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08 abril 2012

DE LA PRUDENCIA A LA SERIEDAD

La ruta del Pantano del Cubillas me ha parecido siempre muy motivadora (Foto de Google Earth).

Ciento seis kilómetros han acumulado mis piernas desde la última sesión de calor y ultrasonidos del pasado 14 de marzo. Lo que significa que la recuperación es completa. De ahí que haya pasado de la prudencia a la seriedad.
La prudencia ha reinado durante todo ese tiempo, pero en la mañana del domingo, 8 de abril, pasé a la seriedad. Aún no completa porque no son fuertes los ritmos ni muchos los kilómetros, pero sí, ya no se trata de los seis o siete kilómetros por sesión de los primeros días, si bien durante casi todos los rodajes, desde el día 20 de marzo más o menos, he intentado no superar los 10 por sesión, justo hasta hoy que he alcanzado los 13 a un ritmo de 5'08'' el mil. Por tanto, ya entreno con más seriedad y contundencia, a pesar de que percibo que no encuentro las mejores sensaciones todavía en ritmos continuados inferiores a los 5' el mil. Todo llegará.
La Semana Santa, tal y como proveía ha estado repleta de kilómetros, una media de diez diarios, sin que en ocasiones haya esperado las 24 horas mínimas de recuperación entre una sesión y otra. Todo va sobre ruedas.
Es grato también haber recuperados viejas rutas, esas que sólo he completado cuando me he encontrado en buena forma: la carretera que conduce a Tiena, la vuelta al Pantano del Cubillas (fotografía), la ruta de Caparacena...lugares con orografía muy distinta a la Vega, donde todo es más llevadero y es posible pisar aún por caminos de tierra.
Por tanto, amigos y amigas, jamás tiréis la toalla ante una lesión porque puede aseguraros que de la mayoría salimos si cumplimos los dos requisitos básicos: parar a tiempo y tener la paciencia necesaria en la recuperación.  Nuestro organismo sabe muy qué se hace.  

29 marzo 2012

NECESITO RESPIRAR (COMO CANTARÍA MEDINA AZAHARA)

Bueno, es el momento de hablar un poco de correr y alejarnos de todos estos asuntos que nos ha ocupado este espacio en la última semana, entre elecciones, huelga general y declaraciones de unos y otros para todos los gustos, creándose realmente un ambiente casi irrespirable. 
Así, que para poder respirar esta tarde me he lanzado a hacer diez kilómetros por la Vega de Pinos Puente, acercándome cada vez más a la cotidianidad de los entrenamientos, seguro ya como estoy que la lesión ya se ha quedado atrás, si bien jamás hay que confiar en que una lección se cure por completo. Eso sólo lo saben los tendones y los músculos y por lo general no lo manifiestan con antelación. 
Percibo que con independencia de la falta de fondo, cosa lógica tras un parón de casi tres meses; percibo, decía, que a nivel mental me cuesta mantenerme en ruta, algo  parecido a un poco de ansiedad por acabar. Debe ser lógico enfrentarse a esas sensaciones toda vez que la mente igual que aprende, desaprende. 
Sin embargo, he completado esos kilómetros de una manera solvente, sin demasiados problemas. 
Es más, incluso, en los dos últimos kilómetros he percibido las piernas muy ligeras -qué duda cabe que descansadas están- y el aumento de ritmo espontáneo me ha sentado bien, muy bien. He rodado a un ritmo de 5'19'' el mil, bastante superior ya a los registrados los días previos a la conclusión de la rehabilitación. Lo importante es no forzar. 
Poco a poco me iré acercando a estas añoradas rutas

Lo que sí tengo ya claro es que, por fin, debutaré este año en el Circuito de Diputación si las cosas van tan bien como hasta ahora. Sin embargo, la agenda se ha mostrado un poco cínica y toca hacerlo en una de las pruebas más duras del calendario, el próximo 15 de abril en Alhama, una prueba a la que siempre le he temido a pesar de que siempre me ha salido bastante bien. En esta ocasión la idea no es otra que completar el recorrido sin mirar el reloj ni un sólo segundo. Con eso basta. 
Lo importante, sin embargo, es poder seguir entrenando con regularidad e ir cogiendo el peso tipo (cuando te detienes siempre coges algo de peso, aunque no sea preocupante en mi caso) y eso vendrá por la vía de la acumulación de kilómetros y una regulación en la ingesta que conlleva necesariamente la eliminación del tapeo y todas esas cosas perniciosas, pero agradables, en las que solemos caer, principalmente, cuando no tenemos un objetivo ni unos entrenamientos regulares. Está claro que se produce como una especie de abandono. 
Suerte que la próxima semana vendrán unos excelentes días para entrenar porque contrario como soy a viajar en estas masificadas fechas y ajeno a toda la parafernalia procesional suelo sacar mucho tiempo para los entrenamientos, que es un placer compartir con buen cine, buena lectura y algo de escritura (seguiré profundizando en mi novela a ver si supero ya las primeras cien páginas). 
Por tanto, a ponerse las pilas.   

