26 enero 2012

CINE: PAUL (USA, 2011)

Una de las películas que mejor sabor de boca me ha dejado en los últimos meses es Paul, la película de Greg Mottola que es todo un homenaje a todo friki que cuando ve que algo se ilumina en el cielo inmediatamente piensa que es un OVNI; un homenaje a todos aquellos -entre los que me cuento- que cuando emitían un capítulo de Expediente X desconectaban hasta el teléfono para no ser interrumpidos. 
Nos aseguramos en esta película con la genial interpretación de Simon Pegg -que ya demostró su vena histriónica en Corredor de Fondo -2007- y Nick Frost -que junto a Simon Pegg protagonizaron la, quizá, película zombi más desternillante de la historia del cine: Zombi party (una noche...de muerte), cuyo increíble final aún lo retengo en mi mente porque es inolvidable -UK, 2004-. Para mí se trata de una película de culto. Curiosamente estos dos actores británicos son almas gemelas en el cine y, probablemente, en la vida. Existe una interesante química entre ellos que hace que sus interpretaciones sean excelentes como ya demostraron en Zomby party y ahora en Paul.  
Este película que comentamos es un homenaje irónico, inteligente y divertido, sobre todo muy divertido que va camino -a pesar de ser de 2011- de convertirse en película de culto.  
La aventura de dos frikis ingleses que hacen el viaje de su vida visitando el Comic Con de San Diego y dirigiéndose a la mítica Área 51 supone para el espectador dado a este tipo de asuntos un goce sin par, que no dejará de sorprenderse por la serie de personajes que van apareciendo en escena y las vicisitudes que sufren estos apasionados por la vida extraterrestre. 
Pero quizá lo más curioso sea contemplar al ser extraterrestre, que podría pasar por ser el más friki de todos. En definitiva, una delicia de película que no hay que dejar de ver bajo ningún concepto por muchos motivos, pero quizá el principal sea por el guión tan peculiar, algo que se agradece. 

