28 julio 2020

¿ESTÁ ALGUIEN GIRANDO LA RUEDA DEL MUNDO A SU ANTOJO?

Teorías de la conspiración asociadas a la pandemia - Periodismo de ...

Ayer hube de acudir a una zona cercana al centro de la ciudad durante un par de horas y tuve sensaciones contradictorias. No visitaba esas calles desde bastante antes del comienzo de la epidemia que aún nos atrapa. 
Por una parte agradecí volver porque afloraron buenos recuerdos vividos en diferentes épocas y por motivos diferentes, pero al mismo tiempo sufrí desazón al comprobar cómo había cambiado todo. No se trataba solo del panorama aún apocalíptico –al que no llego a acostumbrarme– que muestran las mascarillas de toda la gente con la que me crucé –bastante, a pesar de ser julio–, sino por el aluvión de persianas de locales echadas, no por mor de las vacaciones, sino acompañadas del siempre dantesco cartel de se alquila, se vende, se traspasa. Pensaba que eso solo ocurría en una zona mucho más comercial, en una zona del centro más neurálgico de la ciudad, pero no, parece habitual en toda la ciudad, de hecho, parece habitual en todas las ciudades de España, según nos informan.
No sabemos exactamente cuáles serán los resultados económicos de esta pandemia y su consecuente Estado de Alarma, pero a tenor de lo visto, el sector del pequeño comercio los hace evidentes. Es probable que este pequeño comercio ya acusara la crisis que arrastra este país desde que pinchó la burbuja del ladrillo, artificiosamente inflada, y que esto no haya sido más que la puntilla para que se fuera al traste, pero el caso es que, efectivamente, se ha ido al traste. Los locales que parecen haber aguantado más han sido los bares o, tal vez, eran los más numerosos, pero también vi muchos con ese fatídico cartel. 
Es probable que la cosa no pinte tan mal como parece y que lo que haya pasado es que la mayoría del consumo haya derivado hacía el comercio on-line (excepto para el caso de los bares, porque aún no se ha inventado acudir a un bar on-line), al que fuimos obligados los consumidores en parte por mor del confinamiento y al que ya nos hemos acostumbrado y que por eso hemos dado la espalda al comercio físico. Es una posibilidad, pero no creo que pueda ser completamente la única ni mucho menos constatable. Sin embargo, fuere lo que fuere, el panorama que ofrece el pequeño comercio es altamente desolador. 
No obstante, aún estamos en un periodo de letargo debido al verano y las consecuentes vacaciones de la mayoría. La realidad, sobre todo la económica, se conocerá en el próximo otoño, que es cuando se darán los datos reales de despidos reales, de ERTES transformados en ERES, de engrosamiento de las listas del paro de la población activa real, amenazando como lo está el recrudecimiento de los brotes de casos de COVID-19 en casi todos los rincones de España, y por lo tanto, la amenaza cierta y real de una nueva situación, quizá no de confinamiento similar al de los meses de marzo y abril sino a un proceso similar al mes de mayo y junio. Todo es posible mientras no exista un antídoto real contra el virus, que parece podría llegar a finales de año.
O eso o es que alguien anónimo y con mucho poder está girando la rueda del mundo a su antojo. Sí es así, ya no se tratará tan solo de un virus que no extraordinariamente mortal sino más bien que éste ha sido la excusa para seguir girándola. Daría igual que fuera este virus ahora u otro en el futuro porque casi siempre la causa no siempre tiene mucho que ver con los motivos. Como también podría darse un colapso informático provocado y los efectos podrían ser aún más devastadores. Virus hay millones y las posibilidades de boicotear el mecanismo informático hiperconectado es tan viable como provocar un colapso en una autovía en plena operación salida o regreso de vacaciones. Lo importante es saber si ese o esos que mueven la rueda del mundo a su antojo pueden ser controlados o detenidos por los poderes constituyentes o si son estos mismos cómplices o, incluso, responsables de estos giros. 
No lo sabemos y mucho me temo que no lo vamos a saber jamás. 