24 marzo 2012

JORNADA DE REFLEXIÓN

Hoy clamo al cielo nublado y lluvioso porque he podido completar una ruta de casi 11 kilómetros sin ningún tipo de molestias. Un trote lento, pero no cochinero de 5'18'' el mil, por una Vega de luz plomiza y silenciosa como nunca, como si estuviera reflexionando para mañana. 
Y ese silencio y reflexión se ha colado en mi mente que, observando que no reaparecía dolor alguno en el gemelo derecho, me ha permitido derivarme por vericuetos de pensamiento en torno al voto de mañana mientras completaba con cierta facilidad kilómetros por caminos y veredas (finalmente he pisado por primera vez en tres meses el asfalto y éste me ha sentado bien). 
Una reflexión como jamás he hecho, ya que hubo un época en el que mi voto estaba claro y era coherente con mi adscripción política y otra etapa, aún más larga, en la que mi opción de voto era para partidos defensores de causas perdidas muy minoritarias o, sencillamente, forzaba el voto nulo o, incluso, en blanco, creo recordar.
Pero ahora nos la jugamos en Andalucía y la reflexión era fundamental. 
Mientras avanzaba por ese espacio natural que nos ha tocado en suerte a quienes nacimos y vivimos en la Vega de Granada, mi mente, sin forzar, en esas raras ocasiones en las que el pensamiento fluye espontáneo, mi mente, decía, ha ido despejando incógnitas. He reflexionado como funcionario de la Junta que soy y como ciudadano sobre la cantidad de mamarrachadas de esta gentuza, sobre el asunto de los ERE`s, sobre el nepotismo en la Administración Pública, sobre el fraude, sobre la coca, sobre los hijos de Chaves, sobre el "modus operandi" de esta especie de mafia que se ha apoderado de Andalucía, sobre la obsesión por lucrarse a toda costa.., he pensado sobre todo eso, al mismo tiempo que he ido poniendo caretos a todas estas tropelías de estos desarmados;he pensado en el Alcalde de mi pueblo y de tantos otros, que nada saben ni nada han hecho en la vida y viven de las tetas de su partido, de la cantidad de altos cargos que sin saber hacer la O con un canuto obtienen buenas nóminas, dietas, fondos de reptiles y todo lo que no se sabe. He pensado en lo que han hecho de Andalucía, de cómo han destruido la sociedad civil para apoderarse de lo magro; he pensado en la madre de todas las Ferias y en la vida alegre de muchos sevillanos, amamantados por la Junta, he pensado en la ruina de la industria andaluza mientras que ellos han derivado fondos a sus empresas amigas, he pensado tanto en todo eso, que cuando ya estaba en el Puente de Alitaje, a 400 metros de la llegada, ya tenía el voto decidido, que más que un voto dado, será un voto prestado, el cual pienso recuperar a la primera de cambio. 
Y es que como ocurre con James Franco, esa excelente de Danny Boyle, si quiero salvar mi vida, he de arrancarme el brazo. Sencillamente, porque no quiero que se vuelva a repetir en Andalucía lo que lleva ocurriendo en estos últimos 30 años, que esta gentuza desaparezca para siempre de la faz de esta bella tierra y que volvamos a respirar.               

19 marzo 2012

SED PRUDENTES

Hay que ser prudentes, porque la prudencia y la paciencia son las que han posibilitado que vuelva a correr de manera habitual.
Cuando estamos atravesando buenas sensaciones y devoramos kilómetros por caminos y veredas, lo más lejano que tenemos en nuestra mente es considerar que podemos lesionarnos. Pero basta sufrir una lesión en el momento más insospechado para comprender que somos vulnerables. 
Ocurre que a medida que nos sentimos más en forma y capaces de asumir retos más difíciles la posibilidad de poder lesionarse es directamente proporcionar a esa euforia. Sencillamente porque exponemos más los tendones y los músculos y el estrés es mayor. 
Por tanto, a mayor exigencia mayores cuidados. Es ahí donde nos descuidamos la mayoría de los corredores que no nos dedicamos a esto de manera profesional. Y quien lo es, lo sabe. 
Uno de las pocas cosas positivas que tiene la lesión es que aprendemos mejor a conocer y escuchar nuestro cuerpo. Nos interesamos ante el médico o el fisio por la parte dañada y el profesional nos explica el funcionamiento básico del músculo o tendón lesionado. Es entonces cuando comprendemos que hemos sido insensatos por no considerar a nuestro organismo como algo vulnerable. No le hemos dado el descanso necesario, no hemos elongado lo suficiente, no hemos descargado demasiado y no hemos buscado el alivio de otros deportes o, sencillamente, el descanso completo.
Y lo hemos acabado pagando. 
Otro factor es la edad. Ningún músculo masacrado sale invulnerable de un esfuerzo prolongado, pero saldrá mucho mejor un músculo joven que otro no tanto. De ahí que cumplir años también sea otro elemento para justificar el mayor cuidado de nuestra musculatura. Eso es lo que nos posibilitará seguir corriendo muchos años.
Realmente, no lesionarse tendría que ser fácil si hiciéramos bien los deberes, siendo los principales el descanso y la prudencia. 

***** 

Dicho esto, ya es real que vuelvo de manera indiscutible a las sesiones de entrenamiento. Pero vuelvo a ser neófito en esto y mis sesiones no superan los treinta minutos de entrenamiento en días alternos, mezclando pedales, mucho estiramiento, abdominales y reforzamiento. Y de esa manera todo está saliendo rodado. 
Hoy lunes haré mi tercera sesión de entrenamiento de treinta minutos por terreno blando, la cual repetiré el miércoles y el viernes. El sábado habrá MTB para encarar el domingo cuarenta y cinco minutos de sesión corriendo. 
Espero estar en la normalidad -incluso volver a la competición- para después de Semana Santa, pero sin superar una hora de sesión hasta el mes de mayo.    

14 marzo 2012

VUELVO A LOS CAMINOS

Hoy, por fin, acabo las sesiones de rehabilitación de calor y ultrasonidos y los médicos tras ver la ecografía ha afirmado que la zona muscular del gemelo interno se ha recuperado. Está bastante bien, han sido sus palabras. 
Ahora toca -también palabras de los facultativos- reforzar esa zona y estirar porque resulta -ya lo sabía- que tengo un gran volumen muscular en los gemelos -uno es esclavo de su genética y resultado de los deportes anteriormente practicados-, el cual me "ha ido presentando" en la ecografía. 
Y, lógicamente, a más volumen muscular se necesita más reforzamiento de la zona y mucho más estiramiento, que es la asignatura siempre pendiente de la mayoría de los corredores. 
Esto satisfecho, por supuesto. He recuperado la zona, se ha flexibilizado, y hay que intentar no volver a agotar en exceso un grupo muscular que siempre será mi Talón de Aquiles. Por tanto, a partir del jueves habrá sesión de reforzamiento y estiramiento y a partir del fin de semana comenzaré los primeros trotes cortes y por zona blanda.  
El asunto de las lesiones, a pesar de sus complejidades de músculos, tendones, cápsulas, huesos y demás elementos, tiene una base muy sencilla: hay una discordancia entre la resistencia muscular y tendinosa-osea y el volumen de trabajo practicado.
Si nosotros, por ejemplo, pretendemos exponer un motor de una scooter de 125 cc. a un trabajo continuado de 110 km/horas desde Granada a Málaga -por ejemplo-, que son unos 120 kms., sin descanso, lo normal será que el motor se acabé cargando y finalmente averiando, algo que no ocurrirá si el motor es de 250 cc.Y de una manera similar ocurre con nuestros músculos, tendones y huesos. 
No nos damos excesiva cuenta porque no aparece el dolor (este aparece cuando la lesión ya está iniciándose) y nos sentimos bien; hay buenas sensaciones y la resistencia aeróbica es alta, pero no reparamos en el trabajo que hacen los músculos, tendones y huesos, por lo que si no le damos el necesario descanso -una recompensa, como me decía los doctores-, el estrés al que se han sometido acaba pagando factura. 
Por tanto, amigos y amigas corredores, sed muy sensatos y ofrecer descanso a esos elementos del organismo que nos posibilitan disfrutad de nuestro deporte. Darles descanso, masajes, spa...todo eso le irá muy bien. 
Yo a partir de ahora les mimaré mucho más. Hasta casi llegar a ser más un protector que un portador. No olvidemos que ese buen trato será lo que nos posibilite correr hasta una edad tardía.          

