24 octubre 2011

LA VISITA DEL BARCELONA A GRANADA: UNA VISIÓN



Carrera del Darro (Foto propia)

Cuando escribía el título -que casi siempre lo invento antes de escribir la entrada-: La visita del Barcelona a Granada: una visión, reflexioné sobre esas dos últimas palabras: "una visión", llegando a la conclusión que podrían tener varios sentidos. Por una parte, una visión en el sentido de una forma personal de ver esta visita, que es a lo que me referiré a continuación; por otra, algo referente a lo visionario, que es como mucha gente se está tomando esta visita galáctica, estratósferica, mediática, sublime....que de todo he escuchado y leído estos días en Granada.
Granada es una ciudad provinciana matizada, eso sí, por un aluvión diario de guiris que vienen a nuestra tierra llamados por la presencia mítica de la Alhambra -también muy mediática, tanto o más que el F.C. Barcelona- y por una ingente de estudiantes pertenecientes la mayoría al programa educativo europeo "Erasmus", que se unen a los propios, conformando una magra universidad de más de 60.000 estudiantes. Esos dos aspectos se conjugan y amortiguan en parte el otro aspecto provinciano que posee Granada -a pesar de contar con más de 250.000 habitantes- algo muy común a capitales pequeñas o medias. Además, se da la circunstancia que -para quien no conozca esta tierra- que la capital está rodeada por un gran área metropolitana más propia de ciudades grandes que suman más de 250.000 mil habitantes repartidos a lo largo y ancho de más de treinta pueblos de entre cuatro mil y veinte mil habitantes. Son las llamadas ciudades dormitorio, pero que en el caso de esta zona, se trata asimismo de poblaciones con entidad propia y no meramente construidos para albergar la población que por el coste económico de las viviendas, básicamente, no puede habitar en la capital.
Por tanto, ese medio millón de habitantes aproximado que suma la capital más el área metropolitana producen el efecto de ciudad grande a los ojos del visitante que se adentra por primera vez por las atascadas arterias principales de acceso a la capital nazarí.

Nuevo Estadio de Los Cármenes

Y todo esto viene a cuento porque el fútbol de masas dejó hace tiempo de ser un mero deporte para convertirse más que nada en un termómetro social y económico de la ciudad, un mundo con más porcentaje económico que meramente deportivo. En el caso de Granada, hasta hace bien poco, ese termómetro social y económico del fútbol no ha funcionado. Perdidos en divisiones inferiores -casi siempre la 2ª división B- y gestionado el club de manera calamitosa y aficionada, todo el mundo -el del fútbol y el ajeno- clamaban porque el equipo estuviera en el lugar futbolero estatal que le pertenece, que durante muchos años ha sido la primera división, aunque también la segunda -en cuya división estuvo de forma efímera la temporada anterior porque ascendió contra todo pronóstico a primera- se veía con buenos ojos.
Ahora bien, lo que nadie esperaba, ni el Ayuntamiento, ni los socios, ni las empresas, ni los medios de comunicación, ni la ciudad, es que el Granada subiera en dos años de Segunda División B a Primera División. Ha sido un hecho histórico que aún no se ha acabado de digerir, produciéndose una ida de olla colectiva total en la ciudad en los partidos de ascenso para acabar en una bacanal orgiástica de alegría cuando se consiguió el ascenso en el estadio "Martinez Valero" de Elche. Esa gesta, conseguida el 18 de junio cuando ya no había fútbol de élite en España, hizo que el club granadino pasará de villano a héroe; de ser un equipo al que iban a ver hace apenas unas temporadas mil personas a llenar el estadio con un aforo de 22.000 plazas -ahora cuenta con tres mil más-.
Todavía mucha gente se está flotando los ojos y cuesta creer que este modesto equipo -reflotado por una familia empresarial italiana representada por un curioso personaje murciano, algo de lo que hablaremos algún día y de lo que tiene una mejor información mi amigo Manolo Pedreira, periodista de Ideal- que el martes, día 25 de octubre, reciba al mismísimo Barcelona, el mejor equipo del mundo, sobredimensionado de estrellas mundiales, que con independencia del resultado deportivo ya ha puesto patas arriba la ciudad y ha agotado las entradas a pesar del elevado precio de las mismas, algo que choca muy mucho con el nivel económico de la provincia, uno de los más bajos de España.
Y sin más, pronto vendrá un Madrid, -ya lo ha hecho el Atlético-, un Valencia, un Sevilla, un Bilbao...pero la ciudad aún seguirá frotándose los ojos para intentar creérselo.