26 julio 2020

"RECUPERAR" EL BLOG: GRAN DECISIÓN

Blog La Palabra Texto - Imagen gratis en Pixabay"Recuperar" el blog ha sido una de las mejores decisiones posconfinamiento (considerando quizá este como una nueva era). Alejarme de las redes sociales, a excepción de lo imprescindible y orgánico, ha sido otra; o tal vez, el requisito previo. Las redes sociales son una cosa y los blogs son otra, y yo siempre he optado por esto último. Es ahí donde comenzó todo, donde se fue desarrollando toda mi obra literaria y a eso jamás se le puede ser desleal. Las redes sociales no me han perjudicado, he de decir, porque siempre he sido cuidadoso en cuanto a qué amigos elegir y en qué "jardines" meterme. He conseguido llegar a gente que sin estas no hubiera conocido y mi obra ha llegado a territorios que sin estas hubieran sido inexplorados. Pero las redes sociales son más bien de usar y tirar, concebidas para otras cosas que a mí, particularmente, me interesan menos. Cumplieron su función y ahí están; y perdurarán los buenos amigos atesorados. A quienes conocía físicamente, siempre estarán ahí porque no han necesitado de nada virtual para que lo sigan siendo; a quienes no, se convirtieron en una versión muy similar a los primeros y también estarán siempre ahí. Espero.
Pero decidí volver a centrarme en el blog de toda la vida, que nunca llegó a morir, y estoy muy satisfecho por ello.
Principalmente porque lo que escribí hace cuatro, cinco, diez o trece años o más aún perdura, y aún perduran los comentarios sensatos y trabajados de toda aquella gente que me siguió durante tantos años. Con algunos sigo en contacto, con otros no, pero seguirán ahí...
La gran importancia que tienen los blogs, tal y como hoy día están concebidos –que es como siempre lo han estado, eso no ha variado–, es que aún hay gente que lee lo que escribiste hace tantos años desde cualquier lugar del mundo. El buscador de Google y otros buscadores son así de generosos. Por tanto, aprovecho yo también para leer esas lecturas que aún se hacen de entradas de años atrás. Y con las lecturas de estas entradas vuelvo a vivir lo que creía ya olvidado. Aquello que yo escribía sobre tantos asuntos fueron plasmando mi ideario. Algunas de las cosas no las comparto ya, o no las comparto de la misma forma, pero en otras me ratifico y hasta añado. Leo comentarios de gente que siempre estuvo ahí y vuelvo a agradecer la enorme dedicación que muchos mostraron hasta el punto de que en opinión de muchos la bitácora se convirtió en una herramienta vital de comunicación y exposición de ideas y puntos de vista, ya se tratara sobre correr (que fue el origen), política, música, cine, literatura o reflexión pura y dura. Es mágico que todo eso aún esté ahí, un privilegio que las redes sociales, efímeras y pasajeras, no poseen. Y por eso, entre otras razones, decidí abandonarlas. 
También es un privilegio poder exponer en el blog mi obra ya publicada o por publicar.
Como muchos autores, consideré que las redes sociales eran la única correa de transmisión entre mis obras y los lectores, pero resulta que no es así. Miro las estadísticas y datos de mis libros en Amazon cada tiempo y observo que lo poco o mucho que se puedan descargar mis libros, nada tiene que ver con una continua presencia de estos, y de yo mismo, en las redes sociales. Los libros siguen teniendo sus descargas (modestas en mis casos) y opiniones tanto en España como en otros países –sobre todo México, gran aliado de España en cuanto a permeabilidad literaria–, al margen de la promoción en redes, con la cual jamás me sentí cómodo. El resultado final es que ya no promociono nada, tan solo hablo de contenidos de mis libros en mi blog. Es suficiente para estar ahí, aunque sea mínimamente, comprobando que cada día va a más en cuanto a número de visitas. Es un nuevo trabajo de reconstrucción que asumo gustoso.
Sí, amigos, una gran decisión la que tomé a los pocos días de la terminación del Estado de Alarma; una decisión que necesitó su tiempo y su momento –que no son la misma cosa–. Pero el momento llegó cuando tuvo que llegar.  Y, por cierto, refiriéndome al Estado de Alarma en España, de más de tres meses, el diario que he escrito cada día, desde el quince de marzo hasta el treinta de junio de 2020, será mi próxima publicación en Amazon, la cual estará colgada dentro de unos quince días, a disposición de cualquier lector interesado de cualquier parte del mundo.