04 marzo 2012

EN MANOS DE EXPERTOS

Mis sesiones de entrenamiento, por ahora, se reducen a veinte minutos diarios de "microondas" y "ultrasonidos". Se trata de una rotura fibrilar en el gemelo interno que tarda en curar y necesita sus cuidados. Ahí, en esa zona, según me ha dicho la Dra., existe una zona que tiene poca flexibilidad por haber sido zona de antiguas lesiones, y ahora hay que intentar flexibilizar e irradiar de sangre esa parte y eliminar los residuos que se han acumulado como consecuencia de haberse curado bien las lesiones antiguas. Llueve sobre mojado y por eso hay que actuar antes de que sea demasiado tarde, si no lo es ya. Esperemos que no. Ya veremos cuando acabemos las diez sesiones que tengo, inicialmente, programadas.    
Por tanto, no dudé en acudir  a una clínica especializada en medicina deportiva cuando tuve la segunda recaída y ahora soy mucho más prudente porque sé que las lesiones necesitan dos requisitos a cual más importante: atención médica y paciencia. Y esos dos requisitos los estoy llevando a cabo sin desmayo. Es lo que toca. 
Por ahora, me limito a sesiones más o menos suaves de MTB que me ayudan a mantener la forma, a duras penas el peso, y sobre todo me sirven para mantenerme en activo porque si no lo hago me convierto en un ser huraño e irascible, porque una vez te enganchas al deporte, es más, te enganchas al disfrute de la naturaleza, ya no te puedes apear de ese carro. Y, por lo pronto, el pedaleo me mantiene a raya, me ilusiona, motiva y suple.  
Es más, me preocupa muy poco cuando podré dar los primeros pasos, aunque espero que sea para Semana Santa más o menos. Esa será mi penitencia particular.    

12 febrero 2012

VUELVO A LAS ANDADAS

La tarde de este domingo, doce de febrero, fue particular y deportivamente aciaga en lo personal. A la exposición al viento frío del norte por una desangelada y despoblada Vega se unió la constatación de que le lesión aún persiste y eso que la tarde anterior los nueve kilómetros habían ido como la seda. Realmente hay momentos malos para el corredor, pero pocos como ese en el que sabes que sigues lesionado y cojeas más que corres, mientras que el frío desapacible de una tarde de domingo te hiela el rostro.
Por tanto, hay que rendirse ante la evidencia: se acabó el running, al menos, durante diez a doce semanas. Cuando intente volver ya habrá pasado la Semana Santa y probablemente ya haya cambio de gobierno en la Junta de Andalucía. Así de implacable es el tiempo. 
Con cinco semanas de parón no ha bastado y, probablemente, tampoco baste con diez semanas o doce semanas, pero mejor parar ahora que no alojarse en la negrura de una lesión crónica. 
Tras analizar el dolor de hoy -que es el mismo que sufrí el pasado cuatro de enero- casi podría llegar a confirmar que no se trata de una "vulgar" microrrotura fibrilar porque cuando se trata de esta lesión de este tipo percibes una especie de "pedrada" que te obliga a detenerte en seco. Además, es una lesión que no avisa. Sin embargo, el dolor que ahora padezco no impide por completo correr pero es persistente. Por tanto, me inclino hacia la contractura. De todas formas sea lo que sea necesita su tiempo. Pero lo asumo sin aspavientos y porque sé que de la mayoría de las lesiones se sale. Lesiones como ésta he padecido y posteriormente he corrido maratones, medias maratones e incluso he subido hasta el Veleta.  
Con suerte, la próxima prueba de competición que podré correr será la de Salobreña a celebrar en el aún lejano domingo del seis de mayo. 
Hasta entonces serán muy otros los planes, todos ellos alejados del correr. Intensificaré la bicicleta y buscaré también el entrenamiento en agua, sin olvidar el masaje, la electroestimulación, los largos paseos y los estiramientos. Todo lo demás que sea necesario hacer lo prescribirán en Medicina del Deporte a cuyo centro acudiré esta misma semana para buscar el diagnóstico profesional preciso. 
Sin embargo, en estas tres últimas sesiones -qué parecidas son las palabras sesión y lesión- que he llevado a cabo no me ha dado demasiado tiempo a entrenar como dios manda, pero sí a estrenar algún material técnico que he ido comprando a lo largo del mes de enero. Por tanto, como todo lo comprado está probado, dedicaré las próximas entradas a comentar las virtudes o defectos de este material que, probablemente, os pueda venir bien conocer a quienes corréis habitualmente.  
  

