha para enfilar los últimos ochocientos metros. Dos héroes silenciosos, que en una calurosa mañana de domingo y por un terreno agreste estaban a punto de culminar una gesta.  
Mientras tanto, en algún lugar, alguien sin mérito alguno -un político, el príncipe, el mismo rey o algún otro parásito del sistema- probablemente a esta ahora,  ante una cámara de televisión,  se bañaba en multitudes a cambio de contar mentiras y hundir aún más el país. Y pensé, con tristeza, lo injusta que es, en ocasiones, la vida.

16 septiembre 2012

XVII PRUEBA DE FONDO DE GUADIX (V MEDIA MARATÓN DEL MELOCOTÓN) 16/3/2012

Dicen que la cara es la imagen del alma. Sí, en este caso, es cierto.
Al poco de acabar, casi dramáticamente, la edición de 2012 de la Media Maratón del Melocotón, escuché una voz a mis espaldas 'no puedes ni con la bolsa'.  Era Francis Tovar, que razón no le faltaba. No podía ni con la bolsa. Ni, apenas, podía hablar, como pudo comprobar mi buen amigo Rafa Bootello, al que apenas le pude contestar cuando me saludó (disculpas, Rafa). La razón: un eventual corte de digestión muy malvado allá por el kilómetro 14 de carrera, que me dejó totalmente sin energía. Definitivamente: no es compatible el lechazo de Aranda de Duero y la Media de Guadix, si al menos no se deja un par de días de por medio. Y eso le vine a decir a mi Alter, cuando le rebasaba a duras penas sobre el kilómetro 11 de la prueba, a la altura de Purullena. 
Lo que sigo sin comprender es cómo he podido hacer siete kilómetros (los más duros de la prueba, en mi opinión) en estas condiciones. Debe ser el oficio, la voluntad, constancia, o una mezcla de todo. 
La decisión sabia, como bien dijo Francis, hubiera sido no correr esta prueba en estas condiciones, sin entrenar durante bastantes días y dejando el cuerpo y el alma al socaire del ocio que todas los viajes de placer conllevan. 
Pero era necesario correr porque este año no me he incorporado por lesión hasta la prueba de Alhama. Y el propósito es hacer las diez pruebas de rigor, como nos aconseja el club y la conciencia. Lo negativo es que esta prueba siempre coincida en los mismos argumentos, año tras año: vuelta de vacaciones y a los pocos días -sino al siguiente- la prueba. 
Porque la prueba de Guadix, la Media Maratón del Melocotón, es dura como pocas. Por lo general, los trazados de una Media Maratón en ruta suelen ser más benignos, pero ocurre que en Guadix se hace esta prueba como herencia de la antigua prueba de fondo, y el recorrido viene a ser el mismo. Un recorrido muy roto porque el terreno es así en esta zona de Granada. Además, ha hecho calor. Mucha calor, quizá, para las fechas en las que estamos. Hasta en pleno agosto hubo, probablemente, días más benignos. 
Por tanto, toda esa conjunción de circunstancias han convertido en lo personal a esta Media Maratón en, tal vez, la que mayor sufrimiento me ha insuflado, a excepción de la primera, aquella Media de Granada que hice en octubre de 2006, pero era otra historia. 

No obstante, la pretensión era correrla, acabarla, sin ningún tipo de consulta al cronómetro, que era lo de menos. Correrla en torno a los 5' el kilómetro, por lo que el objetivo está conseguido, que es lo que importa. Ya habrá tiempo, a partir de ahora, de preparar el cuerpo y la mente para las pruebas que nos esperan, porque el último trimestre del año siempre viene cargado de ellas, principalmente, los meses de octubre y noviembre. 
Un consejo -al que no soy dado a dar-: no hagáis esta prueba si pocos días antes antes habéis comido lechazo de Aranda o habéis descuidado durante una temporada el cuerpo y el alma (de corredor). 

14 septiembre 2012

VOLVEMOS A GUADIX

Pues nada, pasado agosto, volvemos a la actividad, al Circuito de Fondo de Diputación. Y nada menos que a Guadix, a su Media Maratón del Melocotón, una prueba dura que no es la mejor opción para estas fechas, no sólo porque son aún calurosas, sino porque a muchísima gente nos coge aún con las vacaciones recién tomadas o a medio tomar. 
Pero si hay que comenzar, qué mejor que hacerlo a lo grande. O a lo duro. Servidor es probable que no esté a tiempo para acudir, pero os dejo con la crónica del año pasado, por su pudiera ser útil para neófitos o experimentados. 
Podéis leerla aquí.  

12 septiembre 2012

¿ESTAMOS RESCATADOS?


Me lo pregunto, porque estoy escribiendo esta entrada el día 6 de septiembre y está programada para el día 12. Por tanto, son seis días cruciales para saber si el Presidente del Gobierno -que como buen gallego nunca sabes si sube o baja si te lo encuentras en el rellano de una escalera- ya ha tomado la decisión. Porque se trata de una decisión crucial, ya que de tomarla, él mismo perderá muchas de sus funciones y su gobierno será dirigido desde la fría Europa. Algo similar a lo que ocurre cuando compramos un piso o un coche y que no llegan a ser nuestros mientras debamos letras al banco. Es más, hay que seguir las reglas que nos fije el banco si queremos conservar estas posesiones. La primera, lógicamente, cumplir con los pagos puntuales; la segunda, no endeudarnos más. 
Y si España decide, finalmente, pedir el rescate, tendrá que cumplir con esos pagos puntuales y seguir al pie de la letra las reformas que nos indique Europa. Por tanto, entramos en una nueva etapa. Quizá muy oscura. 
Poco sabemos de lo que ocurrirá, porque será algo inédito para España, pero sí sabemos cómo les está yendo a portugueses y griegos. Dicho escatológicamente: como el culo. Ninguno de los dos países levanta cabeza, a pesar de que ya han bajado retribuciones y suprimido extras a los empleados públicos, congelado o bajado pensiones, recortado en educación y sanidad, subido impuestos y miles de cosas más. Pero, claro, con todas esas premisas no crecen y su pobreza cada vez es mayor. 
En el caso de España la situación puede ser aún mucho más dramática. En primer lugar, porque somos un país con una economía más poderosa y, por tanto, el efecto de la caída puede ser peor. En segundo lugar, porque tenemos más desempleo proporcional que estos países. En tercer lugar, porque nuestro sistema productivo cada día ser parece más a un país africano que a uno europeo. En cuarto, porque nuestro sistema de Cajas de Ahorro es un verdadero desastre y ha sido un latrocinio. Y con todas esas premisas, sí además, nos imponen más recortes y más subidas de impuestos, la suerte está más que echada. 
Últimamente me pregunto que si estos tipos (y tipas) saben lo que se hacen, a pesar de su autosuficiencia cuando estaban en la oposición.
      

UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...