24 julio 2020

NOVELA: EQUÍS QUERÍA CORRER (AMAZON, 2019)


Esta novela está en promoción, gratis, durante los días 24, 25 y 26 de julio de 2020 en todos los países donde opera Amazon. Puedes descargar su versión digital AQUÍ
Pero antes puedes leer su sinopsis y algunas opiniones que se han escrito sobre ella.
SINOPSIS:

     Equis es un tipo normal que un buen decide comenzar a correr. Lo ha intentado en varias ocasiones sin éxito, por una razón o por otra. Curiosamente, siempre desea comenzar a correr cuando decide cambiar algún aspecto de su vida, que no le satisface. Su estrecho entorno no comprende que desee correr ni cree que esté preparado para ello, y menos que nadie su esposa, la cual prefiere que siga en el bar maltratando su hígado a que corra. La aversión de ella a esa práctica deportiva es casi enfermiza. Eso produce una tremenda crisis en el aparente tranquilo matrimonio. Pero, siempre hay un pasado sorprendente, y se vuelve a constatar que las cosas no son como parecen en esta historia de encuentros y desencuentros.

OPINIONES EN AMAZON:


Adaptando una de las mejores frases del libro a este medio, espero que al comentar no se me queden muchas palabras perdidas en algún lugar remoto entre mis dedos y este ruidoso teclado desde el que escribo.

A primera vista podría parecer que sea una novela sobre correr, que lo es, pero va un poco más allá dejando como telón de fondo esta noble actividad atlética, adentrándose en el verdadero argumento de la historia que no es otro que correr; pero correr tras la realización de nuestros sueños a lo largo de nuestra lábil vida. Unos sueños tan anhelados como tantas veces perdidos y que una vez alcanzados nos dejan unos breves momentos de loca felicidad.

Un relato narrado de forma soberbia a la vez que sencilla sobre una estructura perfecta que supera con creces las expectativas puestas en él, que ya de partida no eran fáciles de alcanzar. Se trata de una instantánea certera y precisa de nuestra sociedad moderna, muy bien escrita, preciosamente adornada y tejida en una trama exquisitamente urdida. Con un final que no te dejará indiferente invitándote a que cruces de nuevo bajo el pórtico del arcoíris en pos de los sueños. Una bella historia que, aunque tú aún no lo sepas, hará que suenen unas campanillas una vez que poses tus ojos sobre su punto final.


Estamos ante una novela de dos personas a quienes une la afición que tienen por correr. Dos personas que se conocen, "¿por casualidad?" No diría yo que es una novela sobre correr; sino que es una novela que trata del mismo ser humano, de sus sentimientos, de su valores... Que trata de esa "humanidad" del ser humano. Y el deporte, correr en este caso, es el instrumento que ha utilizado José Antonio para transmitirnos lo que quiere. Lo cual hace muy bien. Tampoco podremos olvidar al mejor amigo de Equis, con unos valores intachables... Y como el verdadero amigo y consejero de Equis. Un personaje, aunque secundario, también entrañable. Pero sería a los personajes, no ya aJosé Antonio que, al fin y al cabo, no hace más que plasmar en palabras escritas lo que sus personajes le dictan, a quienes tendríamos que preguntar qué les impulsaba a actuar como lo hacía. Qué sentimientos les impulsaban a ello... Qué "sentían" para actuar de una forma, y no de otra...



Un viaje por las emociones de las personas, como podemos cambiar cuando los demás esperan que lo hagamos y como olvidamos nuestros propios deseos buscando la complacencia de los demás. Una lectura emotiva con cambios de sentimientos a los protagonistas, con los que te das cuenta de que nada es lo que parece.