23 enero 2012

DOS SEMANAS MÁS DE PARÓN

Cuando el pasado cuatro de enero sentí los primeros "pinchazos" en el gemelo derecho, presumía que existía una carga muscular debida, probablemente, a la acumulación de kilómetros de todo un año en el que, además, no había tenido lesión alguna en esta zona -que es mi franco débil-, a pesar de haber sido un año intenso con Veleta de por medio. 
Pero esa carga muscular debería de haber cedido tras casi tres semanas de parón, pero no lo ha hecho por completo. Por tanto, debo de pensar en una pequeña microrotura fibrilar que debe de estar muy profunda porque apenas siento dolor cuando palpo la zona. Espero que el Compex se encargue de solucionar esto.
Fuere lo que fuere, la realidad es que las molestias -que no dolor en sí- han vuelto a aparecer este fin de semana en los treinta minutos que he estado corriendo, si bien esas pocas molestias indican a las claras que el camino de la recuperación total está cerca.Por tanto, serán unos catorce días más de parón, lo que inevitablemente supondrá la no participación en la Media de Almería y casi con toda seguridad en la primera prueba del Circuito de Diputación. 
Ya estará avanzado febrero cuando vuelva a coger el ritmo. Más oportunidad para rodar en MBT, que como ya sabemos me place.
   

08 enero 2012

HABLEMOS DE CORRER

Ya va siendo hora de hablar de correr, que nos dilapidamos entre cine, música, política, actualidad y un largo etcétera. Pero correr nos gusta y nos gusta leer, escribir y comentar sobre ello, porque normalmente corremos en soledad y nada viene mejor que asomarse a un blog y leer que en algún lugar también hay alguien compartiendo tu afición y destrozando zapas por esos caminos de Dios.. Y sí, en ese papel he estado durante todas las navidades, corriendo casi a diario, comenzando el nuevo año corriendo...hasta que me he tenido que detenerme unos días. 
Todo comenzó con unas molestias justo debajo del gemelo derecho, algo que venía "escuchando" los últimos días. Pero no fue hasta el pasado miércoles, 4 de enero, cuando debí de detenerme en los últimos kilómetros de la ruta de 14 que estaba llevando a cabo. Detenerme, estirar algo, masajear la zona un poco y continuar a duras penas. 
Pero no es nada preocupante ni creo que sea ninguna microrotura fribrilar. En todo caso, hay una carga en la zona que irá invirtiéndose con un poco de descanso y cambio de deporte -recuperaré la bicicleta la semana próxima-. 
Que este contratiempo pueda cambiar los planes de acercarme a los noventa minutos en Almería es muy probable. De todas formas tampoco ese dato me quita el sueño. Pensaré seriamente en ello cuando vuelva a correr, que espero sea al final de la semana próxima, sobre el día trece o catorce. Será entonces el momento de definir cómo plantear 2012 que, como sabéis, somos lo que entrenamos.               

02 agosto 2011

SOY NEUTRO


Ser neutro no es igual que no estar alineado en el ámbito político. Pero sí, en el terreno físico, mi pisada es neutra y mis tobillos están perfectamente alineados. Lo soy en la pisada, en las demás circunstancias de la vida en casi en nada.
Me lo confirmaban esta tarde en Bikila a la que acudí para adquirir una correa portageles, unos calcetines técnicos antiampollas y unos cuantos geles. Allí disponen de una máquina que analiza tu pisada, que es algo que deberíamos hacer todos los corredores para evitar comprar zapas que no se correspondan con nuestro pisada y provocar, por tanto, lesiones innecesarias.
No sé por qué, pero me alegré de conocer que era neutro. Consideraba que al abrir mucho mi pie derecho al correr eso me convertía en pronador o supinador, pero al parecer nada tiene que ver. De hecho, el vendedor -también corredor- puso el ejemplo de Grebre (¡vaya ejemplo!), que siendo quién es, también suele abrir uno de sus pies. Y -me comentaba también- yo he observado a muchos keniatas correr y te podrías quedar sorprendido de la forma de correr que tienen. Bien -dije yo- pero esta gente con esos genes se lo pueden permitir.
Pues nada, que saber que soy neutro amplía aún más los modelos de zapas que me puedo enfundar ya que hay muchos más modelos para corredores neutros que para pronadores; y no digamos que para supinadores.
Corremos de acuerdo a nuestra constitución de nacimiento, acabó por pronunciar el vendedor. Por tanto -dije yo-, nuestros padres son en última instancia los responsables. Sí -sentenció-.

11 marzo 2011

SOBRE LA MEDICINA DEPORTIVA Y OTROS ASUNTOS


Esta tarde estaba la Vega particularmente hermosa. Caía una leve agua "gallega" pero no hacía frío y todos los elementos parecían estar de acuerdo y en armonía. Incluso mi lesión.
Ayer corrí ocho kilómetros con las Brooks Trance y las plantillas "Sorbothane Shock Stoppe Full Strike" -que es el nombre completo de la marca comercial- y las molestias fueron muy similares a los días anteriores. Pero hoy corrí con las Asics GT 2140 y las molestias han remitido casi por completo. Son unas zapatillas soberbias y con una amortiguación que sólo el Gel de Asics ofrece. Pero también es probable que esté mejorando rápidamente.
El caso es que he corrido un kilómetro más que ayer -nueve- y a un ritmo muy superior. Casi el normal en un entrenamiento medio. Además he puesto en práctica algunos ejercicios de técnica de carrera que ayer me aconsejaba en su consulta uno de los mejores médicos de Medicina Deportiva que tenemos en Andalucía. De hecho, es una suerte que lo tengamos en Granada y que yo por circunstancias relacionadas con mi destino profesional actual, lo tenga muy a mano. Es un privilegio sin duda. Pero merecen unas cuantas líneas las opiniones sobre mi lesión y los consecuentes consejos que ayer me dio este acreditado profesional.
En principio, indicaré que se trata de un médico de los que hablan con los pacientes, de enorme sustrato humanista y sencillez sorprendente a pesar de su trayectoria, prestigio y conocimientos. "Auscultó" mi pie y concluyó que no existe dolencia en Tendón de Aquiles -a pesar de mi insistencia- y probablemente tampoco fascitis, pero sí es probable que ésta pudiera producirse ya que la zona plantar la encontró rígida y poco relajada. De hecho -dijo- mis uñas negras (que están así desde que jugaba al fútbol, desde la pubertad) se deben a que los dedos de los pies se me elevan y rozan en la parte superior de la zapatilla. Se elevan por la tensión que existe en esa zona plantar. De ahí que el dolor del talón sea ostensible. Hay que relajar la zona porque en la pisada el pie se debe de comportar como un muelle y el mío no parece cumplir esa función. Has de hacer técnica de carrera y relajar esa zona, concluyó.
Luego hablamos de forma distendida y me mostró aún más su sabiduría. Por ejemplo ¿podríais suponer que subir una cuesta con los ojos cerrados es mucho más fácil? Este médico que conoce mucho sobre los elementos neurólogicos aplicados al deporte comprobó cómo el mítico jugador de baloncesto estadounidense Larry Bird -uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos- lanzaba canastas de tres puntos con los ojos cerrados; observaba la canasta unos segundos antes de lanzar y cerraba los ojos: la mente se encargaba de medir la distancia y la potencia de su muñeca para llevar el balón al aro. "Corre un trozo de cuesta con los ojos cerrados y lo comprobarás. Yo lo hago". "Eso es peligroso", le repliqué. Obviamente hay que hacerlo durante algún tramo y en un lugar en el que no haya peligro. Hoy lo he probado y los resultados son más que sorprendentes.
Resulta que la visión de la cuesta nos cercena, nos desanima y la mente manda la información al resto del organismo. Esa información no es positiva y eso hace que subamos la cuesta con mala predisposición. Sin embargo, al cerrar los ojos la mente no adquiere ninguna mala influencia sobre las características de la cuesta y la mente se encarga de ejecutar el esfuerzo de forma más llevadera. Hoy lo he probado y, ya digo, es sorprendente. Pero, ojo, que podemos darnos una buena castaña. De hecho, yo he estado a punto de hacerlo.
Pero bueno, lo importante es que las molestias han remitido casi por completo y ya estoy casi preparado, pero -amigo Alfredo- no iré a Loja para evitar recaídas. Pero si todo va bien pienso prepararme para la Media de Baza con las máximas garantías.
Por cierto he pedido a UK las Saucony Triumph 7 de color naranja. Son unas zapas fantásticas.

