19 mayo 2013

CARRERA 'LAS DOS COLINAS' (19/5/2013). SEUDOCRÓNICA

Mientras escribo estas palabras -no se le puede denominar ni tan siquiera crónica- alterno las teclas con el WC. Casi lo mismo que ayer, jornada en la que pase la mayor parte del tiempo en ese lugar íntimo que nuestros antepasados denominaban 'sanitarios', porque debían pensar que eran artilugios para mejorar la salud. Razón no le faltaban ahora que lo pienso y ahora que lo experimento.
De la jornada de ayer, tan sólo recuerdo el paso del tiempo en ese lugar. A veces leyendo a Murakami; otras navegando en el Ipad; e incluso, creo recordar, que leyendo algo de historia sobre la conquista española en lo que se vino en llamar el nuevo mundo. Por suerte, al final ya de la tarde, pude hacer unos cuantos abdominales -siempre los hago antes de una carrera- comprobando que no me sentaron nada bien.
Por la noche, mientras veía la original película británica 'Tamara Drewe' el hambre no afloraba. Había planeado comer algo de hidratos -apenas había comido en todo el día- porque aún no siendo una carrera larga sí exigía esfuerzo añadido, pero eran las doce de la noche y el hambre no afloraba. Es más, lo poco que digerí -algo de jamón, que no son hidratos- convirtió de nuevo el estómago en un torbellino de pesadez. Así debió sentirse el lobo del cuento de 'Caperucita', pensé. Para solucionarlo organicé la enésima visita el WC, pero a esas alturas se había convertido más en un hábito que una necesidad real. 
Ha debido ser una colitis o como quiera que se llame esa bacteria, algo de lo que se ocupó de recordarme la breve tostada con aceite y el café que tomé -como siempre- una hora y media antes de la carrera. Pero aún así, me dirigí a las instalaciones militares del acuartelamiento Cervantes sin percibir a priori demasiada debilidad para correr la prueba de 'Las Dos Colinas'. Ésta la comencé a percibir a mitad de la subida de la Cuesta de Gomérez. No soy un especialista en cuestas por mi envergadura. Para eso habría que pesar menos de 70 Kgr. y tener diez centímetros menos. Mi peso es de los denominados medios, pero aún así en los últimos años y gracias a las pruebas en cuesta que he corrido, no se me da demasiado mal ese terreno. Me canso como todo el mundo, pero en mi interior sé diferenciar cansancio de debilidad. Hoy era debilidad. 
Una debilidad que fue en aumento por las callejuelas del Albayzín. De hecho, un poco antes, aún no había podido recuperar en la zona del Sacromonte, a pesar de que era un terreno propicio. Fue en ese momento cuando sabía que debía bajar el ritmo -ya de por sí no demasiado alegre- si quería llegar entero a las últimas rampas.
Justo en este lugar pensé en abandonar (Foto de Google Earth)
Pero no llegué entero. Es más, a la altura del mirador de S. Nicolás, pensé en retirarme. Calculé brevemente el recorrido que tendría que hacer en solitario y andando hasta la parada más próxima de autobús, para el que no llevaba un céntimo. Optaría por un taxi y le pagaría cuando llegara al lugar en el que estaba aparcada mi Kymco Super Dink. Cogería el taxi en el mismo Albayzín...Dediqué unos minutos a valorar todos esos aspectos y lo descarté. Descarté retirarme. Sabía que ya había pocas rampas porque el terreno que quedaba ya era casi todo en bajada o llano y en ambos terrenos  las fuerzas no me abandonaban tan estrepitosamente como lo hacían en las abundantes subidas. Comprobaba que cada vez era mayor el número de corredores que me rebasaban, pero eso no me preocupa en absoluto. Bastante tenía ya con preocuparme conmigo mismo. De hecho, miraba la media kilométrica en el Forer y éste marcaba ya 5'02'' el mil, nada que ver con los tiempos de 2011. Pero eso tampoco importaba.
Incluso me sentí débil en la bajada por Calderería Nueva, pero presentía que podía salvar algo el honor cuando en la llana calle Elvira mi ritmo iba en aumento y percibía para mi sorpresa que la debilidad ya no era tanta. Curiosamente, me sentí con fuerzas en esos dos últimos kilómetros  y pico totalmente llanos. Tal vez se tratara de la necesidad de llegar cuanto antes. Y gracias a esa necesidad y a esa menor debilidad el crono se detuvo en un discreto 4'55'' el mil, que para lo vivido y experimentado desde ayer sábado, doy por bueno. 
Opté por abandonar el cuartel nada más llegado a meta, pensando que hoy tocaba ingerir todo el líquido posible -incluidas cervezas- y todo lo sólido posible porque la balanza -como ya preveía- ha anunciado unos números descendientes preocupantes. Pero cómo explicar todo esto a un fornido soldado bien armado con un enorme 'cetme' o algo así, que se negaba a dejar pasar a nadie hasta que no acabara la prueba, a pesar de que a ésta le podía quedar aún más de media hora (es mucha la gente que hoy ha corrido). Intenté convencerle, pero ya sabemos todos lo que es la disciplina castrense, así que aproveché un corte en la prueba y de manera indisciplinada atravesé a trote en busca de la salida para vestir ropa de abrigo guardada en la moto. Por un momento me sentí un ciervo al descubierto en una dehesa de caza. 