Gran relato!, me parece genial la idea del autor, mediante el deporte, cruzar la vida de dos personas de polos opuestos, llegando al centro de su polaridad, uniendo esos sentimientos en uno, la vida misma!, Genial, enhorabuena!


Lo recomiendo. Te tiene expectante hasta el último momento.


Novela muy entretenida, que aborda la relación de una pareja, que a pesar de pertenecer a diferentes clases sociales se cruzan el uno con el otro por la aficion por correr, afición y pasión del propio autor, narrada con ágil ritmo narrativo que te atrapa y con un final que no te esperas.


El autor combina magníficamente su pasión por correr, en la narración de una novela que engancha desde la primera página. Parece que sea fácil, pero lo que hace José Antonio no es nada sencillo. Un libro muy recomendable.


Muy buen libro, la historia engancha mucho y te deja con ganas de leer el siguiente capítulo. Muy recomendable.

CRÍTICA LITERARIA DE HEYDEVENIR:

¿Quién no ha intentado alguna vez empezar a hacer ejercicio y desiste a los dos días? Equis quería correr cuenta la historia de Equis, una persona aparentemente normal que, cansada de ciertos aspectos de su vida, trata de cambiarlos corriendo. Es una novela con encuentros y desencuentros, de amores y desamoresEs un libro muy humano que hace que el lector se sienta identificado en algún momento conforme devora las páginas, porque sí, quien se anime a leerlo, las devorará. Equis quería correr posee una estructura sencilla y una narrativa muy amena, lo que facilita su lectura, y bajo una apariencia trágica debido a los blancos y negros, amores y desamores, éxitos y fracasos, etc., cuenta con unos toques de humor que consiguen que la lectura sea divertida. A primera vista puede parecer una novela que trata sobre el deporte, sobre correr. Pero como bien nos contaba su autor, José Antonio Flores Vera, en la entrevista que le hicimos, realmente se trata de un tapiz de fondo sobre el que se desarrolla la historia, que no quita que un aficionado a correr vaya a disfrutar más o menos del libro, pues como os decíamos, la historia es tan humana que cualquiera se siente identificadoEquis quería correr es una novela sencilla, entretenida, triste, alegre, divertida y sorprendente, pues el final no dejará indiferente a nadie. Desde Devenir recomendamos encarecidamente su lectura. Enhorabuena a José Antonio por este gran libro.

21 julio 2020

MÚSICA: FRANCO BATTIATO (ITALIA, 1945)


Mientras repaso mi próxima publicación en Amazon, escucho a Franco Battiato con mis auriculares Grado SR80 y vuelvo a ratificarme en que hay músicos contemporáneos que ya son clásicos.
La gran virtud del grandioso músico italiano es mostrar una esencia intelectual en sus letras compatible con una música atractiva y agradable a todos los oídos, como si se tratara de un juglar moderno que todos los habitantes de la aldea quisieran escuchar siempre que pasa por ella. 
Franco Battiato pertenece a una escuela única y propia. Bebe de influencias musicales universales y no se enclaustra en la melódica canción italiana, de la que tampoco deserta. A lo largo de su carrera le ha interesado desde la musica oriental hasta la africana, pasando por la contemporánea y más europeizada y el rock. 
Este siciliano vegetariano no es un individuo demasiado dado a la vida social, algo bastante extraño en una persona nacida en el sur de Italia, sino más inclinado a la introspección, la cual ocupa con su faceta no solo de músico y cantautor sino también con la de escritor y cineasta.
Su carrera artística es muy dilatada, con una gran creatividad musical y artística. En 2019 anunció el que sería su último disco, no en el sentido de que sea el último que publica sino el último de su amplia carrera: Torneremo ancora.
Eligió nuestra lengua para grabar varios de sus muchos éxitos, pero a servidor le gusta escucharlo en italiano, muy entendible para nosotros, si bien agradezco escuchar algunas de sus letras en español para empaparme de su poesía y sabiduría. 
Sus seguidores que son legión, sobre todo en Europa, siempre han valorado que sepa mantenerlos en sus butacas (normalmente sus conciertos son en lugares cerrados o abiertos pequeños) con deliciosos temas introspectivos e íntimos como La cura, así como hacerlos levantarse con temas tan vitales como Cuccurucucu o Centro de gravedad permanente. 
Me costaría elegir un tema, pero siempre me he sentido muy bien escuchando Mal d'Africa, Prospettiva Newskij o Un'altra vita.
Al principio de esta entrada lo vemos interpretando su hermoso tema La cura acompañado por una orquesta sinfónica.

