
Pero bueno, no quiero alejarme del asunto que venía a explicar. Se trata de la nueva inventiva de la Junta de Andalucía, que no es otra que reestructurar su Administración Pública. Así contado puede parecer algo lógico e incluso hasta loable. Pero el caso es que a través de un Decreto-Ley -el 5/2010-, de reciente aprobación, liquidarán de facto la Administración Pública profesional, es decir, la conformada por profesionales que han entrado por la vía de los principios constitucionales de igualdad, mérito, capacidad y publicidad, previstos en el artículo 103 de la Constitución. Y lo harán de la siguiente manera: en los últimos años se ha creado en la sombra una Administración paralela formada básicamente por empresas públicas a las que han accedido mayoritariamente personas ajenas a la función pública pero cercanas e integrantes del partido en el gobierno andaluz. Desde antiguos cargos públicos hasta militantes, pasando por familiares, amigos y recomendados. Todo ese tipo de personas conforman esa administración paralela, la cual ya cuenta con 20.000 integrantes. Lógicamente, todos los cargos públicos de cierta importancia que lo han sido ocupan puestos de alta dirección con emolumentos adecuados al puesto.
Y como resulta que esa gente ni ha hecho oposiciones ni las va a hacer en futuro, las van a integrar (mejor dicho van a hacer una refundición de ambas administraciones) con la Administración Pública profesional, de manera que en poco tiempo ya no se sabrá quién está ahí porque ha accedido por medio de oposiciones y concursos-oposición y quién lo está porque ha accedido por la vía del clientelismo. Y será así porque se piensa en que el funcionario de carrera se integre en esa nueva Administración estructurada en Agencias. Esa integración, inicialmente, será voluntaria pero con la particularidad que no le dejarán otras vías que esa integración ya que su puesto de trabajo profesional poco a poco se quedará vacío de contenido, que es algo que ya se está notando de manera evidente. Por su parte, el personal laboral fijo no podrá elegir y se habrá de integrar de manera obligatoria.
Esto que anuncio está creando un enorme revuelo y, además de los sindicatos (que dicho de paso, muchos de ellos no están poniendo mucho empeño en desmontar esto), se están creando redes de opositores (que ven mermadas sus expectativas de entrar en la Administración) , funcionarios (que ven mermadas sus expectativas de ocupar mejores puestos por la vía legal de la carrera profesional) y aspirantes a la función pública (en su mayoría interinos que llevan años recopilando puntos para poder optar a un puesto estable), que de forma metódica están llevando el asunto a los tribunales.
Pero, ¿creéis que existe preocupación por parte del gobierno andaluz y el partido que lo apoya? No, en absoluto. Barruntan que podrían perder las próximas elecciones y están enormemente preocupados por dejar bien ubicados a sus compañeros. Lógicamente la Administración que quedará será mucho menos garantista y profesional y, por tanto, totalmente contraria a los intereses generales, que son los intereses del ciudadano que paga sus impuestos religiosamente (bueno no los paga, se les quita).
Y explicado esto, imagino que comprenderéis que hiciera una introducción un tanto apocalíptica, ya que lo que expongo no es fruto de la casualidad sino que es algo muy bien organizado y estudiado por parte de las élites políticas para desmoronar poco a poco lo único estable en este país: la función pública. Y si se desmorona la función pública os aseguro que el desmoronamiento del sector privado actual será una anécdota comparado con el que se espera en los próximos años.
Mientras tanto, la mayoría de los ciudadanos que pagan impuestos verán mermadas sus expectativas, es decir, su vida y sólo serán las élites políticas, sociales, económicas, empresariales deportivas y algunas otras las que tengan asegurado un futuro.
Por menos, se pusieron en marcha algunas revoluciones burguesas, pero aquí parecemos más interesados en la princesa del pueblo, en la real y en las estrellas millonarias del "madriz" y del "barza".