15 octubre 2008

LAS CATEDRALES Y SUS MUNDOS


El vetusto y oscuro claustro de la Catedral de Ávila

Cuando supe de la publicación del libro "Las rosas de piedra", debido a la pluma del escritor leonés Julio Llamazares, no dudé en adquirirlo. Porque es un libro de viajes y porque su temática gira en torno a catedrales. Y es que éstas han sido el denominador común de un buen numero de viajes a lo largo y ancho de nuestra tierra patria. Resulta que, tanto a Mati como a mí, nos fascina la oscura estética de estos monumentos de piedra, y hemos acudido sin dudarlo a los lugares donde se erigen las más espectaculares.
Al margen de cuestiones religiosas -que poco o nada me interesan- la catedral, desde mi punto de vista, representa la historia y es testigo muro de un sinfín de pasiones encontradas. Al mismo tiempo, es la constancia y el logro de unos hombres que sin medios ni herramientas sofisticadas lograron erigir cúpulas y pilares que alcanzan al infinito; pero de todo, me fascina la construcción simbólica de muchas de ellas.


La sobrecogedora presencia de la Catedral Vieja de Salamanca

Me he sentido dichoso paseando por el oscuro y envejecido claustro de la Catedral de Ávila; o descubriendo rincones tétricos de las antiguas naves de la Catedral Vieja de Salamanca; o contemplando el enorme rosetón gótico de la Catedral de León; o admirando los afilados motivos góticos de la Catedral de Vitoria, en la cuál se ha inspirado Ken Follett para construir "Un mundo sin fin", segunda parte de "Los pilares de la tierra"; o bien impresionándome de los motivos paganos de la Catedral de Jaén. Y es que la catedral como símbolo esotérico cuenta con una importante carga emocional.



Por su parte, la quietud y el sosiego de una catedral vacía y oscura es algo inigualable, que se ha de vivir en persona y sin prisas.
Sin embargo, nunca he participado de la visión que a veces se hace de la catedral como objetivo turístico. No soporté durante mucho tiempo el aluvión de visitantes de la Catedral de Santiago, a pesar de su impactante belleza, ni la excesiva muestra de lujo de la Catedral de Burgos. Para mí este monumento religioso tiene que inspirar sosiego e intimidad al tiempo que misterio, o no es nada.


El majestuoso volumen de La Catedral de León y su impresionante rosetón.

De ahí que el libro de Julio Llamazares sea uno de los que comenzaré a leer en breve, porque sé que conectará con el concepto que tengo de este misterioso mundo. Y sé positivamente también que el oficio y la buena pluma del buen escritor leonés me arrastrará por lugares conocidos y por conocer.

12 octubre 2008

NADA ES COMO NOS HACEN CREER EN MATERIA DE INMIGRACIÓN


Tengo la casi certera sospecha que nada de lo que se dice oficialmente en materia de inmigración es como nos lo cuentan.
Por motivos no graves, esta tarde acompañaba a un familiar al servicio de urgencias de un hospital. Se trata de uno de esos hospitales concertados que ofrecen una atención pública sobre todo a mutualistas de distintos sectores de la función pública española, principalmente.
Resulta que la médica que atendía el servicio de pediatría era extranjera y su acento -y su aspecto- así lo indicaba. No sabría decir si era inglesa o, tal vez, de la Europa del Este porque no fue con ella con la que tuvimos un contacto directo. Sin embargo, si lo tuvimos con un joven doctor argentino, que con su fuerte acento nos atendía. De manera que comencé a reflexionar sobre algunos aspectos relacionados con la inmigración, que no nos suelen contar nuestros políticos o los agentes sociales y empresariales en los medios de comunicación.
Según el gobierno, hay sectores laborales que no admiten a día de hoy la entrada de inmigrantes (legales, claro), tales como la construcción y otros sectores en crisis. Sin embargo, existen sectores en los que se aconseja sean cubiertos con trabajadores de otros países, principalmente, sectores profesionales como la medicina, algo que constaté esta misma tarde.
Sin embargo -y ahí surgen mis dudas-, cada día aparecen datos sobre la necesidad que tienen algunos facultativos españoles recién salidos de la facultad de emigrar a otros países como Portugal, Inglaterra o Irlanda, entre otros, ante la falta de oportunidades en España, luego ¿qué está pasando realmente ? La conclusión a la que llegaba al salir del hospital no era otra que esos dos doctores extranjeros - uno que nos atendió y la otra que vimos llamando a pacientes- cubren plazas que doctores españoles no quieren cubrir por estar mal pagadas y sobrexplotadas en cuanto a horario -de hecho, al doctor argentino el cansancio le era perceptible-.
La realidad no es como la ofrecen en estadísticas oficiales. La realidad en la calle es otra muy distinta. Nuestros gobernantes -presumo- guardan datos que la población debería conocer y mientras eso no ocurra las diferencias entre esa realidad y la mostrada en papel provocarán una fuerte fractura, que probablemente sea social, principalmente, ahora en tiempos de crisis.
Por otra parte, el paro galopante que está sufriendo España ha provocado el aumento de jornaleros españoles que buscan un salario digno en las vides francesas, al tiempo que se sigue insistiendo que es necesaria mano de obra extranjera en el campo español. Lógicamente sin datos no es posible discutir todo este complejo contrasentido. Por tanto, insisto en la idea de que la mayor obligación que tiene el gobernante español es aclarar a la población algo que le confunde.
Hace poco publicaba en Ideal un artículo referente a la cuestión de la inmigración, a raíz de la propuesta del PSOE, partido en el poder central, de posibilitar en las elecciones municipales de 2.011 que extranjeros de determinados países puedan votar y ser elegidos en estas elecciones (es decir, que tengan la posibilidad de optar al sufragio activo y pasivo), algo que claramente choca con el artículo 13 de la Constitución española, que deberá ser reformado si se sigue apostando por esta medida. Y no sé por qué - y así lo decía en el artículo- sospecho que existe una lazo sólido entre los datos no aportados sobre la inmigración y esa medida de carácter electoralista. De hecho, las nacionalidades elegidas para ese sufragio universal coinciden con las más numerosos en nuestro país (marroquíes y muchos países sudamericanos, al parecer, muy inclinadas hacia el partido en el gobierno). Sí ese lazo existe en la realidad, lógicamente, se tendrá que conocer más tarde o más temprano.