19 julio 2020

CINE: DÍAS SIN HUELLA (EEUU, 1945)


Me cuesta creerlo, pero hay que admitir mi error histórico: hasta hace poco no había visto Días sin huella. Será porque el cine clásico siempre está ahí, como la Alhambra: siempre podrás verla.
Y es que el cine de calidad hay que verlo, y lo antes posible, porque luego vendrán días en los que querrás volver a ver esa película e integrarla en tu vida para siempre y a más esperes menos oportunidades tendrás de volver a verla.
Y sí, Días sin huella es una de esas películas imprescindibles para comprender muchas cosas que nos ocurren a los seres humanos, por ejemplo, la enfermedad del alcohol, que no es física sino perteneciente al negociado del alma. 
Mientras la veía no dejaba de sorprenderme la desnudez inquietante de su argumento, la brillantez de lo expuesto y me decía que el cine moderno ha llegado a un punto de comercialización en el que ya es imposible que muestre estos productos. Lo muestran películas europeas, asiáticas y africanas; y alguna extraña y rara indie norteamericana, pero raramente o nunca el cine de Hollywood, y si bien esta extraordinaria película pertenece a una época ya lejana, no debemos olvidar que corría el año 1945 cuando se rodó y se trataban de otros tiempos, de otra forma de concebir el cine y la vida. De ahí que surgieran esas maravillosas películas en esa década, en la anterior y también, en parte, en la posterior. Tal vez a partir de ahí dejaron de tener cabida este tipo de películas.
Y por eso se trata de un clásico imperecedero. 
Actualmente vivimos en una época demasiado poco dada a lo politicamente incorrecto y aunque es cierto que Hollywood produce cada año películas de apariencia incorrecta las suele maquillar en comedias u otro género o subgénero que procure despistar y que se manifieste el verdadero mensaje. Sin embargo, si ves Días sin huella comprobarás que todo lo que se expone ahí es franco y dramático, opresivo si cabe. Pocas películas podrán narrar con mano firme como lo hace la película de Willy Wilder el drama del alcohol y cómo puede afectar a la vida no solo del alcohólico sino de quienes le quieren y rodean. Curiosamente, dirigida por un director muy entregado a la comedia, que ha sabido como pocos enervar el drama que conlleva esta película, que no solo aborda la adicción al alcohol, sino también el fracaso, la frustración y, sobre todo, esa falta de huella a la que cada persona debe de agarrarse cada día para seguir viviendo, ese especie de leitmotiv que permita responderse cada mañana para qué existir. La frustación en este caso atenaza a un escritor, pero nada impide que también la pueda sufrir cualquier ser viviente con un mínimo de lucidez –o ambición, nunca se sabe–, en esta experiencia errática que supone vivir cada día. 