25 enero 2012

CORRUPCIÓN: MARCA ESPAÑA



Hay días –los más- que te desayunas con asuntos tan intragables que, como diría Pérez-Reverte, dan ganas de echar la pota. Porque de que otra forma se puede interpretar lo que está pasando en este país en todos los estamentos del poder, sin excepción alguna. Y para colmo se cierne sobre tu cabeza de ciudadano una permanente amenaza de bajarte el sueldo, subirte los impuestos y, en definitiva, casi pedir perdón por tener un trabajo el cual has conseguido por oposición después de dejarte las cejas ante un flexo en algunos casos y en otros tras años y horas de trabajo en una empresa privada en condiciones lacerantes y con la amenaza permanente de irte a la puta calle. Y todo eso, en el mejor de los casos.
            Por contra, abres cualquier página de un periódico, real o virtual, o escuchas cualquier noticia y  compruebas que todo son golferías ejecutadas por representantes de las más altas instituciones del Estado, llegando a la conclusión de que todo está podrido y que, además, estamos siendo estafados por esa clase política y dirigente que sólo vive para cubrir sus intereses y los de los suyos. Esa ha sido la historia de este país en los últimos lustros. Lo han tenido tan fácil que causaba risa.
            Te desayunas, por ejemplo, con el asunto Urdangarín, que lejos de ser un asunto particular como lo quiere hacer ver la propia Casa Real y los partidos mayoritarios, en mi opinión, no es más que la cabeza visible de algo de mucho más calado que se está ocultando a marchas forzadas porque ya se comienza a sospechar que ese tipejo no podía estar sólo ante la magnitud de lo que ha montado. Y, al mismo tiempo, te desayunas con la aseveración de que su mujer la Infanta Cristina no se  le imputa porque nada sabía pero sí se lucraba y te cuentan que nada tiene que ver que sea la hija del Rey.
            Por su parte, cuando llevas dadas tres bocados a la tostada con aceite de oliva te cuentan lo de los ERES, las ayudas al empleo y toda esa corrupción institucional generalizada en la que está inmersa la Junta de Andalucía, que va camino en convertirse en una especie de organización al servicio de la delincuencia organizada. Te cuentan lo de la coca del chofer del ex Director General de Empleo  y lo de las comisiones del hijo de Chaves, ese prohombre de la causa andaluza que ha hecho de la autonomía y  la democracia su gran negocio y te sientes gobernado por presuntos delincuentes, por una casta política que es capaz de matar antes de perder privilegios.
            Luego te cuentan lo del caso Gürtel y el asunto de los trajes de Camps y Costa y te preguntas que cómo es posible que exista gente tan dispuesta a sufrir el más espantoso ridículo en un juicio mediático a cambio de unos trajes, pero acabas cayendo en la cuenta que seguramente no se trate de unos tristes trajes y estemos hablando de cosas de más calado, por lo que ese cáliz del ridículo en la sala de juicios con las cámaras de televisión reflejándolo todo no es más que el alto precio que hay que pagar por unos supuestos suculentos negocios de los que no conocemos las ramificaciones profundas que tendrán.
            Pero abundando más, te detienes a pensar sobre qué estará también pasando en la justicia cuando miles de ciudadanos salen a la calle porque el sentido común no admite que el proceso de una chica asesinada en Sevilla acabe tan sólo con una pena cuando eran varios los implicados; o que el juez Garzón, con todos sus errores, carencias, megalomanías y todo lo que se quiera acabe juzgado antes que los miembros de esa red de delincuencia organizada que investigaba y que está en el entorno del actual partido en el gobierno.
            Y sí, antes de acabar la tostada con ese rico aceite de los Montes Orientales sientes unas nauseas que van invadiendo tu estómago, acumulándose toda esa pota que estás a punto de echar si no apagas la radio a tiempo. Te acabas sintiendo sodomizado ciudadano de una país que sólo ha sabido subsistir a base de corrupción, privilegios y prebendas, un país en el que la pretendida prensa libre ha ocultado o ha plasmado lo que sus intereses empresariales le han dictado, un país en el que las leyes, el poder y la influencia han dado alas a esos turbulentos vientos de la corrupción y la podredumbre.  



24 enero 2012

CINE: EL ARRECIFE (Australia, 2010)




Hay quien ha dicho que El Arrecife es lo más emocionante que se ha visto después del Tiburón de Spielberg, pero no estoy totalmente de acuerdo. 
Vale, nos encontramos ante una nueva película de temática tiburón, pero no creo que tenga nada que ver con aquella que tanto nos asustó y nos sigue asustando. 
En mi humilde opinión lo que hizo Spielberg es aterrorizarnos magistralmente con toda una exhibición de buen cine. Pero lo hizo exagerando, qué duda cabe, desde la ficción. 
Ni probablemente un tiburón blanco sea una máquina perfecta de matar, ni creo que lo haga gratuitamente como lo hacían aquellos de las películas del gran cineasta. Lo de Spielberg era cine, aunque no podemos negar que El Arrecife también es cine, pero tiene otros matices.
En primer lugar, hay que decir que no se trata de cine de Hollywood, sino que se trata de una película australiana; en segundo, está basada en hechos reales  en aquellas costas acaecidos y aquí no veremos una exhibición portentosa de efectos especiales ni entiendo que se refleje al tiburón como una máquina de matar perfecta, que lo hace por hacerlo (seguramente mata porque quiere comer, algo muy común en los animales e, incluso, en los humanos), no, se trata de otra cosa. 
Cuando vi hace algunos años OpenWater (USA 2003), y que desde aquí aconsejo, quedé marcado. Y ahora, me ha venido a la mente cuando he visto El Arrecife, por su similitud. 
En ambas hay nexos comunes: son películas de bajo presupuesto y ambas están basadas en hechos reales. Queda por saber el grado de efectismo, la invención que sus respectivo guionistas y directores hayan utilizado a la hora de rodarlas, pero en ambas queda muy creíble lo que se nos pretende transmitir. 
Si en Open Water el desenlace marca para siempre y te hace estar en la piel de los protagonistas, en El Arrecife también se consigue que el espectador asista a la tragedia por venir y es destacable en ambas que no haya sido necesario buscar el tremendismo y los efectos especiales abusivos para que sear creíble la historia. Porque hacer creíble una historia que ha sucedido en la realidad debe ser la mayor obsesión de un director que acepta dirigir este tipo de películas. 
Seguramente El Arrecife hubiera soportado muy bien el diseño documental, seguramente mucho más que "Monstruoso" y Troll Hunter, pero el diseño película tampoco le va nada mal.     

