Hay quien ha dicho que El Arrecife es lo más emocionante que se ha visto después del Tiburón de Spielberg, pero no estoy totalmente de acuerdo.
Vale, nos encontramos ante una nueva película de temática tiburón, pero no creo que tenga nada que ver con aquella que tanto nos asustó y nos sigue asustando.
En mi humilde opinión lo que hizo Spielberg es aterrorizarnos magistralmente con toda una exhibición de buen cine. Pero lo hizo exagerando, qué duda cabe, desde la ficción.
Ni probablemente un tiburón blanco sea una máquina perfecta de matar, ni creo que lo haga gratuitamente como lo hacían aquellos de las películas del gran cineasta. Lo de Spielberg era cine, aunque no podemos negar que El Arrecife también es cine, pero tiene otros matices.
En primer lugar, hay que decir que no se trata de cine de Hollywood, sino que se trata de una película australiana; en segundo, está basada en hechos reales en aquellas costas acaecidos y aquí no veremos una exhibición portentosa de efectos especiales ni entiendo que se refleje al tiburón como una máquina de matar perfecta, que lo hace por hacerlo (seguramente mata porque quiere comer, algo muy común en los animales e, incluso, en los humanos), no, se trata de otra cosa.
Cuando vi hace algunos años OpenWater (USA 2003), y que desde aquí aconsejo, quedé marcado. Y ahora, me ha venido a la mente cuando he visto El Arrecife, por su similitud.
En ambas hay nexos comunes: son películas de bajo presupuesto y ambas están basadas en hechos reales. Queda por saber el grado de efectismo, la invención que sus respectivo guionistas y directores hayan utilizado a la hora de rodarlas, pero en ambas queda muy creíble lo que se nos pretende transmitir.
Si en Open Water el desenlace marca para siempre y te hace estar en la piel de los protagonistas, en El Arrecife también se consigue que el espectador asista a la tragedia por venir y es destacable en ambas que no haya sido necesario buscar el tremendismo y los efectos especiales abusivos para que sear creíble la historia. Porque hacer creíble una historia que ha sucedido en la realidad debe ser la mayor obsesión de un director que acepta dirigir este tipo de películas.
Seguramente El Arrecife hubiera soportado muy bien el diseño documental, seguramente mucho más que "Monstruoso" y Troll Hunter, pero el diseño película tampoco le va nada mal.