23 octubre 2011

CUESTIÓN DE PRIORIDADES



¿Qué representa una hora y media -dos a lo sumo- en el ancho devenir de una jornada dominical? La respuesta dependerá mucho de a quién se le pregunte porque existen las prioridades y todas son legítimas.
Sin embargo, una de las cosas a las que la mayoría de la gente le gustaría emplear ese tiempo -según los empeños de futuro que cada cual se hace al comienzo del año-, es a correr, junto a dejar el tabaco o comenzar a aprender un idioma -principalmente el inglés-. Está claro que todos los empeños se formulan para jamás ser cumplidos. De hecho, existe una mentira congénita en perjurar que se comenzará a correr el día uno de enero, algo en la practica imposible si la noche anterior la hemos "tirado" en un cotillón de esos interminables y aburridos (es lo que pienso ahora, pero hubo un tiempo en el que me lo pasé muy bien, pero no corría).
No, no es de esa forma como una persona se convierte en corredor.
Decía lo de la hora y media -a lo sumo dos- porque basta con ese poco espacio de tiempo, que ocupa tan sólo algo menos del diez por cierto del un día de cualquier persona, para decidirse a trotar un buen puñado de kilómetros, perdiéndose por esos caminos y veredas, en plena naturaleza, que todo el mundo tiene al alcance de la mano, de acceso y disfrute gratuito.
Insisto que se trata de prioridades, pero a mí en particular -que es lo que he hecho esta mañana de domingo: diecisiete kilómetros esplendidos por una Vega asombrada por las primeras lluvias- no se me ocurre mejor manera de aprovechar ese escaso intervalo de tiempo -incluidos en él los preparativos necesarios antes y después del entrenamiento-, a sabiendas que quedará mucho día para estar con la familia, de dedicación a la lectura, al cine, a escribir.... en fin, cada cual con su actividad preferida.
Pero, ya digo, es cuestión de prioridades.

21 octubre 2011

SERIES



Sí, el jueves por la tarde-noche hice series, pero ¿hasta cuando durará esa iniciativa? Hasta ahora, todas las iniciativas intentadas han fracasado después de dos o tres sesiones. Me rajo, me inclino por correr perdiéndome por caminos y veredas, me intento no disciplinar. Pero es cierto: sin disciplina la mejora no llega, o llega con cuentagotas.
Se puede optar por sesiones rápidas. Sí, es una buena opción, pero se da la circunstancia que siempre que salimos a entrenar no vamos rápido y si lo hacemos, lo hacemos de una manera muy anárquica y poco o nada controlada.
Por tanto, las series son el único ejercicio de calidad que te permite completar el rodaje propuesto aprovechando al máximo.
¿Pero por qué las abandonamos? En mi opinión las abandonamos porque solemos "quemarnos" al primer intento. Solemos hacerlas a más velocidad de la debida y al sufrir como un bestia nos acaban produciendo rechazo.
Por supuesto que en las series hay que sufrir, porque de lo contrario la mejoría no se experimenta, pero es distinto sufrir que autoinmolarse.
La experiencia de ayer en Atarfe por sugerencia de Javi fue gratificante. Tardé en decidirme por encontrar el cuerpo destemplado todavía a las siete de la tarde. Había dormido una siesta y no me levanté para muchas batallas. Pero acabé cogiendo el bolso y me fui sin pensarlo demasiado a una buena pista -probablemente la mejor del entorno de Granada-. Allí ya se encontraba Javi y Domingo. Ellos ya estaban a punto de acabar y yo a punto de comenzar. Charlamos dando una vuelta de rodaje y cuando ellos se marcharon me quedé sólo haciendo 5X1000 a un ritmo de entre 3'50'' la más rápida y 4'05'' la más lenta. Satisfecho porque en todas estuve en ritmos aeróbicos más bajos que los asumidos en competición, que es de lo que se trata y tampoco sufrí como una bestia, hay margen. Os aseguro que dejan muy buen sabor de boca una vez hechas.
Finalmente, estiré e hice abdominales en el césped artificial. Y todo ello me hizo sentir físicamente pleno y con ganas de volver a repetir, no la semana que viene porque no estaré en Granada, pero sí la siguiente. La intención es incluirlas una vez a la semana. Confío en acostumbrarme si no me excedo y creo que cada vez me resultarán más gratificantes.

20 octubre 2011

¿IPAD O PERIÓDICO?

Me gusta el IPAD; de hecho, estoy decidido a hacerme con uno, pero este anuncio me ha convencido que no se puede comparar con un periódico....


18 octubre 2011

ARTÍCULO IDEAL (17/10/2011)


Este artículo que publiqué ayer lunes en el periódico Ideal podría sonar como un ataque incontrolado de imaginación, pero no, es totalmente real y lo pude comprobar, cuando pasaba por la calle....,pero bueno, mejor será leerlo si no lo habéis hecho en la edición escrita -en el caso de residir en Granada o provincia-. Os garantizo que con independencia de la calidad que tenga el artículo o no -sobre esto habrá diversas opiniones y seguramente todas razonables-, se trata de algo original. A ver qué os parece.