23 enero 2012

NUNCA DIGAS NUNCA JAMÁS

No, no se trata de la conocida película del ciclo James Bond. Hablamos de material técnico runners. Por tanto, en exclusiva primicia, he ahí mi nueva adquisición.
Sí, es lo que parece: se trata de unas zapas Joma, y de ahí que pusiera ese título a la entrada: jamás hay que negar que compraré tal o cual marca. Porque éstas evolucionan, porque hay que apostar por las casas que vienen pegando fuerte -aunque sean españoles, o a lo mejor por eso-, porque es muy difícil no caer en la tentación de una oferta de casi el 75% de descuento, de esas que en ocasiones uno se topa en Internet.
En mi caso, hay un principio básico: nunca compró material técnico inapropiado por muy barato que esté, pero como todos nosotros, siempre busco las mejores ofertas, dentro de los parámetros de compra adecuado, claro está. No olvidemos que estamos en crisis y el PP nos tiene acojonaos con los recortes. 
La marca toledana Joma está apostando fuerte por nuestro mundo, cada vez haciendo productos para el corredor de más calidad. De hecho, está vistiendo y calzando a toda una selección española de atletismo. Y con esas premisas hay que pensar en esta marca como una alternativa. ¿Más barata? Sí, algo más barata que las vacas sagradas del "running shoes", pero cada vez con precios más elevados en la medida que van profundizando en I+D e incorporando material técnico de más calidad. Sin embargo, está claro que no es posible aún compararla a las Asics, las Saucony, las NB, las Brooks...., no, por lo pronto.
Esta zapatilla es la Hispalis IX, pensada para corredores neutros de 75 a 110 Kgrs., una zapatilla muy reforzada tanto en el talón como en el antepié y con un sistema de amortiguación propio de Joma denominado Pulsor. Además cuenta con algo que difícilmente encuentras en marcas consagradas: el sistema S.A.C., se trata de un caucho antideslizante, que favorecerá perder algo de miedo a ese asfalto mojado que cuando llueve -o se inunda todo de agua de avituallamiento, en competición- nos encontramos, principalmente, en las ciudades. Cuenta igualmente con una tecnología -STABILIS-, que consiste en una "pieza de PVC muy ligera situada en el mediopié -estoy copiando las características en las etiquetas adjuntas a las zapas-, que permite el movimiento independiente entre el antepié y el retropié consiguiendo una mayor estabilidad y adaptación al suelo. Cuenta además con una tecnología bautizada por Joma como T.C.G, que consiste en una unión central entre el corte y la palmilla que, en definitiva, ofrece una sensación de guante en el pie (es algo muy apreciable cuando te las calzas).  Su sistema de transpiración -muy necesario en este tipo de zapatillas- es el N.S.T., que consiste en un tejido de nylon altamente transpirable y resistente. Tiene el efecto de reducir el calor y la eliminación de la humedad creada por el sudor que favorece que el pie se mantenga fresco durante más tiempo. Es además una zapatilla concebida para entrenamientos con mucha carga de kilómetros y para pruebas largas como el maratón.
He de confesar que no hubiera desembolsado el precio de 95 y pico €, - 110 € en algunas tiendas- que es el precio que tiene en la página oficial de la marca española, porque por ese precio se puede optar en rebajas por unas Asics, unas NB, unas Saucony...  pero ese enorme descuento le otorga una relación calidad-precio insuperable.
Calzarlas por primera vez ofrece sensación de protección y comodidad, pero aún no sé cómo se comportará en ruta; y no lo sabré hasta pasado algún tiempo porque el destino ha querido que aparezca cuando estoy inmerso en un parón.
Pero, en principio, tiene buena pinta ¿verdad?