17 mayo 2013

CARRERA 'LAS DOS COLINAS'. PREVIA

La carrera llamada de 'Las dos colinas' o de las Fuerzas Armadas tiene cierta impronta épica y pintoresca. La impronta épica la pone el recorrido y la pintoresca el circuito en sí. 
Algunos corredores venidos de fuera consideran que subir a la Alhambra y al Albayzín es una misma cosa, pero no. Se trata de dos subidas distintas e independientes; de ahí que se denomine 'las dos colinas'. 
La Alhambra desde el barrio del Sacromonte (Foto de José A. Flores Vera)

La Alhambra y el Albayzín se miran a la cara -no hay más que asomarse al mirador de S.Nicolás para comprobarlo-, pero tienen datación histórica distinta. Cuando la Alhambra es construida en el Siglo XI, el Albayzín ya existía como barrio. Hay vestigios romanos y probablemente íberos. De hecho, los primeros moradores islámicos, la saga de los ziríes habitaron en el barrio, en la denominada Alcazaba Cadima; pero cuando la Alhambra fue construida trasladaron los altos palacios gubernamentales a lo que hoy es la Alhambra y el Albayzín quedó como el principal barrio musulmán. 
Y serán esos dos lugares los visitados por los cientos de corredores que el domingo se atreverán con esas rampas en la ciudad de Granada. Está claro que no se penetra en los monumentos nazaríes sino que se correr por el entorno hasta bajar por la Cuesta de Los Chinos; sin embargo, se habrá ocasión de sufrir en las rampas de las sinuosas calles del Albayzín, en mi opinión la parte más dura de la prueba. También hay que añadir el paso por el Sacromonte, otro barrio simbólico de la ciudad justo al lado del Albayzín y muy cerca de la Alhambra, pero no es un lugar en el que haya que preocuparse por las rampas, a excepción de alguna más que asumible cuesta sin la menor importancia. 
Es una prueba dura en general, siempre lo digo. Lo decía el año pasado cuando desde la organización me pidieron una reseña y lo vuelvo a decir de nuevo. Observo que mucha gente -sobre todo de fuera- considera que correr esta prueba es como hacer turismo, pero no, es necesaria una cierta preparación y será cada corredor el que adapte la velocidad a su forma física y al terreno. El turismo, mejor dejarlo para antes o para después, patear estos dos hermosos lugares y tomar una fresquísima cerveza en Plaza Larga, en la Plaza de S. Nicolás o en cualquiera de los restaurantes del recinto nazarí. Por lo demás, todo lo demás en esta prueba es positivo: el circuito -insisto- no demasiado largo,  la belleza monumental, la paisajística, la organización. Todo ello hace de esta prueba una de las más interesantes del panorama patrio. 
Para refrescar sensaciones a quien ya la ha corrido e introducir a quien aún no lo haya hecho os dejo mi crónica de 2011, que es la única edición en la que he participado. Y como colofón, qué mejor que escuchar la espléndida actuación de la interprete de música celta y New Age canadiense de origen escocés e irlandés Loreena McKennit, interpretando 'Night from the Alhambra' en el Palacio de Carlos V, lógicamente, de construcción muy posterior al recinto nazarí.