PERSONA PASEANDO CON MASCOTA

Hace unos días una persona paseaba tranquilamente por la calle Alhamar con su mascota a la que llevaba sujeta por una correa. En principio esa escena nada aporta de tan habitual y cotidiana; de hecho, a los demás viandantes, que se movían raudos hacia sus tareas o compras en esa céntrica y ajetreada calle de Granada, nada les llamaba la atención y ninguno reparaba en esa escena tan común en las calles y plazas de cualquier ciudad. Pero yo sí reparé en ella porque la mascota que sujetaba esa persona no era un perro y ni tan siquiera un gato -animal poco proclive para ser paseado en plena calle, dicho sea de paso-. Se trataba de un mapache, que es lo que deduje un poco más tarde consultando Internet porque en ese momento tan sólo alcancé a comprender que se trataba de un animal salvaje que solía salir con frecuencia en los documentales de la 2.

Y aunque extraño, quizá lo fuera más comprobar cómo ninguna de las decenas de personas que pasaban a escasos centímetros de esa peculiar mascota y de su dueño reparaban en el animal, probablemente, tan acostumbradas a esa escena cotidiana de persona paseando con mascota o, probablemente, tan ensimismadas en los quehaceres cotidianos o preocupaciones varias. De hecho, la persona que llevaba el mapache hizo todo lo posible para que los demás repararan en su peculiar acompañante, a mitad de camino entre perro y no se sabe qué tipo de pequeño animal salvaje. Y, decía, que el dueño hizo lo posible para que observaran a su mascota porque posaba –más que estaba- en un cruce de esquinas bien visible, estando el día en su plenitud de luz y siendo la hora una de las de más tránsito. Pero aún así, observé que excepto yo ningún viandante desvió la mirada hacia esa peculiar escena porque seguramente sus mentes les transmitía una imagen habitual, es decir, nada que pudiera considerarse extraordinario.

Pero sí lo era, aunque no llego a tener claro si es más extraordinario el hecho de poseer –y pasear- este tipo de mascota o la ceguera que todos mostramos ante hechos extraordinarios de tan acostumbrados como estamos a fijar en nuestra retina las cosas ordinarias que pululan a nuestro alrededor.

Normalmente circulamos por la vida con unas imágenes preestablecidas, confiriendo más importancia a la forma que al fondo. Si, por ejemplo, la persona que llevaba la mascota paseara un perro vulgar pintado de verde o vestido de torero, la mayoría de la gente hubiera reparado en su presencia y, muy pocos, -tal vez los más despistados o ensimismados- no hubieran reparado en esa estampa. Es más, con toda seguridad se hubieran formado corrillos y surgido comentarios jocosos. Pero resulta que el mapache -que a mi entender no está en la categoría de los animales domésticos- provisto de un tupido pelaje grisáceo se confundía perfectamente con el paisaje urbano y por su tamaño y forma de andar en casi nada se diferenciaba del típico can pequeño de raza caprichosamente cuidado por su dueño. Es más, en mi larga observación comprobé cómo el animal en una posición muy canina, sentado sobre su cola levantaba sus patas delanteras, como si de un perro se tratara, para llamar la atención de su orgulloso dueño, probablemente frustrado ya al comprobar que sólo yo había reparado en su peculiar mascota, aunque disimulé para no mostrarle mi extrañeza ya que en asuntos de mascotas nada aún parece definido. Como casi nada en nuestro extraño existir.

16 octubre 2011

28ª MEDIA MARATÓN DE MOTRIL (16/10/2011)