DOS SEMANAS MÁS DE PARÓN

Cuando el pasado cuatro de enero sentí los primeros "pinchazos" en el gemelo derecho, presumía que existía una carga muscular debida, probablemente, a la acumulación de kilómetros de todo un año en el que, además, no había tenido lesión alguna en esta zona -que es mi franco débil-, a pesar de haber sido un año intenso con Veleta de por medio. 
Pero esa carga muscular debería de haber cedido tras casi tres semanas de parón, pero no lo ha hecho por completo. Por tanto, debo de pensar en una pequeña microrotura fibrilar que debe de estar muy profunda porque apenas siento dolor cuando palpo la zona. Espero que el Compex se encargue de solucionar esto.
Fuere lo que fuere, la realidad es que las molestias -que no dolor en sí- han vuelto a aparecer este fin de semana en los treinta minutos que he estado corriendo, si bien esas pocas molestias indican a las claras que el camino de la recuperación total está cerca.Por tanto, serán unos catorce días más de parón, lo que inevitablemente supondrá la no participación en la Media de Almería y casi con toda seguridad en la primera prueba del Circuito de Diputación. 
Ya estará avanzado febrero cuando vuelva a coger el ritmo. Más oportunidad para rodar en MBT, que como ya sabemos me place.
   

21 enero 2012

CONTINUO CON LA MTB

Últimamente me está enganchando este deporte. A dosis pequeñas, pero hay enganche. Y lo percibes porque disfrutas en lo alto de la bici, buscando nuevas rutas, metiéndote por lugares que normalmente no frecuentarías por otros medios y terminando con buenas sensaciones, sin apenas cansancio y con ganas de inmiscuirme por nuevos lugares y descubrir nuevas rutas.
La de hoy sábado, 21 de enero, ha sido corta pero intensa. Para la cual me ha servido en gran medida una de las rutas que suelo hacer corriendo, si bien con ciertas variaciones que sólo sería posible ejecutarlas con una bicicleta de montaña: definitivamente me "he perdido" entre olivos, alejándome de caminos y servidumbres de paso. Y tan sólo he vuelto al redil del camino cuando he encontrado las huellas de algún tractor o oruga, que son frecuentes en esta época de recolección. Sabía por dónde estaba pero no exactamente dónde.
En definitiva ésta ha sido la ruta llevada cabo: saliendo desde la parte alta de Pinos Puente, me he dirigido a Caparacena y desde allí hacía el Pantano del Cubillas, si bien mucho antes de llegar a este gran embalse he doblado hacía un viejo conocido camino de olivos, que es la zona por la que he decidido "perderme". Desde allí he vuelto a Pinos Puente y he completado la ruta dirigiéndome hacía Búcor, ya en los Montes Orientales, volviendo de nuevo a la estación base, en Pinos Puente. 

Aquí está la ruta marcada por el Forer y alguna que otra foto ilustrativa:
Visto así este camino entre olivos da cierto vértigo, pero no, se trata de un buen terreno para rodar.
Este terreno ya no es tan bueno. Por su orografía y su subida se convierte en duro. De esa manera inicié la ruta al margen de caminos señalados. Fue una experiencia impresionante, sin patrón previo.

Cuando corro o cuando voy en bici esta vista del Peñón de la Mata siempre me ha parecido bellísima.

La fusión entre la bici y este ajado olivo es perfecta. Pareciera que hayan estado siempre unidos.
La Ermita de Búcor -que pudimos ver en la distancia en la anterior ruta- tiene un porte neogótico muy bello.

