12 mayo 2013

REFLEXIONANDO -EN VOZ ALTA- SOBRE PRÓXIMOS ENTRENOS

El pasado sábado, en Huétor Tájar, me encontré bien, mucho mejor que el año anterior. Sufrí como siempre sufro en este particular circuito, pero rodé bien, yendo la mayoría de la carrera cómodo a 4'12'' el kilómetro más rápido y a 4'29'' -el primero, lógicamente-, el más lento; rodando, por tanto, a una media de 4,22'' el mil, que es la media que me está saliendo en las tres últimas pruebas de 10 kilómetros. Pero no me he sentido igual de cómodo en todas ellas. Si acaso, sería esta última en la que podría decir que hay un cierto -tímido, eso sí- repunte de mejora de la forma a tenor de las sensaciones experimentadas y considerando que es un terreno algo más duro; y todo, a pesar del momento de ligera debilidad que tuve allá por el kilómetro ocho de la carrera, probablemente por el efecto psicológico -más que físico- de los puentes del ferrocarril. Además, hacía calor y eso siempre me afecta. Más que el frío; más que la lluvia. 
Lo curioso es que uno cree que tras dos meses de parón y sin haber hecho series -pocas- desde enero, uno cree, decía, que perdería forma, pero no ha sido así para mi sorpresa. Pero ocurre que la propia prueba se convierte en un entrenamiento de calidad y si hay una cada fin de semana nos aseguramos esa mejora. Piénsese que si en esos últimos tres fines de semana en vez de competición hubiera habido entrenamiento, el rodaje hubiera sido mucho más lento. De ahí, que la competición se convierta en entrenamiento de calidad. 
En la prueba Calahorra-Puerto de la Ragua en 2009 con unos amigos -entre ellos Grego, Mario y Victor-. Nos esperaban 21 hermosos kilómetros de dura subida la mayoría de ellos ¿Los emularé este año?   
A partir de ahora lo que queda es duro como venía a decir en una entrada anterior. Si la idea es hacer las tres pruebas siguientes (Dos colinas, Órgiva y La Ragua), no cabe más remedio que trabajar en ese sentido. Desde mi óptica no es momento de series, aunque sí de algún rodaje rápido. Vuelvo a insistir: hay que trabajar las cuestas, al ritmo que sea, pero trabajarlas a fin de cuentas (o a fin de cuestas). Introducir al menos dos sesiones de ellas durante la semana, aunque no conviene olvidar que estas tres pruebas se celebrarán en menos de un mes ya y que cada una de ellas asegura, de nuevo, otro entrenamiento de calidad que, además, será en cuesta.            

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