AMERICAN GANGSTER



Los diversos matices de esta película del género negro, indudablemente, la hacen distinta a sus "primus inter pares". Que esté basada en un hecho real, desde mi punto de vista, no la convierte en mejor o peor película. En todo caso, el expectador siempre podrá tener presente que esos personajes existieron y probablemente vivan en la actualidad, pero nada más. La convierte en mejor o peor película el guión, la historia, el desenlace y los personajes. Y por qué no decirlo, los personajes principales siempre están en su cota más alta, principalmente, gracias a la interpretación de los actores que los encarnan: Denzel Washington en el papel de traficante y Russell Crowe en el de poli honrado ante un panorama desolador de corrupción policial ¿Más de lo mismo? Si y no. Sí en el sentido de ser una historia ya manejada en distintas películas del género; y no en el sentido de que existen matices distintos, como decía: la historia real, la novedad del mafioso negro con estrategias propias de la mafia italiana, y la existencia de roles cambiados: virtudes públicas, vicios privados y viceversa.
Sin embargo, no me quedan claras algunas transiciones (¿Poli o fiscal?), así como tampoco el ánimo de colaboración final, sin decir nada más para no destrozar la película a quien aún no la ha visto.
En mi opinión, demasiado larga. Con un preámbulo quizá excesivo, que podría haber cedido algo en favor de un "intermezzo" y de un final más profuso en detalles.

10 octubre 2008

NICHOLAS WILCOX Y EL DIVERTIMIENTO LITERARIO

Tentado está uno de volver a escribir sobre la crisis, sobre todo tras comprobar el nuevo batacazo -pero el de hoy mayúsculo- alcanzado por el Ibex-35 hispano, que hasta a mí me ha preocupado. Pero no, fiel a lo anunciado ayer -y aunque parezca que nado contra corriente, que también es cierto-, seguiré sumergido en tierras jiennenses, ahora que el tiempo de otoño acompaña, para liarnos con historias de templarios y ritos ancestrales de los que tanto atesora esta fascinante ciudad interior, que un día me impresionó cuando la contemplé desde el Castillo de Santa Catalina, sede del Parador Nacional de Turismo de esta ciudad.

Pero en fin, mejor que yo, dejemos que sea el artículo que publiqué en Ideal, no sé si hace año y medio o dos años. Un artículo que habla de todo eso, de escritores que utilizan otros nombres y de amigos escritores que descubren todo ese divertimento.


NICHOLAS WILCOX Y EL DIVERTIMENTO LITERARIO


En estos días de verano tardío donde el tiempo oscila entre lento y rápido nada mejor que el antídoto del recogimiento lector, que asume un papel como de frenada de emergencia ante la revolucionada vorágine de los meses de hastío. De ahí que aprovechen las editoriales para sacar en estas fechas una buena parte de sus novedades editoriales y los quioscos se metamorfoseen en libros por entregas, sabedoras del ralentí biológico que necesita el ser tan cansado de descansar y ya dispuesto a enfrentarse a otro tipo de medusas, de bocado más incierto.