06 marzo 2011

DE NUEVO EN LOS CAMINOS


La última vez que calcé zapatillas fue el seis de febrero, coincidiendo con la Industrial de Armilla corriendo a un ritmo de 4'12'' el mil en esos casi diez kilómetros de carrera; y he vuelto a calzarlas al mes. O casi, ya que fue ayer sábado cuando hice un test de seis kilómetros a un paso de de 5'48'' el mil y sin problemas -lógicamente- de respiración a pesar del parón de un mes, que no se pierde demasiada forma, tan sólo ritmo, aunque en esta ocasión se trataba de ir lo más lento posible.
No acusé dolores pero sí molestias durante el paso, pero ninguna molestia en absoluto en reposo ni siquiera en fase de enfriamiento por lo que la respuesta es esperanzadora.
Hoy, domingo, al mes exacto de aquella prueba de Armilla, he vuelto a hacer otro test de ocho kilómetros, en esta ocasión, a un ritmo muy suave también de 5'39'' -algo mayor que el de ayer- y vuelven a reaparecer las molestias pero no un dolor paralizante. Las sensaciones han sido idénticas en ambos días y habrá que esperar a la fase de enfriamiento para ver.
En el "Manual de lesiones del corredor", del Dr. Hernán Silván, se especifican los síntomas y la detección de las lesiones en el Tendón de Aquiles y, aunque, el dolor se aloja en el calcáneo - de la pierna izquierda-, lugar en el inyecta en la parte inferior el fuerte músculo del Aquiles no se produce la otra consecuencia que consiste en el dolor del tendón al oprimirlo entre el pulgar y el índice y hacerlo oscilar a izquierda y derecha. Por tanto, podría descartarse una dolencia del Aquiles y comenzar a pensar en una pequeña fascitis plantar en la zona del calcáneo que no imposibilita correr pero sí hacerlo a una mayor intensidad mientras dure.
La causa creo interpretarla en una tardía sustitución de las zapatillas, que debían de estar más que jubiladas hace unos meses -ya si lo están, de forma definitiva, alojadas en una especie de cementerio de zapatillas con las propiedades técnicas irreversiblemente perdidas para correr-; fallo absurdo -de nuevo- ya que dispongo de cuatro pares más, todas ellas en mejores condiciones que las jubiladas -unas Saucony Triumph 5-. Además, ya estoy buscando una opción muy amortiguada en el talón y es posible que me decante por las New Balance 1080 sustitutivas de las míticas 1064, descendientes a su vez de las también míticas, 1063, 1062, etc., etc...., aunque no descataría la Cumulus 12, las 2160 o las Supernova o, incluso, la Triumph 7 u 8.
La fascitis es algo muy indeseable en el corredor -pero llevadero, ya que permite correr-, pero mucho menos nocivo que una paralizante lesión del Aquiles -que no permite correr-.
Por lo pronto, seguiré con el protocolo de los ritmos suaves, las distancias cortas, los lugares blandos, si es posible, el hielo pos sesión, los estiramientos y la electroterapia relajante de los músculos cortos de la pierna, descartando probablemente competición alguna que te exige ir a ritmos más altos. Además, esta semana próxima iré al fisio que aconsejará y vendará en consecuencia si lo considera conveniente.
Lo importante, es que vuelvo a estar en los caminos, aunque en peores condiciones.

21 octubre 2010

ME HE VUELTO PRUDENTE



No -por supuesto que no- en la denuncia como la que hago en la anterior entrada, sino en la actividad deportiva.
En muchas cosas la prudencia es un defecto. En otras, una virtud.
Por ejemplo, en lo referente a dolencias, molestias y otras circunstancias por el estilo propias de nuestro quehacer deportivo.
Amigos-as, el cuerpo avisa. Siempre avisa. Podremos estar descontentos con él. Hastiados. E incluso hasta enfadados por su poca disposición. Pero jamás le podremos reprochar que sea desleal y mal amigo.
Hace mucho tiempo, yo no sabía escuchar mi cuerpo cuando me avisaba. Me decía: "para". Y yo no paraba. Me gritaba "Detente insensato". Y nada.
Pero eso ya ha cambiado. Ahora me detengo antes de que me lo diga. He aprendido a obedecerle como si fuera un líder espiritual.
Y menos mal.
Porque esta tarde Luis, que es mi fisio, me ha machacado e incluso me ha practicado acupuntura -que dice que va bien y yo le creo- en el gemelo contracturado. El soleo está bien, me ha dicho.
He sufrido. Casi he gritado de dolor. Pero gracias a mi prudencia y sus manos, no creo que tenga problemas para poder correr tres días la semana próxima, antes de la Media Maratón de Jaén, que me saldrá como un churro -porque no es una prueba fácil- pero que acabaré como sea porque el fondo no lo perderé tan pronto. La correré sin pretensiones.
O al menos eso espero porque para el sábado me ha ordenado que haga bicicleta y que el lunes pase de nuevo por su consulta a ver si mis planes -que le he contado- se pueden cumplir en parte, porque de las cuatro medias que habrá entre el 26 de septiembre y el 7 del noviembre yo quería hacer tres y ahora ya me conformo con hacer dos: Guadix -ya hecha- y Jaén. Ya le he comunicado al club que no me abone la inscripción porque no correré la Media de Granada.

