

Os dejo con un artículo que he publicado este sábado en Ideal. Tan real como la vida misma. Tras esta entrada, si todo va correctamente, subiré la crónica de la Media Maratón de Almería.
COMPAÑEROS DE VIAJE
Quien se dedica a la política sabe que existen muchos compañeros de viaje. Y también sabe que cada uno de éstos tiene ya su viaje programado.
Cuando alguien se acerca voluntariamente a un partido ya ha medido de alguna manera su ambición personal. Por lo general, los comienzos suelen estar dotados de alguna ambición ideológica, pero esa percepción cambia con el paso del tiempo. En breve, comienza la lucha por el poder interno y al poco se van vislumbrando los cargos públicos a los que se puede optar, quedando siempre ese convencimiento de que por ser militante fiel ha de ser premiado. Y ese premio que se busca, por lo general, va a tener un componente crematístico. Así es el alma humana, que en ocasiones tiene sus honrosas excepciones.
Pero curiosamente, esa fidelidad al partido decae en la misma medida que el partido no ofrece al militante cargos públicos, asunto que se agrava mucho más cuando ese militante fiel ya ha saboreado la miel del cargo. Es entonces cuando el más fiel y abnegado militante, el mejor compañero de viaje, se puede convertir en la mayor pesadilla para el propio partido.
De hecho, asistimos en estos días a un par de casos sonados: el del antiguo ministro del gobierno de Aznar, Francisco Álvarez Cascos, que dolido ante la negación de su partido para que encabece la candidatura a las autonómicas del próximo mes de mayo en Asturias, no sólo se larga dando un sonoro portazo del partido que tantos cargos, fama, poder y dinero le ha dado sino que crea a su vez otro partido político, que necesariamente habrá de ser fraticida. Algo similar, aunque en menor escala, ocurre con el que otrora fuera uno de los alcaldes más populares de Granada, Gabriel Díaz Berbel, que dolido porque el partido ya no cuenta con él, amenaza con irse y -quién sabe- si crear otro partido.
Casos como éstos abundan a lo largo y ancho de nuestro país y en todos los partidos, pero existen otras opciones mucho más crematísticas y con final feliz que también hemos conocido en estos días. Por ejemplo, el caso de los millonarios empleos conseguidos por los dos líderes más importantes que han tenido los dos principales partidos de este país, el PSOE y el PP. González y Aznar, tan enemigos en su momento, ahora se dan la mano en asuntos similares: asesorar a grandes empresas a cambio de grandes emolumentos y asesorar personalmente a grandes líderes políticos y grandes millonarios, tareas todas muy rentables y que premian con creces esa fidelidad partidista, que es una opción totalmente contraria a la anterior.
Por tanto, que a nadie le quepa duda que acercarse a un partido y saber navegar en él es una idea ventajosa y de futuro, que en ocasiones trasciende a más de una generación, lo que convierte la fiel militancia en algo muy similar a fabricarse un buen porvenir para sí mismo y para los descendientes, acción que ya pusieron en práctica con éxito los antiguos romanos y que, al parecer, sigue vigente.
Hace un mes (el pasado 17 de diciembre), un grupo de empleados públicos de la Junta de Andalucía –no más de cincuenta- nos dirigimos pacíficamente a Plaza Nueva de Granada, lugar en el que se encuentra la sede gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. La idea no era otra que hacer lo que estamos haciendo en todos los rincones de Andalucía: protestar ante el cargo público de turno –en este caso era el mismo Presidente de la Junta de Andalucía- que acudía para asistir a la toma de posesión del nuevo Presidente del máximo tribunal andaluz.
Durante toda la semana las consignas que nos intercambiamos a través de correo electrónico eran de máximo respeto y educación, lo que conllevaba no crear algarabía con nuestros potentes silbatos ya que allí se encontraban los máximos representantes del Poder Judicial y contra ellos no iban nuestras protestas. Además, circuló la idea de ir con alguna prenda negra para dar más solemnidad al acto de protesta en total convergencia con lo que allí se iba a celebrar.
Seguramente la concentración silenciosa hubiese consistido en algo ejemplar y virtuoso, pero no lo entendió así el Subdelegado del Gobierno de la provincia de Granada que, ajeno a nuestras inquietudes, decidió dar la orden de acordonar la plaza con un bueno número de efectivos policiales que venían con la lección bien aprendida: había que inmovilizar y alejar lo máximo posible a esos insumisos del sistema, a esos apenas cincuenta antisistema que vienen a boicotear el nombramiento del máximo responsable del Poder Judicial en Andalucía, a toda esa gente peligrosa con un largo historial delictivo sobre sus espaldas, se dijeron.
Y, efectivamente, así lo hicieron. Algunos policías estuvieron amenazantes en todo momento creando tensión donde no la había. E incluso pidieron algunos documentos de identidad, asegurando que estábamos infringiendo varios preceptos de la normativa sobre Seguridad Ciudadana e infringiendo el Derecho de Reunión, ya que no se había pedido autorización (¿Autorización para qué? ¿Para estar pacíficamente en silencio en la plaza sin obstaculizar el natural orden de las cosas? ¿Autorización para respirar?. En definitiva, que éramos un serio peligro para el sistema, las instituciones y la convivencia pacífica en general.
El resultado de aquella acción propia de un Estado policial está llegando ahora a los buzones de algunos compañeros y compañeras en forma de infracción administrativa con multa de 301 €. Lean, lean lo que le ha llegado a una compañera a la que pidieron el DNI:
HECHOS DENUNCIADOS: Del informe propuesta emitido por la Brigada Provincial de Información de la Jefatura superior de Policía de Andalucía Oriental en Granada, se desprende que, entre las 11,00 y las 12,00 horas del día 17.12.2010 y con motivo de la toma de posesión del nuevo Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en Plaza Nueva de esta capital, unas 100 personas (supongo que en esa cifra están incluidos los propios policías, también funcionarios) se concregaron (no es una falta ortográfica, sino que viene así en el escrito) en contra de las medidas en el ámbito de la Función Pública, tanto nacional como regional, concentración que no había sido comunicada previamente a esta Subdelegación del Gobierno, siendo Vd. Una de las organizadoras (es compañera de trabajo y la conozco, y es una persona peligrosa donde las haya, añado yo; de hecho cuando anda por los pasillos de las dependencias todo el mundo busca un lugar en el que esconderse. Una batasuna, vamos. ) de la misma dado que portaba pancarta y se mostraba más activa, incumpliendo con su comportamiento los requisitos establecidos en la Ley de Derecho de Reunión.
Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París. No es...