Después de las series hablaré de las series. Parece una especie de tautología, pero son cosas muy distintas (¡qué rico es nuestro castellano!), aunque se digan y se escriban de la misma forma.
El viernes por la tarde-noche realicé mi sesión semanal de series. En Atarfe, como en las dos ocasiones. ¿Hasta cuando durará ese ímpetu? En realidad, espero que dure bastante porque, realmente, son muchas más las ventajas que los inconvenientes.
Los inconvenientes ya los conocemos: no se trata de rodar como nos gusta a casi todos, perdiéndonos por caminos y veredas; no consisten en correr a un ritmo trotón; no es posible ir al ritmo que te pide el cuerpo -el mio, invariablemente, me pido poco sufrimiento, como supongo nos pasará a todos; no es tan entretenido como correr en anchos campos y calles, pero no tiene por qué ser aburrido; y, por último y tal vez más importante: hay que tener decisión y voluntad.
Las ventajas tal vez sean muchas más las ventajas de las series pero se concretan en una: es más fácil ir a ritmos más elevados en competición. Esa es su gran virtud.
El pasado viernes decidí hacer dosmiles. Además, por motivos de agenda, el tiempo transcurrido entre las series y la siguiente sesión de rodaje de sábado sería muy corto, de algo más de 12 horas, por tanto, si quería rodar el sábado durante 14 kilómetros a un ritmo tranquilo, convenía no hacer locuras en las series porque las lesiones, en estas ocasiones, son más amenazadoras.
Así que hice tres de dos mil a un ritmo que no supuso nada del otro mundo: la más lenta 8'42'' y la más rápida 8'26, pero, eso sí, acabé sin un cansancio muy acusado, y lo más importante: las hice. Con anterioridad hice un rodaje de calentamiento de cuatro kilómetros y un rodaje posterior de enfriamiento de un kilómetro y algo.
Acabando las series con técnica de carrera, estiramientos y algo de abdominales se cierra bien el círculo y la sensación de deber cumplido pulula por todas partes cuando te diriges al coche.
Lo importante es no quemarse en este tipo de entrenamiento de calidad y conservar buenas sensaciones para la semana siguiente, que es la que anima a volver a la pista.