En esa aventura de la lectura y a la espera del cambio climatológico que desdiga el tiempo tórrido una fórmula casi siempre exitosa suele ser la novela histórica, tan extendida en nuestro tiempo. Es posible que el fenómeno avasallador de ésta, como dice Pérez Reverte, no sea otro que la ausencia de enseñanza histórica en los nuevos planes de estudio. Si es cierta esa afirmación, habría que decir que bienvenida sea esa ausencia, ya que existen algunas obras de este género excepcionales, además de bien documentadas. Sería entonces como leer historia sin la rigurosidad y academicidad del ensayo, además de tener la oportunidad de enfrascarnos en una buena novela.

En ese género de novela que alude a elementos históricos, pero en este caso narrada desde el prisma de la actualidad, es probable que haya caído en las manos del hipotético lector alguna novela de Nicholas Wilcox, hispanista inglés que ha tratado en su obra los asuntos templarios de manera magistral en momentos en los cuales casi nadie escribía novelas sobre templarios. Además, existe toda una aureola misteriosa sobre la identidad del autor, descubierta, como ya sabrán, por Pérez Reverte en un famoso artículo publicado en 2002.

Esa curiosidad, o fascinación, o misterio, hace que el lector se interese por las novelas del supuesto hispanista inglés, pudiendo ser muy probable que se introduzca en la novela de título “La lápida templaría” que nació como best seller, aunque no adolece de apuntes literarios referentes a las grandes pasiones humanas de las que siempre se ha servido la novela. La sorpresa del lector irá en aumento cuando descubra que casi toda la acción que sostiene la trama transcurre en la provincia de Jaén, dejando algún espacio al Albaicín granadino, lugar donde mora uno de los personajes. Lógicamente, si no conoces el misterio que envuelve la aureola del personaje inglés, acabas por pensar que qué haces con tu tiempo y a reprocharte la escasez de conocimiento de lo que te rodea, cuando un inglés, nacido en Sudáfrica, tiene más información que tú sobre estas tierras en las que moras. Sin embargo, si has leído con antelación el artículo de Pérez Reverte, la congoja y la frustración ya no es tan grande porque sabes que detrás de la figura de Nicholas Wilcox se encuentra el escritor de Arjona - cuna de Alhamar, fundador de la dinastía nazarí- Juan Eslava Galán, ganador del premio Planeta en 1987, con la novela “En busca del Unicornio”, y antiguo estudiante en la Universidad de Granada.

Sin duda estos divertimentos son elementos que forman parte de la buena literatura, muy aconsejables en los meses en que las medusas descansan de sus voraces bocados, claro, siempre y cuando el espíritu y la mente necesiten estímulos alejados del mundanal ruido de la ciudad tras los meses veraniegos, y para ese cometido nada mejor que conocer la historia correctamente novelada en la mayoría de los casos, o magistralmente novelada en algunos otros. La novela no puede ser nunca una invención si baraja datos concretos. Es más, no puede ser jamás una invención en ningún caso, a lo sumo una mezcla de ficción y realidad, donde la realidad no es identificable y la ficción puede ser la realidad más común.

En el sentido de la ficción, que podría no ser otra cosa que alguna vida contada, o tal vez exagerada, según podría afirmar Bryce Echenique, mezclada con los datos contrastados, Nicholas Wilcox ó Juan Eslava Galán nos presenta el misterio templario y otros misterios más cercanos de la vida, de manera que el divertimiento de la literatura, sus historias y personajes, hace que el viajero literario y el real conozca ya por donde guiar sus pasos en el descubrimiento del pasado. Desde ese comienzo, entonces, ya es posible saltar en la búsqueda de una supuesta lápida que encierra el secreto salomónico del universo, o bien, visitar verdaderas obras de arte erigidas por supuestos miembros de la macro orden medieval, guerrera y religiosa. Por tanto, es posible saltar a tierras navarras para conocer la iglesia románica de Santa María de Eunate y afanarse en una mezcla de literatura y placer viajero para descubrir el Bafomet templario o el símbolo de los dos caballeros. En cualquier caso el viajero siempre descubrirá regalos para la vista y también para el sentimiento, producto de conjugar la literatura con la historia, o simplemente para poner en marcha su imaginación, pudiendo ser todo ello entrelazado admirablemente por una mente escrutadora, atenta y aislada convenientemente de la vacuidad y zafiedad en que pretenden convertir nuestros días los programadores televisivos y demás expertos en vampirismo social, el cual se extiende ya peligrosamente hacía terrenos más particulares de nuestro quehacer diario siempre solícito a interrumpir cuando ni siquiera es llamado.

08 octubre 2008

UN GORRIÓN NADA COMÚN (CASA GORRIÓN DE JAÉN)



Bien, demos un giro copernicano alejándonos un poco de los temas onerosos de los últimos post, como la crisis o películas que te invierten el alma. Hablemos de algo mucho más agradable -atención amigos jiennenses-. Comienzo desde el principio.