15 octubre 2010

CRIOTERAPIA



El pasado diez de octubre corrí con mucha facilidad y delectación diecisiete kilómetros en un circuito que está lejos de ser totalmente llano, entre Pinos Puente y Pantano del Cubillas. Y es algo que tiene su importancia porque tras perder el pulso del ritmo en la Media Maratón de Guadix y alejado como estoy de las series, me dije que la mejor manera de afrontar con mayor velocidad de crucero los medios maratones venideros sería buscando un ritmo más alto desde el principio. Y así fue. Realmente la media que surgió de ese entrenamiento del día diez de octubre no era para significarla de manera especial, pero considerando que en ese circuito es preciso encontrarse cada poco con cierta dificultad orográfica y que se trataba de un entrenamiento, la doy por bien empleada: en torno a los 4' 50'' el kilómetro.
Sin embargo, lo importante no fue eso sino el sentirme fuerte y bien. Es decir, recuperar sensaciones que creía perdidas en distancias superiores a los quince kilómetros. Luego, me dije, no estoy mal de todo para asumir un medio maratón en ritmos inferiores a 4'40'' el mil.
Pero el día doce, en una ruta por la Vega, que tenía vocación de tranquila, percibí ciertas molestias -más que dolor en sí- en la cara externa del gemelo izquierdo. Así que bajé aún más el ritmo y me dediqué a correr muy despacio por caminos de tierra, alejándome del asfalto.
A los seis kilómetros me retiré y volví al coche mostrándome más prudente que antaño.
Tras dos días aplicándome crioterapia en la zona -más de dos días no surte apenas efectos-, la tarde del catorce de octubre decidí coger la MTB como antídoto a ese dolor, algo que siempre me ha ido bien.
Hice un entrenamiento de 25 kms., y lo pasé realmente bien sumergiéndome por rotos caminos, de esos que en bajada una piedra puede hacer que acabes estampado en un olivo. Es algo emocionante. El dolor no apareció para nada.
Aún así, a pocas horas de la Media Maratón de Motril, y a pesar de que mucho me gustaría asistir a esta prueba, no sé si acudir.
Pero haré una cosa: el sábado por la mañana haré diez kilómetros suaves y en función de como resulte el test, bajaré a la ciudad de la costa de Granada. De lo contrario seguiré alternando la bici con sesiones suaves hasta la Media Maratón de Jaén del último domingo de octubre, que no me quiero perder bajo ningún concepto ya que cada vez me atrae más correr pruebas para mí inéditas.
Yo creo que no será nada importante.

28 junio 2010

DE ANIMALES, DE RUTAS Y OTROS ASUNTOS


Finalmente, como dije, no tuve la desgracia de que ningún ofidio se cruzara en mi camino como sí le ocurrió a mi amigo Paco.
Pero sí se cruzo una ardilla por el poblado bosque de pinos que rodea el Pantano del Cubillas camino de Caparacena, circunstancia ésta muy curiosa que jamás había presenciado, a pesar de las decenas de ocasiones en las que he hecho esa ruta.


Por suerte hasta ahora en todas las rutas que he hecho corriendo he tenido la dicha de encontrarme con animales agradables a excepción de aquel perro peluche salvaje que me cerraba el paso a la entrada de Caparacena, incluyendo entre esos agradables animales a aquel bulldog francés que a pesar de su cara de pocos amigos y sus colmillos asomándole por encima de su labio superior, optó, ante mi asombro, por efectuar graciosos saltitos jugetones a mi alrededor.
En otra ocasión, subiendo al Torreón se cruzaron dos libres, animal bello donde los haya, dada su presteza en avanzar y su lado salvaje, que apenas recuerda a nuestro conejo común. Aunque ni recordar quiero a aquella rata negruzca de acequía que, quizá, más asustada que yo una tarde de verano por la Vega corría con aspavientos en mi misma dirección, temiendo seriamente ser mordido por el roedor.


La ruta de veinte kilómetros en bicicleta del sábado a mediodía me dejó unas sensaciones magníficas. Una ruta exenta de cuestas duras y en la que me congracie de manera importante con los pedales. Con una bicicleta que cambiaba las marchas de manera milimétrica cuando accionaba la palanca de cambios y unos neumáticos que se defendían de manera resuelta ante los duros baches de los caminos.
Normalmente cuando no supero los 30 kilómetros de recorrido en bicicleta me siento cómodo, pero comienzo a tener problemas de resistencia cuando supero los 40 kilómetros. En las primeras salidas del verano pasado solía hacer rutas cercanas a los 50 kilómetros, y a pesar de ir bien a nivel aeróbico, que es la herencia que ofrece el correr, el pedaleo cada vez era menos armónico. Por tanto, la mejor opción es no superar la treintena y esperar la mejora poco a poco.
De ahí que en la tarde de ayer domingo me sintiera con fuerzas para hacer 12 kilómetros corriendo. En principio, con dos claros riesgos en mi contra: uno, el rodaje por encima de los nueve kilómetros tras el parón por lesión que pudiera hacer resentir el problema muscular; dos, la hora de la salida, que bien podría considerarse "la hora de los ofidios". Por suerte, esos dos riesgos pasaron a la historia sin salir a escena.
Efectivamente, decidí salir a las 18,30, con casi 33 grados de temperatura. Opté por hacer la ruta de Fuente Vaqueros, sabiendo que de necesitarlo allí encontraría una buena fuente de agua para refrescarme (no en vano Fuente Vaqueros siempre ha sido el pueblo del agua). Y así fue. Gracias a esa hidratación en el séptimo kilómetro de la ruta pude afrontar con garantías los cinco kilómetros restantes ante un sol plomizo y veraniego. Por suerte, en los últimos tres kilómetros una nube amplia ocultó el sol y dejó que por los cuatro puntos cardinales de la Vega se iniciara un agradable viento fresco. No obstante, las pulsaciones se dispararon muy por encima de lo habitual en esta ruta debido a dos causas principales: la falta de rodaje y el abundante calor.