  

15 mayo 2013

LA NUTRICIÓN EN SERIO

Hay un asunto que a pesar de la mucha información que hoy día podemos obtener en Internet y en los libros (acceder a un libro cada vez es más fácil desde que existen los ebook), sigue siendo para muchas personas la gran asignatura pendiente. Me refiero a la nutrición. 
Se asocia la nutrición al mero hecho de comer, pero eso es tan sólo una simplificación. Particularmente asociaría comer a placer, a pesar de que es a través de la comida cómo podemos nutrirnos adecuadamente. Y seguramente es en este punto de inflexión en el que nos solemos perder en este vasto mundo de los nutrientes que necesita nuestro organismo. 
Quien esto escribe, como cualquier mortal no especializado en el tema, también me pierdo con frecuencia en cuanto a todo lo relacionado a nutrición y por ese mismo motivo, consideré que la mejor forma de encontrar alguna luz era leyendo sobre esta disciplina. Sin embargo, siempre tuve claro que leer sobre esta disciplina no era leer cualquier cosa que cayera en mis manos o se reflejara en la pantalla del ordenador. Siempre he procurado acudir a las fuentes más solventes posibles, a autores serios que me pudieran enseñar con su ciencia qué es eso de la nutrición. De todo eso he escrito aquí en varias ocasiones.
Inicialmente me fui al que probablemente haya sido uno de los mayores expertos mundiales en este campo, el español Grande Covían, eminente médico e investigador, totalmente volcado en la nutrición y la bioquímica. Aprendí mucho de su libro, 'Nutrición y Salud', el cual he leído en un par de ocasiones. Ahora, en la actualidad, mi autor de referencia es el Dr. Campillo Állvarez, Catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de Cáceres, que está especializado, igualmente, en nutrición, además de en diabetes y ejercicio físico. De él leído, sus dos obras fundamentales divulgativas 'El mono obeso' -que considero de lectura obligatoria- y su más reciente 'Comer sano para vivir mejor', en el que hace uso del sabio refranero español como ilustración culinaria basada en la experiencia de muchos años. 
Lo primero que sacamos en conclusión al leer obras científicas divulgativas sobre la nutrición es que no tenemos mucha idea sobre lo que comemos. No es algo que nos hayan enseñado bien desde pequeños y el sistema educativo sigue sin preocuparse sobre este asunto, a pesar de que cada hay niños y jóvenes más obesos, en parte, porque se desconoce lo que se come y porque no existe una planificación seria sobre ejercicio físico; unido a eso, el sedentarismo está haciendo estragos. Y, para colmo, lo poco que hacíamos bien por estos lares no lo estamos cargando a pasos agigantados. Me refiero a la famosa dieta mediterránea. 
Lógicamente, en materia de nutrición dos y dos no siempre son cuatro y mucha gente entiende que con comer casi nada es posible adelgazar y, además,  sin necesidad de hacer ejercicio, olvidando u obviando que nuestro organismo necesita un mínimo de nutrientes para subsistir. Es más, todos los autores serios recomiendan comer de todo para procurar que nuestro organismo se asegure todos los nutrientes y oligoelementos que necesita. Por ejemplo, no debemos descartar grasas ni hidratos de carbono, dos de los nutrientes fundamentales para nuestra subsistencia, pero asistimos a diario a muchas historias sobre dietas que aconsejan eliminarlos por completo. Eso me parece una barbaridad. Pensemos, por ejemplo, en esa famosa dieta que tan sólo prescribe comer proteínas.
Lógicamente, no se trata de hacer aquí ningún tratado sobre nutrición -entre otras cosas porque no soy un experto- pero puedo asegurar que cualquier persona que no tenga patologías tratables puede conseguir el peso adecuado y el estado de salud idóneo con tan sólo asegurarse un mínimo conocimiento sobre nutrición, un plan normal de ejercicio físico y un cierto orden culinario en su día a día. Con tan sólo esos tres elementos se ahorraría mucho dinero en falsas dietas y mejoraría con creces su salud física y mental.
Seguiré escribiendo sobre este asunto en próximas entradas.

14 mayo 2013

LA NOCHE MÁS OSCURA (USA,2012)

