14 diciembre 2011

RODAJE INTENSO VERSUS RODAJE RÁPIDO.

Que uno lleve casi un lustro corriendo "en serio" no signifique que lo sepa todo, por mucho que haya leído o escuchado sobre este noble deporte. Es más, como suele ocurrir con todo lo importante, en ocasiones, uno cree saber cada día menos.
Sin embargo, algunas cosas -a base de repetirlas- se van quedando en este proceloso mundo del correr. Por ejemplo, para mí estaba asentado que tras un intenso entrenamiento lo aconsejable era descansar al día siguiente. Pero ocurre que, últimamente, cuando realizo ese entrenamiento intenso, al día siguiente me encuentro más fresco que de costumbre y pareciera que las piernas apenas hayan sufrido el día anterior.
Por ejemplo, el pasado sábado hacia un entrenamiento exigente de casi 17 kilómetros alternando asfalto con caminos entre olivos. Caminos quebrados y serpenteantes que obligaban a la musculatura a trabajar a tope. Pero lejos de terminar cansado, al día siguiente, hice con facilidad un rodaje de 10 kilómetros en asfalto llano en 47 minutos sin que acudiera a las piernas cansancio alguno.
En ocasiones, he dejando un día de descanso intermedio y no me he encontrado tan bien en el rodaje posterior, por lo que siempre programo un rodaje rápido al día siguiente de hacer un rodaje exigente ya que parece ir bien para el descanso muscular.
Ahora bien, el tercer día sí lo dedico ya a descansar porque no hay que tentar demasiado al diablo de las lesiones, que siempre anda por ahí matando moscas con el rabo.



13 diciembre 2011

SUPRESIÓN DE LAS DIPUTACIONES (IDEAL 13/12/2011)


En la mañana de hoy -13 de diciembre- Ideal ha publicado un artículo por mí firmado en el que llevaba trabajando algunos días. Advierto que tiene un perfil técnico, pero es muy leible por lo que os invito a leerlo si no lo habéis hecho ya -residentes en Granada y provincia, básicamente- en papel.

SUPRESIÓN DE LAS DIPUTACIONES


Dentro del debate de la austeridad en torno al gasto público, la política de gestos ya debería de estar superada y han de ser las acciones las que conformen la agenda política, por lo que sería un buen momento para acometer una reforma política y administrativa que conllevara la supresión de las Diputaciones Provinciales y de camino llevar a cabo una revisión en profundidad de la Administración Local dotándola de más competencias.

Siempre me ha parecido un contrasentido eso del gobierno de las provincias, que es algo tan inmaterial como innecesario. De hecho, no se trata de un gobierno que directamente surja de las urnas, como ocurre en el caso del gobierno de los municipios, sino que se trata más bien de una especie de componenda representativa basada en los resultados electorales surgidos de las elecciones municipales. Es más, ni tan siquiera goza de representantes exclusivos sino que se nutre de los elegidos para asumir el gobierno de los municipios que conforman la provincia, es decir, alcaldes y concejales, cayendo en la duplicidad de cargos.

Al margen de valoraciones políticas electoralistas, estoy convencido que las provincias soportarían muy bien la eliminación de su órgano de gobierno sin que por ello se produzca ningún caos político o administrativo ya que las funciones de las diputaciones u otros órganos provinciales similares –caso de los territorios insulares, País Vasco y Navarra- pueden ser perfectamente asumidas por las distintas administraciones autónomas como ocurre en el caso de las comunidades autónomas uniprovinciales. Se da la circunstancia que muchas de éstas gestionan un presupuesto y una población mayor que otras comunidades pluriprovinciales y la ausencia de diputación provincial no menoscaba en absoluto la asistencia y cooperación municipal, más bien al contrario: hay mejor coordinación y menor gasto burocrático.

En el caso de Andalucía, se perdió la oportunidad de dotar a las Diputaciones Provinciales andaluzas de mayor contenido encomendándole la articulación de la gestión ordinaria de los servicios propios periféricos de la Comunidad Autónoma tal y como indicaba el artículo 4.4 del ya derogado Estatuto de Autonomía de 1981. Sin embargo, ese postulado legal jamás llegó a desarrollarse porque la Administración autonómica optó por dotarse de su propia red administrativa periférica a través de las Delegaciones Provinciales de las distintas Consejerías, al tiempo que las diputaciones fueron tejiendo ese leviatán administrativo tan costoso y absurdo en que se han convertido, cargado de un inasumible presupuesto y una plantilla sobredimensionada y de acceso irregular en la mayoría de los casos, al tiempo que en una solución rápida para esa ingente cifra de asesores y personal de confianza –personal eventual- de que gozan los partidos políticos con representación provincial.