Hace ya dos años, justo al día siguiente de correr la media Maratón de Granada de 2006 partí hacia Jaén para participar en un curso profesional que allí se celebraba. Jaén siempre ha gustado, principalmente por motivos derivados de la literatura y particularidades propias de la ciudad, algo a lo que dedicaremos esta entrada y la siguiente. En ocasiones las ciudades penetran en el alma a través de los libros y de la buena literatura, o bien, a través de algún aspecto concreto que es lo que me dispongo a relatar en esta entrada.

A Jaén fui acompañado por un compañero de trabajo, y sin embargo amigo, con el que he acudido a distintos lugares de Andalucía, cuando nos han otorgado algún curso. Se trata de Antonio. De manera que cuando acabamos el curso en la sesión matutina, y antes de comenzar la sesión vespertina nos fuimos a la zona antigua e histórica de Jaén, en los aledaños de su impresionante Catedral renacentista, cuyas amplias naves visitamos en primer lugar. Allí comenté a Antonio el misterio que envolvía a la imagen del Santo Rostro y la existencia de símbolos paganos en la fachada de la catedral. Ilustrados y con el espíritu enriquecido y tranquilo -siempre me ocurre cuando visito una Catedral y no por motivos religiosos, precisamente-, nos dirigimos al "Callejón de los Borrachos", que es como denominan los lugareños a ese pequeño entramado de calles estrechísimas -algunas sin salida- repleta de tabernas antiguas. Nos explicó Alicia, natural y devota de su tierra, que lo de "borrachos" era fácil de suponer: nadie salía de aquel callejón sin una copa de más, algo que se cumplió a la perfección un par de horas más tarde.

La principal idea era buscar una taberna de principios del siglo XX -que sigue casi inalterable en su estructura- denominada "Casa Gorrión". No conocía esa taberna meses antes, pero los inquietos personajes de una de las novelas de Nicolhas Wilcox, "La lápida templaria", (algo de lo que hablaremos en el próximo artículo) me hablaron de aquel lugar, porque era visitado asiduamente por varios de ellos. Así que, teniendo idolatrado el lugar, gracias a la literatura, no daba crédito a mis sentidos cuando puse el primer pie allí. Y tomamos una cerveza y dos y tres y muchas más, acompañados siempre de buenas viandas. Así que cuando los efluvios alcohólicos estaban en ese momento en el que ya no te pesa el cuerpo y la mente se vuelve chispeante al par de los ojos, mi amigo Antonio, espontáneo siempre en esa situación, le dijo al "seco" pero profesional dueño de la taberna: "mi amigo escribe en Ideal de Granada y le va a dedicar un artículo a la taberna de usted". Yo, lógicamente, me quedé mudo, porque nada estaba tan alejado de mi intención, que en ese momento no era otra cosa que seguir saboreando el exquisito jamón, el exquisito queso y todo lo que iba apareciendo por la vetusta barra de madera. Cuando Antonio pronunció esa frase, mi mente enseguida comenzó a funcionar: había que pensar rápido para buscar una excusa, sobre todo después de comprobar que toda la pared estaba llena de reseñas periodisticas y artículos de escritores prestigiosos, cientos de escritos dedicados al lugar. Pero fue mucho más rápido el seco tabernero: "A ver si es cierto. Pero que no sea un artículo típico". Lógicamente, aquella frase seca y demoledora me dejó sin aliento. Ya no tenía opción ni réplica. Así que me comprometí a hacer aquel artículo, que fue publicado en Ideal Granada e Ideal Jaén y posteriormente hablé con el tabernero, temiendo que interpretara el artículo como típico. Pero no, secamente, también, me dijo con autoridad inusitada: era el artículo que tenía en mente. Enhorabuena. El buen hombre no le dio tiempo a comprar Ideal Jaén, así que un buen día que, de nuevo, sin mi amigo Antonio, volví a Jaén a otro curso, le visité y le prometí que le enviaría una copia original, porque quería colocarla también en la pared. Pero no lo he hecho aún, entre otras cosas porque me cogió la mudanza de por medio y aún no sé muy bien si ese artículo lo tengo en casa o en la de mi madre (soy un desastre para todo lo que he publicado). Así que os dejo con el artículo para vuestra consideración, tal y como fue editado.