Cuando a la llegada de la prueba, Francis Rodriguez Tovar, excepcional corredor, desde lejos, me preguntaba que cómo me había ido, le respondí sin dudar que había que entrenar más. Y él que es un corredor concienzudo no pudo estar más de acuerdo conmigo.
A Francis le respondí que había que entrenar más porque, precisamente, esa era la idea que llevaba en la mente al entrar en meta. Durante una hora y treinta y siete minutos había sufrido y aprecié en todo momento a lo largo de la carrera que un entrenamiento más específico -y más largo- me posibilitaría ir mejor y acercarme a esos noventa y cinco minutos.
No obstante, los noventa y siete minutos y medio estaban dentro de lo que podría considerar, a priori, un tiempo aceptable, según mantuve en la anterior entrada. Haber hecho cien minutos -también mantuve- me habría defraudado algo más.
Pero la realidad es que aunque acaricié en algún momento de la prueba llegar por debajo de los noventa y cinco minutos, la carrera me puso en mi sitio -principalmente, a partir del kilómetro quince- y opté por despedirme de ese tiempo. Iba de más a menos y en esos seis últimos kilómetros desperdicié bastante de la renta que había adquirido hasta ese momento, si bien ésta la obtuve básicamente hasta el kilómetro trece porque a partir de ahí comencé a perder tiempo de manera acusada. Basta echar un vistazo al Forer para descubrir que en los primeros trece kilómetros le media por kilómetro era en todos los casos inferior a 4'30'' el mil -en algunos kilómetros, incluso, inferior a 4'10''-, para ir aumentando progresivamente hasta los 5'02'' en el último kilómetro de carrera. Por tanto, no es baladí considerar objetivamente la falta de entrenamiento, principalmente, en distancias superiores a los catorce o quince kilómetros.
Y, claro, a partir del kilómetro quince, sin llegar a sentir pájara en sentido estricto, si comencé a sucumbir al cansancio, al calor y a la fuerte humedad de la costa y ya preferí dejarme llevar sin forzar demasiado para no sucumbir a una posible bajada de forma.
Como bien dije en mi entrada anterior, en esta prueba -que no es nada fácil, digámoslo claro- la carrera verdadera se dilucida a partir del kilómetro quince y así lo pude comprobar en los rostros de los demás corredores, siendo bastantes los que optaron por parar y andar en los tres o cuatro kilómetros últimos.
Para ejemplo un dato: en los primeros seis kilómetros -aún fresco y sin tocar apenas la costa- marqué veintiséis minutos, mientras que en los últimos seis tuve que emplear tres minutos más. Pero ocurre que ya a estas alturas estábamos en otro tipo de carrera, no sólo por los kilómetros superados sino por el aumento del calor y, por tanto, de la humedad.
Esos primeros cálculos optimistas me hicieron abrazar en algún momento la posibilidad de atravesar la meta en noventa y cuatro minutos, objetivo que se fue esfumando sin remedio.
Sin embargo, sería ingrato decir que estoy defraudado ya que la prueba de media maratón tiene vida propia y nada es lo que parece. Por ejemplo, en esta Media de Motril, a pesar de ser llana -apenas hay una picada, al final-, se manifiestan otras dificultades añadidas, como es el caso de la humedad y el calor. Cuando la prueba se hacía en el mes de septiembre era verdaderamente temida pero en este octubre de 2011 los efectos han sido similares dadas las altas temperaturas que estamos sufriendo, anormales, para esta época.
Y decía, que sería ingrato estar defraudado porque esta prueba puede azotarte a lo bestia y dejarte tirado en las amplias playas del recorrido. En otras palabras, es una media maratón traicionera porque un golpe de calor o una excesiva deshidratación debida a la humedad puede dejarte listo a falta de unos pocos kilómetros y lo que se presumía pudiera ser una marca aceptable se puede convertir en una marca calamitosa. De eso pueden dar buena fe muchos corredores que han participado en esta prueba. Corredores que fácilmente están en los noventa minutos en otras medias sucumben ante esos factores y acaban en cien minutos o, incluso, más y de nada sirve una planificación previa porque esta se puede ir al garete.
En mi caso particular, luché de forma denodada porque esa planificación previa no sucumbiera. El propósito estaba en no alejarme en cada kilómetro de los 4'35'', y aunque no es fácil hacer la media en plena carrera, intenté por todos los medios no está por debajo de los 4'15 ni por encima de los 4'50'', si bien en algunos kilómetros no pude evitar bajar o subir esas medias respectivamente.
Sin duda, hay otro tipo de medias maratones -Córdoba, Almería y es posible que hasta Granada- que no existiendo grandes rampas y tampoco humedad, se puedan asumir esos últimos cinco o seis kilómetros de manera más solvente, pero no es el caso de Motril, a no ser que se cuente con una preparación muy específica que incluye entrenar en la costa, al menos, en un par de ocasiones.
En otra línea argumental, hay que reconocer que la Media Maratón de Motril, por su organización, ciudad, asistencia y circuito, se está convirtiendo en una de las más importantes de Andalucía. Existe un superávit organizativo destacable y su apuesta de futuro es decidida al contar con atletas africanos de nivel en la mayoría de las ediciones anuales. Sin lugar a dudas, en mi opinión, su nivel está bastante por encima de las otras tres medias maratones de la provincia, incluida Granada- y a niveles muy similares a las organizadas en Málaga y Almería.