En mi opinión, todo ese aparato administrativo y político de las diputaciones no justifica las funciones que tienen encomendadas, basadas principalmente en la asistencia y en la cooperación municipal –principalmente a los municipios más pequeños-. Además, se da la circunstancia que los fondos para esa asistencia y cooperación municipal derivan en gran parte del presupuesto autonómico, argumento éste que justifica aún más la gestión de los mismos por parte de la propia administración autonómica.

En similar sentido, en los últimos años están surgiendo nuevos órganos de gestión como son, entre otros, el caso de los consorcios, las mancomunidades o las áreas metropolitanas en el ámbito supramunicipal y en el inframunicipal, las entidades locales autónomas y las entidades vecinales. Todos estos nuevos órganos serán útiles para favorecer el hipotético déficit de gestión en que incurrirían las diputaciones si se suprimieran, con la debida coordinación por parte de las respectivas administraciones autonómicas y locales.

Lógicamente, esa supresión de las diputaciones conllevará problemas añadidos, siendo el más importante el de personal, si bien, una correcta gestión de los recursos humanos determinará que las diputaciones son los organismos públicos con más personal eventual y contratado y, por tanto, prescindible. Por el contrario, el personal funcionario o laboral fijo podría seguir cumpliendo sus funciones tanto en los distintos órganos municipales, supramunicipales o inframunicipales e, incluso, en la administración autonómica periférica. Todo es cuestión de voluntad política.

12 diciembre 2011

CINE: CONAN, EL BÁRBARO (2011)



Que la industria del cine no puede dejar de parir películas es un hecho, sobre todo si se trata de la meca del cine. Pero no todo ha de valer, sobre todo cuando se trata de versiones modernas de producciones anteriores.
Aquella "Conan, el bárbaro" de 1982 protagonizada por Arnold Schwarzenegger no fue gran cosa, principalmente porque su director John Milius (que también dirigió "Amanecer Rojo") no acertó en cuanto al protagonista, pero contaba con unos efectos especiales brillantes y una portentosa banda sonora compuesta por el griego Basil Poledouris, que es ya un clásico en el género.
Sin embargo esta versión de 2011 ni tan siquiera cuenta con una BSO que deleite y nada es apenas destacable en la película a no ser que sólo se pensara en la versión 3D, que por ahora intento no ver.
Es una película que se deja ver a ratos, pero que aburre en otros muchos, los más. Y, para colmo, no ha existido por parte de los ingenieros de sonido demasiada preocupación por dotar a la peli de un Dolby de calidad.
En ese sentido, curiosamente, un día antes vi Super 8 (una más que aceptable película de la que comentaremos algo) y contaba con un excelente Dolby muy logrado, en el que los sonidos del 5.1 eran reales y podían detectarse por toda la habitación. No es así en el caso de "Conan, el bárbaro" que, en definitiva, se trata de una película para olvidar; o bien, para contemplar todo ese trabajo de gimnasio del bueno de Jason Momoa que, eso sí, al menos intenta hacer un trabajo digno.