25 junio 2010

YA ESTAMOS EN RUTA


Esta tarde - viernes -, decidía arriesgarme y desafiar el calor y las cuestas para iniciar lo que espero sea un verano próspero en kilómetros.
Salí temprano, a eso de las 18,30, con 32 grados centígrados cayendo inmisericordes sobre la gorra técnica roja "Adidas Marathon", que es imprescindibles en días así. No sé por qué pero corriendo por una zona de secano -todo lo contrario a la Vega- y a esas horas, en todo momento tuve presente la posibilidad real de que cualquier ofidio me sorprendiera durmiendo la siesta, principalmente, en el recóndito camino del Cortijo de Santa Rosa, que es el que podéis ver en la fotografía de Google, que visualiza el recorrrido trazado por el Forerunner.
Y pensaba en esa posibilidad a raíz del comentario que me hacía un compañero de trabajo sobre la aparición de un ofidio por esa zona cuando circulaba en moto. Y pensaba: en moto, seguramente, no supondría un problema, pero sí corriendo. Y la verdad es que a esa hora, todo era posible porque el campo se encontraba embelesado en una quietud estival y la presencia humana era prácticamente inexistente a esa hora. Y entonces me acordé de la anécdota que ocurrió a mi Compae Paco cuando acostumbraba a trotar por la Vega a las cuatro de la tarde en el infernal agosto. Un buen día hubo de darse la vuelta porque en el camino por el que debía de continuar reinaba un enorme lagarto. Indignado, Paco me dijo que ese hecho le había roto el entrenamiento, a lo que contesté que el intruso a esa hora era él, no el lagarto, que efectivamente estaba en su hora feliz. Y es que en este mundo de dios todo tiene un orden determinado y hay que intentar respetarlo.
Mi intención y lo razonable hubiera sido salir a trotar a eso de las ocho, pero tengo la vena del fútbol en el cuerpo, porque a pesar de que hace mucho tiempo que no lo practico yo comencé mi periplo deportivo en el balonpié y España podría hacer grandes cosas en este mundial de Sudáfrica (en otra entrada escribiré sobre la influencia que está teniendo la selección española de fútbol en nuestras vidas en estos días de crisis, desánimo y hartazgo político).
Una parte del solitario camino de Santa Rosa, entre el Pantano Cubillas y Caparacena. Es un camino que a mi me estimula mucho.

Pero hablemos de lo ocurrido hoy, que es lo importante. Decía al principio que decidía arriesgarme y hacer una ruta de las consideradas duras, a pesar de no haber corrido apenas en el último mes.
Tenía en mi contra que los gemelos pudieran resentirse, pero es mucha la confianza depositada en el reposo hecho y las dos sesiones en el fisio. Además he seguido su tratamiento minuciosamente hasta llegar a la conclusión que en la última sesión de ayer, los dedos de Luis -el fisioterapeuta- se deslizaban con bastante sencillez y comodidad, al contrario de lo que ocurrió la semana anterior: sencillamente ya tenía los músculos descontracturados, a pesar que sufrí también lo indecible. De ahí que hoy saliera con esa confianza, aunque siempre con alguna reserva.
El reencuentro con ese recorrido que va desde el Pantano del Cubillas hasta Caparacena y vuelta no es de los cómodos. En nueve kilómetros el terreno está roto y las cuestas aparecen por doquier. Pero era necesario que probará en ese terreno y no en la Vega donde correr exige menos esfuerzo para la musculatura.
El ritmo ha sido muy bajo 5,40 el kilómetro. No tanto por la falta de capacidad aeróbica, la cual no he perdido en gran parte, sino por la necesaria adaptación que hay que dar al soleo dolorido. Sin embargo, me he sentido en todo momento muy cómodo a pesar del fuerte calor.
Por tanto, podría presumir de haber superado esta nueva crisis física y ya poder programar un largo verano kilométrico como decía en la anterior entrada. Toquemos madera.

UN VERANO DE PROYECTOS


Cumplida ya la segunda sesión de fisio, doy por "inaugurado" el amplio verano deportivo que espero culmine con un buen puñado de kilómetros.
Estas dos sesiones de fisioterapia han dado un excelente resultado porque tenía bastantes músculos contracturados, a pesar del adecuado desarrollo muscular que favorece que esas contracturas "en vosotros, los deportistas, sean más fácilmente eliminables", en palabras del fisioterapeuta. No obstante, si me admitis un consejo, no postergueis los masaje si no queréis sufrir como ha sufrido quien esto firma.
Por lo general, los corredores -exceptuando a algunos, envidiablemente cuidadosos-, no solemos preocuparnos por otras cosas que no sea correr: estiramos poco, calentamos poco, no reforzamos la musculatura a principio de temporada o cuando decidimos correr una prueba dura, vamos muy poco al masajista, y un largo etcétera. Si corremos sin dolor y sin demasiadas molestias, nos limitamos a correr y a poco más. Lo lamentable es que pronto llegan los problemas y las lesiones.
Por tanto, decía, comienzo ya a planificar a partir de mañana el nivel de entrenamiento que quiero llevar a cabo durante todo el verano. Por lo pronto, si me respetan las lesiones y no recaigo, me dedicaré durante dos o tres semanas al volumen kilométrico progresivo empleando un ritmo de entre 5' y 5'30 el mil. Una vez superado ese periodo, lógicamente, no perderé la referencia de la tirada larga semanal, pero comenzaré a subir cuestas con moderación inicial. Deseo fervientemente volver a subir a Tiena y al Torreón de Albolote.
Para dinamizar estas sesiones, introduciré una sesión, al menos, cada diez día de MTB, que las bicicletas son para el verano, como diría el desaparecido Fernando Fernán Gómez.
En la tercera semana de julio, aproximadamente, será un buen momento para introducir rodajes de calidad, pero deseo que éstos lleguen de una manera natural, sin forzar la máquina, que conozco las consecuencias.
En cuanto al peso, he tenido la suerte de no aumentarlo, pero es importante eliminar entre dos o tres kilos, principalmente para rodar de manera más eficaz y con menos riesgos. Porque llegarán las vacaciones y con ellas los excesos culinarios y será inevitable coger algunos kilos. Es la gran ventaja de no se un corredor de élite.
En cuanto a la competición, ésta se adormece durante el verano. Así que la única prueba que habrá que considerar es la siguiente prueba del Circuito de Diputación, la del Río Dílar, y ya esperar las medios maratones de otoño, siendo el primero si no me equivoco el del Melocotón de Guadix.
En fin, muchos proyectos y mucha ilusión depositada que espero no eche por tierra una nueva recaída, que intentaré evitar con sesiones de recuperación del electroestimulador Compex y, al menos, una sesión mensual de fisio.
¿ Qué os parece ?