15 octubre 2011

PREPARADO PARA MOTRIL


Ciertamente, por unos motivos u otros, no han sido muchos los kilómetros hechos esta semana, pero sí los he hecho con cabeza: en todos he buscado la calidad, más que el trote.
He de reconocer que las últimas tiradas me han confirmado que hay recuperación y más punta de velocidad que en el mes de septiembre. No sé, percibo como si las piernas fueran menos pesadas y gracias a ello percibo también que elevo con más facilidad las rodillas. Sin lugar a dudas, esas sensaciones recién adquiridas se deben a que han transcurrido más de dos meses desde que subí al Veleta y, desde entonces, la musculatura de las piernas y el entrenamiento en llano han afinado los músculos de los miembros inferiores. En pocas palabras: ya no tengo esa sensación de pesadez que aún tenía en la Media de Guadix.
La última tirada la hice el pasado jueves y fue de quince kilómetros y medio, corriendo por una ruta totalmente llana y alejada de tráfico y la contaminación. Y eso debió sentar bien a mis pulmones porque a pesar de hacer medias kilométricas muy similares al ritmo de competición, me encontraba entero y con la respiración normal.
Por tanto, confluyen dos ingredientes fundamentales para asumir una media maratón: piernas ligeras y ritmo aeróbico a buen nivel. Asimismo, en el plano nutricional estoy consiguiendo ese ritmo descendente idóneo que me aconsejaron en el Centro de Medicina Deportiva de Granada, gracias a esos pequeños cambios nutricionales e intentar evitar el "picoteo" y, sobre todo, el tapeo, tan agradable en Granada, pero tan nocivo para, nosotros, los corredores. Sin embargo, no renuncio -ni renunciaré- a la cerveza, si bien la tomo con control, sin acompañamiento calórico y, sobre todo, en casa, que es la mejor manera de controlar.
El pasado viernes no me apeteció correr los ocho kilómetros que tenía planteados, pero opté por técnica de carrera y una tabla básicamente dedicada a abdominales y goma. Todo eso me sentó bien y sirvió para no cansar las piernas ahora que están ligeras y descansadas.
Así que todo indica que me he preparado mental y físicamente para hacer el mejor tiempo posible en Motril. Estaría muy bien cumplir esos noventa y cinco minutos para volver a estar en la línea en que me encontraba a principios de año, pero si no es así tampoco me defraudarían los noventa y siete, pero sí los cien. En fin, ya se verá porque son los kilómetros de la competición los que realmente te ponen en tu sitio y a lo largo de una carrera de veintiún kilómetros puede pasar de todo y, además, en el caso de mañana domingo, dado el calor que aún está instalado en el sur, la humedad típica de los lugares de costa será una rémora, principalmente, a partir del kilómetro quince.
Para pedir de boca tan sólo faltaría que esta noche el Granada ganará al Atlético, pero ese ya es otro cantar. Y otra historia.

09 octubre 2011

OPTIMISTA DE CARA A MOTRIL

Los últimos rodajes me hacen ser optimista de cara a marcar los noventa y cinco minutos (por ahora descarto los noventa) en la próxima Media de Motril, pero dependerá mucho -como bien dice Alfredo- de la humedad con que nos encontremos en la capital de la costa granadina.
Particularmente, en la tarde del domingo he rodado con facilidad, fuerza y velocidad en los catorce kilómetros de rodaje planificados. Además, a nivel aeróbico me he encontrado fenomenal y no me han pesado las piernas en absoluto, a pesar de haber rodado la tarde anterior otros trece kilómetros por terreno algo más duro.
Los días anteriores, desde la prueba de Almuñecar, me he dedicado a rodar sin más en distancias medias y zonas no cargadas de demasiadas cuestas para ir refrescando las piernas, tan pesadas tras la prueba del Veleta y sus previos entrenamientos en alto. Porque qué duda cabe que un entrenamiento que es válido para una determinada prueba no lo es para otra y resulta que, en mi caso, he acusado mucho esos entrenos en altura, en los que las piernas se endurecen como el acero pero también se ralentizan. Es el momento de sacar provecho de la fuerza ganada en agosto en cuanto se aligeren algo las piernas.
Normalmente, y por la experiencia de años anteriores, en estos últimos meses del año entreno bien sin que me afecte que llegue el frío y la lluvia; de hecho esos buenos entrenos en los últimos meses del año posibilitaron que este pasado enero bajara de los noventa y cinco minutos en la Media de Almería. Busco que se repitan esas circunstancias.
Sigo sin hacer series porque no encuentro el momento ni las ganas para hacerlas (definitivamente, no me gustan) pero sí he incrementado los cambios de ritmos y los ritmos controlados a velocidad más alta, que a todo eso da lugar en un rodaje medio o largo.
Sin embargo, me inquieta no poder llegar al domingo con las piernas tan descansadas como las siento en este momento, por lo que seré prudente en cuanto a kilometraje en esta semana, pero sí incrementaré la elongación, abdominales y flexibilidad. También he llevado a cabo algunos cambios en el aspecto nutritivo, ahora que no hay tantos viajes en el horizonte. Intentaré sacar provecho a este aspecto hasta, al menos, los albores de la navidad, época en la que todos nos solemos desmadrar un poco en cuanto a comida y bebida, aunque, en mi caso, existe bastante control ya que, por lo general, reniego de comidas de empresas y ágapes similares.

