17 agosto 2010

RELATOS DE VERANO



EL JUEZ


Cuando el juez Gonzalbez contempló su pequeño pero coqueto chalet a la luz de aquella impresionante luna llena que decoraba el agua del estanque de su abigarrado jardín se enorgulleció de que esa bonita propiedad a las afueras de la ciudad fuera el fruto de aplicar justicia, si bien hubo de admitir que el espléndido y potente coche aparcado en la puerta, que adquiría una tonalidad muy sofisticada por mor de esa luna llena, era el fruto de dejar de aplicarla.

15 agosto 2010

EXTRAÑA RELACIÓN


Mi relación con el correr -al menos durante este verano- está siendo extraña, muy extraña. Pareciera que ambos -el correr y yo- fuéramos dos grandes desconocidos que acaban haciendo buenas migas tras unos cuantos kilómetros.
En realidad, esa extraña relación comenzó a fraguarse desde la última lesión, que ni por asomo fue la más grave de los últimos años. Sin embargo, llegó, tal vez, en el momento menos adecuado, cuando más estaba disfrutando de este deporte y cuando mejores sensaciones experimentaba.
Y quizá por ese parón inesperado, en estos últimos meses, corro con la sensación de provisionalidad, con cierto desconcierto, casi preguntándome por qué corro o, quizá, atemorizado ante una nueva recaída. Aunque la realidad es que no estoy relajando los rodajes y rara es la semana que termino con menos de treinta kilómetros repartidos en tres o cuatro sesiones semanales que, en ocasiones, alterno con la bicicleta, llegando en ocasiones casi a los cuarenta.
Sin embargo, esa relación sigue fría y la confianza no aflora, a pesar de que me empeño en seguir corriendo por los mismos lugares para que esa confianza aflore.
Y lo más curioso es que la ilusión por seguir corriendo casi a diario sigue intacta y el placer de rodar por rodar no ha perdido un ápice de frescura, principalmente desde la inyección de moral que supuso subir al Torreón de Albolote hace una semana. Por lo tanto, no hay más remedio que seguir porfiando porque, en ocasiones, este tipo de "crisis" casi siempre desemboca en un mayor crecimiento.

12 agosto 2010

EL LETRADO RATÓN

Seguimos con los relatos breves de verano, dentro del mundo de la abogacía que dá mucho juego:



EL LETRADO RATÓN

El ratón llegó a la sala de togas de la Audiencia Provincial y comprobó que dada su fisonomía no había toga que pudiera adaptarse a su roedor cuerpo. Así que cariacontecido -ya que esa era su mayor ilusión desde acabó la carrera en la prestigiosa Facultad de Derecho de Salamanca- hubo de conformarse con echarse encima de sus hipotéticos hombros la funda blanda de tela de color negro de las gafas Gant que acababa de comprarse en esa lujosa óptica del centro con los amplios emolumentos obtenidos con su primera caso ganado.

Cuando accedió a la sala de juicios nadie parecía reparar en su inexistente toga porque todo el mundo, incluido el magistrado y los funcionarios de la sala, estaban expectantes ante la sabiduría de aquel ratón, tan versado en leyes.