19 enero 2012

UN IMPORTANTE DILEMA EN LA FUNCIÓN PÚBLICA ANDALUZA



Os cuento.
Varios compañeros que trabajamos como empleados públicos en la Junta de Andalucía tenemos en estas fechas grandes dudas y un importante dilema que pronto hemos de resolver, toda vez que el 25 de marzo se celebrarán las elecciones al Parlamento de Andalucía -del que saldrá el gobierno para los próximos cuatro años- y hemos de inclinarnos por una opción política que no nos perjudique como ciudadanos ni tampoco como profesionales de la  Administración autonómica.
Todos esos compañeros ostentadores de tales dudas y ese importante dilema que corre por las oficinas públicas somos, mayoritariamente, funcionarios de carrera y algún personal laboral fijo con muchos trienios de experiencia a sus espaldas. Además, particularmente, estamos demostrando mucha sensibilidad y crítica feroz hacia ese desaguisado que ha montado el gobierno andaluz del PSOE en torno a esa pretendida reordenación del sector público, que no obedece a otro fin que intentar introducir en la Administración General de la Junta de Andalucía a un buen número de personas pertenecientes al partido en el poder y a su entorno, todo ello sin necesidad de pasar sistema selectivo alguno. Además, desde el principio están contando con la ayuda de los dos sindicatos más importantes del Estado, CCOO y UGT, algo que ha desalmado las entendederas de propios y extraños. Es decir que la Administración -y el partido que la sustenta- actúa de espaldas a la legalidad alejándose de los intereses generales para centrarse en los particulares. Todo lo contrario al cometido que le otorga a la Administración Pública el artículo 103 de la Constitución de 1978, si es que ésta tiene predicamento alguno en los tiempos que corren.     
Para llevar a cabo ese malvado y torticero fin, los prohombres -no utilizo el término promujeres porque jamás he escuchado tal término y la Pajín ya no se encuentra en los altos palacios públicos- de la Administración Autonómica, han montado todo un entramado seudojurídico consistente en empresas públicas, sociedades instrumentales y otras seudoformas que engarzándose en unas denominadas agencias se confundan con el follaje de los empleados públicos verdaderos, que son los que entraron en la Administración por la vías legales de acceso a la función pública. Se trata de una vía basada en hechos consumados muy frecuentada en países bananeros, qué al parecer por esos lares funciona muy bien. Y, claro, todo ese intento al ser seudojurídico está deteniéndose en los altos palacios del Poder Judicial, gracias a la iniciativa onerosa y demandante de los empleados públicos y de sindicatos contrarios a esa reordenación.
Por lo que ahora, casi llegada la fecha de decidir en las urnas, nos encontramos ante ese gran dilema. Principalmente lo tienen compañeros y compañeras que jamás han votado a la derecha en elección alguna. Lo han hecho a opciones de izquierdas e, incluso, muchos de ellos al mismo PSOE. Pero ahora perciben que se la están jugando. Como ciudadanos y como profesionales. 
Y saben que de seguir gobernando el PSOE podría darse el tiro de gracia a su carrera profesional e, incluso, a su profesión en sí, por no hablar ya de la paulatina eliminación de los servicios públicos. Por su parte, hay quienes están contemplando con inquietud la forma de hacer del PP en el Gobierno Central y desconfían de los severos recortes que está llevando a cabo Rajoy y su gobierno. Hay otras opciones políticas, pero no parecen convencer, bien porque son seguidistas del partido en el poder o bien porque, a pesar de sus buenas intenciones con los empleados públicos, no tendrán la suficiente fuerza para desbancar al actual partido en el poder y acabarán restando opciones al que parece comulgar con la desazón de los empleados públicos y que, según las encuestas, está destinado a gobernar en Andalucía. De hecho, ya lo está haciendo en casi todo el Estado. 
Por tanto, existe cierto clima de desasosiego, el dilema es mayúsculo y las dudas asfixiantes. 
Un poco lo que debió sentir el personaje que interpreta James Franco en la película 127 horas: o perder el brazo derecho o perder sencillamente la vida.      




REFLEXIONES SOBRE LO QUE RODEA AL ENTORNO DE MI PRÓXIMA NOVELA MI LUGAR EN ESTOS MUNDOS (Y DE LOS LIBROS EN GENERAL)

En pocos días mi tercera novela Mi lugar en estos mundos verá la luz en la plataforma de Amazon , que a pesar de lo criticable que pueda se...