07 octubre 2011

STEVE JOBS


Desde el fallecimiento de Steve Jobs, el cofundador de Apple he leído y escuchado a lo largo del día en todos los medios de comunicación todo un aluvión de parabienes acerca de una figura singular que, efectivamente, ha revolucionado la forma de comunicarnos y acceder a la información. Pero en realidad poco sabemos sobre la persona aunque sí sobre el personaje.
Aunque enclavados en el mundo occidental mucho dista nuestra forma de ver las cosas con la de los ciudadanos de norteamérica y si existe un elemento diferenciador ese es el relacionado con todo lo que tenga que ver con la informática e Internet. De hecho, EEUU ha sido y sigue siendo la cuna de estos dos grandes inventos propios del siglo XX, que se siguen desarrollando, y de qué manera, en el siglo XXI.
Microsoft, Apple, Google, Facebook, Amazon...todo esos fenómenos tienen su origen en la principal potencia mundial y las otras grandes potencias, léase Japón, Unión Europea, los tigres asiáticos e, incluso, China poco han aportado a este vasto mundo de la informática e Internet.
Por tanto, en nuestro contexto, es bastante presuntuoso comprender la labor que ha ejercido Steve Jobs, aunque es normal que en el día de su fallecimiento se utilicen tópicos tendentes a incrementar el mito. Un mito que ya lo era en vida.
¿Pero cuál es la razón de que el cofundador de Apple y la propia marca de la manzana mordisqueada posean esa mística, superior a cualquier otra de sus competidores?
Seguramente muchas serían las razones y los expertos ya llevan años rebanándose lo sesos para dar una respuesta. Pero en mi inexperta opinión, nadie hoy día puede estar a la altura de Apple ni a nivel de diseño ni a nivel de excelencia técnica. Y si la genialidad es también extrapolable a otros terrenos que no sean meramente pictóricos, escultóricos, literarios o cinematográficos, si la genialidad informática y comunicativa tiene un nombre es el del que hoy ha fallecido, muy por encima de sus competidores.
Bill Gates tuvo el mérito y la fortuna de crear un sistema operativo que con cierta trampa logró implantar -de forma obligatoria casi siempre- en todos los ordenadores personales del mundo, con independencia de la marca de los mismos. Sin embargo, aparte de esa virtud esta compañía no ha creado ningún dispositivo más de mérito. De hecho, ni tan siquiera ha creado ordenadores propios. Sin embargo, Jobs no sólo ha creado un sistema operativo propio -de nombre Leopard- sino que ha creado ordenadores de mesa -Mac o Imac- y portátiles -MacBook- hechos a su medida. que además poseen ventajas que no poseen los PC's ni los portátiles ordinarios. Pero ha llegado mucho más lejos ya que ha creado dispositivos -Ipod, Iphone e Ipad, los tres de increíble manejo táctil desde la pantalla- de ensueño, capaces de compartir idénticas aplicaciones y con muchísima más perfección y seguridad que el sistema operativo Windows y con un diseño y manejabilidad que ha extasiado a todo el planeta. Quizá ahí esté la diferencia. Quien haya manejado alguno de estos dispositivos sabe de lo que estoy hablando.
Sin duda Steve Jobs no ha sido ni el principal programador ni principal diseñador de todos esos dispositivos (estamos hablando de una corporación con un batallón de ingenieros informáticos, diseñadores y un largo etcétera) pero ha sido quién ha tenido la idea genial de introducir todos estos dispositivos geniales en nuestras vidas. Ha comprendido las necesidades de los ciudadanos actuales y por eso se convierte en visionario.Y, además, ha sabido venderlos. Esos son sus enormes méritos y cualidades que aunque hoy hayan llegado a su fin, queda el legado que continuará -esperemos- Tim Cook, que es el sucesor que eligió en su día el propio Steve Jobs.

03 octubre 2011

XXIII PRUEBA DE FONDO "COSTA TROPICAL", DE ALMUÑECAR (2/10/2011)


Lo importante de haber corrido este pasado domingo en la prueba de fondo de Almuñecar es tener la sensación de haberme reencontrado con el yo del año de 2010 (no, no estoy refiriéndome a la sin par Regreso al Futuro); y es que, precisamente, en Almuñecar comencé a dar signos de mayor ritmo aeróbico en distancias superiores a 10 kilómetros. De hecho, en el crono medio de este año he arañado unos segundos con respecto al del año pasado, toda vez, que en esta ocasión sí ha habido una distancia exacta de 14 kilómetros, pero no el año anterior que faltaron más de 500 metros.