Era remiso a ver esta película, porque conociendo como funcionan los americanos consideré que harían de esta captura real de Bin Laden algo muy hollywoodiense, o sea, una americanada. Pero estaba equivocado. Lo que realmente vi a lo largo de casi dos horas y media fue una excelente película. Mesurada, totalmente creíble -muy ceñida a los hechos reales-, honesta y muy bien contada. De lo mejor que he visto en los últimos tiempos. 
Se acierta en el guión, en la dirección, en las excelentes interpretaciones. Una película que nadie debería perderse si desea comprender mejor toda esa complejidad que ha generado la vida y muerte del -se dice- autor intelectual del 11-S y otros atentados que han consternado al mundo entero. 
La directora, Kathryn Bigelow, fue muy agasajada con la oscarizada 'En tierra hostil', que comparte en parte similar hechura con ésta última. Pero a mí, particularmente, 'En tierra hostil' no me convenció, ni consideré que fuera merecedora en 2009 de tantos Oscar- incluyendo al de mejor película-. En cambio, 'La noche más oscura', no ha tenido tanta suerte en los Oscar de 2012 cuando, en mi opinión, tendría que haber sido merecedora de mejor suerte. 
Del visionado de 'La noche más oscura' se pueden sacar muchas conclusiones, porque hay muchas lecturas; y de todas las que pude sacar, me pareció muy interesante la que exponía la dificultad -incluso para la mayor potencia mundial- que supone buscar agujas en el pajar, es decir, buscar los lugares en los que se refugian los líderes del terrorismo internacional islámico. Ayuda la tecnología, los sofisticados satélites y todo lo demás, pero siempre habrá que contar con la intuición, el trabajo abnegado y la fortaleza mental y física de personas al servicio de los servicios secretos -la CIA en este caso-. Personas que perecen por su trabajo y su trabajo es un coto vedado que probablemente no esté recompensado en este mundo ni en el otro. 
Sin embargo, no todo deben ser parabienes para esos seres abnegados, porque también cuentan con sus lados oscuros. Su obcecación es amplia y en más ocasiones de las necesarias erran y, en consecuencia, muchas personas inocentes fallecen por el camino. Son los siempre presentes daños colaterales que puestos en una balanza son objeto de consideraciones morales o éticas, probablemente no tan extremas como las que llevan a un grupo de chalados fanáticos a volar dos rascacielos o un tren de cercanías y matar a miles de personas.
Hay que ver esta película, sin duda alguna.   

12 mayo 2013

REFLEXIONANDO -EN VOZ ALTA- SOBRE PRÓXIMOS ENTRENOS

El pasado sábado, en Huétor Tájar, me encontré bien, mucho mejor que el año anterior. Sufrí como siempre sufro en este particular circuito, pero rodé bien, yendo la mayoría de la carrera cómodo a 4'12'' el kilómetro más rápido y a 4'29'' -el primero, lógicamente-, el más lento; rodando, por tanto, a una media de 4,22'' el mil, que es la media que me está saliendo en las tres últimas pruebas de 10 kilómetros. Pero no me he sentido igual de cómodo en todas ellas. Si acaso, sería esta última en la que podría decir que hay un cierto -tímido, eso sí- repunte de mejora de la forma a tenor de las sensaciones experimentadas y considerando que es un terreno algo más duro; y todo, a pesar del momento de ligera debilidad que tuve allá por el kilómetro ocho de la carrera, probablemente por el efecto psicológico -más que físico- de los puentes del ferrocarril. Además, hacía calor y eso siempre me afecta. Más que el frío; más que la lluvia. 
Lo curioso es que uno cree que tras dos meses de parón y sin haber hecho series -pocas- desde enero, uno cree, decía, que perdería forma, pero no ha sido así para mi sorpresa. Pero ocurre que la propia prueba se convierte en un entrenamiento de calidad y si hay una cada fin de semana nos aseguramos esa mejora. Piénsese que si en esos últimos tres fines de semana en vez de competición hubiera habido entrenamiento, el rodaje hubiera sido mucho más lento. De ahí, que la competición se convierta en entrenamiento de calidad. 
En la prueba Calahorra-Puerto de la Ragua en 2009 con unos amigos -entre ellos Grego, Mario y Victor-. Nos esperaban 21 hermosos kilómetros de dura subida la mayoría de ellos ¿Los emularé este año?   
A partir de ahora lo que queda es duro como venía a decir en una entrada anterior. Si la idea es hacer las tres pruebas siguientes (Dos colinas, Órgiva y La Ragua), no cabe más remedio que trabajar en ese sentido. Desde mi óptica no es momento de series, aunque sí de algún rodaje rápido. Vuelvo a insistir: hay que trabajar las cuestas, al ritmo que sea, pero trabajarlas a fin de cuentas (o a fin de cuestas). Introducir al menos dos sesiones de ellas durante la semana, aunque no conviene olvidar que estas tres pruebas se celebrarán en menos de un mes ya y que cada una de ellas asegura, de nuevo, otro entrenamiento de calidad que, además, será en cuesta.            