10 agosto 2010

OBAMAMANIA VERSUS CATETURA TIPYCAL SPANISH



Ya lo he dicho en varias ocasiones: seré un bicho -un lechón, por favor si es posible elegir- de otro planeta pero cada vez comprendo menos a mis semejantes.
Lo pensaba el otro día a cuento de la visita de la "primara dama mundial", que es como otra especie de realeza no monárquica que recae en personas no elegidas por el pueblo, pero que son consortes de personas elegidas que salen mucho en televisión.
Así que como era de esperar se lío parda.
Michelle Obama y su retoño visitaron la Costa del Sol malagueña, vinieron un día a Granada y posteriormente pasaron por Ronda. Y allí en donde estuvieron se formó el tropel.
En un mundo como el nuestro tan cambiante y en el que la población civil y anónima cada vez cuenta menos y todo depende de lo que escupa el tubo catódico, se observa como cada vez más se subliman a personas por el simple hecho de ser muy famosas aunque no tanto por su talento, buenas acciones y algún tipo de contribución para el bien de la humanidad.
Los poderosos medios, el poder político y todo lo que rodea al gran capital nos preparan desde mucho tiempo atrás para que percibamos las cosas burdas y banales como grandes acontecimientos y nos intentan convencer que lo que está a punto de suceder es de una importancia mayúscula, ya sea la visita de un personaje famoso -dando igual a lo que se dedique- que la del enésimo partido del siglo. Finalmente, consiguen lo que se proponen: alejarnos de la cruda realidad de nuestra cotidianidad y de camino hacernos menos críticos y más sumisos a través toda esa dosis inmunda de bazofia televisiva, que es algo a lo que ya se están apuntando los periódicos y la radio.
Michelle Obama vino a Granada, como decía, y el espectáculo en mi opinión fue bochornoso. Gorilas de dos metros y miles de horas de gimnasio tras sus gafas negras acobardando a la población que osaba acercarse, a los fotógrafos que osaban tomar fotografías, a los vecinos que tan sólo pretendían con todo el derecho del mundo acceder a sus domicilios. Incluso, en una famosa heladería de la Gran Vía granadina fueron expulsados de malas formas los clientes para que la primera dama mundial y su retoño pudieran tomarse un refrescante helado. Todo ello bajo la organización de todo un aparato de seguridad excesivo, prepotente y desmesurado.
Al parecer, algo similar ocurrió en Marbella, lugar en el que se acordonó un trozo de playa pública para disfrute de las visitantes, algo que seguramente es contrario a la filosofía de la Ley de Costas; en Ronda, un tanto de lo msmo, en fin, por donde pasaban las norteamericanas.
Pero, claro, la justificación de todo ese atropello y abuso estaba más que claro: aportaba a Granada - a la Costa del Sol, a Ronda...- una publicidad gratuita, etc., etc., cuyos frutos seguramente no pueda recoger jamás la población insultada, aunque sí los grandes empresarios y los políticos faroleros.
Y me pregunto ¿ está justificado todo esto? ¿Qué pensáis?

09 agosto 2010

OCHO DE AGOSTO



Que esta entrada lleve por título "ocho de agosto" tiene una razón de ser: ese fue el fatídico día de 2009 en el que me lesioné de manera importante en la bajada de Tiena a Pinos Puente, cuando las cigarras y los grillos componían sus agudos cánticos celebrando el proceloso calor del estío.
Desde ese día tuve miedo ante la posibilidad de tener que dejar de correr de manera definitiva, pero tras varios rodajes en bicicleta, el trabajo del fisio y la paciencia pude volver a rodar en el mes de octubre, sin molestia alguna en el gemelo izquierdo.
Es probable que llegue un momento en la vida del correr en el que se observe con familiaridad la decadencia; un momento en el que solamente los sueños y los recuerdos podrán volver a hacer esas duras rutas de antaño, aderezado el recuerdo tan sólo por fotografías o, tal vez, con relecturas de entradas de un blog como éste que guarde los archivos convenientemente.
Tan sólo hace un año de aquella lesión -que por imprudencia agravé saliendo a correr a la semana siguiente- y asentado en esa decadencia pareciera que hayan pasado lustros.
El corredor absorbido por esa decadencia y mirando con nostalgia ese tiempo pasado sigue corriendo, pero sabe que ya habrá rutas que sólo podrá hacer en los sueños, y ya se sabe que los sueños, desde que lo dijo Calderón, "sueños son".
Probablemente ese corredor observará en la lejanía esas alturas a las que subía y no encontrará la forma ni el momento de volver a repetir esas "gestas". Mirará con mirada acuosa -como dicen que miraba Azaña a sus colaboradores cuando comprendía que se perdía la República- y sólo contará con la imaginación y, ya digo, con los sueños.
Esos momentos decadentes deben ser terribles, pero en la misma magnitud, pero diametralmente al contrario, esos momentos deben de ser dulces y victoriosos si ese corredor, como el Ave Fénix, resurge de sus cenizas, auspiciado por la fuerza de la ilusión y la voluntad.
Lo que cuento es mitad ficción, pero también mitad realidad.
La noche del sábado pensaba en correr el domingo por la mañana. Como últimamente hago, me inclinaría por un circuito de no más de doce o trece kilómetros aprovechando que el calor aún no sería acuciante. Elegiría probablemente la Vega o, tal vez, la zona de Caparacena. Sin problemas. Pero por un momento desde mi terraza, cuando ya había consensuado conmigo mismo ese circuito alcé los ojos del libro que estaba leyendo y los posé en la figura diminuta e iluminada del Torreón árabe de Albolote que puedo observar en la lejanía, perdido en la negrura misteriosa de la noche. Y lo vi claro. Me dije que, mañana domingo sería ocho de agosto, y que por principios morales debería de "conmemorar" esa lesión de hace justo un año con una ruta épica. Sabía que no estaba en condiciones de subir a Tiena y bajar, recorriendo 21 kilómetros, pero sí podía intentar una subida al Torreón tal y como había hecho hace más de un año -justo el 1 de julio de 2009-, tal y como reseñé en aquella entrada fotográfica.
Así que sin apenas darme cuenta ya había tomado la decisión: el ocho de agosto de 2010, de forma conmemorativa y brindando porque aquella lesión de hacía un año no me retirara de correr, subiría al Torreón, a pesar de que no tenía la confianza suficiente para superar esas dantescas rampas.
Mientras escribo esta entrada, he de reconocer que rezumo satisfacción. No voy a contar esa subida, tan sólo diré que la he completado con éxito sorprendente y con menor esfuerzo del que suponía, algo que se corroboraba perfectamente en las pulsaciones del pulsómetro.
Lógicamente, he escrito mis apellidos junto al Torreón en el suelo polvoriento -que ya estarán borrados- y posteriormente he brindado con una merecida "verde", contemplando de nuevo el Torreón desde mi terraza.