Me he reencontrado, pero de una manera no demasiado memorable, ya que se han ausentado las buenas sensaciones y ha sobrado el sufrimiento, principalmente en los últimos kilómetros, precisamente los de más calor.

La decisión de salir rápido en los primeros kilómetros ha podido resultar algo insensata porque me he ido desinflando a partir del kilómetro 10 de una manera muy apreciable. Se podría decir que en estos últimos kilómetros he vivido de las rentas de los anteriores.

En esta prueba de Almuñecar hay que dosificar, en primer lugar porque no es una prueba corta y, en segundo, porque no se puede contar con la garantía de que octubre sea un mes fresco y que el calor y la humedad no sea tan agobiantes. De hecho, este octubre no lo ha sido y la humedad ha sido muy palpable, principalmente, en los largos tramos junto al mar, aspecto éste que hace que la dosificación sea muy difícil. Bastó con comprobar el grado de empapamiento de la camiseta e, incluso, el pantalón.

Si el circuito estuviera diseñado al revés, es decir, que los primeros kilómetros transcurrieran junto al mar y los últimos por lugares más frescos en la Vega tropical, sería mucho más factible hacer más rápidos estos primeros kilómetros, sabedores de que los últimos serán menos calurosos y la humedad menor. Pero es justo al contrario, circunstancia ésta que hace que la mayoría de los corredores vayan de más a menos, desde los más rápidos a los más lentos. El sufrimiento por la zona de Velilla se palpaba en los rostros.

Ese ha sido mi caso, aunque no solamente por el diseño de la ruta. La realidad es que en los primeros diez -o tal vez antes- el ritmo que imprimí fue excesivo para mi forma actual y los últimos entrenamientos no avalan el hecho de rodar a ritmos inferiores -en algunos kilómetros- a 4'15'', e incluso a 4'07'' en uno de ellos, según registra el Forer. Lógicamente, en una carrera de 14 kilómetros esto se paga, porque rodar a ese ritmo en competición cuando no se hacen entrenamientos específicos de calidad, no estando los rodajes más rápidos por debajo de 4’40’’ el mil, es bastante arriesgado. Y lo pagué a precio de oro. De hecho, en la corta cuesta que da acceso al entorno del estadio "Francisco Bonet" barruntaba la posibilidad de detenerme y subir andando (me decía a mí mismo con cierta ironía que Almuñecar no era el Veleta).

Pero no lo hice y ahora me alegro. Sin embargo, no tuve fuerzas para forzar en la pista en esos últimos trescientos metros de la misma. Pero eso ya me daba igual porque sólo fuerzo cuando voy con buenas sensaciones, de lo contrario me dejo llevar.

Curiosamente a mucha gente se le va la olla en la pista. Es más, no comprendo cómo corredores que van al límite de sus posibilidades casi desmayan por llegar en sprint al arco de llegada. Supongo que será por la foto. Llegar muy rápido a meta, en mi opinión, no debería ser más que el premio que uno se otorga cuando se llega con buenas sensaciones y fuerza, pero no en el caso de llegar al límite. De hecho, a lo largo de las muchas competiciones realizadas he visto a gente casi caer de rodillas al llegar por cometer esa locura, ¿merece la pena ese esfuerzo? Probablemente para ellos, sí.

No hay duda: somos lo que estrenamos. Ahora bien, cada corredor es dueño de su plan de entrenamiento y en función de que se tenga un plan más o menos ambicioso los resultados en competición serán congruentes con el mismo, porque al margen de poseer una buena genética para correr, ser más joven o menos joven o tener una mejor o peor adecuación física, no existe otro secreto que el entrenamiento.

De hecho, nos ocurre a todos que cuando rodamos a un buen ritmo en alguna competición, rebosamos de optimismo y nos planteamos acrecentar el entrenamiento –sobre todo el de calidad- pero ocurre que las circunstancias del día a día a cada cual nos pone en nuestro sitio y es difícil buscar el tiempo necesario y las ganas para llevar a cabo una planificación teutona de nuestros entrenos que incluya: pista, fisioterapia, tiradas largas fijas, nutrición estricta, descanso suficiente... es cierto que mucha gente hace todo esto, y ahí están sus resultados; otros lo intentan y lo llevan a cabo durante algunas semanas, pero acaban abandonando.

Y es que finalmente siempre hay que hacerse las siguientes preguntas: ¿Qué marca quiero conseguir? ¿Qué sacrificios estoy dispuesto a hacer para conseguir la marca que quiero? En definitiva, ¿Qué supone para nosotros, corredores sociales, correr? En mi caso, las respuestas cada vez están más claras. En realidad, se concretan a una sola: quiero seguir corriendo, sin aditivos.