UN GORRIÓN NADA COMÚN

Por José Antonio Flores Vera

Existen varias maneras de acercarse al mundo real, pero quizá sea el conocimiento previo e imaginado de éste el que mejor destile las sensaciones aún no conocidas. Sin duda que existen mundos previos, y de todos éstos el más evocador es el literario, ese que encorseta todas las fragancias aún por oler, todos los sabores aún por saborear o todos los objetos aún por descubrir. Desde esa aproximación es la única manera inicial de conocer lugares, personas o cosas que después pululan en el mundo físico. Es como una ensoñación en la que se representan las cosas para luego comprobar con satisfacción que son exactamente igual cuando se conocen. Algo parecido ocurrió cuando conocí “Casa Gorrión” de Jaén.

Ya había saboreado su vino añejo, comido sus fantásticos callos y olfateado su excelente jamón de la mano del medievalista de buen yantar Íñiguez y del cura arrepentido Pío Expósito, personajes ambos inmersos en la búsqueda de una lápida de origen templario – que no es más que una búsqueda interior- e increíblemente más cercanos a la realidad que a la ficción ya que es posible que de éstos algo tenga su autor, Nicolhas Wilcox, o bien, Juan Eslava Galán. De manera que entré en ese conocimiento literario de una zona de Jaén también muy literaria y penetré en el angosto callejón – al que llaman los lugareños el de “los borrachos”, dada la abundancia de tascas y bares-, del casco histórico de la ciudad del Santo Reino. Así se lo manifesté a Paco, actual regente y bisnieto del fundador de tan peculiar taberna, cuando visité el local aprovechando cuestiones profesionales y bien acompañado por mi amigo Antonio, siendo ambos muy bien guiados por el hermano de éste, Juan Carlos y su compañera Toñí. Heme, me dije, en un lugar de solera literaria e histórica. Por tanto, Paco, me gustaría escribir un artículo en Ideal sobre este lugar, le dije. Que sea personal, respondió lacónico el tabernero, y reconozco que pocas veces había escuchado una respuesta tan breve y tan intensa, además de muy literaria.

Así que por lealtad a la sugerencia lacónica del titular de tan eximio lugar, ni siquiera haré mención al jamón decenario que encerrado en una urna de cristal preside el sótano-bodega, ni tampoco a las honestas circunstancias que llevaron al bisabuelo del actual dueño a fundar el lugar. Tampoco haré mención a los excelentes manjares que es posible degustar, ni al vino de la casa cuyo sabor y presencia en el paladar es la interpretación fiel del abolengo del lugar.

De la mano de mis amigos, ya digo, me fue posible encontrar un Jaén muy literario. Una ciudad interior cargada de historias y lugares donde no es posible encontrar el turismo de masas que está acabando con las expectativas del verdadero viajero, buscador de rincones. Y quizá por ese motivo sea tan mágico “Casa Gorrión”, inmerso en esta zona tan peculiar de la ciudad. Este local en otra ciudad de turismo efímero aparecería poblado de rubias cabelleras y bermudas de chillones colores. Pero en Jaén, no, desde luego que no. De ahí que penetrar en la taberna sea recordar momentos más puros y auténticos, sobre todo cuando compartes barra antigua con los lugareños, mezclados con la bohemia y la savia más literaria de la ciudad, más cercana a moldes castellanos que a andaluces, por mucho que cantara el poeta a los jienenses como muy andaluces. Honestamente hablando, Jaén y la mayor parte de su provincia me evoca más sensaciones castellanas que de la ancha Andalucía.

En la taberna “Casa Gorrión” todas esas mixturas y sensaciones son posibles. Pasar de lo literario a lo cotidiano, de lo cotidiano a lo bohemio, de lo bohemio al buen comer y beber. Es uno de esos lugares que uno ya se ha imaginado cuando lo ha leído, para posteriormente, una vez visto y vivido, seguir imaginándolo, sin que la fría y desbaratadora realidad haya conseguido arrancarlo de tu imaginación calenturienta por mor de las lecturas y la ficción de los personajes.

Paco ya sabía de la trascendencia literaria de su local y de las honoríficas reseñas que le brinda Eslava Galán en su obra, pero probablemente ignora que ese trasfondo literario es el devenir obvio de una manera de entender el mundo, plasmado por él mismo en su original forma de preparar en la barra las vituallas que minutos después te va a servir o por la honda sabiduría de entender lo que inspira al viajero curioso su local.

Por todos esos motivos vividos e imaginados, mis visitas a Jaén ya tendrán siempre una razón que no solo será gastronómica.

06 octubre 2008

BAILAR EN LA OSCURIDAD




En principio, consideraba que podía bastar con la referencia a esta película en la sección "última película...", pero dos comentarios - el de Jesús y el de Javi- hacen que esa breve referencia alcance mayor categoría y se traslade a toda una entrada integramente dedicada a este film de producción sueca-danesa, del año 2000. "Bailar en la oscuridad" forma parte del cine de culto. Por tanto, no vamos a encontrar en ella ningún halo comercial. No lo sé, pero probablemente no se llegó ni a estrenar en la gran cartelera española, por tanto su visionado pasa por hacerse con una copia en DVD.



