Con mi amigo Roberto -que amablemente me envía la voto hecha por Paqui- en el furgón de cola de la salida. |
Sin embargo, a nivel personal, la noticia es que estamos de nuevo en los caminos y con buenas sensaciones. No sé exactamente el tiempo personal (se rebeló la batería del Forer), pero me indican en la organización que hice una hora y casi dos minutos. Tampoco sé realmente la distancia, pero ésta ha debido estar en torno a los 11,5 kms., pero nada de eso es importante. Al menos no lo era hoy para este corredor. Lo realmente importante es que he corrido a un paso tranquilo y sin un sufrimiento excesivo. Mucho mejor de lo que esperaba dado el parón que acumulo. Por tanto, los entrenamientos metódicos tras la lesión están dando su fruto.
No obstante, volver a correr en competición no tiene esos únicos ingredientes. Son muchos más. Por ejemplo, reencontrarse con viejos conocidos corredores o, incluso, con viejos conocidos que en teoría no eran corredores. Entre el primer grupo, dos fieles al circuito: los muchos compañeros de mi club, Atletismo Caja Rural, Rafa Bootello, seguidor de este blog; Santi, de Los Trotanoches y Roberto. Siempre es muy grato correr y charlar con Roberto, "el incombustible", al que veo muy bien y atesora y buen ritmo medio. Salí con él en la cola del enorme pelotón y como siempre fuimos hablando de literatura y de política, pero no me aventuré a seguir su fuerte tren de subida en el primer ascenso de cuatro kilómetros. Sí, decidí ir a mi ritmo, que no era otro que el de un entrenamiento ordinario, tal y como había premeditado. Esa era la propuesta y el argumento básico para correr en Alhama. Pero también pude charlar con integrantes de ese segundo grupo, el de los viejos conocidos no corredores, o al menos, no corredores habituales. Pero al parecer, tanto Antonio como Pablo, dos antiguos conocidos de distintos ámbitos de mi existencia ya se han enganchado, creo, que de manera irreversible. Con el segundo y su mujer, María, que hasta hace muy poco ha sido una corredora destacada del club Chapín de Jerez de la Frontera, tomé un muy necesario café y descubrí la ilusión de este nuevo corredor habitual en su rostro. Ya estás perdido, Pablo, le dije.
Pero hacía frío, mucho frío, y nada aconsejaba ya estar en la calle y el coche no estaba muy cerca, así que lo aconsejable era refugiarse en él. Tampoco está cerca Alhama de Granada de Granada (que curioso el lenguaje). No sin antes recibir el saludo de otro fiel de este blog, José Ángel, que siempre tiene la amabilidad de saludar. Me sigue desde los orígenes de aquel mítico Diario de un corredor; de manera que si a alguien hubiera que darle un hipotético premio de fidelidad y constancia, el sería un serio candidato.
De manera, que vivido lo vivido y tenidas esas buenas sensaciones, entré en el coche con una sonrisa en los labios, que seguramente era el resumen de lo mucho que nos ofrece este deporte. Probablemente mucho más de lo que nosotros mismos, los corredores, le podamos ofrecer a él.
Por cierto, dada la repercusión que ha tenido la última e incomprensible acción de la Casa Real -que parece empeñada en cavar su propia tumba-, no os perdáis la entrada anterior si no la habéis leído ya.
Tres fotografías de las zonas más duras del circuito (Geoogle Earth):
Por cierto, dada la repercusión que ha tenido la última e incomprensible acción de la Casa Real -que parece empeñada en cavar su propia tumba-, no os perdáis la entrada anterior si no la habéis leído ya.
Tres fotografías de las zonas más duras del circuito (Geoogle Earth):