04 agosto 2010

SEGUIMOS EN LA BRECHA, AUNQUE EL CALOR ACECHE.



No niego que cuesta correr en estas fechas, pero con las lógicas excepciones de los viajes de vacaciones -en los que ya no me llevo zapatillas; pocas veces lo he hecho-, sigo en la brecha con cierta regularidad. Cerrando las semanas entre 30 y 40 kilómetros, únicamente rodando, sin atisbo de calidad alguno, sólo rodaje.
Un rodaje, que como vaticiné, no suele estar por debajo de los 5' el mil, con algunas ligeras excepciones en las que consigo una media de 4'55'' aproximadamente en rodajes llanos de diez kilómetros. Pero rodar más rápido no me preocupa en absoluta. Me preocupa más mantener las pulsaciones controladas, bajando el ritmo si es necesario.
La revista Runner's -que raras veces compro, aunque este mes sí lo he hecho- decía que a partir de 15 grados hay que restar unos 15 o 20 segundos por kilómetro por cada aumento de cinco grados. Es algo que me pareció excesivo hasta esta tarde, que pude comprobar cómo en mi rodaje de trece kilómetros y medio no conseguía bajar apenas de 5'30'' en los últimos kilómetros. Acusé el calor, a pesar de comenzar el rodaje a las ocho de la tarde, y acusé la falta de líquido, algo que se hizo evidente cuando casi devoré la botella de medio litro de isotónico que tenía en la mini nevera en el maletero del coche al concluir la ruta. Posteriormente debí de beber más de un litro de agua, un vaso de zumo y dos cervezas. La deshidratación era evidente, por lo que os recomiendo que extreméis al máximo las salidas con temperaturas superiores a treinta grados, a pesar de que no exista apenas sol.
Esta semana quiero acabar en los 40 kilómetros, con sesiones no superiores a los 9 o 10 kilómetros (lo de hoy ha sido una excepción) y entre medias intercalaré una sesión de bicicleta no superior a los 40 kilómetros.
Como sabéis la Vega tiene circuitos infinitos. El otro día descubrí uno nuevo -que podéis ver en la imagen de arriba-, tras escuchar la incursiones por nuevos caminos que me indicaron Paco corriendo y Emilio en bicicleta. Me aventuré y resultó ser un circuito ameno y natural de algo más de diez kilómetros por los contornos de Sierra Elvira. Quién sabe si ese mismo espacio de terreno no fue zona de influencia de la mítica ciudad de Media Elvira. Un aliciente más para correr por esos parajes.

02 agosto 2010

RELATOS BREVES DE VERANO


Buenos amigos-as, que estamos en verano. Que hay tiempo de correr, pero también de escribir. De escribir ficción, que ahora con el estío viene muy bien para afrontar los rigores del calor.
Por tanto, comenzaré un ciclo de relatos breves de no más de doscientas palabras con los temas más variopintos ¿ Cómo lo veis ?
Comenzaremos con uno de picapleitos, que es un campo muy abonado para la imaginación. Su título: Abogado de oficio. Con él os dejo:


Recibí una carta en la que me designaban abogado de oficio para aquel caso tan mediático relacionado con la burbuja inmobiliaria, cuya instrucción tan bien conocía como funcionario del juzgado competente. Obviamente alguien debió hacer mal su trabajo: yo estaba colegiado pero como no ejerciente. Sin embargo, sabedor de la ilegalidad pero movido por la vanidad accedí.

Curiosamente, la parte contraria estaba representada por mi mujer, prestigiosa abogada de la ciudad que, inmediatamente, denunció sin éxito mi designación, si bien antes extraje de su mochila la memoria portátil que contenía las pruebas de la corrupción orquestada desde el ayuntamiento, incluido el documento escaneado del decreto de legalización de la construcción de ese mastodóntico centro comercial en zona verde con la firma original del alcalde.

Según la última encuesta de un prestigioso diario, hoy día soy el abogado más famoso del país. Me acabo de divorciar.




UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...