Venía a decir en el lateral de la derecha que estamos ante una película distinta que ganó en el año 2000 la Palma de Oro a la mejor película en Cannes, y que al margen de los actores y actrices de reparto -la misma protagonista, la sueca Björk, que obtuvo también en Cannes el premio a la mejor actriz: David Morse, al que vimos de funcionario de prisiones de alma noble y sensible en la excelente "La Milla Verde", basada en un relato de Stephen King, junto a Tom Hanks, aunque también de poli cabrón en algunos de los episodios de más calidad de la serie House; Peter Stormare, el sádico-esquizofrénico de Fargo y la francesa Catherine Deneuve, musa de Luis Buñuel durante tantos años-. Decía que siendo grandes sus actores y actrices, lo más impactante e importante de la película es comprobar cómo te conmueve esa magistral transición del hipotético musical alegre -exento de lujos y cuidados- hacia la opción más melodramática del guión, algo que sobrevuela durante toda le película y que ni la propia música -frecuente- logra eliminar. Es más, pareciera que el musical es un grueso paréntesis que nada araña a la fuerza melodramática del film, a pesar del hondo significado que ofrece la melomanía de la protagonista y que, en realidad, es el denominador común de toda la película. Y, lógicamente, esa transición sin fisuras se debe a la maestría de un director llamado Lars Von Trier, nacido en Copenhague en 1956, del cual leo que es uno de los creadores de Dogma 95 -concepto que no conocía hasta que Javi lo citó- y que el autor creó en compañía de otros directores.


El movimiento Dogma 95 consistió en un movimiento cinematográfico que venía a significar un compromiso de los autores a encontrar la verdad profunda en sus películas siguiendo un conjunto de normas estrictas. De ahí que "Bailar en la oscuridad" esté rodada con cámara en hombro, como si de un documental realista se tratara, algo que se palpa de manera muy asfixiante en su desenlace final. Una magistral - pero dura - película. No apta para almas moñicas.

05 octubre 2008

CHARLANDO DE LA CRISIS Y OTRAS PERLAS


Si hay algo que me gusta de los blog -además de escribir, claro- son vuestros excelentes comentarios. Resulta que un comentario me llevó a escribir otra entrada sobre la crisis, y tan ricos e interesantes han sido los comentarios sobre esta última entrada que merece la pena seguir hablando del tema.
Ayer estuvimos un grupo de amigos de las Verdes y respectivas parejas -al que se sumó, el abogado Jorge, amigo de Jesús y excelente persona- en una cervecería de los alrededores del Palacio de Exposiciones y Congresos de Granada, y como podrá suponer el lector, y mucho más quienes nos conozca, la velada se hizo hiperbreve y amena, abordando uno y otro tema. Casi había que hablar por turnos. Y es que ese tipo de encuentros son como la guinda real a lo que aquí mostramos virtualmente a través de los comentarios. Y, claro, hablamos de lo que escribimos en los blogs, de lo que comentamos y solemos coger al vuelo temas que aquí tratamos, igual que abordamos temas que aquí no tratamos. En fin, una tertulia en toda regla de todos con todos o unos pocos con unos pocos, para enseguida salir a la palestra del grupo y exponer ese tema tratado al alimón. Y, claro, uno de los asuntos que tal vez más salió fue el de la crisis. Hablamos sobre qué ocurrirá a partir de ahora. Jorge me comentaba que no era sostenible que cualquier advenedizo se forrara como se estaba forrando, comprando y revendiendo pisos sin exponer, además, un ápice de su patrimonio, y todo al margen del fisco y los controles públicos. Curiosamente también surgió el fenómeno del millonario traspaso de las farmacias, y llegamos a la conclusión de que este mundo que -entre todos- estábamos - o estamos - montando es un verdadero basurero poblado de intereses, lascivia, egoísmo y otras perlas del estilo. Y que estas situaciones que se han dado, pongamos, con más ahínco en los últimos diez años de nuestra historia reciente, deberían no repetirse. Hay que cambiar el modelo.
Lógicamente, aquí nadie es un ángel. Tampoco un demonio. Digamos que hay quien tiene más de ángel que de demonio, y viceversa. Pero sí, está claro que poder replantearse nuestro código ético de conducta, exponerlo y hablar sobre ello nos hace ganar enteros. Además, por los hechos se va conociendo a la gente. Unos dedican su vida a perrear y a atesorar riqueza y, de camino, hacer todo el daño posible a personas, animales, medioambiente o lo que se le ponga por medio por tal de montar un patrimonio. Mientras que otros buscamos sobrevivir, obtener un nivel de vida aceptable -por qué no-, correr, viajar, leer, ver buen cine, pasar un buen rato con los amigos, saborear el arte, conmoverse ante un buen atardecer o amanecer, emocionarse con la música o encontrar en la cultura un rincón en el que refugiarse, cosas al margen del vil metal. Pero, lamentablemente, no es ese el objetivo de muchas personas, algunos de los cuales, incluso, nos gobiernan. Es más, existe demasiada gente pensando en la forma de destruir el mundo a costa de su avaricia. Y algo de eso estaba pasando últimamente en el mundo. Por tanto, si esta crisis, tan traída y tan llevada, sirve para que volvamos de nuevo a las verdaderas raíces de la humanidad, que bienvenida sea. Y como dice Jesús, si sirve para hacer una limpia, mucho mejor.