11 diciembre 2011

LOS NEGOCIOS DE URDAGARIN Y LA CASA REAL



Desde que salieron a flote las primeras travesuras financieras de Iñaki Urdangarin (Ver entrada de 9 de noviembre) hasta hoy, el volumen de información por parte de prensa generalista, prensa del corazón (en ocasiones, no hay mucha diferencia), revistas, televisión, radio, Internet, redes sociales..., en fin, una avalancha hasta ahora desconocida cuando se trata de cosas de la Casa del Rey; desde esas primeras travesuras, decía, hasta las últimas apenas damos crédito a todo ese tejemaneje seudoempresarial que se traía entre manos el yernísimo.
Pero, aunque ahora la noticia esté aún en sí prosperará o no esa imputación (todo parece indicar que sí), la noticia por venir, mucho más delicada y, por lo tanto, no tan proclive a tanta divulgación es si la Casa del Rey conocía todas estos negocios del Duque de Palma.
El comunicado oficial del mismo protagonista es inquietante al desvincular a la Casa Real, por lo que habría que interpretar a "sensu" contrario que existe sospecha sobre esa vinculación.
En mi opinión -y es tan sólo una opinión, que intenta ser lo más objetiva posible-, no es fácil digerir que la Casa Real no conociera los asuntos privados del Duque de Palma; en primer lugar por ser miembro consorte de la Casa Real; y en segundo, porque está casado con la hija del Rey y algo debería de saber ésta por varios motivos: porque aparece ella misma en algunos documentos, figurando como integrante de algún órgano de decisión de alguna de estas empresas; porque el nivel de riqueza que su marido iba atesorando también pertenecía a ella y alguna pregunta debió de hacer o debieron hacerle a ella alguien de su familia.
Sí, realmente me parece descabellado que se quiera confundir a la opinión pública o, lo que es peor, engañarla.
La Casa Real siempre ha dado muestras de poseer información. Son muchas las personas que trabajan en esta institución y pocas cosas escapan a su control, luego, ¿cómo es posible que se les escapara la información sobre los turbios negocios de dos de sus miembros más activos? Una de dos o nada sabían o lo sabían y lo ocultaban. En el primer caso, la omisión es tan grave como la acción; en el segundo un presunto delito.
Y es en este punto en el que deberíamos de meditar sobre el verdadero papel de la monarquía y sobre la exención de responsabilidad del Jefe del Estado, algo que jamás podría ocurrir en el caso de que fuera elegido por el pueblo.

08 diciembre 2011

¿HACIA DÓNDE NOS LLEVA RAJOY?



Al parecer Rajoy está contando en la Cumbre de Bruselas ante sus socios comunitarios lo que aún no ha contado en España para acabar con el déficit y seguir la estela poderosa de Alemania y Francia.
Está contando en Europa lo que aún no está contando aquí, que es donde debe, ya que ha salido elegido por los votos de casi once millones de españoles. Por tanto, estamos asistiendo a una nueva forma de manifestación democrática -digámoslo con todo el sarcasmo que las palabras escritas no saben recoger-, que consiste en dirigir un país con el beneplácito de otras potencias europeas.
O sea, que eso era la Unión Europea, algo que nos ha costado veinticinco años entender, desde la entrada de España en 1986.
Ante el silencio de Rajoy acerca de hacía donde van a ir sus recortes podríamos barruntar dos opciones: Una: que estos serán muy drásticos y no conviene ir anunciándolo así tan de golpe; Dos: que no se tenga ni idea de cómo están las cuentas públicas y, por tanto, no se tenga ni idea hacía donde habrá que recortar, hasta que no nos marque la senda la señora Merkel, guardiana de sus poderosos bancos teutones.
Seguramente que el engaño de la moneda única, prolongado desde el año 2000, ya sea un clamor y nadie sepa cómo salir de este feo asunto, a no se que hagamos lo que ya hizo Argentina al FMI -obviar parte de su deuda-, una formula que le hizo salir de la crisis y que le está haciendo crecer actualmente.
He de admitir que me daba miedo Zapatero y mucho más su inútil equipo de paniaguados y aficionados; pero también debo de admitir que también me da mucho miedo Rajoy y su equipo de tecnócratas sabelotodo. Ambas opciones son para temblar.
Y lo son porque ambas opciones tienen ciega fe en el euro y consideran que es la única opción que existe, sin llegar a valorar otras, como podría ser volver a la moneda nacional (de hecho, países de la UE que optaron seguir con su moneda como son los casos de Dinamarca e Inglaterra no no tienen tan crudo). Pero la realidad de los mercados está demostrando cada día que el euro es un presa fácil, un gran chollo para los especuladores -muchos de los cuales operan desde paraísos fiscales-. Mucho más chollo que el dólar americano, la libra esterlina inglesa y el yens japonés.
Por tanto, tener fe ciega en el euro puede ser la ruina de países como España que, además, no tiene el potencial industrial de Alemania o Francia; ni tan siquiera, de Italia. Y para colmo nuestra destrucción de empleo es aún superior a Grecia y Portugal.
De ahí que lo vea todo negro y comience a sospechar que como con los impuestos no se llegará ni tan siquiera a pagar la deuda, éstos seguirán subiendo, habrá recortes a empleados públicos -otro día hablaré de este asunto- y el estado de bienestar se quedará hecho unos zorros. Sin embargo, no quiero hablar de recortes en un sentido general porque seguramente muchos de éstos habrá que llevarlos a cabo, -sobre todo los gastos abusivos que acarreamos, comenzando por la clase política y es monarquía que se cae a trozos-; seguramente habrá que comprender que se prepara un sinpar cambio de ciclo. Un cambio de ciclo que nos costará asimilar pero que está al llegar. Ya nada será igual. Se acabaron las vacas gordas e incluso cada vez será más difícil ni tan siquiera ver vacas o que éstas se vuelvan sagradas, como en la India. Así de dramático resulta todo esto porque no olvidemos que España es una máquina de gastar gracias a sus 17 Autonomías y a sus muchos Ayuntamientos estrella.
Yo lo veo así y opino desde la ignorancia y desde falta de preparación económica: el euro ha sido un fiasco. Hecho a la imagen y semejanza de la Europa de los mercaderes como ya vaticinó el bueno de Anguita. Unos mercaderes que ya nos atisban desde todos los rincones del mundo. La carroña nos amenaza.