MUSICA: METAL CHURCH (USA)

Metal Church era una banda de una trayectoria enorme en el Thrash Metal. Es más la banda nace en Estados Unidos en 1981, en pleno desarrollo de esta modalidad metalera. Por tanto, son contemporáneos de Metallica y Slayer y cultivaban un género similar, si bien Metal Church también se adentró en el Speed Metal y el Heavy Metal puro (muy típicos esos gritos agudos de su carismático vocalista Ronny Munroe). Desaparecieron definitivamente en 2009 y han anunciado en varias ocasiones que podrían retornar a los escenarios, porque al contrario que otras bandas no ha habido desavenencias entre ellos (vale, su guitarrista Jay Raynolds estuvo en la cárcel en 2008, pero son menudencias en esta subcultura), siendo la razón de su desaparición la quiebra de su sello discográfico alemán. Esperemos que vuelvan porque, aunque no he escuchado todo, me parecen soberbios. De hecho, no todas las bandas han estado en el Wacken.  De la edición de 2005 de este festival alemán es el vídeo de Youtube que inserto: 

10 mayo 2013

TÉCNICA DE CARRERA

Un día vi a un tipo -un corredor- haciendo movimientos extraños en mi calle. Andaba lateralmente cruzando las piernas, daba saltitos, hacía el salto de la rana...Yo por entonces llevaba corriendo poco tiempo y apenas sabía nada sobre correr y lo que le rodea -si es que ahora sé algo-; me ponía cualquier zapa para correr y ya de ropa técnica ni hablamos. Es más, recuerdo que en una ocasión hice el circuito Pinos Puente- Caparacena y vuelta con unas zapatillas de camping y sufrí grietas en la planta del píe, por no decir que aquellos ocho kilómetros me parecieron una odisea interminable. 
Pero volviendo a lo que hacía aquél tipo en mi calle. Lógicamente, me pregunté sobre qué hacia, si bien inmediatamente recordé que algunos de esos ejercicios era similares a los que los entrenadores de fútbol -los buenos- nos obligaban a hacer en los entrenamientos.
Después supe que lo que hacía aquel tipo era técnica de carrera. Posteriormente, esos ejercicios raros los he hecho yo mismo, si bien no con la intensidad debida. Y como soy lento en aprender y -como todos- de hábitos erróneos, ahora comprendo que la técnica de carrera debería de constar de, al menos, una sesión a la semana. Y todo viene porque sé que no sé correr como es debido -es más, poca gente sabe correr cómo es debido-.Vale, todos nos defendemos corriendo; es un movimiento natural que no hay que aprender. De hecho, observad cómo corren los niños. Lo hacen de forma natural: alzan las rodillas, dan con el talón en sus glúteos, suelen contar con buena higiene postural..., pero todo eso lo vamos perdiendo a medida que dejamos de practicar la carrera y vamos cumpliendo años. Nos volvemos más rígidos, cogemos peso y, sencillamente, nos tiramos muchos años después de la infancia y la juventud sin correr. Por tanto, cuando decidimos correr de forma asidua, tenemos que reeducarnos, tenemos que reeducar nuestra postura, nuestra pisada y, en general, depurar nuestra higiene postural. 
Pero no es fácil. En primer lugar, porque genéticamente pisamos de una manera concreta y desde pequeños nadie nos ha reeducado; en segundo lugar por el hábito erróneo mal adquirido. Por tanto, es necesaria la técnica de carrera si queremos correr mejor, lesionarnos menos, y ser más rápidos y eficaces corriendo en definitiva. 
No voy a poner aquí ningún vídeo, ni esto es un tratado sobre la técnica de carrera porque la red está llena de vídeos y páginas especializadas. Como sabéis, este blog cuenta la experiencia como corredor de un humilde ídem, pero es interesante que transmitamos nuestra experiencia unos a otros. Y hoy la mía es anunciaros que la técnica de carrera ya está integrada de manera definitiva en mis planes de entrenamiento. Mejor tarde que nunca. No obstante, si daré dos premisas básicas: hacerla siempre después de rodar, es decir, cuando la musculatura ya esté lo suficientemente tonificada y hacerla en lugares donde el terreno sea blando, ya que hay que saltar, brincar y, por lo general, exponer mucho la musculatura de los pies. Podrá ser un lugar donde haya césped o un camino de tierra. Yo, por lo general, si estoy en una pista haciendo series, aprovecho el césped natural o artificial del campo; si la hago en un rodaje normal, aprovecho un sitio que es de tierra blanda, entre olivos. Jamás hacerla en asfalto y ni mucho menos en aceras y lugares similares.
Nada más sobre ese asunto por hoy, aunque volveré sobre ello. Tan sólo insertaros la crónica de la prueba del espárrago de Huétor Tajar del año pasado por si queréis conocer algo sobre esta carrera que se celebra el sábado, 11 de mayo, por la tarde, a partir de las 19,30 horas. Podéis pinchad aquí.                     

UN VIAJE A PARÍS (I)

Existen ciudades que pueden ser contadas y otras que tiene que ser visitadas para poder contarse. Entre estas últimas está París.      No es...