Pero, en fín, para no irme por senderos existencialistas, en lo personal, lejos de conseguir otros objetivos imposibles o muy onerosos, he de afirmar que me encuentro satisfecho con lo conseguido, satisfecho por constatar que pasan los años y uno sigue siendo capaz de correr un puñado de kilómetros sin detenerse, satisfecho por poder justificar aunque sea un poco esa vestimenta atlética que llena de colorido las calles y plazas de pueblos y ciudades, en definitiva, satisfecho por seguir estando ahí.


01 octubre 2011

EL CIRCO INSTITUCIONAL

El pasado jueves una noticia en varios medios de comunicación anunciaba que se iba a celebrar en el Congreso de los Diputados un almuerzo -en este país todo, lo bueno y lo malo, se celebra con una comida- para despedir la legislatura a propuesta del Presidente del Congreso, José Bono, que como todos sabemos tiene fama de ir pagando las facturas de su bolsillo.
La noticia, evidentemente, no era bien recibida a tenor de los muchos comentarios sobre la misma, todo ellos en la línea de criticar el escandaloso dispendio de nuestra clase política, mucho más escandaloso en los tiempos actuales de crisis. La gente a través de sus comentarios -anónimos unos, identificados otros- despotricaba sobre la iniciativa. Sin embargo, yo fui más lejos y decidí enviar un correo electrónico al mismo Congreso, iniciativa que secundaron varios compañeros de trabajo cuando les envíe la idea por la tarde.
Mi correo electrónico decía textualmente lo siguiente:

He leído en prensa que ustedes -me imagino que los 350 componentes del Congreso- más el Rey y, probablemente, algún asesor que otro, celebrarán un almuerzo para conmemorar el fin de la legislatura.
Me parece muy bien que celebren lo que quieran, a pesar de que si hubiera un poco de sensatez poco habría que celebrar. No obstante, espero que esta no se la carguen a los presupuestas del Estado sino que la asuman ustedes, al menos, con el importe de sus cuantiosas dietas. Espero una respuesta, por supuesto. Les ruego que les dirijan este correo al Presidente del Congreso y a los portavoces de cada uno de los grupos con representación en la Cámara. Atentamente,

JOSE ANTONIO FLORES VERA

Al día siguiente, recibí una respuesta de la Dirección de Comunicación del Congreso en la que no respondían de manera directa a mi inquietud. Los términos en los que me respondieron fueron textualmente éstos:

Estimado Sr.,
En contestación a su mail le informo que no ha habido un almuerzo de conmemoración de fin de legislatura con todos los componentes de la Cámara, sino que el presidente del Congreso ha ofrecido el miércoles, 28 de septiembre, un almuerzo a los representantes de las altas instituciones del Estado, al que ha acudido Su Majestad el Rey Don Juan Carlos.
Al almuerzo asistieron el presidente del Senado, Javier Rojo; el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala; el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar y el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido.

Enlace a la fotonoticia:

Lógicamente, el gabinete de comunicación del Congreso -mucho más político que periodístico- se agarró al dato de que no serían los 350 Diputados sino que se limitaron a anumerar con exactitud las personalidades que irían a ese almuerzo como queriendo decir que eran los verdaderos padres de la patria y como tal tenían derecho a cualquier cosa, gratis total, además. Lógicamente, no me pareció idónea la respuesta; de hecho, no respondieron al elemento central por el que preguntaba. Así que decidí enviarles otro correo electrónico en estos textuales términos:

En primer lugar, gracias por su atento correo electrónico, pero, como ciudadano que paga puntualmente sus impuestos, sigo sin saber la respuesta.
Lo importante no es si fueron 350 o 7, sino conocer si ese almuerzo se carga a los presupuesto del Estado y el importe del mismo. Curiosamente, se trata de, probablemente, las siete personalidades mejor pagadas del país y sería sensato que predicaran con el ejemplo y asumieran la celebración con su propio sueldo o dietas, tal y como hacemos los españoles que, además, como es el caso de quien suscribe- hemos sufrido un recorte en el sueldo en calidad de empleados públicos, en el mejor de los casos, o se está en el paro como les ocurre a millones de personas.
En pos de la regeneración y transparencia, le ruego envíe copia a cada comensal, representantes de las distintas Instituciones aludidas.
Atentamente,

JOSE ANTONIO FLORES VERA


Ese último correo electrónico aún no ha obtenido respuesta, algo lógico ya que fue enviado el viernes por la tarde. Probablemente no habrá respuesta por lo que la pregunta aún queda en el aire.
Esta pregunta no persigue otra cosa que dejar al sistema con el culo al aire y, al menos, que comprendan que la ciudadanía no es tan tonta ni manipulable como ellos consideran.
Esta es la clase política que tenemos. Este es el sistema que tenemos: un artificio centrado en intereses personales que buscan el beneficio individual enmascarado en una más que hipotética democracia.
Ni más ni menos.

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