07 diciembre 2011

TROTAR ENTRE OLIVOS



Ciertamente, me temo que hay cosas que hacemos los corredores que es probable que sólo puedan comprender otros corredores.
Hablo de algo muy esencial: perderse una buena mañana de fiesta, cuando el ajetreo está en la calle, los bares y en los grandes almacenes, y trotar entre olivos por caminos rotos por las torrenteras y el paso de tractores y otros vehículos pesados.
Subir pequeñas lomas y bajarlas; saltar un pequeño riachuelo seco; alzar los ojos sudorosos y sólo ver un inacabable mar de olivos.
Y saber que eso lo vas a seguir haciendo mientras las piernas, el corazón y los pulmones quieran.
Y sientes mucha satisfacción por elegir esa opción tan trivial y sencilla, tan al alcance de todo el mundo, que no sabes si contarlo o no. No es más que correr por la naturaleza, trotar entre olivos. Nada más.
Lógicamente, lo acabas contando -porque todo lo que te hace feliz tiene más sentido si lo compartes- pero no estás seguro de que te entiendan, a no ser de que a quien se lo cuentes también tenga tu misma opinión de ese tipo de cosas, tu misma inclinación; es decir, a un corredor.
Era el día de la Constitución y mientras la televisión expulsaba mentiras de políticos ruines que han hecho de la democracia su negocio, yo era el que corría entre esos olivos desmadejados y anárquicos.
Es decir, un acto trivial con espectadores mudos prestos ya a dar su fruto.

06 diciembre 2011

A ENTRENAR EN NAVIDAD



A estas alturas del año doy por cerrada toda participación en competición alguna, aunque mucho me gustaría correr alguna media maratón.
Pero no es fácil dar con alguna que esté en un radio más o menos cercano. Hay algo por Murcia -me lo dijo Javi y Domingo- pero descarto desplazarme, que tengo otros desplazamientos lejanos en este mismo mes.
Así que para suplir la competición estoy entrenando a buen ritmo. A gusto y con unas sensaciones magníficas. La idea es hacer una distancia cercana a la media maratón cada sábado y completar el resto de semana -entre calidad y rodaje- para acabar la semana en torno a los 50 kms.
El sábado anterior a la Media Maratón de Córdoba y con la idea de suplirla en parte hice mi media maratón particular -21.100 metros justos- a un ritmo tranquilo de 4'58'' el mil y este último lo dejé en 19.000 metros, a un ritmo cómodo también de 4'56'' el mil. La idea era dejar las piernas frescas para hacer al día siguiente, domingo, nueve o diez kilómetros, los cuales hice con unas piernas más frescas de lo que presumía. Es más, me quedé con "hambre" de kilómetros, pero la idea era no cargarme demasiado.
Ya lo he dicho en varias ocasiones: en fechas navideñas entreno mucho.
Es una fecha idónea para hacer kilómetros y la verdad es que no sé porqué. Probablemente como opción idónea a perder en tiempo -y cabrearte- en aglomeraciones, decepcionantes comidas políticamente correctas o cosas así.
Correr, ver buen cine, leer, escribir, cosas por lo general hogareñas son opciones, en mi opinión, mucho más placenteras. Pero es sólo una opinión, por supuesto.
Además, porqué no decirlo, correr, quemar, nos permite acceder a viandas que en condiciones normales -es decir, faltando el ejercicio aeróbico- serían una bomba de relojería.
"Corro para poder beber abundante cerveza", podría ser una frase que muchos corredores suscribiríamos sin demasiadas reservas.

UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...