23 junio 2010

POCAS COSAS EN EL ZURRÓN



Siempre llego a la conclusión que hay que intentar correr siempre, sin postergaciones, sin mezquindades de agenda, sin abulias varias u otras cuitas de diverso pelaje. Sólo una cosa nos impedirá correr: las lesiones.
Soy consciente que si afirmo todo esto de forma categórica es porque la inmensa mayoría de vosotros, que seguís graciablemente estas líneas, la mayoría de vosotros, decía, sois corredores y corredoras, de lo contrario no podría afirmarlo de forma categórica en otros ámbitos distintos al correr. No sin que me tomarán por un loco de atar.
Porque creo que hablamos un lenguaje común y porque sé que hay poquísima gente que habiendo corrido de manera regular se ha visto privada de experimentar las sensaciones que ofrece el correr.
Sensaciones que no sólo nos asaltan cuando corremos, también cuando no lo hacemos. Y es a lo que me quería referir en esta entrada.
Como sabéis llevo casi un mes sin correr por la única causa que impide hacerlo, pero en todo ese tiempo no he dejado de pensar ni un sólo día en correr. He recorrido mentalmente mis circuitos amados, he visualizado caminos y veredas, y en más de una ocasión no me he podido evitar abrir el armario y hacer una visitar ocular a las zapatillas y ropa técnica. Y como he tenido tiempo para pensar en el correr, he ratificado una vez más que correr es una religión, una forma de vida. Y que a medida que pasa el tiempo -supongo que nos pasa a todos- hay muchas cosas que no me interesan y voy dejando por el camino, pero entre esas cosas con las que me quedo y que aligeran cada vez más mi zurrón siempre estará el correr, siempre habrá lugar para unas zapatillas.
Podría en el futuro no interesarme la competición, podrían no interesarme las marcas ni los kilómetros recorridos, pero jamás dejará de interesarme el correr. Y a estas alturas ya tengo claro que envejeceré corriendo.

20 junio 2010

...Y OTRA VUELTA A LOS CAMINOS


Tras la formidable "paliza" que el pasado jueves me dispensó mi fisio Luis, sesión en la que sufrí de lo lindo, no tanto en la zona del soleo, que es la parte realmente afectada, como en el cuádriceps izquierdo, una zona que no pensaba que estuviera tan contracturada y que, probablemente, está provocando ese eventual dolor de rodilla, el cual por cierto ha desaparecido casi por completo, por lo que la tesis de la contractura parece más que razonable; tras esa formidable paliza, decía, he vuelto por enésima vez a los caminos el pasado sábado por la tarde para hacer cerca de nueve kilómetros en compañía de Emilio, que también está intentando retomar el correr tras algunos meses de retiro involuntario por diversos motivos.

Volver a la Vega siempre, siempre es una recompensa.

Un recorrido placentero por nuestra Vega, una ritmo suave de 5'25'' el mil que es el que vemos en el gráfico y un buen rato de charla ante una Vega no demasiado calurosa pero aún verde por las últimas lluvias primaverales.
Y, posteriormente, cómo no, otro buen rato de charla ante unas verdes heladísimas en la fresquísima terraza del apreciado bar de Marino.
Volvemos, retomamos, los hábitos perdidos. Seguimos corriendo que es lo importante, con la ilusión puesta en los largos meses de verano con sus tardes infinitas que ofrecen infinitas posibilidades de recorrer nuestros lugares si las lesiones lo permiten.

14 junio 2010

VOLVER A CORRER




Volver a correr es siempre una experiencia. A pesar de los kilómetros hechos a estas alturas, el par de maratones corridos o la docena de medias maratones, volver a correr siempre es una experiencia inolvidable.
Quizá sea lo único ventajoso de las lesiones que acaban por curarse: la vuelta a los caminos.
Y nada mejor para el reencuentro que encontrar la Vega lluviosa y limpida. Con esa escasa lluvia veraniega que no necesita de bajas temperaturas para seguir fluyendo. Con ese insustituible olor a tierra mojada. Con esos campos aún verdosos tras la abundante agua caída en primavera. Con todo ese remanso de paz y tranquilidad que transmite correr por los caminos entre frondosos árboles, asistiendo a un espectáculo que parece de otro tiempo a pesar de estar tan cerca de la ciudad encementada y bulliciosa.
Todo eso supone correr desde mi punto de vista. Por eso corro.



Una de las zonas elegidas para la recuperación

Han sido ocho kilómetros muy tranquilos, hechos en cuarenta y cuatro minutos. Pero para nada importaba ni el crono ni el cansancio. Sólo importaba que el gemelo izquierdo no se resintiera.
Y no se resintió pero sé escuchar al cuerpo tras bastantes años de sordera y sé que aún existe un mal latente, una especie de sombra que amenaza con surgir al menor descuido.
Esa amenaza me atemoriza más que la lesión en sí y significa que tendré que seguir con mucho cuidado la recuperación y espaciar las salidas y esperar con paciencia.
Pero son las divisas que mayormente poseo: el tiempo y la paciencia.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...