18 julio 2020

UNA RUTA POR CAMINOS PEDREGOSOS Y CON FUERTE CALOR

Hoy he comenzado mi ruta sabatina a las diez de la mañana, una hora ya peligrosa para hacer cualquier actividad en la calle, mucho más para correr, sobre todo teniendo en cuenta que el termómetro pronto superaría los 35º. Pero aún así, me sentí bien, aunque no fuerte como en otras ocasiones.
Scott ZAPATILLA KINABALU Zapatillas de running hombre Opté por una ruta pedregosa por caminos solitarios y calurosos de la Vega granadina, por lo que la mejor opción era elegir las zapatillas de trail Scott Kinabalu, que apenas han conocido las piedras, a excepción de dos entrenos, uno de ellos por la Sierra de Huétor. Al poco de adquirirlas llegó el obligatorio confinamiento y con posterioridad, a partir del día dos de mayo, cuando ya se podía correr en la calle, los circuitos eran urbanos. Y aunque es una zapatilla que no se desenvuelve mal en asfalto, no es el terreno para la que ha sido concebida.
Pero hoy sí ha disfrutado, y yo con ella.
A más de las once de la mañana cuando el sol estaba ya casi en todo lo alto, me adentraba por un camino de vega sin salida para cumplir con la distancia de once kilómetros que me había propuesto y volvieron a surgir las buenas sensaciones, toda esa mezcla de épica, calor y soledad que tanto me gusta experimentar cuando corro. Me detuve a orinar durante unos minutos bajo una frondosa moreda, junto a una acequia que lanzaba al viento su constante y relajante rumor de agua y oteé el paisaje a mi alrededor. Podía ver los picachos de Sierra Elvira, con su torreón nazarí, un lugar con historia, y me encontraba en el lugar en el que transcurrió la gran Batalla de la Higueruela que enfrentó a los reinos cristianos y al nazarí, cada vez más amenazado, y todo me parecía mágico. Tenía por delante cinco kilómetros y medio y el calor iba en aumento pero eso no me preocupaba lo más absoluto en ese momento.
Espero que las perneras, que llevaba tiempo sin utilizar, ayuden a que a que la pertinaz tendinitis del talón de Aquiles no me impida correr mañana. Por lo pronto, mientras escribo esta entrada, no está nada mal a falta de otra sesión de hielo antes de ir a la cama.  

15 julio 2020

UNA PUBLICACIÓN PENDIENTE SOBRE UNA ÉPOCA EXCEPCIONAL

Estoy trabajando en el diario que he escrito cada día que ha durado el Estado de Alarma y sus sucesivas prórrogas. No lo hago con una ilusión torrencial como sí ha ocurrido con otras publicaciones. Me mueve más el testimonio (es posible que para mí mismo, aún no lo sé) que la publicación de esas cincuenta mil palabras de las que consta.
Lo reviso con lentitud casi desesperante, intentando no cambiar nada que modifique la impresión de cada día. Tan solo reviso incoherencias gramaticales y alguna falla ortográfica. Incluso ya he diseñado la portada y el título es completamente nuevo, mucho más impactante que el provisional.
Pero me cuesta acabarlo y sé que aún me costará algo más a medida que me vaya alejando en el tiempo. Por eso quisiera que esté preparado pronto.
Lo que leo aún me es muy familiar, sobre todo lo último. Sin embargo, me parece extraño lo que escribí los primeros días de confinamiento, como si lo hubiera escrito alguien ajeno a mí, como si esos días transcurridos no hace tanto tiempo pertenezcan a otra época lejana o los hubiera escrito alguien que nadie ha conocido.
Y por eso tiene importancia para mí esta publicación.
La situación de los libros, ya sean físicos o digitales, cada vez es más patética y no puedo evitar pensar que llegará el día en el que comprar un libro y leerlo se convierta en algo casi utópico, algo similar a lo que ahora ocurre cuando alguien compra un cedé o un vinilo. Todo el mundo lo mirará como a un extraño preguntándose por qué hace tal cosa pudiendo piratear la música o, en el peor de los casos, escucharla en streaming.
E igual que ocurre con la música, lo que se leerá será mayoritariamente de un género o un par de géneros muy concretos. El resto de lo escrito, como ocurre con el resto de la música que pasa bastante desapercibida, desaparecerá por falta de lectores, como ya está desapareciendo cierta música por falta de oyentes.
Y eso es, quizá, lo que me desanima para seguir corrigiendo este diario porque sé que agonizará en su particular travesía por el desierto, a la espera de que alguien lo encuentre de improviso y lo lea y lo guarde como un testimonio directo de una época muy concreta.


UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...