03 octubre 2008

Crisis, crisis, crisis



Intentando cumplir el lema impuesto en este nuevo blog, cada día una reflexión o un nuevo tema, minutos antes de sentarme ante el teclado no tenía ni idea de qué iba a escribir hoy, y fue en ese momento cuando entró -ya tarde- el comentario de Manolo Pedreira y quedé impresionado por el realismo descarnado de sus palabras. Entonces releí los comentarios hechos por Paco, por Jesús, por Antonio, por Mario, por Alfa...y discerní distintos puntos de vista, pero todos muy sinceros y sensatos. Así que me pareció razonable volver a abordar este asunto, sobre el que nos están martilleando cada día y a cada hora en los distintos medios de comunicación ¿ Se nos cae el modelo de capitalismo como decía Mario ? No lo sé, pero parece sensato sostener que nada será igual a partir de ahora.
Decía hoy Fidalgo, Secretario General de CCOO, que aquí lo que ha estado ocurriendo es que todo el mecanismo financiero se sostenía sobre unos pies de barro. Y parecen coincidir muchos analistas en que existía una burbuja financiera que no se correspondía con la realidad. Casi todo estaba basado en opciones futuribles: hipotecas a muchos lustros, deudas que se iban alargando mes a mes a través de la tarjeta de crédito, dinero en bolsa, que en ocasiones era solamente virtual, ganancias futuras basadas en predicciones más o menos correctas o bien erróneas, un sistema económico basado más en los números y las expectativas que en las cifras reales, con el trasfondo de una sociedad basada en el consumismo, en la estupidez del derroche y las apariencias. Y levitando sobre todo eso un tanto por cierto minoritario de grandes ricos, moviendo su capital virtualmente y apostando a ganar en cualquier rincón del planeta y una mayoría de clases medias, medias-medias o medias-bajas, apostando a ser ricos, consumiendo a ritmo desproporcionado, hipotecándose peligrosamente y todo sostenido con trabajo precario o mal pagado. Y hablamos del sector rico del mundo: el no sé por qué denominado mundo occidental, y ante ese panorama un resto del mundo luchando denodadamente, incluso jugándose la vida, para entrar en ese paraíso dionisiaco de riqueza, consumismo y placer que perciben desde sus países. Por tanto, ¿qué ocurre cuando todo esa burbuja pincha y se descubre que todo el monte no era orégano? Pues, probablemente, pase lo que está pasando: que ya no seremos tan ricos, ni tan consumistas, ni tan derrochadores, pero ahora hay que convencer a quienes están al otro lado de la puerta de que nuestra suerte ha cambiado, aunque honestamente hablando, no tanto como para convencerles de que ya pertenecemos a su mundo paria.

