Bueno, es el momento de hablar un poco de correr y alejarnos de todos estos asuntos que nos ha ocupado este espacio en la última semana, entre elecciones, huelga general y declaraciones de unos y otros para todos los gustos, creándose realmente un ambiente casi irrespirable.
Así, que para poder respirar esta tarde me he lanzado a hacer diez kilómetros por la Vega de Pinos Puente, acercándome cada vez más a la cotidianidad de los entrenamientos, seguro ya como estoy que la lesión ya se ha quedado atrás, si bien jamás hay que confiar en que una lección se cure por completo. Eso sólo lo saben los tendones y los músculos y por lo general no lo manifiestan con antelación.
Percibo que con independencia de la falta de fondo, cosa lógica tras un parón de casi tres meses; percibo, decía, que a nivel mental me cuesta mantenerme en ruta, algo parecido a un poco de ansiedad por acabar. Debe ser lógico enfrentarse a esas sensaciones toda vez que la mente igual que aprende, desaprende.
Sin embargo, he completado esos kilómetros de una manera solvente, sin demasiados problemas.
Es más, incluso, en los dos últimos kilómetros he percibido las piernas muy ligeras -qué duda cabe que descansadas están- y el aumento de ritmo espontáneo me ha sentado bien, muy bien. He rodado a un ritmo de 5'19'' el mil, bastante superior ya a los registrados los días previos a la conclusión de la rehabilitación. Lo importante es no forzar.
Poco a poco me iré acercando a estas añoradas rutas |
Lo que sí tengo ya claro es que, por fin, debutaré este año en el Circuito de Diputación si las cosas van tan bien como hasta ahora. Sin embargo, la agenda se ha mostrado un poco cínica y toca hacerlo en una de las pruebas más duras del calendario, el próximo 15 de abril en Alhama, una prueba a la que siempre le he temido a pesar de que siempre me ha salido bastante bien. En esta ocasión la idea no es otra que completar el recorrido sin mirar el reloj ni un sólo segundo. Con eso basta.
Lo importante, sin embargo, es poder seguir entrenando con regularidad e ir cogiendo el peso tipo (cuando te detienes siempre coges algo de peso, aunque no sea preocupante en mi caso) y eso vendrá por la vía de la acumulación de kilómetros y una regulación en la ingesta que conlleva necesariamente la eliminación del tapeo y todas esas cosas perniciosas, pero agradables, en las que solemos caer, principalmente, cuando no tenemos un objetivo ni unos entrenamientos regulares. Está claro que se produce como una especie de abandono.
Suerte que la próxima semana vendrán unos excelentes días para entrenar porque contrario como soy a viajar en estas masificadas fechas y ajeno a toda la parafernalia procesional suelo sacar mucho tiempo para los entrenamientos, que es un placer compartir con buen cine, buena lectura y algo de escritura (seguiré profundizando en mi novela a ver si supero ya las primeras cien páginas).
Por tanto, a ponerse las pilas.
Vaya, yo espero reaparecer también en Alhama, prueba que nunca he corrido. Sé que tiene cuestas, pero ¿es tan dura? ¿De cuántos kms hablamos? En fin, a ver cómo llegamos.
ResponderEliminarSALUDOS
Javi, es una carrera corta, de unos 11 kilómetros, pero tiene dos fases de cuesta. La primera casi al principio es larga y complicada. La segunda es muy pronunciada, pero corta. También tiene bajada en la última parte, en la llegada al pueblo. No debe suponer un problema para ti, pero este tipo de carreras se sufre si vas a un ritmo alto. Nos veremos.
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