01 octubre 2008

ALMA MUSICAL DURA


Actual composición de Judas Priest

Corría 1995 cuando circunstancias casuales me introdujeron en un género de música que hasta ese momento apenas conocía. Se trata del rock más duro, el llamdo Heavy. Quien me conoce podría sufrir un ataque de risa si le dijeran que mi aspecto es Heavy, es decir al estilo de tener pelo cubriendo la espalda y vestimenta raída rigurosamente negra, además de todo un rosario de cadenas, chinchetas y demás parafernalia que acompaña a los amantes de este género musical. Para colmo, ni frecuento chiringuitos irrespirables, ni trasnocho habitualmente, ni fumo, ni bebo, y para colmo corro. Podría tener algún punto de conexión con estas tribus en cuanto al amor a la cerveza, pero poco más en lo que se refiere a exteriorización de hábitos, costumbres o vestimenta. Sin embargo, mi espíritu si está muy cerca de esa concepción de la vida, pues me gustan los ritmos duros, la puesta en escena de grupos adscritos a este género musical, y muchos conceptos e ideas que tengo sobre el mundo en el que vivimos están muy cerca de la concepción del mundo que tienen quienes disfrutan con estos ritmos, que para nada consisten en solamente ruido. De hecho, a mí el ruido no me gusta. Es más me irrita.
No es una música que en absoluto me aburra, es más, me suele acompañar en el Ipod cuando voy en autobús o, incluso, cuando corro, o en este justo momento en el que tecleo esta entrada.
Esa afición, decía, viene de 1995. Por entonces yo era el recién nombrado Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Pinos Puente y como responsables de las fiestas de la localidad, para escapar algo de la "moñiquería" de los tópicos y típicos eventos de cualquier fiesta de pueblo, fijé mi concentración en todo ese vasto grupo de ciudadanos que no participan de la programación en estos días. Había aptos múltiples para mayores, para niños o para deportistas, pero un minoritario sector de población apenas tenía dónde acudir. Así que con la valiosa colaboración de jóvenes de la localidad, amantes del Heavy Metal, montamos lo que años más tarde fue conocido internacionalmente como el Piorno Rock. En aquella primera ocasión no estaba muy definida la linea musical de todos los grupos que actuaron en el Campo de Fútbol, pero sí me aseguré que asistiera uno de los míticos grupos españoles del género: Ñu. Y todo fue un éxito, de manera que cada año organizábamos el evento, definiendo cada vez más el estilo. Pasaron por Pinos Puente, Barón Rojo, Saratoga, Obus, un aún poco conocido Mago de Oz, Tierra Santa, Avalanch, Porretas, Hamtlet...es decir, lo más importante que existía en ese momento en el Estado. Años después el festival obtuvo la colaboración de una importante agencia del género y comenzaron a desfilar por el pueblo los mejores grupos europeos y algún otro del otro lado del charco : After Forever, Stratovarius, Gamma Ray, Children of Bodom, In Extremo, Kreator...lo mejor de lo mejor. Y cada año mi acervo musical era más elevado hasta el punto que por mi cuenta buscaba la música y la información sobre estos grupos y otros. Y así ha sido hasta hoy.
Reconozco que cuando dispongo de tiempo, una de mis pasiones consiste en buscar el sonido de nuevos grupos e información sobre ellos. Por ejemplo, hace unos días, con la ayuda inestimable de Internet comprobaba a través de Youtube grupos de subgéneros como el Folkmetal o el Trahs Metal, sin descartar introducirme en el Black Metal, que me interesa menos, o el Power Metal, por poner unos cuantos ejemplos. De esa labor investigadora descubrí muchos grupos nórdicos, muy dados a ritmos metálicos fuertes claramente mezclados con tradiciones folclóricas de sus sinuosas tierras, casos de Moonsorrow, Falkenbach, Turisas, Ensiferum, Storm, Mithodym, o la derivación de metal de raíces celtas a cargo de Cruachan, Aesdana, Eluveltie, Heol Telwen o los italianos Folkstone. Y, como siempre, vuelvo a la fuerza y la pureza del Thrash Metal de la mano de Metalica -principalmente su Master of Puppets- o al Power Metal de la mano de Iron Maiden, del que siempre que puedo escucho su mítica Fear of the Dark. Curiosamente en esa búsqueda no había reparado mucho en la carrera musical de Judas Priest, hasta que cayó en mis manos su doble "Nostradamus", que es un delicioso trabajo, liderado de nuevo por su vocalista Rob Halford.

MACMAFÍA



Desde hace algún tiempo, estoy leyendo un libro, un ensayo de periodismo de investigación, escrito por un periodista de la BBC, en concreto, corresponsal de este prestigioso medio en Europa del Este. También ha sido corresponsal del periodico británico con más solera intelectual, el progresita The Guardian. El autor, Misha Glenny.
Macmafia es un libro arriesgado. Un libro de esos que se escriben, no para obtener suculentos royalties, sino para poner a las claras asuntos, que no saldrían a la luz por otra vía. Macmafia penetra en el crimen organizado del ancho y largo mundo, y muy fascinado me estoy quedando con al apartado dedicado al conglomerado mafioso saliente del desmantelamiento de la antigua URSS. Leyendo todas las conexiones de la oligarquía rusa, que igual compra equipos de fútbol inglés que soborna a gobiernos, uno piensa que vive en un mundo indeseable y perverso, imposible de reconducir a través de la ley y el orden. Sin embargo, siempre hay vías de esperanza en toda esta putrefacción: la contada gente que anónimamente lucha por erradicar todo este mecanismo, desde periodistas hasta policías honrados; desde políticos - pocos, por desgracia- hasta concienzudos periodistas valientes.
Cuando tuve este voluminoso libro en mis manos -que hay que leer con detenimiento, casi estudiándolo-, no tuve muy claro si adquirirlo o no. Me surgieron dos dilemas: conocer el mundo en el que vivo; o bien, seguir viviendo desconociendo el polvorín sobre el que habito. Opté por la primera opción, y no me arrepiento. Su lectura es sumamente necesaria.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...